[En Proceso] Mundo corrompido
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[En Proceso] Mundo corrompido
Título: Mundo corrompido
Autora: PalomaNegra
Pareja: Sai x Gaara
Género: drama - angustia - AU
Advertencias: No recomendable para menores de 16.
Capítulo 1: Libertad
Continuación en 3...2...
Capítulo 2: Amigo
Capítulo 3: Gaara
Continuará...
Espero que les haya gustado y dejen un comentario para animarme
Autora: PalomaNegra
Pareja: Sai x Gaara
Género: drama - angustia - AU
Advertencias: No recomendable para menores de 16.
MundoCorrompido
Sai es un joven talentoso en las artes plásticas. Ha sido obligado a seguir órdenes desde muy pequeño. Su vida es una completa rutina y suele ser indiferente con todo. Pero una sola acción fuera de curso, logrará un extraño cambio en su mundo.
Sai es un joven talentoso en las artes plásticas. Ha sido obligado a seguir órdenes desde muy pequeño. Su vida es una completa rutina y suele ser indiferente con todo. Pero una sola acción fuera de curso, logrará un extraño cambio en su mundo.
Capítulo 1: Libertad
- Spoiler:
- Sai es un joven de aproximadamente 16 años. Es alto, su cabello es negro al igual que sus ojos. Su piel es pálida, tiene los labios pronunciados, y una mirada ambigua durante la mayor parte del tiempo. Le gusta vestirse con ropa negra o gris. Suele usar su uniforme de esos colores, tanto como la corbata como su chaqueta y pantalones. Su gran talento es dibujar. Es huérfano. En el pasado tuvo un hermano mayor que lamentablemente murió en un accidente.
En cuanto a su personalidad, se podría decir que es algo reservado con sus pensamientos, a veces sonríe en cualquier tipo de situación, cerrando sus ojos y mostrando un rostro algo tenso al marcar su sonrisa.
A simple vista pareciera como si no tuviera sentimientos, pero la verdad es que no ha podido experimentar mucho con ese tipo de cosas. Se aísla durante las clases y no tiene amigos. El director de su escuela, llamado Danzou, es muy estricto. Solo algunos pueden ser sus alumnos. Y de esos pocos, muchos son convertidos en personas sin almas que solo se dedican a perfeccionar su talento.
Por desgracia de Sai, él fue reclutado en ese lugar desde que era muy niño. Alrededor de 4 o cinco años. Desde ese día, que lo cambiaron de clase, se ha vuelto alguien totalmente anormal y no tiene contacto con otras personas que no sean los pocos profesores que hay o los mismos alumnos. Aun así su convivencia jamás ha sido agradable o acogedora en esa especie de “internado”, por lo que este joven ha tenido la mala suerte de vivir toda su vida en un lugar muy sombrío, fuera de la realidad y solo.
Fue un día que caminaba por los pasillos de su establecimiento cuando volteó inconscientemente hacia un lado. Realmente voltearse era raro en él, después de todo, siempre seguía con la rutina y lo normal era caminar con la espalda recta sin mirar hacia ningún lado. Pero quien hubiera imaginado que cambiar el más mínimo detalle de su rutina, podría afectarle tanto. Ya que, al hacer esto, logró divisar a un joven pelirrojo, de ojos verdes y tez blanca que se encontraba en el mismo piso del edificio de al lado. Llevaba un uniforme que consistía en una chaqueta color burdeo, corbata verde, pantalones grises y una camisa muy blanca. Claramente era un estudiante del colegio de al lado por el uniforme. Al menos eso pudo distinguir a esa distancia, pero los edificios estaban tan, relativamente, cerca que logró distinguir el hermoso color de sus ojos.
Para él fue una experiencia totalmente nueva, tenía unas ganas inmensas de seguir observándolo por su físico tan llamativo, y más aun por los escasos segundos en que había logrado conectar su mirada con aquel joven radiante. Pero dado a que ese joven pelirrojo no parecía interesado, se perdió, a los pocos segundos, entre tantos pasillos.
Sai estuvo prácticamente todo el día pensando en él. Era lo más maravilloso que había visto en su vida. Tan lleno de color, un aura tan vital, tan único, una presencia encantadora, así lo sentía él.
Era tanto su fascinación por el chico de cabello rojo, que había empezado a hacer sus dibujos con colores muy llamativos inspirados en esa persona. Inmediatamente el director Danzou lo regañó cuando de improviso pasaba por esa aula. Él hacía las cosas a su manera y todo lo que decía se hacía, por lo que no iba a permitir que un jovencito inexperto cambiara de “estilo” sin pedirle permiso.
A pesar de las prohibiciones que tenía de su superior, en su alcoba, solía tener muchos cuadernos a su disposición. Cuadernos con decenas de hojas limpias que le servían para expresarse libremente en secreto. Ahora si podría darse el lujo de pintar lo que quisiera porque era su tiempo libre, y no dudó en comenzar a realizar un retrato del chico de cabello rojo.
Luego de buscar unos lápices de colores y acomodarse en una enorme cama de dos plazas, comenzó a dibujarlo. Había visto pocas cosas en su vida que realmente le había encantado. Mayoritariamente eran seres que se encontraban en la naturaleza o en los libros mitológicos. Y lo que dibujaba en esos momentos se trataba de la primera persona.
Una vez que terminó de hacer el boceto, comenzó a colorearlo. Buscó un verde esmeralda y con delicadeza le dio vida a los ojos que tanto apreciaba. Sin duda esa era la primera parte del rostro que quería pintar, luego fue poniéndolo color a la piel y sombreándolo un poco para que se vea real. Al final, le pintó el cabello. Un rojo pasión fue tiñendo el papel que alguna vez fue completamente blanco.
Al término de su pintura, la observó. Había quedado casi como una fotografía. Tocó, con las yemas de sus dedos, en el lugar donde estaban las mejillas. Había sonreído al hacer esto, pero luego sus ojos se le acumularon lágrimas. Todo era una fantasía. Más que esa pintura, lo más probable es que nunca llegaría a estar tan cerca de él. Ni si quiera como amigo, y eso es lo único a lo que aspiraba. Apretó sus labios y escondió el dibujo entre sus cuadernos. A esa hora no tendría clases, por lo que de dedicaría a practicar su arte o hacer alguna manualidad, ya que esto se le daba con facilidad.
Aquel día, mientras el azabache cocía y ajustaba sus botones de sus camisas, una conversación que lo involucraban a él, se realizaba en un salón del edificio de al frente donde suelen realizarse las clases. La charla tenía relación a los resultados de una serie de exámenes psicológicos donde el joven artista había tenido un resultado nefasto.
Esto se explica por el hecho de que Sai al ser huérfano y haber sido criado por el director, su comportamiento no correspondía al de un joven normal, pues este lo aisló de sus pares y le privó de todo afecto.
En otras palabras, era un vil experimento de Danzou y lo más probable es que ese experimento se haría mucho más complejo con el paso de los años.
—No creo que sea conveniente que vaya a las clases de tu escuela. Sai es un muchacho demasiado talentoso y no debería mezclarse con la gente normal. Él debe estar con sus pares, además he notado que la soledad es un buen motivo para él y su arte.- decía un hombre que se le notaban el pasar de los años en su rostro. Siempre llevaba una túnica y usaba un bastón para caminar.
—Pero, Señor Danzou, nos hemos dado cuenta que Sai tiene un grave problema de integración, y su mente no está sana. Debería saber que esto le podría ocasionar grande problemas a futuros. Como esquizofrenia o psicosis. Hasta podría quitarse la vida.- decía un hombre joven de cabello rubio muy preocupado.
—Minato, tú no me vendrás a decir que está bien y que está mal. Debes respetar las decisiones de los mayores. Acuérdate que muchos de los ingresos dependen de ese chico y desde un principio acordamos que la escuela de elite yo la manejaría, por ende, yo manejo a mis estudiantes. Si llegas a entrometerte más, me veré obligada a cerrarla y todos esos niños y jóvenes no tendrán educación gratuita en tu escuela.
El rubio tan solo bajó la mirada. No sabía realmente qué hacer.
—Señor Danzou, comprendo la situación. Aun así, ¿no habrá alguna posibilidad de que Sai pueda ir a mi casa los fines de semana?- preguntó seriamente. —Al menos para que se distraiga un poco. Estar en este ambiente no hará que su arte se renueve…Si logra hacer un cambio radical, tendría más variedad en su colección de pinturas.- dijo Minato tratando de convencerlo con cualquier excusa con tal de ayudar a ese chico.
—Vaya, no lo había pensando de esa forma. Voy a reconsiderarlo. Te responderé la próxima semana. Ahora tengo una reunión y después tengo otras cosas que hacer.- comentó el viejo tomando su bastón para después retirarse.
—“He escuchado que las obras de arte son más valiosas cuando el artista ha muerto. Me pregunto si realmente será buena idea llevarlo con Minato y su familia.”- pensaba Danzou mientras caminaba por el vasto jardín del instituto.
El sector donde se ubicaba la escuela, era realmente privilegiado. Los alrededores de caracterizaban por tener grandes áreas verdes. Muchos árboles como cerezos, sauces, naranjos, entre otras especies adornaban los verdes prados del área. Varias flores decoraban los caminos hacia los distintos edificios que formaban la escuela de elite. Estos edificios eran antiguos, pero habían sido renovados para tener un aire más elegante y fino. Y una gran muralla delimitaba la escuela de elite con la escuela normal, solo que esa muralla no lograba tapar más allá del segundo piso, aun así era suficiente para evitar que alguien saltara la muralla para inspeccionar por curiosidad el otro lado.
—Quiero conocerlo.- murmuró de pronto el joven de cabello negro mirando hacia el cielo. Estaba recostado sobre el pasto. Tenía su cuadernillo a un lado, pero en esos momentos tan solo descansaba por lo que no estaba obligado a dibujar. —No deseo la libertad, solo quiero…saber de él.-volvió a murmurar. No había pasado un solo día desde que había visto a ese chico y ya quería verlo de nuevo. Esto no le solía pasar, eso de ver a una persona y recordarla con tanto fervor. Solo había ocurrido una vez, y como nunca antes había deseado tanto una cosa, se puso de pie apretando sus puños. —Tengo que verlo.- pensó en voz alta.
Con esa determinación, no dudó en poner un plan. Lo único que tuvo que hacer, fue dejar de pintar. Sospechaba que si hacía eso, lograría llamar la atención de su profesor, y este llamaría a Danzou. De esa forma, podría hablar con él seriamente y poner sus condiciones.
—Con que quieres un día libre, muchacho.- dijo el hombre de avanzada edad. Su voz ronca y rasposa era desagradable de escuchar. —Para qué lo quieres. No tienes a nadie, no tienes amigos, familia, ningún conocido. Es mejor que estés aquí. Además no puedo permitir que me chantajees de esa forma. Eso de que dejarás de pintar si no te dejo un día libre.- añadió mientras se ponía de pie y se acercaba al joven para observarlo de cerca. — ¡No estás aprendiendo nada!- gritó antes de darle una fuerte bofetada y lanzarlo al suelo. Sai cayó chocando con la punta de un mueble. Nunca se había golpeado tan fuerte, pero aun así, se puso de pie de inmediato. —Necesitas más disciplina. Y espero que aprendas a no andar chantajeando. Debes saber que tú nunca serás libre. A no ser que te cortes tus manos. Solo en ese momento no me servirás, pero mientras estés con tus manos, no te podrás ir de aquí. Tienes que ayudarme a tener en pie a este establecimiento. Prácticamente la única forma de financiarlo es por tu arte, con un cuadro tuyo ganamos millones. Acuérdate de eso…Muchos chicos pobres obtienen becas gracias a ti… ¿Acaso quieres dejarlos sin educación?- preguntó mirándolo con extrañes. —No trates de pensar solo en ti.
—Si profesor.- respondió Sai sintiéndose culpable. —Lamento todo lo que hice. Le prometo que no volveré a hacer nada en su contra ni en contra de la escuela.
—Así me gusta, muchacho. Debes aprender de tus errores, ahora vete de aquí para que vayas a curar esa herida, disculpa por golpearte tan fuerte, creo que me pasé esta vez…- dijo el hombre un poco arrepentido.
El joven tan solo sintió un fuerte dolor en su pecho que no hallaba cómo explicarlo. Eso era sin duda una mezcla de emociones. Tenía rabia por las palabras de su director, ya que él jamás le había dado problemas. Llegaba a cuestionarse por qué no se lo merecía si había tenido un correcto comportamiento durante toda su vida. Ahora ansiaba la libertad por primera vez. Y esto último solo lo deseaba porque quería ver nuevamente a ese joven de ojos verdes. Tal vez podría llamarse obsesión, una obsesión exagerada y sin sentido. Aun así nadie se molestaría en decírselo, ya que a nadie le importaba lo que pasara por la cabeza de ese joven insociable.
El azabache salió de la habitación con una expresión seria. Iba en dirección de la enfermería, pero tuvo que detenerse a medio camino para ir a su cuarto.
Al cerrar la puerta con llave se sentó en el suelo, al pie de la cama, y comenzó a llorar. Ya no aguantaba retener su tristeza. Era primera vez que sentía tanta impotencia. Tal vez lo había pedido de mala forma, pero aun así, su director ya había sido bien claro de que no tendría un día libre.
—Solo quería verlo. No pensaba nada más.- decía en voz baja mientras sollozaba en silencio.
Sai desconocía el nombre del chico pelirrojo, no sabía su edad, no tenía idea de cómo era su personalidad, su voz, su familia…A pesar de todo, para él, esa persona era importante. Y ya empezaba a ser una atracción mucho más fuerte que algo solamente físico.[/color]
Continuación en 3...2...
Capítulo 2: Amigo
- Spoiler:
- Habían pasado cerca de dos semanas, desde que Sai había sido golpeado por el director. Ya se había mentalizado que no podría salir de ese lugar. Tenía muy claro que si seguía insistiendo tendría un castigo mucho más severo, y además desconocía el uso de la palabra perseverancia. Aun así, trataba de quedarse la mayor parte del tiempo en los pasillos para ver una porción de la silueta de ese joven pelirrojo. Ya era cosa de todos los días, y cuando ese chico notaba que lo observaban del edificio de al lado, volteaba a observar, distinguiendo solo una sombra moverse.
— “Casi logra verme esta vez…”- pensó el azabache algo nervioso y asustado. Se había sentando en el suelo cerca de la ventana. Se quedó varios segundos en esa posición sonriendo con dificultad, pues había logrado, otra vez, ver al chico de ojos verdes. Además andaba con un atuendo diferente al de los días anteriores, llevaba puesto un uniforme deportivo. Eran unos short, con una camiseta de manga corta. Su piel la veía blanca como la leche, y se notaba que era de contextura delgada. Su felicidad llegó a su fin, cuando unos compañeros de otra clase aparecieron y comenzaron a fastidiarlo.
—Mira ese rarito…Siempre anda solo.- decía uno de los jóvenes.
—Eres el favorito del director solo porque eres huérfano…Deja de dar lástima y trata de hacer algo mejor. No te creas superior solo porque tu arte vende más.
—Deja de molestar a ese autista. Es demasiado tonto para defenderse.- comentó otro largándose a reír, seguido de sus dos compañeros. Sai solo los observaba sin poner ninguna mueca de enfado o desagrado. Tenía una expresión tan seria y ambigua que provocó que sus compañeros dejaran de reírse y lo miraran con rareza. El azabache de pronto sonrió cerrando sus ojos. Uno de los chicos, apretó su puño y le dio un golpe en la mejilla. Dejando a Sai botado en el suelo.
— ¡Para qué sonreís, estúpido!- gritó enojado. — ¿Crees que eres más listo solo porque te limitas a sonreír? ¡De qué sirve que tengas ese asqueroso talento si ni siquiera tienes una vida normal! ¡Danzou se acerca a ti por interés! No tienes a nadie que se acerca por la persona que eres, y sabes por qué, porque eres un maldito engreído que se cree el mejor. Y porque realmente eres desagradable.
Los compañeros miraron con preocupación a su amigo, y diciéndole que se calmara, se lo llevaron, dejando nuevamente solo al azabache que ya se había vuelto a sentar después de ese golpe en la cara. Su labio tenía un rasguño por el cual comenzó a brotar la sangre. Estaba más que desorientado. No entendía por qué sus compañeros eran así, él jamás le hizo mal a alguien y evitaba de cualquier forma relacionarse con alguna persona que no sea Danzou. Tenía, por educación, el deber de pensar solo en él. De no ayudar a nadie, de no conversar, de no ser amable, evitar contacto visual. Todo se le había limitado desde muy pequeño y era natural que se comportara indiferente con el resto.
Y si había sonreído es porque su director le había dicho una vez: Una sonrisa puede salir de una situación difícil, incluso si es falsa.
Raramente no le había funcionado y eso lo hacía estar aun más desorientado.
Sin tener que hacer otra cosa, se puso de pie y caminó por los pasillos limpiándose la sangre que le quedaba en el labio.
Una vez llegó a su habitación, notó que alguien estaba sentando en una silla de su escritorio. Esa persona se puso inmediatamente de pie y sonrió avergonzado. Era rubio, muy alto, ojos azules, cabello alborotado y tenía una piel bronceada. Llevaba puesto un chaleco azul, pantalones azules y unas sandalias negras.
—Hola, Sai, lamento haber entrado a tu pieza sin permiso…Estaba descansando en tu silla porque he pasado todo el día de pie.- dijo el rubio excusándose para no parecer tan maleducado.
—Si Danzou lo ve, tendré problemas, váyase de mi habitación.- dijo el azabache sin mirarlo a los ojos y acomodando su ropa que ocuparía el día de mañana. No se había ni molestado en saludarlo ni mucho menos en preguntar quién era, tan solo lo quería fuera de su alcoba.
—Oye, tengo el permiso de Danzou, muchacho.- comentó el hombre sonriendo animadamente. —Así que no te preocupes por eso.- añadió haciendo que Sai levantara la mirada y se interesara por lo que decía el mayor.
—Entonces, ¿por qué está en mi habitación?- preguntó el joven curiosamente. — ¿Tendré clases con usted?
—No precisamente. A pesar de que soy profesor de educación física, actualmente no hago clases. Y eso es más que nada porque estoy a cargo de la dirección del colegio que está al lado.- esto último había logrado captar toda la atención de Sai. Y es que en el colegio que se encontraba al frente de su instituto se encontraba ese chico de ojos verdes que tanto anhelaba conocer. —Bueno, lo que sucede es que estaba pensando seriamente en invitarte a mi casa para que pases el fin de semana fuera de este lugar. Danzou me ha dado el permiso, ahora solo espero que tú quieras.- añadió haciendo que el azabache se sorprendiera enormemente y quedara con la boca abierta. —¿Qué te parece?- preguntó el rubio.
—M-me encantaría…- respondió el azabache que empezaba a sentir una extraña sensación. Sus ojos se le habían humedecido y sentía su corazón palpitar con más rapidez. Sai observó a esa persona con tal admiración que al hacer esto, notó que tenía unos hermosos ojos azules. Se sonrojó levemente y contempló por varios segundos a ese hombre.
—Oye, ¿qué sucede?- preguntó el rubio un poco incómodo.
—Es que tiene unos ojos muy hermosos. Tienen un color muy poco común.- dijo Sai sin dejar de mirarlo. —Muy rara vez veo ojos como los suyos.
El hombre rió un poco avergonzado mientras se rascaba la nuca. Sin duda ese joven tenía un comportamiento muy particular y parecía que decía de forma muy honesta todo lo que pensaba.
—Gracias por el halago….- dijo el hombre posando su mano sobre la cabeza del azabache. Sai había reaccionado cerrando los ojos con fuerza y agachando levemente la cabeza. El rubio alejó su mano y se sorprendió por esa acción. El azabache al no sentir nada, abrió los ojos y miró al hombre. Su expresión denotaba temor. —No pensaba hacer nada malo, solo te iba a acariciar la cabeza…Suelo hacerlo con mi hijo.
Sai no respondió ante ese comentario. Se sintió más aliviado y hasta soltó un suspiro.
—Oye, muchacho. Conmigo no tienes que estar a la defensiva, no te haré daño. Hasta te invité a mi casa para que puedas salir de este ambiente y conozcas cosas nuevas.- reía mientras decía esto. —Ten por seguro que te divertirás. Además conocerás a mi hijo que tiene tu misma edad. De seguro serán buenos amigos. Por cierto, empaca algo de ropa porque partiremos ahora mismo.
— ¿Ahora?- preguntó el azabache sorprendido. El rubio asintió con la cabeza.
—Te esperaré en el patio.- dijo el hombre caminando hacia la salida. — ¡Ah! Creo que olvidé presentarme, me llamo Minato Namikaze.- añadió antes de salir de la habitación.
Sai no dejaba de sorprenderse. Al momento de escuchar la puerta cerrarse, reaccionó y comenzó a buscar ropa. Nunca antes había salido de ese lugar, con las excepciones de las idas al hospital, pues en un instinto como ese, se preocupaban mucho de la salud de sus alumnos.
Se apresuró en tener listas sus cosas, ya que no quería hacer esperar al rubio. También había aprovechado de cambiarse de ropa. Siempre con colores oscuros.
Antes de salir del edificio con su mochila, fue a la biblioteca a sacar un libro a cerca de cómo relacionarse con personas. Y es que Minato había mencionado que tenía un hijo de la misma edad y Sai tenía muy claro que eso de andar teniendo amistades era algo prácticamente desconocido para él.
Ya al estar fuera del edificio, buscó al hombre, pero no lo encontró. En vez de eso, una enorme camioneta estaba aproximándose lentamente. Se escuchó un par de bocinazos, y luego se detuvo a unos metros del joven. Sai distinguió que el conductor era Minato, por lo que rápidamente se subió en el asiento del copiloto.
—Profesor Minato. ¿Su casa queda muy lejos?- preguntó el joven mientras se ponía el cinturón de seguridad.
—Solo queda a unos diez minutos de la escuela. ¿Podrás creer que mi hijo siempre llega tarde a pesar de vivir tan cerca?- preguntó soltando una pequeña risa.
— ¿Tiene algún problema su hijo?
— ¿Cómo?
—No es correcto llegar tarde a clases. A parte de distraer a los compañeros, es una falta de respeto para un profesor.- dijo Sai seriamente.
Minato se quedó callado. Pudo notar en seguida que ese joven estaba demasiado disciplinado.
El camino fue bastante silencioso. El rubio iba manejando concentradamente mientras Sai leía un libro que había sacado de la biblioteca. Al momento de llegar a la casa, estaba Kushina, la esposa de Minato, al lado de la puerta y sonriendo como de costumbre.
— ¡¡¡Naruto!!!- se escuchó gritar a la mujer. — ¡Ha llegado el chico!- volvió a gritar. El hijo bajaba las escaleras algo cansado por su jornada escolar. Incluso todavía llevaba su uniforme, aunque un tanto desarmado. Miró a su madre e hizo un puchero.
— ¿Se quedará todo el fin de semana?- preguntó Naruto mirando a su mamá que tenía un largo cabello rojo que llegaba casi hasta el suelo. Además, la mujer andaba usando un largo vestido con mangas cortas.
—Naruto, compórtate. Este chico es de la otra escuela, sé amable con él.- dijo la mujer dándole un coscorrón al menor.
Cuando Sai bajó del auto con sus cosas se dirigió a donde lo estaban esperando. Se detuvo a medio metro de la mujer y sonrió.
—Buenas tardes, hermosa señora.- saludó el azabache. Kushina se sonrojó al escuchar ese adjetivo y también le sonrió.
—Hola jovencito, veo que eres alguien muy educado y bastante apuesto.- dijo la mujer mientras tomaba por los hombros a su hijo y lo ponía delante de ella. —Él es Naruto. Mi hijo…- decía la pelirroja. —Saluda Naruto…- murmuró.
—Em… Hola, te llamas Sai, ¿verdad?- preguntó el joven rubio sin mucho interés. El azabache asintió la cabeza y observó de reojo al muchacho que tenía adelante suyo.
—Hola Naruto. Cómo estás.
—Ah, bueno. Estoy bien, gracias.- respondió un poco confundido y rascándose la mejilla. —Oye Sai, puedes dejar tus cosas en mi habitación, después de todo, ahí dormirás.
— ¿Dormiré contigo?- preguntó el azabache muy impresionado.
—Sí, acompáñame.- dijo el rubio siendo inmediatamente seguido por el joven. Kushina y Minato sonrieron mientras ambos chicos subían y se dirigían a la habitación de Naruto.
—Esta es mi habitación, tú dormirás en mi cama y yo dormiré en el suelo con un saco de dormir.
Sai observaba con atención el lugar y realmente todo le parecía fantástico.
—Gracias, Naruto. Eres muy amable.
—No hay de qué…- respondió el rubio sonriendo. —Oye, te ayudaré con eso.- añadió mientras tomaba la mochila del azabache y una especie de cuadernillo que llevaba junto a un libro. De pronto, el cuadernillo cayó al suelo lo que provocó la preocupación de Sai. Los dibujos del chico pelirrojo habían quedado esparcidos por todo el piso. El corazón del azabache comenzó a latir rápidamente mientras un rubor en sus mejillas delataba su vergüenza.
—Ups, lo lamento...- dijo el rubio agachándose para recoger alguno de los dibujos. Tomó uno y lo observó con atención, aunque rápidamente Sai se lo quitó y recogió con rapidez todos sus dibujos. Naruto miró con extrañeza al muchacho. Conocía al pelirrojo y le pareció muy raro que Sai tuviera muchos dibujos de él.
— “¿Lo vió?...De seguro lo vió.”- pensaba Sai comenzando a angustiarse y notando el silencio incómodo que había en la habitación.
—Oye, ¿tú también lo conoces?- preguntó el rubio.
—N-no…- respondió el azabache asustado.
—Entonces, ¿por qué tienes dibujos de este chico? – volvió a preguntar. —Él está en mi colegio, no en el tuyo que yo sepa.
—Pues…Lo veo a lo lejos, de repente. Solo eso…Y es que e-estoy, practicando mi dibujo.
— ¿Y por eso lo dibujas solo a él?- interrogó. —Alcancé a ver muchos dibujos de su rostro y con sus distintos uniformes…- comentó el rubio mirando al joven con algo de burla. — ¿No será que te has obsesionado…o enamorado de ese chico?- volvió a preguntar sonriendo y riendo.
Sai se había puesto rojo. Se sentía vulnerable. El rubio observó que su nuevo compañero estaba más que avergonzado y asustado, y en seguida se preocupó por él.
—Oye Sai, no te pongas así…Solo estaba bromeando.- alcanzó a decir en voz baja antes de que el azabache saliera corriendo de la habitación y se encerrara en un baño.
Tras el portazo apareció Kushina. Notó que la puerta del baño estaba cerrada y luego caminó hasta la habitación de su hijo.
— ¿Qué le has dicho?- preguntó la pelirroja molesta.
— ¡Mamá!- exclamó asustado. – Solo…Pues estaba bromeando. Pero no sabía que le afectaría tanto.
—Hijo…- dijo la mujer suspirando y acercándose al menor. —Sai es un joven que ha estado encerrado por mucho tiempo. Su comportamiento no es el de una persona normal. Debes tratar de tener cuidado cuando le hablas. Cualquier cosa la puede malentender.
—Si mamá…- dijo el rubio agachando su cabeza. Kushina le dio un beso en la frente a su hijo y luego se fue. Sabía que Naruto arreglaría ese problema con el chico nuevo.
Pasaron solo algunos minutos cuando el rubio al fin se armó de valor y se dirigió a las afueras del baño. Tocó la puerta muy despacio y esperó una respuesta.
— ¿Eres tú, Naruto?- se escuchó desde el interior del baño.
—Si, soy yo…Lo lamento Sai. No te volveré a molestar con eso. Pero sale del baño y ven a acomodar tus cosas. Además te puedo contar cosas sobre ese chico, tal vez te interese, no lo sé…- dijo el rubio. Con esto logró en seguida que Sai saliera del baño. La mirada del azabache parecía muy curiosa, y es que tenía unas ganas enormes de saber algo sobre el pelirrojo.
Cuando ambos ya estaban en la habitación, cada uno se sentó donde se le era más cómodo. Naruto en su cama, y Sai en un sillón.
—Bueno, dime qué quieres saber de él. Creo saber lo básico.
— ¿Cómo se llama?- preguntó apoyando sus manos sobre sus rodillas y mirando fijamente el suelo. Parecía avergonzado al estar preguntando ese tipo de cosas.
—Se llama Gaara. Sabaku no Gaara.
— ¿Gaara?- preguntó en voz baja y sonriendo.
—Su nombre significa el demonio que solo se ama a sí mismo. Puede parecer muy extraño, pero la verdad es que su personalidad le hace mucha fuerza a su nombre. Yo que tú, no lo molestaría porque cuando se enoja puede volverse violento.- dijo esto seriamente. — Mmm…otra cosa que sepa...- pensaba en voz alta. — ¡Ah! Ya me acordé… Tiene dos hermanos, son mayores que él, aun así no logran controlarlo del todo a pesar de que tenga solo 14 años… Al igual que yo.- dijo esto último sonriendo. —Si lo ves de cerca notarás que lleva un tatuaje en su frente con el kanji amor.
El azabache seguía escuchando con atención y haciendo un gran intento para retener toda la información en su mente.
—Por cierto, él vive a pocas cuadras de acá…Suele andar solo y es difícil acercarse. Ya que tiene una mirada muy amenazadora. No te confíes de su tamaño. Puede ser bajito, pero tiene una gran fuerza. El otro día lo asaltaron y dejó a los delincuentes gravemente heridos.
—Qué bien…tal vez lo pueda ver.- dijo Sai en voz baja mientras se imaginaba ese encuentro ignorando la anécdota del asalto.
— ¿Qué dijiste?
—N-nada…- contestó desviando la mirada. —Oye Naruto, creo que no te había dicho que eres muy atractivo, al igual que tus padres.- dijo de pronto el azabache para cambiar el tema y al mismo tiempo para “vengarse” del rubio por haberlo hecho pasar tanta vergüenza.
El rubio se ruborizó de inmediato y sonrió.
— ¿Tienes novia?- preguntó el joven dibujante mientras se acercaba donde el rubio y se sentaba en la cama para mirarlo de pies a cabeza.
—Oye…Se supone que eras tímido… ¡Desde cuando agarraste tanta confianza!- exclamó el rubio retrocediendo para alejarse del azabache.
—Vaya, parece que me estás evadiendo la pregunta…- sonrió de forma burlona.
—N-no tengo… ¡Todavía!- exclamó haciendo un puchero.
—Y cómo logras calmar tu calentura… ¿Te tocas?
— ¡¿Qué clase de pregunta es esa?!- gritó Naruto comenzando a sudar por los nervios.
—Tienes pene, ¿verdad?- preguntó tomando el pantalón del rubio y tratando de bajarlo.
— ¡¡¡Ahhh!!! ¡Suéltame pervertido!- gritó el rubio saltando de la cama y corriendo a la salida con sus pantalones un poco caídos. Al abrir la puerta vio que estaba Sakura que se acercaba a la habitación con una bandeja que tenía tres vasos llenos de jugo de limón. La chica miró hacia abajo, y notó que Naruto estaba exhibiendo casi por completo sus partes nobles. La joven se sonrojó de inmediato en tanto el rubio suspiraba del alivio al notar que Sakura había llegado a su “rescate”. No pasaron muchos segundos cuando la joven tomó un vaso y le lanzó el contenido a la cara mientras gritaba.
El rubio recibió el líquido en plena cara y rápidamente se subió sus pantalones.
—Eres cruel Sakura-chan…- dijo el rubio desanimado.
— ¡No deberías andar mostrando tus partes a una chica!
—Yo no veo a ninguna…- murmuró Naruto.
— ¡¿Qué dijiste?!- exclamó la chica de cabello rosado.
—No grites tanto…Tengo visitas y se dará cuenta en seguida la clase de persona que eres. Al menos trata de aparentar.- comentó para molestarla.
Sakura apretó su puño y miró la habitación para inspeccionar. Al hacer esto notó que un joven de cabello negro estaba sentado tranquilamente en un sillón.
—Ya verás Naruto… Tendrás tu merecido, pero por ahora no haré nada. Sé comportarme.- dijo la chica entrando a la habitación y saludando al joven azabache. Además aprovechó el momento para ofrecerle un vaso con limonada que el muchacho no demoró en aceptar.
Ese día había pasado realmente rápido. Sai no tuvo mucha participación en la conversación, o más bien, discusión, que solía tener Sakura con Naruto durante esa tarde, pero aun así, se sintió cómodo y ambos jóvenes eran de su agrado.
Al irse la chica, tanto como Sai y Naruto fueron a acostarse después de cenar. Eran cerca de las doce de la noche y al día siguiente lo más probable es que saldrían a pasear.
El azabache tenía puesto su pijama de color azul oscuro, y el rubio solo vestía unos calzoncillos con una camiseta de manga corta, además de un gorrito negro para dormir.
—Oye Naruto…- decía Sai que estaba acostado y arropado en la cama del rubio. —Si está muy incómodo el suelo, puedes dormir a mi lado.
— ¿Eh? – reaccionó el joven comenzando a reír. – No… No es necesario.
—Te prometo que no te molestaré…
—No, ya dije que no. Aquí estoy bien.
—Amanecerás con un horrible dolor de espalda, además podría caerme sobre ti…
—Deja de insistir…- se quejaba el joven de ojos azules algo nervioso. —Para qué quieres que duerma contigo. Tendrás menos espacio.
Sai se sentó en la cama y suspiró.
—Realmente no quiero que estés incómodo durmiendo en el suelo. Tú has sido muy amable y de alguna forma debo agradecerte. Solo eso.- dijo el joven mirando con determinación al rubio.
Naruto logró ver el rostro de Sai por la luz que atravesaba la cortina. Una luz tenue, pero era suficiente para tener algo de visibilidad.
—Está bien…- dijo el joven en voz baja mientras se ponía de pie. Luego se acostó al lado del muchacho de ojos negros. Ambos se quedaron dormidos en un par de minutos.
A la mañana siguiente el rubio despertó lentamente. Era muy temprano, se secó la baba con su antebrazo y se sentó. En seguida notó que Sai no se encontraba a su lado, lo que le pareció muy raro. Caminó por los pasillos de la casa rascándose el trasero y bostezando sin taparse la boca. Entró al baño y comenzó a orinar.
En otro lado de la casa, específicamente en la sala. Estaba una mujer de largos cabellos rojos acostada sobre un enorme sillón. No llevaba puesta ropa y parecía estar posando.
A unos metros de ella, se encontraba Sai con un cuadernillo haciendo un dibujo de esa mujer.
—Tiene un cabello muy lindo…Me gusta el color rojo.- comentó Sai mientras dibujaba concentradamente el retrato de la mujer.
—Gracias…- dijo Kushina sonriendo. —El color rojo suele representar el amor.- agregó haciendo que el azabache se sorprendiera por el comentario.
— ¿Y el verde? – preguntó interesado. —El verde es un color muy hermoso.
— ¿El verde? Mmm…Suele representar muchas cosas. Pero está asociado con la naturaleza. También representa la armonía, fertilidad y frescura.
—Eso suena muy interesante…- murmuró el azabache sonriendo tímidamente mientras seguía dibujando.
Todo parecía paz y tranquilidad en esa casa, hasta que el mayor de los rubios, Minato, entró despreocupadamente a la sala, encontrándose a su esposa completamente desnuda al frente del invitado. Rápidamente lanzó un gritó y sus mejillas se ruborizaron.
— ¿¡Pero qué!?- gritó el rubio sorprendido. — ¡Tápate Kushina! ¡Sai! ¡No la veas!- Exclamaba avergonzado y tapándole los ojos al azabache.
—Solo estoy haciendo un retrato…- dijo Sai tranquilamente mientras la pelirroja suspiraba.
— ¡Tápate Kushina! ¡Una esposa no debe mostrar el cuerpo a otra persona que no sea su esposo!
— Minato, no seas exagerado. Sai es un artista…
— ¿Papá? ¿Por qué tanto alboroto? – preguntó Naruto que se acercaba al lugar.
— ¡¡¡Naruto!!! ¡No vengas!- gritó Minato que seguía con sus mejillas sonrojadas. Parecía totalmente nervioso lo que causó aun más curiosidad por parte del joven rubio. El menor caminó sin hacer caso a las advertencias de su padre y en seguida vio a su madre desnuda. Se sonrojó de inmediato y pegó un grito.
- ¡¡¡Mamá!!! ¡¡¡Por qué te prestas para estas cosas!!! – volvió a gritar poniéndose las manos sobre la cabeza.
—Dios…Por qué exageran las cosas.- dijo Kushina desviando la mirada. — Sai solo dibuja…nada más…
— ¡Qué vergüenza mamá!- exclamó el rubio. — ¡¿Acaso no te das cuenta que para un hijo es vergonzoso que un amigo vea a su madre desnuda?!
— “¿Amigo?”- pensó Sai que seguía sin ver por las manos de Minato. Se puso de pie liberándose inmediatamente del rubio y fue donde Naruto para abrazarlo. Era la primera vez en su vida que tenía un amigo y a pesar de toda la situación que era incómoda para los rubios, el azabache sonreía pensando en lo afortunado que era en esos momentos.[/color]
Capítulo 3: Gaara
- Spoiler:
- Durante la mañana en que Sai hacía un retrato de Kushina, Minato se había desmayado de los nervios, Naruto se había sorprendido al ser abrazado por el azabache y la pelirroja finalmente decidió a taparse con una toalla blanca que le quedaba un tanto corta y ajustada.
—Oye Sai, ¿por qué me abrazas?- preguntó el rubio sintiéndose extraño.
—Porque eres mi amigo. Tú lo dijiste.- dijo Sai sonriendo. Naruto desvió la mirada y se sonrojó un poco. Luego también le sonrió y le correspondió el abrazo con unas suaves palmaditas en la espalda.
—Eres un poco extraño, pero aun así eres un buen tipo.- dijo el rubio mientras lo miraba a los ojos. — ¡Oh! No me había dado cuenta hasta ahora que te pareces un poco a Sasuke.- pensó en voz alta sin dejar de observarlo de cerca. Sus cuerpos estaban juntos y sus caras a escasos centímetros. El rubio se sobresaltó a mirar hacia al lado y ver la curiosa cara de su madre. —Sai…Ya es suficiente…- dijo Naruto sonrojándose aun más y alejándose del dibujante. El joven de ojos negros también se separó y viendo a Minato recostado en el suelo totalmente inconsciente, lo tomó del brazo y lo cargó en su espalda, dejando los pies del mayor casi apoyados en el suelo.
—Será mejor que lo lleve a su dormitorio. No entiendo por qué tu padre reaccionó así.- dijo Sai en tanto Naruto suspiraba.
—Solo sígueme…- dijo el rubio empezando a caminar, pero se detuvo a los pocos segundos. —Mamá, por favor ponte algo de ropa.- añadió retomando su camino. Kushina solo rió y se apresuró para adelantar a su hijo y al invitado. Entró a su habitación y tomando un poco de ropa se metió al baño que solo se podía ingresar por el dormitorio.
Naruto esperó que la puerta del baño estuviera cerrada para entrar a la habitación y recostar a su padre que seguía inconsciente.
—Creo que la reacción de mi padre fue algo exagerada…Aunque me imagino que nunca había pasado por esta situación. Sinceramente no sé qué pensar.- decía el rubio tapando a su padre con una manta.
—Mira, Naruto. Está despertando.- dijo el azabache mirando el rostro del mayor. Lo primero que ambos jóvenes vieron, fue el movimiento que hicieron sus párpados, luego su boca se abrió un poco, y finalmente sus ojos se abrieron.
— ¿Qué pasó?- preguntó el hombre sentándose lentamente en la cama.
—Digamos que, mamá anda algo liberal, y…Posó desnuda para Sai.- dijo Naruto rascándose la nuca.
Minato apretó sus labios, y miró hacia un lado con los ojos entrecerrados, mientras derramaba lágrimas de cocodrilo.
—Tu madre no solía ser así…Ella, solo se había mostrado a tu padre como Dios la trajo al mundo. Nunca pensé que…
—Papá, no seas tan exagerado. Para mí que soy su hijo, es algo más chocante. Y Sai es un verdadero artista. Un profesional. Tú lo sabes mejor que nadie… ¡Oye! ¡Deja de fingir tu llanto! - exclamó el menor algo fastidiado por esa actitud infantil de su padre. El mayor dejó rápidamente de llorar.
—Profesor Minato, lamento si le ocasioné problemas. Nunca fue mi intención.- dijo Sai preocupándose por el hombre. Agachó su cabeza y mostró una expresión de tristeza.
—Sai, no te pongas triste. Debo aceptar que los tiempos han cambiado…- dijo el hombre poniéndose de pie y sonriendo. —Tal vez si me avisan con anticipación no me lleve una sorpresa como la de esta mañana.
—Está bien, para la próxima le avisaré.- dijo el azabache animándose un poco. —Todavía no termino el dibujo, así que esta no será la primera sesión.
A Minato le apareció una vena en la frente al escuchar eso. No le quedaba otra que aceptar. De todas formas, la decisión sería de su esposa, pero conociéndola, sabría que se prestaría para posar y terminar esa famosa pintura.
—Profesor Minato, debe ser un hombre muy afortunado. Tiene una esposa muy hermosa y con un cuerpo fascinante.- comentó Sai naturalmente pensado que podría alegrar al mayor de los rubios. No lo estaba molestando, era su forma de ser, y no se sentía para nada atraído sexualmente hacia el cuerpo de esa mujer, sino que se refería estrictamente a la belleza y armonía del cuerpo humano que poseía Kushina.
—Sai, te agradecería que no andes comentando esas cosas como si fueran cualquier cosa. La gente lo podría malinterpretar.- dijo Minato sonriendo forzadamente, pero confiando en que el chico no tenía otro interés en Kushina que no fuera en lo artístico.
—Está bien, profesor Minato.- dijo Sai algo confundido al no entender a lo que el rubio se refería. Naruto se sentía más que incómodo en esa situación y tomó del brazo a su nuevo amigo y se lo llevó de ahí. El azabache se sintió extraño al notar que el joven rubio lo llevaba de esa forma un poco brusca. —Naruto, ¿a dónde vamos?
—Shhh… Mejor salgamos de aquí. Si estarás solo el fin de semana en el pueblo, será mejor que lo aproveches bien y salgas a caminar. Yo te guiaré.
—Pero…Naruto. No has tomado desayuno y tampoco te has vestido.- dijo el azabache mirando al rubio que llevaba un par de calzoncillos y una camiseta. El joven de ojos azules se detuvo y se miró rápidamente. Rió como tonto y corrió a su habitación. No alcanzó a pasar ni medio minuto cuando el rubio estaba de vuelta totalmente vestido. Tenía puesta hasta sus zapatillas. Sonrió avergonzado y luego caminó a la cocina. Sacó una rebanada de pan y salió de su casa llevándose a Sai casi arrastrando como lo había hecho anteriormente. Mientras caminaban por las calles, Sai podía notar que los vecinos de Naruto parecían ser familias muy felices. Tenían problemas como todos, pero se notaban que eran unidas y se querían.
—"Me pregunto…Cómo hubiera sido mi vida si mis padres no me hubiesen dejando en ese orfanato. Danzou solo me contó que fui abandonado junto a otro niño mayor, solo cuando tenía unos meses de nacido. Después me llevaron al instituto. Supongo que mis padres no querían hacerse cargo de mí. Al menos me han dejado con vida... No debería estar suponiendo… Las suposiciones solo hacen perder el tiempo…Debería estar más que agradecido al haber conocido a Naruto y a sus padres, siempre pensé que todos los chicos eran malos o interesados, pero él es distinto, tal parece que todas las personas que viven en este humilde pueblo lo son…Además, debo agradecer que gracias a él, sé el nombre de ese chico y estoy más que seguro que debe vivir en una de estas casas, llevamos caminando más de tres cuadras. Ayer me dijo que vivía a cuatro cuadras de su casa. De cerca, Gaara, se verá mucho me…"
—Oye Sai, andas muy callado. ¿Qué tanto piensas?- interrumpió el rubio poniéndose al frente de él y mirándolo fijamente.
— ¿Eh? Pues, tú también estabas callado…- dijo Sai con una ceja alzada.
—Claro que no…Te he estado hablando todo el camino y tú no me prestas atención.- dijo el rubio cerrando sus ojos y haciendo un puchero.
— ¿Hablas en serio?- preguntó el azabache sorprendido y ruborizándose al notar que andaba demasiado distraído.
—Jajaja, se nota en seguida cuando te avergüenzas, tu piel es demasiada pálida...Pero no te preocupes, tan solo bromeaba. No he hablado en todo el camino. Tan solo he estado comiendo mi desayuno.
—A ti te encanta hacer bromas…- dijo Sai mirándolo seriamente. Naruto tragó saliva y lo miró un poco asustado. —Supongo que debería hacer lo mismo…Como ayer.- agregó sonriendo. Un escalofrío recorrió la piel del rubio.
—Mejor…Sigamos caminando.- dijo el joven de ojos azules recordando la situación de ayer. —"Debo admitir que Sai a veces puede ser diabólico"
—Oye Naruto, hace un rato atrás me dijiste que me parecía a alguien llamado Sasuke…- comentó el azabache caminando sin dirección, pues solo seguía a el rubio que estaba al lado suyo.
— ¡Ah!- exclamó el rubio acordándose. —Sobre eso, pues, déjame decirte que cuando lo veas sabrás porque te lo digo.
— ¿Realmente se parece a mí?
—Mmm…En personalidad son distintos. Pero físicamente se parecen un poco.
— ¿Tiene la piel pálida como yo?- preguntó el azabache. — ¿Tiene el cabello negro y corto? ¿Tiene los ojos negros? ¿Sus labios son prominentes?... ¿Y qué tan alto es?
— ¡Ahhh! No tantas preguntas…Bueno ahora que lo pienso, Sasuke no es tan alto como tú…Y tampoco tiene los labios gruesos. A-además su cabello lo tiene más largo…
— ¿Entonces en qué nos parecemos?- volvió a preguntar el azabache.
— ¡Ah! ¡Maldición!- gritó el rubio revolviendo sus propia cabellera. —Creo que me apresuré en comparar. Sasuke es distinto.
—Ya veo…- dijo Sai sonriendo. A los pocos segundos se detuvo y tomó la ropa de Naruto para detenerlo. — ¿Qué es ese ruido?
— ¿De qué ruido habl…?- alcanzó a decir el rubio quedándose callado. Sus pupilas se agrandaron y un hilo de saliva comenzó a salir de su boca. Sai lo miró extrañado. No entendía el comportamiento. Poco a poco el ruido se fue escuchando más y más fuerte. Era una especie de melodía muy simple, además se escuchaba el ruido de un motor.
— ¡Es el camión de los helados!- gritó Naruto juntando sus manos y sonriendo con sus ojos brillosos. —Suerte que ando con dinero. Sai, ¿qué sabor quieres?- preguntó el rubio antes de lamerse los labios.
El azabache se sorprendió por el cambio de actitud de su amigo. Hasta se sentía privilegiado porque nunca antes había tenido esa experiencia de que alguien lo invitara.
—Me da lo mismo el sabor…Elige un helado igual al tuyo.- dijo el azabache sonriendo. Naruto asintió con la cabeza y diciéndole que lo esperara ahí, partió corriendo detrás del camión. Lo peor de todo es que había una fila enorme de niños mucho más pequeños que el mismo rubio. No le quedó otra que esperar, pues no sería tan malvado como para empujar y colarse en la fila.
Mientras el joven de ojos azules esperaba por su compra. Sai se había sentando en el pasto, o más bien en el patio delantero de una casa como si nada. Ese día estaba realmente agradable. No hacía ni mucho frío ni mucho calor.
El azabache vestía una camiseta de manga corta de color negro. Unos pantalones azules que le llegaban hasta los talones y unas zapatillas oscuras. El pasto estaba tan cómodo que se echó sobre él a mirar el cielo como solía hacerlo en su instituto. Nunca antes se había sentido tan bien y tan tranquilo. Solo que esa paz desapareció cuando escuchó una grave voz y vio con dificultad a una persona que estaba al lado suya, pero que se encontraba de pie, y lo miraba fijamente.
—Sale de mi patio. Esto es propiedad privada.- dijo ese joven con tono molesto. Sai se puso de pie sintiéndose arrepentido. Al hacer esto, pudo ver mejor a ese chico. Era Gaara. El tiempo se había paralizado para él. Esos maravillosos ojos verdes estaban fijamente mirando su ser. El cabello extremadamente rojo brillaba por el sol. Su piel parecía muy suave. El tatuaje que le había hablado Naruto decoraba su frente. Su estatura era baja, tal vez eran más de diez centímetros de diferencia. Sin duda parecía que su vida comenzaba cambiar muy rápido. Al fin se encontraba cara a cara con ese joven de una belleza tan única. Pero había algo que lo descolocó. A pesar de que ese atractivo joven poseyera una voz muy varonil, sonaba fría. Además la expresión que tenía ese chico, no eran muy amistosa. Parecía furioso. Sintió algo de decepción, todo su castillo de arena que se había idealizado en su primer encuentro se derrumbaba en unos segundos. El azabache en seguida se entristeció. No comprendía cómo ese joven tan hermoso, podía llegar a verse tan malvado. Pues desde los pasillos solo podía notar su rostro serio. Jamás lo había visto sonreír y lo más probable es que esa vez tampoco lo vería en esas condiciones.
—G-Gaara. Perdón.- pronunció el azabache reaccionando para disculparse por estar descansando en su propiedad.
— ¿Cómo sabes mi nombre?- preguntó el pelirrojo tomándolo de la ropa y elevándolo sin problemas. —Ni si quiera te conozco… ¿Acaso me buscas?- volvió a preguntar enojado.
—Pues sí…- respondió Sai un poco asustado. Él podía perfectamente defenderse como buen alumno de judo, pero no iba a golpear a ese chico que más de un suspiro espontáneo le había sacado.
— ¿Quieres pelear conmigo? ¿Alguien te envió para golpearme?
—No…Yo solo…- alcanzó a decir Sai antes de recibir un puñetazo en plena mejilla por parte del pelirrojo que todavía lo tenía a cierta altura del suelo. —Siempre quise verte de cerca, pero jamás pensé que nos hablaríamos.- dijo el azabache mientras se sobaba la mejilla. Gaara lo soltó y lo dejó caer sobre el pasto.
—Anda a molestar a otro lado. No pienso golpear a alguien tan débil como tú.- dijo el pelirrojo compadeciéndose del azabache que parecía estar delicado de salud por tener la piel tan pálida, lo que en realidad se debía a que pasaba mucho tiempo haciendo sus pinturas bajo techo y rara vez salía a tomar sol durante horas.
El joven de ojos negros se molestó por el comentario. La admiración hacia esa persona había casi acabado hace unos instantes atrás, pero por primera vez se sentía totalmente ofendido, y con la capacidad de atacar. Parecía que su paciencia se había acabado rápidamente por las palabras de ese pelirrojo.
—Yo no soy débil.- dijo poniéndose de pie y sonriendo. Gaara pensaba irse, pero al notar que el azabache parecía buscar pelea apretó sus puños y lo miró enojado. —No vine a pelear, pero no dejaré que me digas que soy débil. Recién te conozco de verdad y ya me pareces una persona totalmente desagradable. Creí que serías más amable, pero me equivoqué. Ahora que lo pienso, no podía esperar tanto de alguien que no tiene cejas…- dijo Sai sonriendo burlonamente. El pelirrojo no entendía a qué se refería con eso de que recién lo conocía de verdad, pero no podía ignorar ese comentario que claramente era con la intención de provocarlo.
—No sé quien eres. Y tampoco quiero saberlo. Pero no te dejaré ir sin haberte dado una paliza.- dijo Gaara arremangándose su ropa y dando un primer puñetazo. Sai lo esquivó fácilmente, luego ambos se agarraron de la ropa y comenzaron a hacer fuerza. Sus miradas habían cambiado. Parecía un odio profundo hacia su contrincante. Ninguno quería dejarse dominar en la batalla, su sangre se había calentando y sus dientes los mantenían apretados.
Sin duda esa reacción, ni el mismo Sai se lo esperaba. Esa ira que hasta ahora era desconocida, se apoderaba del azabache. Y tan solo por conocer a Gaara.
—Eres chiquito, pero poderoso.- dijo el azabache volviendo a sonreír. El joven de ojos verdes no tenía idea cómo se llamaba ese chico, pero ya tenía unas ganas inmensas de golpearlo gravemente.
—Repítelo, maldito…- dijo el pelirrojo dándole una patada en la rodilla. Esto hizo caer rápidamente al azabache. Sai se puso de pie rápidamente mientras intentaba golpear al pelirrojo, siempre evitando dañar el rostro.
—No entiendo por qué eres tan agresivo…Solo andaba por aquí descansando y unas cuantas palabras te hacen enojar. ¿Tienes algún problema que te lleve a la violencia?- preguntó el chico de ojos negros golpeándolo varias veces en el brazo. Gaara agarró el cuerpo del mayor y lo lanzó contra el aire de lo furioso que se encontraba.
—Tú mismo comenzaste esta pelea, estúpido. En primer lugar no debiste venir hasta acá.- le hablaba el pelirrojo repartiendo patadas al cuerpo de Sai.
El azabache se quejaba del dolor, pero tan pronto como tuvo la oportunidad de ponerse de pie, lo hizo, y tomó los cabellos del pelirrojo. Se sintió un poco extraño al tocarlo y sentir lo suave que era.
—No contestaste mi pregunta…Solo quiero saber por qué eres tan violento. He leído en libros que la gente violenta y que se enoja fácilmente, tienen problemas en su vida.
—Suéltame…- murmuró el pelirrojo dándole un patada en el estómago. —No tengo por qué contarte cosas de mi vida- el azabache ya estaba otra vez en el suelo quejándose.
—"No entiendo…por qué… Me siento desilusionado de su forma de ser, pero… aun así, quiero saber por qué es así… Tal vez lo pueda ayudar. Él es un chico problemático… Ahora que lo pienso, por qué me comporto de una forma tan violenta. Danzou siempre me ha dicho que debo ser violento solo en caso de defenderme de unos posibles ladrones. Gaara no es un ladrón. Es tan solo un chico. Un chico que me saca de quicio con esa actitud tan violenta. Me estoy volviendo como él tan solo por el hecho de golpearlo…Yo no quiero eso. Yo solo quiero, solo quería, ¿verlo? ¿Acaso ya no se cumplió eso? No pensaba aspirar a nada más, pero… No pude evitar enojarme cuando me trató como débil... Se lo podía aceptar a cualquier persona…Pero a él no. No quiero verme débil ante él. Ya que aunque me cueste reconocerlo…Fue mi motivo para querer salir de ese lugar. Sin él, tal vez no hubiera aceptado ir con el profesor Minato. En ese caso, no debería estar peleando, debería agradecerle…p-pero…no deja de golpear."- pensaba el azabache resistiendo como podía mientras pensaba qué hacer en esos momentos.
—Gaara, por favor, de-detente…- dijo Sai mirándolo de reojo. —"Debo admitir que tiene los ojos más hermosos que he visto…Por qué él tiene que ser el dueño de esos ojos…"
— ¿Ya te rendiste?- preguntó el pelirrojo sonriendo sádicamente. Sai se puso de pie con mucha dificultad. Lo volvió a mirar y trató de detenerlo con sus manos, cosa que consiguió en unos cuantos segundos, pero haciendo mucha fuerza. —En vez de detenerme deberías golpearme- dijo Gaara que seguía enormemente enojado.
—Gaara.- decía el azabache con susto de ver la expresión tan atemorizante que tenía el pelirrojo y adolorido por hacer tanta fuerza. —Tú eres el responsable de mi cambio…Lamento haber empezado la pelea. No quiero pelear. Solo quiero ser tu…
Mientras decía esto, miraba el pasto, por lo que no vio venir una fuerte patada, del joven de ojos verdes, a su estómago. Sai llegó a escupir sangre. Tosió un par de veces mientras sus ojos se le cerraban. Poco a poco la luz desaparecía para él.
Pasaron cerca de cinco minutos para que Naruto volviera donde estaría Sai. Grande fue su sorpresa cuando lo encontró botado en el cemento. Inconsciente y herido.
— ¡Sai!- gritó Naruto que tenía un helado en cada mano. — ¡Sai! ¿Estás despierto? ¿Quién te hizo esto? - preguntó con una esperanza de que despertara. — ¿Quién fue?- insistió Naruto notando que su amigo parecía estar grave. No le quedó otra que regalar sus helados a unas jóvenes que pasaban por el lugar para llevarse a su amigo a un hospital…
El azabache comenzó a abrir con mucha dificultad sus ojos. Vio el techo del lugar que se encontraba. Era la habitación de Naruto. Movió su cabeza hacia un lado mirando a Naruto y a Kushina que estaban atentos a cada movimiento que él hacía.
— ¡Sai! Me alegra que hayas despertado. No fue tan grave como pensábamos, solo tienes varios moretones y un par de rasguños. Lo que más nos preocupó es que hubieras tenido un traumatismo abdominal, pero el médico nos dijo que estabas bastante bien a pesar de que escupiste sangre. Ahora estás con nosotros y no dejaremos que esto vuelva a pasar.- dijo la mujer acariciando el cabello del joven.
—Sai…Otra vez lo lamento. No debí dejarte solo. Este pueblo suele ser seguro, pero de vez en cuando hay unos maleantes dando vuelta. Por esas casualidades, ¿cómo eran los tipos?
El azabache miraba con atención a la madre y al hijo cada vez que alguno de ellos hablaba. Al escuchar la pregunta bajó la mirada
—Fue Gaara.- respondió un poco deprimido mientras Kushina y Naruto se sorprendían por la respuesta.
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Continuará...
Espero que les haya gustado y dejen un comentario para animarme
Última edición por Alluka el Dom Ene 06, 2013 4:35 pm, editado 3 veces
RasputinSin vida social - It's JJ Style!
34 1547
165
05/06/2011
Viktuuri
Hunter x Hunter (2011) | Ping pong animation | Full Metal Alchemist | Yuri on ice
Pokemon Sol y Luna | All Out!! | Sangatsu no Lion | Super Horny 2
12.380 円
Ocio, ven a mí
Re: [En Proceso] Mundo corrompido
Ooooh no termine de leerlo pero me quede enganchaada
Cuentas muy bien la historia!
Aunqueee... lastimosamente no me gusta el yaoi, pero es que se me hizo tan interesante xD
Sigue asi! la historia es muy buena
Cuentas muy bien la historia!
Aunqueee... lastimosamente no me gusta el yaoi, pero es que se me hizo tan interesante xD
Sigue asi! la historia es muy buena
Re: [En Proceso] Mundo corrompido
Bueno solo he leido el 1° capitulo y dejame decirte que me ha encantado
...rayos creo que tambien me hare fan del SaiGaa XD
+1
...rayos creo que tambien me hare fan del SaiGaa XD
+1
Chrome DokuroSasuNaru Club - See ya!
31 1750
76
05/07/2011
Hibari❤Chrome
HitsuHina || Reita x Ruki || GrimmIchi || Sísifo x Sasha || 6918 || RenRuki || D27
Saint Seiya Darker Than Black Nurarihyon no mago Great Teacher Onizuka Tactics
Tegami Bachi
6.855 円
Regalos:
El manga que hizo Kiwa de Kouta y de Yuki XDDD
Re: [En Proceso] Mundo corrompido
Porfin miro a alguien de este foro con el gusto Saigaa .
Bueno solo diré que esta EXCELENTE.
Me he enamorado de tu fic espero lo actualices rápido ya que me ha dejado picada
en realidad ya quiero leer el siguiente cap.
Esta genial
Bueno solo diré que esta EXCELENTE.
Me he enamorado de tu fic espero lo actualices rápido ya que me ha dejado picada
en realidad ya quiero leer el siguiente cap.
Esta genial
Ale WalkerObseso - 26 487
27
30/04/2011
Yullen
D18, HiroMido, AleIta, NezuShion
D-gray Man
Togainu no Chi, [K], MAGI
12.670 円
Regalo
Re: [En Proceso] Mundo corrompido
Yoh... termine hasta el cap 3 que llevas, en menos de 1 hora -awesomeface-. Normalmente tardo hrs en leer un cap tuyo e3é!.
Te dije que algún día me pasaría y Bro cumple con lo que dice (?) 8D.
Y yoh quiero más (CRS), ¡lo exijo!, quiero leer el capitulo #4, y es que hasta donde eh leído me llamo la atención, violencia rlz o3o (?) okno.
Pero no me explico por que Sakura estaba en el capu 1sisalealgúnNaruSakuuotraquenoseaSasuNarunomevahagusta:'B(?).
Palomis, espero actualices pronto *3*, osea pronto~ .
Yah, me viro
Pronto (CRS).
Te dije que algún día me pasaría y Bro cumple con lo que dice (?) 8D.
Y yoh quiero más (CRS), ¡lo exijo!, quiero leer el capitulo #4, y es que hasta donde eh leído me llamo la atención, violencia rlz o3o (?) okno.
Pero no me explico por que Sakura estaba en el capu 1
Palomis, espero actualices pronto *3*, osea pronto~ .
Yah, me viro
Pronto (CRS).
Re: [En Proceso] Mundo corrompido
- Comentarios antes del capítulo:
- Bueno, ya que he recibido tantas flores por el FF (?) subiré la continuación.
Solo les recuerdo que si se aburren, déjenlo. No tendré rencores (?) En serio :D
michii: Me sorprendió verte por estos lados. Y me sorprendió tu comentario. Debió ser mi publicidad en la firma que te trajo aquí, o tal vez viste que era SaiGaa y te dio curiosidad por esa pareja tan crack. Te agradezco que te hayas tomado el tiempo de leer y comentar mi historia. Y eres valiente para leer algo yaoi xD Aunque en realidad todavía no hay taaanto yaoi en el FF. Lo atrayente de este escrito vendría a ser la historia, que sinceramente me gusta mucho - y eso que yo la escribí xD - Pero de verdad que me encanta y cada vez se me ocurren más cosas y y y... estoy inspirada D:
(Por cierto, Tú ser gran dibujante. Deberías hacer un taller para la gente chanta como yo ;_; que intenta dibujar algo bonito y le sale todo mal pintado y chueco xD)
Chrome Dokuro...o debería decirte, ¿Hinamori?: Gracias por pasarte. Lo encontré hasta tierno <3 - Soy tan insistente en el chat xD - Me caes bien x3 Y acuérdate de lo que te dije en el chat, si no te gusta, no te sientas obligada a leer mi historia. Con que hayas leído un capítulo o medio capítulo (?) y me des tu opinión, seré feliz 8D Así que ya me hiciste feliz. Un saludín para ti :D
Ale Walker: Oh! Oh! Wao *-* ¿Te gusta el SaiGaa? - sé que si xD - Qué genial >w< Es una pareja crack, súper mega crack, pero fascinante. Más aun si los juntas con sus verdaderas personalidades. Es toda una telenovela xD Realmente es raro encontrar en este foro gente que ame el SaiGaa. En realidad es complicado encontrarlo en cualquier parte de internet, los fanarts son poquísimos y los FF dedicado cien por ciento a ellos, también. D:
Pero este es uno más de los pocos que existen x3 Saludos
Kamui_Bronik_Trancy o simplemente Broniko Violeta: ¡Kya! Te pasaste por aquí *-* Me acuerdo que me dijiste que pasarías hace mucho tiempo (?), pasaban los días sin un comentario tuyo...Pero la verdad es que no te iba a insistir D: - nunca tan molestosa - Gracias, eso lo valoro. Por acordarte y tomarte el tiempecillo de leerlo. - el tiempo es valioso -
Jajaja, los capítulos están más cortos. Me han dicho que los haga más largos, pero prefiero capítulos cortos e intensos (?) ¡Hey! Sakura estaba en el capítulo dos, no en el uno ó.ò - se supone - y es amiga de Naruto (que quede bien claro xD) Aunque estoy pensando seriamente si hacer o no hacer SasuNaru. Es que si hay, perderé a gente que odia el SN, pero si no pongo nada, perderé a gente yaoista de corazón D: Y en este FF tengo lectoras y lectores con diversos gustos (primera vez xD) Así que ya veré que hago... o.o Saludos
++++
El siguiente capítulo tiene algo de comedia x3
Capítulo 4: Baños públicos
Continuará...
- Spoiler:
- Sai había cerrado sus ojos al recordar esa violenta experiencia con Gaara. Suspiró y luego se sentó en la cama. Parecía estar incómodo estando acostado. Naruto no tenía idea qué decir, se había puesto nervioso por la situación. La pelirroja frunció el ceño y dejó una bandeja con comida sobre las piernas del azabache.
—Sai, ese chico es muy problemático. Evita encontrártelo. Ha tenido muchos problemas en su vida, pero es difícil acercarse a él sin que recibas un golpe. No respeta a sus profesores, ni a los médicos que lo atienden cuando ha tenido que ir por algún motivo. La policía se lo ha querido llevar detenido, pero por ser menor de edad, no pueden hacer nada. Hasta Minato ha sido agredido. Y no dejo que Naruto se junte con él porque ya pasó que una vez salió herido. - contaba la mujer con tono de preocupación y tristeza. —No quiero que suceda de nuevo con nadie…
—Mamá…No te acuerdes de eso. Fue hace tanto tiempo y era tan pequeño. A esa edad no sabía defenderme.- dijo el rubio sonriendo algo triste por ver a su madre en este estado.
— ¿Qué sucedió?- preguntó el azabache mostrando interés y mirando a la pelirroja.
—Fue horrible...- murmuró Kushina bajando la mirada.
—Gaara me golpeó cuando tenía nueve años en un paseo escolar. Quedé herido y perdido por dos días hasta que me encontraron y me llevaron al hospital. Por un momento me dieron por muerto, pero como soy muy fuerte sobreviví de esa fuerte golpiza.- dijo Naruto sonriendo. —Ahora estoy en perfecto estado.
—Entonces lo mío no fue nada.- dijo el azabache mirando al joven de ojos azules.
—No lo creo Sai…por si no te has dado cuenta, hoy es domingo y Gaara te golpeó ayer.- dijo el rubio. Sai quedó sorprendido, no podía creer que estuvo tanto tiempo durmiendo.
—Bueno, después de descansar tantas horas, deberías sentirte mejor.- dijo la mujer sonriendo. —Sería bueno que comieras lo que te traje para recuperar tus energías.
El azabache miró la comida con atención. Era pescado frito con arroz, además tenía ensalada de lechuga y tomate. Sai agradeció por la comida y tomando los palillos, comenzó a comer. Al principio se sintió muy bien. El sabor de esa comida era único. No era como la del instituto, y es que en ese lugar la comida era preparada por chef profesionales, pero la de ahora, parecía mucho más sabrosa. Por primera vez se sentía tan feliz almorzando.
—No comas tan rápido.- comentó Kushina riendo al notar lo apresurado que parecía el azabache en terminar. —Debes degustar la comida.
—Oh, lo siento.- se disculpó Sai un poco avergonzado y bajando la mirada. —Es que está delicioso. Es la mejor comida que he probado en mi vida.
La mujer sonrió y se sintió muy halagada, luego miró a su hijo de mala manera.
—Deberías aprender de Sai…- murmuró la pelirroja. —Él sabe apreciar lo que hago. No como tú y tu padre.
—Ah…Pero mamá.- reía algo nervioso el rubio. —Piénsalo de esta forma. Si papá y yo comemos lo que preparas, significa que lo que haces está comestible.
Un aura asesina emanó de la mujer. Su cabello parecía flotar, sus puños los mantenía apretados y se podía escuchar un ligero gruñido desde su garganta. Luego se puso de pie y miró de forma amenazadora a su hijo. Naruto sintió una gota de sudor en su frente que recorría su cara. Tragó saliva como solía hacer cuando se asustaba y retrocedió unos pasos. Sai estaba demasiado concentrado comiendo como para preocuparse de lo que pasaba, y no fue hasta que hizo una pausa, cuando subió la mirada y vio a la mujer que parecía estar comportándose de una forma muy extraña.
—Señora Kushina, disculpe que la moleste, pero ¿me enseñaría a cocinar?- preguntó el azabache de pronto. —En mi instituto tomo clases de cocina, pero el sabor de la comida no me queda como esta.
La mujer se detuvo de inmediato al escuchar la pregunta. Escuchó con atención lo que dijo el joven y sonrió. Toda esa aura había desaparecido. Naruto suspiró y se sentó en el sillón que tenía en su habitación. Parecía cansado, toda esa presión sicológica que había causado su madre lo había dejado exhausto. Sabía que desde ahora tendría más cuidado con sus palabras. Sobre todo si herían el orgullo de su madre.
— ¡Sai!- exclamó la pelirroja muy contenta. —No sabía que te gustaba cocinar. Claro que te enseñaré y te daré algunos consejos para que la comida te quede perfecta. Cocinar es un arte, y hay gente que no sabe apreciarlo…- dijo esto último mirando a su hijo. —A veces me gustaría que Naruto tuviera más interés por esas cosas…
—Mamá…Soy hombre. Los hombres no cocinan. Para eso están las mujeres.- dijo el rubio metiéndose el dedo en la nariz despreocupadamente. La mujer apretó sus dientes y nuevamente su paciencia comenzó a agotarse.
—Pero si hay chef que son hombres…- dijo el azabache mirando raro al rubio.
—Sí, pero a ellos le pagan por cocinar. Es decir, eso es un trabajo, en cambio, las mujeres tienen como obligación cocinar y mantener todo en orden la casa.
— ¡Naruto!- gritó la mujer haciendo que Sai y el mismo rubio se asustaran por el grito tan fuerte que había dado la pelirroja. — ¡¿Desde cuándo te volviste tan machista?! – volvió a gritar esta vez no tan fuerte, pero mirando de reojo a su hijo. Naruto volvió a sentirse asustado. Solo salió corriendo de su casa cuando su madre comenzó a contar hasta tres. Sai solo podía comer mientras miraba todo ese espectáculo. —Ese niño…- murmuró la mujer cruzándose de brazos.
—Terminé.- dijo el azabache dejando sus platillos en la bandeja. —Muchas gracias, señora Kushina, realmente cocina muy bien.
La mujer miró con ternura al joven y le acarició el cabello.
—Qué bueno que te haya gustado, Sai. Más tarde podríamos ayudarme a hacer la cena. Así podrías aprender algunas cosas. Además terminaría más pronto…
—Si Naruto y el profesor Minato ayudaran, terminaríamos mucho antes.
—No creo…Ellos son algo inútiles en la cocina…La última vez que quisieron ayudarme, rompieron cinco platos, tres vasos y dejaron la cocina muy sucia. Será mejor tenerlos alejados.- comentó sonriendo un poco nerviosa. —Creo que ahora deberías ver un poco de televisión o salir a caminar. Busca a Naruto, no pudo haber llegado muy lejos.
—Está bien.- dijo el azabache dejando la bandeja en el velador y poniéndose de pie. Al sacarse las sábanas se dio cuenta que traía otra ropa, era suya, pero se sintió avergonzado al notar que alguien había abierto su mochila para sacar ropa. Lugar donde estaban los dibujos de Gaara. —Señora Kushina.- dijo el azabache tomando la atención de la pelirroja que ya tenía la bandeja en sus manos. —Ya sé que este caso fue excepcional, pero me gustaría que no abrieran mi mochila sin mi consentimiento…- comentó en voz baja mientras sus mejillas se enrojecían.
—Ah…Bueno, Sai. Lo lamento.- dijo la mujer un poco confundida.
—Gracias.- dijo el azabache sonriendo y caminando por la habitación para salir. Antes de cruzar la puerta se detuvo y se volteó. —Por cierto, ¿le parece bien si seguimos con el retrato esta tarde?
—Mmm…No lo sé, Sai. Creo que tendremos que cambiar la fecha. Es que esta tarde tenemos planeado ir a los baños públicos. Luego de eso volveríamos a casa a preparar la cena, y, bueno, después tendrás que volver a tu instituto, no creo que haya tiempo.
Sai escuchaba con atención lo que decía la mujer, se sorprendió al escuchar “baños públicos” y luego se desanimó un poco al saber que tendría que volver esa misma noche.
Fue así como pasaron las horas. El azabache había encontrado a Naruto en el patio trasero de la casa. El patio no era muy grande, era del mismo tamaño de la casa, tenía pasto, una asadora, dos árboles muy altos y grandes, un columpio y unas sillas de exterior. El rubio se encontraba arriba de uno de los árboles. Parecía dormir tranquilamente. Se despertó al sentir que alguien tocaba su hombro. Sai había subido al árbol y se encontraba cerca de él. Al principio se asustó, pero luego se alivió y se sentó para conversar con su amigo. La conversación trató principalmente de las extrañas marcas que tenía el rubio en sus mejillas, también hablaron largo rato sobre Sakura y Sasuke.
—Sí.- Naruto parecía molesto mientras conversaba. —Sakura está completamente enamorada de Sasuke, pero él es un idiota y no se da cuenta…O más bien la rechaza. Él jamás se muestra cariñoso con nadie. Es un tonto…
— ¿Te gusta Sakura? – preguntó el azabache.
—Pues…- decía Naruto sonrojándose. —La verdad es que…
— ¡Chicos!- se escuchó gritar a Minato que justamente abría la puerta de la casa que daba al patio trasero. El joven de ojos azules suspiró e inmediatamente se relajó. —Preparen sus cosas, iremos a los baños públicos en cinco minutos.- volvió a gritar el padre de Naruto. Sai sonrió. Era la primera vez que iría a uno de esos baños. Ambos jóvenes se apresuraron en buscar sus cosas. Una vez listos, entraron al auto y se sentaron en los asientos traseros.
—Naruto, por qué toda tu familia va a los baño públicos si ya tienen bañeras en su casa.
—Eso es porque las bañeras son muy pequeñas. Y es que papá compró esta casa que tiene un diseño muy occidental. Así que los fines de semana, nos damos el lujo de ir a los baños públicos, donde hay una enorme bañera. Es bastante relajante. Además en un lugar para ir a conversar con los amigos...Sasuke también irá. O eso me dijo.- respondió el rubio en tanto estiraba sus brazos, cosa que no pudo hacer al despertar de su siesta.
En menos de dos minutos el auto ya estaba andando. Minato conducía y su esposa iba de copiloto. El trayecto no demoró más de diez minutos.
Al llegar, Minato, Naruto y Kushina salieron prácticamente corriendo muy animados. Sai no andaba apurado ni tan emocionado por bañarse, por lo que salió sin apresurarse. Cerró la puerta del auto y caminó hasta entrar al local. Miraba hacia todos lados y no sabía qué hacer. Entró cruzando por la primera puerta que encontró, donde una señora de edad estaba detrás de una gran mesa. Parecía ser la persona que atendía. De todas formas la anciana no detuvo al joven para que pagara antes de entrar a los baños por la simple razón de que lo vio venir junto a la familia Namikaze-Uzumaki.
—“¿Dónde se supone que deba ir?”- se preguntaba el azabache caminando a través de los pasillos. Al entrar a una de las habitaciones, vio muchos casilleros y un gran estante con varias fuentes de plásticos, donde algunas de estas fuentes estaban llenas de ropa. También vio un par de lavabos y caminó para adentrarse a esa habitación. Al entrar, vio como Kushina andaba solo en ropa interior.
—Señora Kushina, me alegra encontrarla, creí que estaba mal. ¿Naruto y Minato ya entraron a los baños?
La mujer se volteó a ver al azabache, comenzó a reír y se tapó con una toalla.
—Sai, esto no son baños mixtos. El baño para hombres está en la otra puerta. Si entras al baño de mujeres terminarás muy herido.
—Ya veo…- murmuró el azabache un poco asustado y mirando la puerta corrediza que daba los baños. Al hacer esto vio la silueta de dos mujeres desnudas. —Entonces mejor me iré…
— ¡Ah! Espera… ¿Me ayudas?- preguntó la pelirroja un poco avergonzada.
Sai se detuvo, dejó su pequeño bolso a un lado y se acercó a la mujer.
—Se quedó atorado, esto no suele pasar…- decía la mujer tratando de quitarse el sostén. El azabache logró desatorarlo y luego recogió sus cosas para irse de ahí.
Al entrar a los baños masculinos dejó su bolso dentro del casillero. Justamente el diminuto casillero que eligió estaba a la altura de su cara, por lo que al abrirlo uno no podía ver su rostro. Antes de cerrarlo, echó una mirada a una persona que estaba completamente desnudo y con una toalla en la cabeza. Parecía que se estaba secando el cuerpo, por un momento creyó que era Naruto, pero tenía la piel demasiado blanca, además el rubio debería estar enjabonándose en esos momentos.
Miró discretamente por las aberturas del casillero. De pronto vio como la toalla que tenía esa persona en la cabeza se caía, dejando al descubierto una cabellera extremadamente roja. Hasta notó que se había volteado un poco y pudo ver mejor su rostro. Era Gaara.
Las mejillas del azabache se enrojecieron al ver por primera vez a ese joven completamente desnudo.
—“Es perfecto…” – pensó de pronto Sai al detallar su cuerpo. —“Tiene un cuerpo muy hermoso. Tiene unas proporciones impresionantes. Y…su trasero… Es muy redondo.”- seguía pensando el azabache quedándose un rato paralizado.
—Tú otra vez…- dijo el pelirrojo una vez que se dio vuelta y se percató de la presencia del azabache. — ¿Acaso no aprendiste después de la paliza que te di ayer?- preguntó acercándose y mirándolo desafiante. —Si me vuelves a molestar, te juro que podría matarte…
—“Es…rojo…Eso significa que su cabello es rojo natural…”- pensaba Sai mirando hacia abajo sin poner atención a las amenazas del joven de ojos verdes.
— ¡¿Me estás escuchando?!- gritó tomándolo de la ropa y lanzándolo contra los casilleros.
—¡¡¡Gaara!!!- gritó un joven de cabello castaño que se aproximó a esa habitación. Era mucho más alto que el pelirrojo y tenía un cuerpo más grande. En esos momentos traía una toalla amarrada en la cintura. —No causes alboroto. Si rompes algo tendremos que pagarlo. Además no nos dejarán venir otra vez… Deja a ese tipo en paz y larguémonos.
—Kankuro…Este tipo es insoportable. ¿En qué clase está?- preguntó el pelirrojo que tenía su pie apoyado en el pecho del azabache. Sai estaba sentando en el suelo con su espalda pegada a los casilleros.
—No lo sé…Nunca lo había visto antes.- dijo Kankuro acercándose a Sai. —Tal vez es nuevo.
—Soy estudiante del instituto ANBU.- comentó Sai mirando al par curiosamente.
—Tienes suerte de no estar en mi instituto…- dijo el pelirrojo presionando con su pie el pecho, haciendo que el azabache se quejara.
— ¡Gaara! Es suficiente.- dijo el castaño. —Mejor vístete y no pierdas tu tiempo.
El pelirrojo lo soltó y lo dejó en el suelo. Fue a vestirse junto a su hermano mientras el azabache se sacaba su ropa para entrar a los baños. Sai no pudo evitar mirar disimuladamente al pelirrojo mientras se vestía, le causaba tanto interés verlo que no le importaba ser golpeado. De todas formas tuvo suerte que Gaara no se diera cuenta.
Una vez que el castaño con el pelirrojo salieron, Sai se amarró una toalla a la cintura. De esta forma se podía apreciar su cuerpo bien trabajado por las horas que le dedicaba al gimnasio durante la semana.
De pronto se puso a pensar que haberse quedado callado fue lo mejor. Sabía que ese jovencito de ojos verdes era muy temperamental cuando lo provocaban. Además no había pasado mucho tiempo desde ese encuentro que tuvo con él, por lo que dedujo que el pelirrojo aun estaría enojado.
Sin tomarle mayor importancia, prefirió entrar al lugar donde estarían todos los hombres bañándose. El azabache sonreía inconscientemente mientras caminaba y al deslizar la puerta corrediza, vio el enorme baño, la gran bañera, muchas duchas, bancos para sentarse, y algunos hombres desnudos que se enjabonaban frente a las duchas, entre ellos Minato y un hombre de cabello negro.
—Sai dónde andabas.- dijo Naruto que asomó su cabeza de la gran bañera. Al mirar a su amigo notó que tenía un aspecto muy bien cuidado.
—Ah…bueno, solo estaba…
—Sai, antes de entrar a la bañera debes enjabonarte y darte una ducha, siéntate por aquí.- interrumpió Minato mientras hacía una señal con la mano para que se sentara al lado suyo. —Ah, por cierto, te presento a Fugaku Uchiha, el inspector del instituto del cual estoy a cargo.
—Buenas tardes, señor Uchiha, un gusto conocerlo.- dijo el azabache sonriendo y sentándose cerca de los hombres.
—Hola, muchacho, me han hablado de ti.- dijo el hombre de cabello negro mientras Sai se sonrojaba un poco. —Me han dicho que eres el mejor alumno del instituto ANBU, eres todo un ejemplo para tu generación.
—Eh…No es para tanto, señor Uchiha. Tan solo hago lo que los profesores me dicen…
—Qué modesto eres.- dijo Fugaku sonriendo. —No me llames por el apellido, puedes usar mi nombre, estamos en confianza…
—Está bien, señor Fugaku…- comentó Sai despreocupadamente.
—A todo esto, ¿a dónde andabas?- preguntó Minato. Naruto se acercó, con una toalla amarrada a la cintura, a escuchar la respuesta que no había oído de Sai con anterioridad.
—Pues me equivoqué de lugar…Entré al de las chicas.- contestó el azabache sonriendo sin avergonzarse. Minato lo miró con la boca abierta y Fugaku frunció el ceño al saber que pudo ver a su esposa con poca ropa.
— ¿Y tanto te demoraste en llegar? - murmuró el mayor de los rubios cruzándose de brazos. —No debía tomarte tanto tiempo llegar a este lugar, no es tan grande.
—Estuve ayudando a su esposa a sacarse el sostén.- comentó el azabache con un rostro bastante ambiguo.
— ¡¿Qué hiciste qué?!- exclamó Naruto totalmente impactado y revolviéndose sus cabellos. — ¿Qué tienes con mi madre?- preguntó el rubio a los pocos segundos un poco deprimido. Le agradaba Sai por ser una persona tan amable, pero no podía entender ese extraño comportamiento con su madre.
—Nada…solo la ayudaba. Luego me fui.- dijo el azabache rascándose la cabeza. —La señora Kushina me dijo que debía irme lo más pronto posible porque alguna mujer me podría golpear si me veía ahí…
—Esto es demasiado…- murmuró Minato mordiendo una toalla y mirando desconsoladamente hacia la pared.
—Vaya Minato, parece que tu mujer prefiero a los jovencitos…- dijo Fugaku en voz baja.
— ¡Cállate!- exclamó el mayor de los rubio tomando al hombre de cabello negro por los hombros y sacudiéndolo.
—Solo decía…oye, no me sacudas…- se quejaba el Uchiha. —A todo esto, creo que algo te está creciendo, Minato.
—De qué rayos hablas…
—Creo que son dos cuernos en tu cabeza…- dijo Fugaku mirando hacia otro lado y sonriendo con algo de maldad.
—Eres cruel…- murmuró Minato haciendo un puchero.
Sai ya se había terminado de enjabonar su cuerpo, le hubiera gustado quedarse a escuchar el resto de la extraña conversación, pero Naruto lo apresuró para salir de ahí, pues su padre no parecía estar con los mejores ánimos. Luego de la ducha, ambos jóvenes se dirigieron a una enorme bañera.
El azabache, al meterse a la gran bañera, suspiró.
—El agua está muy agradable…- dijo Sai sonriendo.
—Esto es lo mejor del baño público…Es como ir a unas termas, pero más barato. En todo caso, algún día iremos a unas termas. Tienes que conocer ese lugar.
—Suena interesante…- murmuró el azabache sumergiéndose hasta la altura de sus labios.
—Con que aquí andabas, usuratonkachi.- se escuchó hablar a un joven que tenía cabello negro azulado. Su piel era blanca, no tanto como la de Sai, y tenía contextura delgada. Aun así se notaba que entrenaba o hacía algún deporte por su musculatura.
—Sasuke…no andes mostrando tu humanidad a todo el mundo, métete al agua o amárrate una toalla a la cintura…- comentó el rubio evitando mirar hacia arriba. — ¡Ah! Sai…Creo que hoy conocerás a toda la familia Uchiha, él es Sasuke…el integrante más joven.
—Hola Sasuke.- saludó el artista sonriendo. El Uchiha menor tan solo lo miró como bicho raro. No le respondió el saludo y tan solo se metió al agua.
—Itachi no vino…así que no conocerá a toda la familia. Mi madre está al otro lado y dudo que la haya visto al entrar al local.
—Creo haber visto la silueta de una mujer en los baños de al lado, tal vez era tu madre.- comentó el artista despreocupadamente. El Uchiha lo miró de reojo. Parecía molesto por el comentario, Naruto se dio cuenta de la situación y comenzó a reír algo nervioso.
—Oye, Sasuke, no te enojes…Sai solo bromeaba.
—No bromeaba…- dijo el azabache sin entender por qué el rubio mentía.
—Ay…cállate Sai, por favor…- murmuró el rubio mirándolo con desesperación. —Entonces… ¿Por qué Itachi no vino?
—Tsh…Está enfermo. Le vino fiebre y lo quedó cuidando un compañero. Ese que parece chica por tener el cabello tan largo.
— ¿Deidara?- preguntó el rubio. Sasuke asintió con la cabeza y cerró sus ojos.
Ambos amigos conversaban como si nada mientras Sai lo observaba. En un comienzo pensó que no se llevaban muy bien, pero poco a poco se dio cuenta que eran muy buenos amigos pese a todas las discusiones que tenían y la forma despectiva de cómo se referían al otro. Hasta le hizo recordar a Sakura, la cual también pasaba mucho tiempo discutiendo con el rubio.
—“Si tan solo pudiera llevarme así con Gaara… Tal vez podría ayudarlo con su problema. No quiero que sea violento. Tampoco quiero que tenga problemas con la justicia una vez que cumpla la mayoría de edad. Tal vez sea un demonio cuando se enoja, pero nadie puede ser tan malvado. Además…quiero hacer un retrato de él.”- pensaba el azabache mirando fijamente el agua y sonrojándose por pensar lo último. —“No suelo pensar nada especial al ver a una persona desnuda…Pero Gaara…Ese chico tan violento y que se muestra agresivos con todos…Estaba sin ropa. Tiene un cuerpo hermoso.”- seguía pensando el joven sonriendo un poco avergonzado.
—Oye Sai, ¿qué te sucede?- preguntó de pronto el rubio acercándose al azabache y dejando de lado a Sasuke. —Andas muy pensativo.
Sai reaccionó a los pocos segundos y miró al joven de ojos azules.
—Luces como alguien enamorado.- dijo riendo el rubio.
El joven azabache se sonrojó un poco. Otra vez se sentía incómodo. Muchas preguntas pasaron por su mente. Tanto pensar en el pelirrojo le era extraño. Pues era raro en él pensar en una persona durante la mayor parte del día. Y lo que había dicho Naruto tal vez podría acercarse a la realidad. Por un momento pensó que esa era la respuesta a su comportamiento, pero luego se dio cuenta que era poco probable. Ya se parecía que solo se sentía atraído físicamente y sabía que eso no podía considerarse amor.
—Gaara…- murmuró el azabache algo triste.
— ¿Gaara?- preguntó el rubio mirando a su amigo. — ¿Te has enamorado de Gaara? – volvió a preguntar sonriendo.
Sai no se dio cuenta en qué momento dijo el nombre de ese chico. Se había asustado por esa actitud tan incontrolable. Y buscando una distracción, se sumergió en el agua y con su mano tocó y apretó el miembro viril de Naruto. El rubio estaba por largarse a reír, pero cuando sintió esas manos sobre esa parte de su cuerpo, sus mejillas se enrojecieron y comenzó a gritar desesperadamente mientras trataba quitar las manos del azabache.
— ¡Me está tocando!- gritó el rubio poniéndose de pie y dejando ver todo su cuerpo. Sasuke miró a ese par avergonzado y trató de alejarse lo antes posible, pero no pudo llegar muy lejos cuando sintió que Naruto se escondía detrás de él y apegaba su cuerpo. —No dejes que se me acerque…Sai tiene un comportamiento extraño…el otro día quería ver mi pene…y ahora hasta lo manoseó…- decía aterrado.
— ¡Oye, dobe! ¡Suéltame!- gritaba Sasuke tratando de alejarlo al sentir el contacto de su cuerpo con el del rubio.
Sai sonreía al ver a los dos pelear. Al menos ahora estaba más tranquilo. Sabía que tener esa actitud algo indecente, podría hacer que Naruto no lo molestara con esas cosas que tanto le afectaban.
No pasaron más de quince minutos cuando todos habían terminado de darse un buen baño. Al momento de vestirse, el rubio más joven tomó la precaución de alejarse de su nuevo amigo. Ahora tendría más cuidado con él.
Al salir del local, las dos familias que se encontraban ahí, los Uchihas y los Namikaze, se fueron a sus respectivas casas.
Sai obviamente acompañó a los Namikaze, y cuando llegaron a la sala de estar, todos se sentaron en el enorme sillón azul marino de terciopelo.
—Qué relajante es darse un baño caliente…- dijo Kushina antes de suspirar.
—Si…es algo relajante…- comentó Minato que se alegraba de salir de esos baños, pues Fugaku no había parado de molestarlo esa tarde.
—Me alegra estar en casa…- dijo Naruto que se encontraba menos nervioso después de todo lo que pasó en la enorme bañera.
—Señora Kushina, ahora deberíamos preparar la cena, me siento con muchas energías después de ese baño.- comentó el azabache poniéndose de pie. La pelirroja sonrió y también se paró. Luego ambos se fueron a la cocina.
—Papá…- dijo Naruto con los ojos entrecerrados. —Parece que Sai es raro…
—Sí, parece que le gusta las mujeres mayores…- respondió el mayor un poco deprimido.
—No, no lo digo por eso.
—Entonces por qué.
—Tiene un comportamiento muy raro conmigo.
—Eso debe ser porque le agradas…Aunque con tu madre tiene un comportamiento sospechoso…Siempre andan juntos y, hacen cosas juntos.- comentó Minato haciendo chocar sus dedos índices varias veces.
Tanto como padre e hijo suspiraron y a los pocos minutos se quedaron dormidos en el sillón. El azabache salió de la cocina en busca de una fuente de vidrio para dejar algunas verduras. Al pasar por la sala, vio que los rubios dormían cómodamente en el sillón. Se acercó a ellos con un par de mantas, que había encontrado sobre el sofá de la sala, y cubrió sus cuerpos. Luego le acarició el cabello a cada uno mientras sonreía. Finalmente siguió su camino y tomó el objeto que buscaba. Lo llevó a la cocina y siguió preparando la cena.
Pasaron casi dos horas cuando la mesa estaba repleta de comida. Korokke, oyakodon, Teriyaki y Soba eran algunos platos japoneses que se encontraban en la mesa.
Kushina fue a despertar a su esposo y a su hijo mientras Sai colocaba las servilletas. Cuando los rubios despertaron, olieron, al mismo tiempo, la comida. Ambos se secaron la baba y se pusieron de pie rápidamente para ir a comer.
—Primer lávense las manos y la cara…- dijo la mujer cruzándose de brazos.
Ambos hicieron caso a las palabras de esa mujer. Ya cuando regresaron, todos se sentaron en sus puestos. Minato en la cabecera, Kushina al lado derecho, Sai al lado izquierdo, y Naruto, al lado de este.
— ¡Wao! ¡Esto se ve delicioso, mamá! ¡Gracias por la comida! - dijo el rubio tomando sus palillos y empezando a sacar un poco de cada plato. Minato repitió lo que hizo su hijo y comenzó a comer. Parecían muy emocionados y contentos. —Mmm…está delicioso.- decía Naruto masticando una especie de croqueta.
—Sai hizo las croquetas, bueno, en realidad él hizo casi todo, yo solo le di algunas indicaciones básicas y le ayudé a cortar las verduras y la carne…- dijo Kushina mientras se llevaba una pequeña porción de fideos a la boca.
—Vaya Sai…cocinas muy bien.- dijo el rubio muy feliz por la deliciosa comida. Hasta comenzó a chuparse los dedos.
—No te chupes los dedos, es de mala educación- dijo la mujer mirando mal a su hijo.
—Pero está rico…No todos los días comemos Teriyaki, la carne está blandita y jugosa…- decía el rubio excusándose.
Una vez finalizado ese banquete, todos parecían satisfechos. Estuvieron conversando un rato mientras comían su postre.
Una hora después, el azabache preparó sus cosas y se despidió de esa familia. Minato lo llevaría de regreso a su instituto en la camioneta.
Al momento de despedirse de Naruto, lo abrazó cariñosamente y le agradeció que haya sido tan buen amigo. El rubio rió un poco y le dio unas cuantas palmadas al hombro. Con Kushina hizo algo distinto, la tomó de la mano y le agradeció su hospitalidad. La pelirroja le sonrió amablemente y le dio un abrazo.
—Sai, me despediré de ti, en cuanto lleguemos a tu instituto…Ahora sube a la camioneta, ya sabes cómo se pone Danzou cuando uno es impuntual, bueno, yo lo sé mejor que nadie.- dijo Minato subiéndose al automóvil. El azabache hizo lo mismo y agitó su mano en señal de despedida en cuanto cerró la puerta.
Ya cuando iban avanzando por el pueblo, el azabache observó la casa de Gaara. Justo en ese momento estaba el pelirrojo afuera de su casa, tal parece que venía llegando con una bolsa en su mano. Ambos cruzaron miradas. Sai volvió a agitar su mano como si se despidiera, y el joven de ojos verdes tan solo lo miró seriamente para luego seguir su camino.
Una vez que llegó a las afueras del edificio, el azabache salió del automóvil con su bolso. Minato también se bajó y caminó donde se encontraba el joven.
—Bueno Sai, ya llegamos.- dijo el rubio un poco triste. —Espero que te hayas divertido. A pesar de que estuviste un buen tiempo inconsciente por culpa de mi vecino.
—Sí, me divertí mucho…- comentó bastante alegre. —Sobre su vecino, me di cuenta que es difícil acercarse a él, pero me gustan los retos.- dijo el azabache sonriendo.
—Vaya, parece que te agrada ese muchacho…
—Sí, me agrada mucho.- respondió Sai desviando a la mirada. —Su hijo también me agrada…Sakura y Sasuke también. Todos son muy distintos y eso los hace realmente interesantes…Por cierto, profesor Minato, me estaba preguntando si tal vez…- hace una pequeña pausa. — ¿Este viaje se volverá a repetir?- preguntó con cierta timidez e ilusión.
—Por supuesto que sí. Vendré todos los fines de semana a buscarte si así lo quieres. Es increíble que en tan poco tiempo te hayas encariñado con mi familia, eres como uno más.- dijo el rubio sonriendo y acariciando el cabello del menor. El azabache dejó su bolso a un lado y abrazó al hombre fuertemente. A los pocos segundos, el rubio sintió que el joven parecía llorar.
—No sé lo que significa tener una familia.- dijo en voz baja. —Pero al estar con ustedes, sentí como si estuviera en una. Todos son amables, se preocupan por mí, gracias profesor Minato por darme la oportunidad de salir del instituto.- decía el joven artista mientras las lágrimas se deslizaban por sus mejillas y caían al suelo con rapidez.
—Sai…no me hagas llorar…- dijo el rubio sonriendo un poco triste y acariciando la espalda del menor. —A pesar de tu comportamiento poco usual, eres un buen muchacho, y me encantaría que pasaras otro fin de semana en mi casa…Por cierto, puedes llamarme tío Minato…
—P-pero no soy su sobrino…- dijo el azabache un poco extrañado y pasando sus brazos por debajo de sus ojos para secar su cara.
—Lo sé…pero mejor llámame así, no quiero que seas tan formal conmigo.
El joven de ojos negros sonrió y despidiéndose del mayor, se fue a su habitación. Estaba muy feliz y en cuanto cerró la puerta de su habitación, observó que Danzou estaba sentando en la silla del escritorio mirándolo seriamente.[/color]
Continuará...
Última edición por Alluka el Dom Ene 06, 2013 4:35 pm, editado 2 veces
RasputinSin vida social - It's JJ Style!
34 1547
165
05/06/2011
Viktuuri
Hunter x Hunter (2011) | Ping pong animation | Full Metal Alchemist | Yuri on ice
Pokemon Sol y Luna | All Out!! | Sangatsu no Lion | Super Horny 2
12.380 円
Ocio, ven a mí
Re: [En Proceso] Mundo corrompido
Yoh, quiero capu 5
Ah, sorry, sufro de falta de memoria de corto plazo ;A;, pero como sea o3o~ no like otra cosa que no sea SNS -cool- okya lol.
Me gusto eso de que Itachi se enfermo y Deidara le cuide ajajjajarisadesastisfacción -MEGUSTA- ItaDei~ everywhere~~~~ ok me calmo :3.
Aww, que lindo TwT, Sai no te rindas ¡gambate!. Ash ese Danzou me arruino la felicidad e3e!, hahha pero well~.
Espero el proximo capi Palomitils <3.
Ah, sorry, sufro de falta de memoria de corto plazo ;A;, pero como sea o3o~ no like otra cosa que no sea SNS -cool- okya lol.
Me gusto eso de que Itachi se enfermo y Deidara le cuide ajajjaja
Aww, que lindo TwT, Sai no te rindas ¡gambate!. Ash ese Danzou me arruino la felicidad e3e!, hahha pero well~.
Espero el proximo capi Palomitils <3.
Re: [En Proceso] Mundo corrompido
Jajaja sii fue por tu firma, cuando vi que tenia enlace dije :O!! jaja Tiene un titulo atrapante
Y si, es porque no es tan yaoi que segui leyendo, aunque solo lei hasta el cap 1 xD Tiene un toque de misterio que te da curiosidad
Taller? no entiendo bien lo que seria un taller por aca xD pero tengo una seccion en la parte de Fanarts, solo que casi no actualizo
Sabes, me encantariiia seguir leyendo, de hecho lo hare de todos modos xD solo que si no es molestia me gustaria hacerte una peticion ewe
Y si, es porque no es tan yaoi que segui leyendo, aunque solo lei hasta el cap 1 xD Tiene un toque de misterio que te da curiosidad
- Spoiler:
- Te cuento un secreto? yo no sabia que se trataba de saigaa xDDDDDD pero ya leyendo no me importo mucho eso, en serio, tu fic ser muy bueno
Taller? no entiendo bien lo que seria un taller por aca xD pero tengo una seccion en la parte de Fanarts, solo que casi no actualizo
Sabes, me encantariiia seguir leyendo, de hecho lo hare de todos modos xD solo que si no es molestia me gustaria hacerte una peticion ewe
- Spoiler:
- puedes poner advertencia cuando se acerque una parte que sea mas entonada? ya tu sabes xD
Re: [En Proceso] Mundo corrompido
- Comentarios antes del capítulo:
Bronik: ¿Palomitils? xD Creo que se te pegó ese nombre desde que se te ocurrió (?) Pero bueno, qué le vamos a hacer 8D Sobre el FF, me sorprendió que lo leyeras tan rápido y a la velocidad de la luz (?) Es que justamente ese capi es uno de los más largos. o.o
Gracias por seguir leyendo, Bronik <3 ¿Por cierto qué es CRS? D:
Aps..Sobre Deidara cuidando a Itachi, pues verás...Más adelante aclararé qué onda con eso. Por ahora seguirá siendo un misterio muy misterioso.
Saludines
michii: Vaya, entonces podría decir que la publicidad sirve
jajaja, es verdad, no tiene yaoi. - hasta lo que llevo avanzando no hay nada hard...ni siquiera un besito >.< - Será muy complicado para Sai ;_; Mmm...no sabías que era SaiGaa? xD Uno se da cuenta que algo pasará con estos dos tan solo leyendo el primer capítulo. Así que no te culpo. En todo caso al comienzo del post aparece la información x'D
Sobre el taller, me refiero a hacer como...em, tutoriales para dibujar bonito. Consejos, esas cosas. Por ejemplo, tú sabes pintar en el pc, entonces, haces un tuto para que la gente ignorante como yo aprendamos xD
Mmm...sobre poner advertencias a capítulos algo subidos de tono, no sé si te refieres solo al lemon o situaciones siniestras... o a muestras de afecto sin llegar muy lejos entre dos hombres 8D Mejor especifica, que este FF puede aparecer cualquier cosa (?)
Saludos
Capítulo 5: Ratón de Laboratorio
Continuará...
- Spoiler:
- Danzou seguía mirando con seriedad al joven de cabello azabache que recién acaba de llegar. Se puso de pie segundos después de que Sai había cerrado la puerta. Caminó lentamente con la ayuda de su bastón hasta donde se encontraba el menor. Se detuvo a medio metro de él cambiando inmediatamente su expresión. Ahora sonreía mostrando todas sus marcas en el rostro por el paso de los años.
—Espero que esta experiencia te sirva para renovar tu arte. Tus pinturas necesitan tomar un nuevo rumbo. Sería bueno que expresaras cada emoción que viviste en casa del director Namikaze. Me imagino que conociste cosas nuevas y viste de cerca cómo es una familia.
—Claro, profesor Danzou.- respondió un poco atemorizado porque la última vez que habló con él había recibido una fuerte bofetada.
—Y no te lo estoy pidiendo. Tómalo como una orden que debes acatar. No quería decirlo, pero me veo obligado después de que los compradores disminuyeran sus encargos. He recibido muy pocas ganancias en tus últimos trabajos. Sabes muy bien que eso afecta en el presupuesto para los dos institutos... Sobre todo el instituto que está al lado. Si sigue así me veré obligado a quitar las becas de algunos alumnos. No de unos cuantos, podría llegar a ser el veinte por ciento de toda esa escuela. Por eso debes preocuparte más por tus pinturas. Necesito que generen el doble de ganancia, el nivel de vida sube cada año y los gastos son cada vez mayores. Tal vez te estoy presionando con esto, pero debes considerarlo normal. Cada año que pase, tendrás más responsabilidades. De alguna forma te estoy preparando para lo que viene, porque en el futuro abriré otra escuela y necesitaré que te dediques por completo al arte. De esa modo se podrá financiar las tres escuelas.- dijo el hombre de avanzada edad aproximándose hacia la puerta. Sai se había sorprendido al escuchar las palabras de su director. Si antes estaba atemorizado ahora solo parecía preocupado. Si llegara a dedicarse por completo al arte, lo más probable es que no tendría tiempo libre. Y si no tenía tiempo libre, no podría pasar tiempo con la familia de Naruto, ni mucho menos ver al pelirrojo. —Por cierto, Sai. Supe que estuviste en el hospital por lesiones menores. Si vuelvo a enterarme que estuviste en ese lugar, independiente del tipo de lesión, me temo que no volverás a salir de aquí. Aun así he tomado algunas medidas para que ese tal Gaara no te vuelva a hacer daño. Ya verás que recibirá su merecido por andar golpeando a unos de mis alumnos más talentosos.- añadió sonriendo como antes. Sai frunció el ceño. No le dio tiempo para pensar las cosas. Tomó de las ropas al mayor y lo acercó a su rostro totalmente furioso. Rápidamente su sangre se calentaba y su mirada había cambiado completamente. El hombre de avanzada edad dejó instantáneamente de sonreír y lo miró con seriedad.
—No se atreva a tocarlo.- dijo el azabache antes de apretar sus dientes. Danzou cerró sus ojos y suspiró.
—Sai, podemos conversar sobre eso. Pero no te comportes de esa forma.- dijo el anciano seriamente. El azabache lo soltó un poco asustado y miró hacia todos lados. Si había algo que debía evitar era faltar el respeto a su director. Él era prácticamente el dueño de su vida, y si lo hacía enojar, él pagaría las consecuencias.
—Lo lamento. Yo no quise hac..
—Dos fines de semanas.- interrumpió el hombre de avanzada edad. —No podrás ir a la casa de Minato en dos fines de semanas. Si vuelves a tener esa actitud me temo que no podré dejarte salir en meses. Ese comportamiento no es propio de ti.
—Pero…Profesor Danzou, ¡usted no puede!- exclamó con desesperación el menor.
—Claro que puedo. Soy el director de esta escuela. También soy tu tutor legal. Por lo tanto, debo encargarme de que recibas disciplina. Así que todas las decisiones que tome tendrás que seguirlas. Te guste o no.
Sai bajó la mirada y apretó su puño, no podía hacer más que agachar la cabeza y seguir las órdenes de su director.
— ¿Qué pasará con Gaara?- preguntó de pronto el azabache en voz baja.
—Estará en observación… Si alguna vez te vuelve a golpear, tendremos que tomar medidas drásticas.- decía en tanto su celular sonaba. Buscó su móvil en su enorme bolsillo. Su larga y abultada túnica siempre era molesta para buscar objetos pequeños. Una vez que lo encontré, contestó la llamada.
— ¿Ya lo tienen?- preguntó el anciano. Unos murmullos se escucharon de ese objeto. —No, no le hagan nada. ¿Ah? Ya lo hicieron. Espero que no hayan sido muy violentos. Llevaré a Sai, él se encargará del resto…
El azabache miraba disimuladamente al hombre. Estaba completamente confundido. Esperó que el mayor cortara la llamada para saber qué ocurriría. Danzou guardó su teléfono e hizo una señal para que el artista lo siguiera. Juntos estuvieron caminando por largos pasillos. Salieron del edificio y entraron a otro donde suelen hacerse las clases. Luego de subir varios escalones, llegaron a un ascensor. El camino era silencioso y cada vez, el azabache sentía más nervios.
Después de pocos minutos, el hombre se detuvo frente a una enorme puerta de metal. Este portón se abrió sin problemas, ambos entraron a una habitación que tenía dos puertas muy separadas entre sí.
—Sai, abre la puerta de la derecha y entra, por favor…Luego ya sabrás lo que tendrás que hacer.- dijo Danzou dejando aun más confundido al menor.
El anciano camino a la puerta de la izquierda y tras cerrarla, se sintió cómo le ponía seguro a esa puerta. Sai se había quedado solo. Miró ambas puertas. Al principio dudó en hacer caso a las palabras de su director, pero tenía tanto temor a desobedecerlo, que caminó apresuradamente a la puerta que le habían indicado. La abrió y entró con los ojos entrecerrados al notar que esa habitación era muy iluminada. Cerró la puerta y tras hacer esto, la luz ya no era tan luminosa. Solo en esas condiciones distinguió una persona en la mitad de la habitación. Estaba sentada en una silla. Tenía un saco en la cabeza y parecía estar amarrado de pies y manos.
"Luego ya sabrás lo que tendrás que hacer" resonó ese dicho en su cabeza al ver a esa persona sin capacidad de moverse y que vestía ropas negras.
Sai no se demoró en sacarle el saco que tenía en la cabeza. Retrocedió con temor y abrió sus ojos por la sorpresa al ver que era Gaara. El rostro del pelirrojo estaba morado. Parecía que había sido brutalmente golpeado al llegar a ese lugar. Aunque, además de los moretones que tenía en su cara y las manchas de sangre en su labio y en su nariz, no parecía tener otra lesión.
— ¿Quién te hizo esto?- preguntó el azabache horrorizado. Gaara lo miró con odio y no le respondió. —Te desataré…- murmuró sin esperar por la respuesta del pelirrojo. Se agachó a desatarle los tobillos, y en cuanto flexionabas sus rodillas sintió su rostro un poco mojado. El joven de ojos verdes le había escupido en plena cara. Sai se puso de pie y se limpió con su manga, pues pañuelos no tenía en esos momentos. Al principio había sentido sorpresa por ese acto, pero luego supuso que era su culpa que el menor estuviera en esas condiciones. Y es que además de sentirse mal por ser el culpable, también lo estaba porque de alguna forma esa acción era una muestra de desprecio. Poco le importaba si era agradable o desagradable para sus compañeros, pero sentir el rechazo continuo del pelirrojo le bajaba rotundamente sus ánimos.
—No causas más que problemas desde que apareciste en mi vida…- dijo el pelirrojo mirándolo fijamente. —He tenido una vida miserable para que vengas tú y lo empeores todo.
—Gaara, lo siento, yo no quise…
— ¡Deja de llamarme por mi nombre! - gritó el joven con una potente voz que llegó a sobresaltar al azabache. — ¿Quién mierda eres tú? ¿De dónde saliste?...He tratado de ignorarte, ¡Pero ahora cómo puedo hacerlo si te tengo al frente mío y me tienen amarrado!
—Lo siento, la verdad es que yo no sé por qué estás aquí. Si quieres no te molestaré más…- trataba de excusarse el joven de ojos negros bastante dolido y con una angustia tremenda. Sentía que en cualquier momento él mismo empezaría a llorar al sentirse tan mal por todo lo que le ocurría a Gaara. —No me volverás a ver si eso quieres…
— ¡Ya cállate! ¡Y déjame ir!
Sai lo miró a los ojos con temor y rápidamente comenzó a desatar. Al hacer esto, vio que le habían dejado marcas rojas las ataduras en las muñecas y parte de los tobillos. Se sentía mucho peor al verlo así. Sabía que era su culpa.
Una vez que el joven de ojos verdes estaba libre, se puso de pie y rápidamente tomó la ropa del azabache. Comenzó a empujarlo mientras caminaba hacia la pared. Lo azotó contra el muro y le apretó fuertemente las mejillas con una de sus manos.
—No quiero volver a verte.- dijo el pelirrojo mirándolo directamente a los ojos. Su voz era espeluznante, y su mirada parecía la de un asesino. Sai sintió un dolor en su pecho. Parecía que su relación solo podía catalogarse como enemigos, pero ahora mismo, Gaara daba a entender un fuerte rechazo contra el azabache. Dicho eso, caminó buscando la puerta por donde el joven de ojos negros había ingresado. Pensó que podría escapar fácilmente, pero uno de los trabajadores de Danzou, adormeció al pelirrojo una vez que salió de esta habitación tan vacía, donde ahora se encontraba Sai sentando en el suelo con una mirada pensativa. En su rostro se podía distinguir la tristeza que tenía en esos momentos. A veces sentirse rechazado por una persona que aprecias, podía ser algo más doloroso que sentirse solo.
Danzou entró a los pocos minutos. Siempre acompañado de su bastón. Se acercó al joven y se puso delante de él.
—Sai, no pensé que pasaría esto. Tú eres tan amable, y él rechaza tu compañía. Debe ser triste…Por cierto, ¿cuál es tu interés por Gaara?- preguntó interesado. —Es raro verte tan preocupado por alguien… Yo te enseñé a preocuparte solo por ti. De tu bienestar. No veo la razón para ayudar a ese chico que además de ser violento contigo, te trata irrespetuosamente.
—No lo sé…- respondió en voz baja el azabache. Hizo una larga pausa mientras pensaba. —Realmente, él es un chico que me llama mucho la atención por su aspecto físico. Además siempre lo veo solitario en los pasillos de la escuela y creo que se parece a mí…
—Él no está en esta escuela.
Sai abrió los ojos algo asustado. Se había delatado él mismo. Sus mejillas se tornaron rojizas por la vergüenza y agachó su cabeza para ocultarlo.
—Con que eso era lo que veías por la ventana del instituto…- dijo Danzou sonriendo bastante satisfecho. Sai solo se avergonzó más. —Tenemos cámaras en los pasillos, eso es más que nada por seguridad, así que no creas que estamos grabando por todos lados. Además solo me enteré porque el guardia me informó de tu extraño comportamiento. Pensé preguntarte personalmente si se seguía repitiendo durante esta semana, pero me he llevado una gran sorpresa…- comentó el hombre dándose media vuelta. —Sai, puedes ir a tu habitación, ya es tarde…
— ¿¡Y Gaara!- preguntó el azabache sin darse cuenta en qué momento su voz había salido con tanta fuerza. Parecía que esa pregunta se le había escapado de su mente, pues no tenía planeada hacerla en voz alta.
—Estará bien…- dijo Danzou volviendo a sonreír de forma burlona. El azabache esperó a que su director saliera primero para después retirarse. Tenía mucha vergüenza y no quería que nadie lo viera así. Al esperar un par de minutos, se puso de pie y comenzó a correr muy rápido por las escaleras y pasillos. Al llegar a su pieza, le colocó seguro a la puerta y se quedó de pie mirando el suelo.
Antes de hacer cualquier cosa, suspiró al sentirse nuevamente solo, luego tapó su boca con su mano y empezó a respirar cada vez más rápido. Se puso a pensar en todo lo que había pasado. Se sentía el ser más desafortunado del mundo. Otra vez quería llorar, pero al mismo tiempo quería evitarlo. Poco a poco él mismo se fue controlando.
Ya más calmado, sintió su garganta seca. Estaba a punto de ir al baño para tomar un poco de agua y lavarse la cara, sin embargo sus planes cambiaron cuando dirigió su mirada a su cama y encontró al pelirrojo recostado con los ojos cerrados y respirando tranquilamente. El azabache abrió su boca de la sorpresa. Dio unos cuantos pasos y se sentó en el piso. Al pie de la cama. La luz de la luna entraba por su ventana tocando la blanca piel de ese joven pelirrojo. No podía creer que la persona más violenta que había conocido en toda su vida, podía llegar a ser tan hermosa y tener un aspecto tan inofensivo. Se sintió maravillado, se atrevió incluso a tocarle el cabello con las yemas de sus dedos. También había aprovechado de tocarle las mejillas y el tatuaje que tenía en la frente. Al hacer contacto en esa parte de su piel, específicamente en la frente, se dio cuenta que eso no parecía un simple tatuaje. Al parecer era una cicatriz. Era como si alguien le hubiera hecho un corte en la frente.
La piel de Sai se enfrío. Tragó saliva al darse cuenta de aquello mientras su mano temblaba. Pero su miedo desapareció al sentir la cálida respiración del menor cerca de él. El azabache sonrió con dificultad mientras acomodaba sus brazos sobre el colchón y apoyaba su mejilla en su antebrazo. Ahora no dejaba de mirar a Gaara con toda su atención. Sus párpados negros, su boca entreabierta, su cabello rojo, su piel blanca. Todo era perfecto para él. Parecía que esa imagen no se le borraría fácilmente de su cabeza. Pero como quería asegurarse, buscó entre sus cuadernos una hoja en blanco y comenzó a dibujarlo. Los minutos pasaban y el dolor que debía sentir en sus rodillas al estar sentando en el suelo, no existía para él. Estaba demasiado concentrando dibujando y observando a ese chico.
Ya cuando terminó su dibujo, lo guardó en una caja y volvió al lugar donde estaba el pelirrojo. Esta vez se sentó en la cama para nuevamente observarlo.
A veces deseaba que el menor despertara y se comportara de una forma gentil y cariñosa. Pero sabía que si despertaba lo más probable es que terminaría golpeado. De todas formas, aprovechó esos instantes con él para imaginarse un sin fin de momentos agradables y felices.
De pronto, un sonido de los pasillos lo despertó de sus pensamientos. Tocaron la puerta tres veces. Se levantó algo curioso y caminó rápidamente a la entrada de su habitación. Sacó el seguro y abrió. Era uno de los tantos trabajadores de Danzou.
—Tengo que llevar al chico a su casa.- dijo el hombre que llevaba un uniforme azul.
—Ah…- fue lo único que dijo Sai algo desanimado mientras veía como el viejo entraba con una silla de ruedas y acomodaba al pelirrojo. Cuando se iba, el azabache lo detuvo y lo miró detenidamente. — ¿Estará bien?- preguntó preocupado.
—Por supuesto, muchacho. Danzou me ha dado la orden de llevarlo a su casa. Así que eso haré.- contestó el hombre canoso antes de alejarse lentamente del lugar.
Sai no conocía y tampoco hablaba con los trabajadores. A lo sumo hablaba con sus profesores, pero siempre esas charlas estaban relacionadas con la clase. De todas maneras, sintió cierta confianza en las palabras de ese hombre.
En otro lugar del instituto, Danzou se encontraba en una enorme sala que tenía una mesa redonda al centro. Además de él, se encontraba un hombre y una mujer. Tendrían su misma edad, pues ambas personas tenía cabello blanco y la piel arrugada.
—Qué intentas hacer con ese chico.- preguntó la anciana en tanto archivaba unas hojas en una carpeta. Parecía más preocupada de interrumpir el silencio que del tema de conversación.
—Solo estoy haciendo un pequeño experimento. Nada más.- respondió Danzou como si se tratara de algo normal
—Puede ser peligroso. Podría volverse enfermo mental. No es bueno jugar con la mente de las personas.
—No cuestionen mis decisiones.- comentó el viejo golpeando su bastón contra el suelo y frunciendo el ceño. Los miró por un par de segundos y después caminó por la sala. Se sentó en el sillón más grande y juntó sus manos. —Todos sabemos que ese chico es un diamante en bruto. Debemos pulirlo y sacar el máximo provecho. Solo así haremos que esta ciudad progrese. La educación es fundamental para el desarrollo. Y si tenemos que sacrificar a uno para el beneficio de miles, no le veo el problema. Además recién estamos comenzando esta estrategia y no se nos ha presentado ningún inconveniente. El tiempo dirá si está bien o está mal. Pero lo que estoy haciendo servirá en gran medida para todos. Por cierto, tampoco debemos olvidar que se trata de un huérfano…
—Tienes razón, es solo un huérfano. Si le pasa algo nadie sentirá dolor…Aunque espero que tu plan funcione. Porque si falla, perderemos por todas partes.- dijo el otro anciano.
—No seas pesimista. Ya verás que todo marcha bien. Le tengo mucha fe a este proyecto. Sé que Sai logrará hacer unas pinturas asombrosas. He comprado lienzos enormes que se venderán muy caros cuando estén acabados. Llegaremos a ganar una gran fortuna con cada uno. Y ahora que el muchacho está en plena adolescencia, ganaremos más. Ya que es una etapa llena de cambios y lo más seguro es que se vuelva rebelde… ¡No! En realidad, lo más probable es que ese joven se enamore y conozca el sufrimiento de no ser correspondido. Eso es…Sufrirá, reirá, amará, tendrá miedo. Todo en extremo. Juntando esas emociones y reacciones logrará hacer verdaderas obras de arte. Su desahogo será pintar. Estará tan inspirado que sus creaciones serán comparadas con grandes artistas de la historia. Obviamente tenemos que trabajar para que eso ocurra. Haremos lo posible para que Sai pase por esas situaciones. Si tenemos que pagar a la gente para que actúe con él, lo haremos. Si tenemos que hacer un montaje en su vida, lo haremos. Él es nuestro ratón de laboratorio. Y como tal, solo sirve para hacer experimentos.
Los dos ancianos escuchaban con atención las palabras de Danzou. Parecía perdido y obsesionado con Sai. Sus ojos tenían un brillo extraño cuando hablaba de esa forma. Sin duda estaba dispuesto a todo por cumplir sus objetivos. No le importaba en lo más mínimo jugar con las emociones, reacciones y sentimientos del azabache. Y es que jamás llegó a encariñarse con él.
Para Danzou, Sai solo era un huérfano a su servicio y sentía que tenía el pleno derecho de hacer con él lo que quisiera.
Desgraciadamente, para el menor, Danzou tenía cierta sospecha de la atracción que sentía Sai hacia Gaara, y no dudaría en aprovecharse de eso.[/color]
Continuará...
Última edición por Alluka el Dom Ene 06, 2013 4:36 pm, editado 2 veces
RasputinSin vida social - It's JJ Style!
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05/06/2011
Viktuuri
Hunter x Hunter (2011) | Ping pong animation | Full Metal Alchemist | Yuri on ice
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Ocio, ven a mí
Re: [En Proceso] Mundo corrompido
Hay noh. Esas palabras de Danzou no me hacen imagenes exactamente cosas agradables.
Omagott, si Gaara es 'wwoh' no me imagino como han de ser esos hombres a quienes contrata Danzou ;a; .
Soh, yeah Palomitils :'B <3, el 'crs' esun emoticono del xat XD, oh sih leo a la velocidad de la luz (?) -rueda-.
Pero well, ese Danzou es un maldito, tratar así a las personas, y para colmo tuviera una idea de los sentimientos de Sai hacia Gaara, no me imagino el calvario que le hara pasar.
Luego explicaras el casi ItaDei kufufufu~ okay *3*~~.
Espero el capu 6 <3
Omagott, si Gaara es 'wwoh' no me imagino como han de ser esos hombres a quienes contrata Danzou ;a; .
Soh, yeah Palomitils :'B <3, el 'crs' esun emoticono del xat XD, oh sih leo a la velocidad de la luz (?) -rueda-.
Pero well, ese Danzou es un maldito, tratar así a las personas, y para colmo tuviera una idea de los sentimientos de Sai hacia Gaara, no me imagino el calvario que le hara pasar.
Luego explicaras el casi ItaDei kufufufu~ okay *3*~~.
Espero el capu 6 <3
Re: [En Proceso] Mundo corrompido
esta tan emocionante.
El cap de las aguas termales lo lei muchas veces porque me provoco risa las situaciones que causaba Sai
Ese Danzou nunca me dio una buena espina .
El es una persona que recibira mi furia pero al final del fic.
Ese plan me hace imaginar que vendra una lluvia de problemas para Sai.
Aja! conque hubo una insinuacion Itadei .
Esta genial, espero ansiosa el siguiente cap.
El cap de las aguas termales lo lei muchas veces porque me provoco risa las situaciones que causaba Sai
Ese Danzou nunca me dio una buena espina .
El es una persona que recibira mi furia pero al final del fic.
Ese plan me hace imaginar que vendra una lluvia de problemas para Sai.
Aja! conque hubo una insinuacion Itadei .
Esta genial, espero ansiosa el siguiente cap.
Ale WalkerObseso - 26 487
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30/04/2011
Yullen
D18, HiroMido, AleIta, NezuShion
D-gray Man
Togainu no Chi, [K], MAGI
12.670 円
Regalo
Re: [En Proceso] Mundo corrompido
O.O
aver.. yo soy super fan d Gaara.... y ador el Yaoi kon él XD pero Sai?? mmmmmmmmm :/ nunka e visto algo referente a ellos, komo sea.... me está empezandoa gusta
solo lei un capitulo y medio... pero ya me voy al trabajo, lelgando le continuo d leer. C=
aver.. yo soy super fan d Gaara.... y ador el Yaoi kon él XD pero Sai?? mmmmmmmmm :/ nunka e visto algo referente a ellos, komo sea.... me está empezandoa gusta
solo lei un capitulo y medio... pero ya me voy al trabajo, lelgando le continuo d leer. C=
Re: [En Proceso] Mundo corrompido
increible! si esta cobrando fuerzas esta pareja XD
en caso d ke suerja un Fc me aré simpatizante, muuy buenooooooos
en caso d ke suerja un Fc me aré simpatizante, muuy buenooooooos
Lady_Wolf_GótykFrecuente - Ahora violando a mi Suke =)
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7
15/05/2011
AlaAza.SaiDa.DaGaa
-GaaSaku-kankuHidan-LeeGaa-
-Naruto-Hellsing-trinity bloo-blood+ - Blood ovas
2.250 円
DaSei noche de cine (Hentai XD)
Re: [En Proceso] Mundo corrompido
- Comentarios antes del capítulo:
Vaya, los comentarios son un respaldo de felicidad cuando esta se acaba x'D
Bronik: Oh Bronik, desde que comentaste por primera vez no has parado x3 Sobre si habrá ItaDei, estoy pensando en ponerlo en dos capítulos más...O sea, este, otro y luego "boom" (?) xD Es que será un caso bien especial o.o En este FF quiero que todo esté bien detallado y planeado para entretener al lector o lectora. Debo subir mi nivel con cada trabajillo que hago ¬w¬ Saludos =)
Ale Walker: ah sí 8D ajjaja. El capítulo cuatro debe ser el más entretenido hasta ahora ewe Es donde menos peleas o angustias existen. Y Sai ahí siempre sonriendo o despreocupado. Minato llorando y Naruto vuelto loco xD A mí también me dio risa el capítulo mientras lo escribía. Gracias por volver a pasar *-* Saludos
narugaaxever: Oh mai gato! D: Pero si el SaiGaa es algo común en el yaoi. Solo que no verás firmas y firmas con esta pareja porque los fanarts buenos escasean ewé. En todo caso, gracias por darle una oportunidad a mi FF ;w; Que estés bien. Saludos
Lady_Wolf_Gótyk: De a poquito cobra fuerza, solo falta una escena hecha por Kishimoto donde aparezcan más cercanos ¬n¬ -he estado esperando eso todo este tiempo.- Hey. Tengo una duda, ¿leíste mi FF o tan solo comentaste el tema por ser un FF de la pareja? ówò Es que...me parece raro tu comentario 8D Hablas sobre la pareja, pero no haces comentarios sobre la historia D: Saludos x3
Este mensaje que escribo ahora, es para todos los lectores. El siguiente capítulo tiene mucha angustia (?) Comienza cuando dejan a Gaara en su casa - o más bien en el patio- después de haber sido "raptado" por los trabajadores de Danzou.
Espero que les guste...y
¡¡¡FELIZ AÑO NUEVO!!!
Capítulo 6: Cicatriz que perdura
Continuará...
- Spoiler:
- Gaara se encontraba medio dormido en su patio. Tenía un fuerte dolor de cabeza. Sintió su cara un poco hinchada. Se pasó las manos por su rostro para sentir las heridas, pero toda la sangre ya estaba seca y solo sentía un dolor al presionar su piel. Se puso de pie mientras sacudía sus pantalones. En ese momento se percató que andaba con una camiseta de manga larga color negra y unos pantalones del mismo color. Se extrañó bastante, sin embargo no le dio mucha importancia. Decidió entrar a su casa porque a esa hora de la noche hacía mucho frío. Al tocar la puerta, Kankuro abrió rápidamente. Le preguntó dónde se había metido. El pelirrojo no tenía idea, y sin hacer mayor esfuerzo por recordar, caminó hacia la cocina por un vaso con agua. Se lo bebió de un sorbo y luego se dirigió a su habitación.
Al sacarse esa extraña ropa negra, se metió a la cama y se acostó. Lo único que quería era dormir para que se le pasara ese dolor. Cerró sus ojos y no logró quedarse dormido fácilmente, unos recuerdos aparecieron en su mente sin aviso. Una serie de recuerdos que revivían solo para atormentarlo.
—Gaara, vamos a jugar.- dijo un pequeño niño de cabello castaño corriendo en las cercanías de un parque.
El pequeño pelirrojo, sonrió muy animado. No tendría más de cuatro años. Siguió a su hermano mayor y ambos se pusieron a correr hasta llegar a la zona de juegos. Se acomodaron en un sube y baja, para luego impulsarse con los pies. Ambos hermanos reían. Kankuro, el niño de cabello castaño, al ser cuatro años mayor que Gaara, era mucho más alto. Además era bueno para comer, por lo que tenía una contextura gruesa. Al ser más grande que el pelirrojo, solía quedarse por varios minutos apoyando sus pies en el suelo dejando a su hermanito en lo más alto de ese juego. Gaara gritaba asustado para que lo bajara, porque no le gustaba estar mucho tiempo a esa altura. Kankuro solo se largaba a reír en tanto el pelirrojo seguía gritando.
Una vez que ambos salieron de ese juego, el menor retó a su hermano a un duelo. Ambos se largaron a pelear. Al final siempre terminaba ganado el pequeño, pues contaba con una gran fuerza, pese a su edad.
Ya pasada las horas, decidieron regresar a casa.
Estaban sucios, cansados y hambrientos. Llamaron a la puerta muy entusiasmados. Un hombre les abrió la puerta.
— ¿Cómo se les ocurre estar llegando a estas horas, mocosos?- preguntó a viva voz el mayor. Tendría unos 34 años. Su cabello era de color castaño. Vestía un chaleco café, pantalones azul oscuro y unas sandalias del mismo tono.
Los niños agacharon su cabeza con culpa y entraron a la casa.
— ¡Solo mírense! ¡Llegan sucios, llenos de barro! ¡Y además se les ocurre llegar tarde! ¡Vayan a ducharse rápido y luego preparan la cena!- volvió a gritar el hombre dando un portazo a la puerta principal.
Los menores fueron a ducharse rápidamente cómo le habían ordenado. Cuando estuvieron listos se dirigieron a la cocina y rápidamente prepararon la cena. Kankuro era el más hábil en comparación a su hermano menor. Pero aun así, les costaba preparar la comida, pues no tenía mucha experiencia.
—Hermano, ¿por qué tenemos que hacer esto todos los días?- preguntó el pelirrojo un poco triste, pues un poco antes de cumplir cuatro años, tenía la obligación de hacer los quehaceres de la casa junto a sus otros dos hermanos.
—Gaara, ese hombre nos mantiene. Sin él estaríamos en la calle. Ya sabes que mi papá murió hace poco y desde ese día, me vine a vivir junto a Temari contigo. Si él no se hubiera hecho cargo, estaríamos en cualquier parte. Aquí tenemos comida, techo y protección.
—Pero estoy cansando.- se quejó el pelirrojo.
—Tendrás que aguantarte, esta es la vida que nos tocó vivir.- dijo Kankuro mientras sacaba los platos de un mueble. —Ten, anda a poner la mesa, tu padre se enojará con nosotros si nos demoramos mucho.
Gaara tomó los platos y caminó hasta llegar al comedor. El hombre estaba sentando en un sillón mirando la televisión. A esa hora fumaba un cigarrillo y tenía una botella de licor abierta en el suelo. A veces dejaba su cigarrillo de lado y tomaba un buen sorbo de alcohol.
— ¡Apúrense! ¡Me muero de hambre!- gritó el hombre. Gaara justo pasaba cerca del lugar y llegó a asustarse por el grito. Se apresuró en llegar al comedor, pero en el caminó tropezó con la alfombra y calló de golpe al suelo. El hombre suspiró muy enojado. Se puso de pie y caminó hasta donde estaba su único hijo. Vio que había quebrado un plato y eso lo enfureció. Tomó al menor de su ropa y lo levantó. Luego lo agarró del cabello y acercó su rostro al del menor.
— ¿Crees que me regalan esos platos? ¿¡Ah!? – le preguntaba en voz alta mientras lo miraba con enojo. — ¡Por qué eres tan inútil, mocoso!
Gaara cerró sus ojos y se puso a llorar. Tenía miedo. Además le era muy desagradable el olor de cigarro y licor que tenía su padre. El hombre lo volvió a regañar mientras le sacudía con fuerza su cabello. Kankuro estaba en la cocina escuchando todo, se mordía los labios mientras rogaba para que eso pasara rápido.
— ¡Te vas a tu habitación sin cenar! – se escuchó otro grito. Gaara se fue corriendo a su pieza. Se sacó sus zapatillas y se metió debajo de la cama. Abrazó su almohada muy triste y nuevamente se largó a llorar.
Su habitación no era muy acogedora para un niño. Solo era una alcoba con tres camas, un ropero y un escritorio. No habían juguetes, no habían un televisor, no había biblioteca, muchas cosas que eran normales para un niño de ese pueblo, ellos no lo tenían. No es que fueran pobres, el hombre ganaba dinero suficiente para comprar ese tipo de cosas, además recibía dinero extra del gobierno por tener al cuidado dos niños que no eran suyos. Solo que el dinero se iba en vicios.
Temari, la hermana mayor de Gaara y Kankuro, tenía un año más que el castaño. Justamente tenía un paseo en su curso donde irían a acampar, por lo que se libraría de su padrastro durante ese fin de semana y por esa misma razón no llegaría a cenar.
El niño de cabello castaño ya se encontraba lavando los platos. El hombre se quedó mirando televisión por un largo rato. No le importaba ver programas con contenidos para adultos estando esos niños en la casa. Lo peor de todo es que tenía el volumen muy alto y eso no dejaba dormir bien a los menores.
Ya cuando Kankuro terminó de hacer todo, fue a su habitación escondiendo algo entre su ropa. Al entrar a su pieza, cerró la puerta con seguro y fue a donde estaba Gaara.
—Hermanito…- susurró el castaño mientras movía con delicadeza al pelirrojo.
El menor despertó algo afligido. Su estómago sonó por el hambre y bajó su mirada.
—Te traje un emparedado. Tiene jamón, lechuga, tomate y mayonesa. – dijo Kankuro sacando ese alimento de su ropa. Estaba envuelto en papel aluminio. A Gaara le brillaron los ojos y le volvió a sonar el estómago. Le agradeció, y rápidamente se puso a comer. A veces se atragantaba, pero estaba tan hambriento que le era imposible hacer pausas.
Los días iban pasando, y el hombre se volvía más violento. Había días en que dejaba sin comer a los niños. Era hasta capaz de dejarlos afuera toda la noche si no llegaban a la hora. Siempre que podía les gritaba, pues la situación de su trabajo estaba difícil, y no hallaba nada mejor que descargarse con los menores. También no era de extrañarse que los golpeara. Solo Temari se salvaba la mayoría de las veces, porque Kankuro o el mismo Gaara prefería tomar su castigo. Por ningún motivo querían ver a su hermana siendo golpeada.
Los constantes golpes y abusos que recibían estos menores, solo conseguían que su odio aumentara. No lo soportaban, estaban desesperados. Por más que trataran de hacer al pie de la letra todo lo que el mayor les ordenaba, este siempre terminaba enojándose.
Su comportamiento había cambiado con los años. Ya no eran unos niños con sueños, con tiempo libre para jugar y correr. Sabían que en menos de diez años tendrían que empezar a trabajar afuera de la casa.
Hubo un día que marcó la vida de estos tres hermanos. Temari tenía trece años años. Era más alta y su cuerpo se había desarrollado bastante rápido. Ahora volvía de la escuela algo cansada con ganas de dormir esa tarde, porque sabía que no estaría ese hombre que le hacía la vida imposible. Al llegar, se sacó los zapatos, se aflojó aun más la corbata y caminó hasta su habitación que seguía compartiendo con sus hermanos. Se sacó la blusa y se puso una camiseta de manga corta. Pensaba sacarse la falda, pero el sueño la vencía, por lo que decidió echarse en el colchón, tapándose con una delgada manta. Las horas pasaban y la joven seguía durmiendo. Fue de pronto, que el malvado hombre llegó a casa más borracho que nunca. Dio un portazo tan fuerte, que la rubia despertó asustada. Se pasó sus manos por los ojos y decidió cambiarse rápidamente para ir a cumplir las órdenes del mayor. Cuando se puso de pie, sintió algo raro en su cuerpo. Se sentó en la cama y miró sus sábanas. Tenía una pequeña mancha roja. Temari se sorprendió. No sabía qué era y tampoco nadie le había mencionado esos cambios que tendría en su adolescencia. La ausencia de una figura materna, y las constantes falta a clases por andar haciendo labores domésticos junto a sus hermanos, le impidieron advertir de qué trataba esa mancha roja. La joven rubia reaccionó rápidamente, tendría que lavar su ropa y su cobertor. En tanto dejaba todo en una canasta y se ponía unos pantalones deportivos, caminó hacia el baño rápidamente para dejar lavando esas telas en la lavadora. En el pasillo se encontró con el hombre, que la tomó del brazo sin decirle nada.
—Oye, niña, ¿dónde llevas tanta ropa?- preguntó el hombre que emanaba un aliento desagradable.
—Voy al baño…Solo eso.- contestó Temari algo nerviosa y un poco avergonzada. Trató de apresurar el paso para llegar a su destino, pero el hombre le apretó el brazo y la lanzó contra el suelo. La ropa y el cobertor estaban esparcidos por el suelo. Sonrió al ver la falda y la ropa interior de la menor.
—Ya no eres tan niña…- comentó el padrastro sonriendo maliciosamente. —Tal vez en unos años más te vuelvas como tu hermosa madre. Aunque ya estás presentando un cuerpo de mujer muy bien desarrollado, ven conmigo, Temari.
La rubia se puso de pie muy asustada. Sus ojos brillaban porque estaba a punto de llorar.
—Déjeme lavar esto primero.- dijo en voz baja la menor mientras recogía la ropa. El hombre la observaba con atención. La siguió a pocos pasos y se quedó al pie de la puerta temiendo que la menor se encerrara en el baño. Temari al notar que su plan se había arruinado, tragó saliva y caminó hasta donde estaba el hombre con una expresión de preocupación.
—No te asustes, todo estará bien.- dijo el hombre pasando su mano por la espalda de la rubia y acariciándola suavemente. Ambos llegaron a la habitación del hombre. Tenía muchos lujos. Computadoras, electrodomésticos, escritorio de fina madera, una cama de dos plazas, un enorme armario, velador a cada lado de la cama, lámparas de cristal. Tenías objetos innecesarios en su habitación que tanto como Gaara, Kankuro y la propia Temari, habían visto con anterioridad. Para ellos era normal que ese hombre se diera esos lujos, mientras ellos vivían con lo básico.
El hombre cerró la puerta con llave y se llevó a la rubia hasta un enorme sillón con finas terminaciones. Ambos se sentaron mientras la menor trataba de alejarse discretamente. El hombre la abrazó y le acarició el mentón.
—No te haré nada malo…- dijo el hombre acercándose a la rubia y besándole la mejilla y posando su mano sobre el muslo de la menor. La joven le dio una fuerte cachetada y se puso de pie. Le había dado tanto asco la acción del hombre, que la hizo reaccionar de forma violenta. Corrió a buscar la lámpara que estaba sobre el velador y se quedó en un rincón.
— ¡No me vuelvas a tocar, viejo de mierda! – gritó la niña apretando sus dientes.
El hombre sonrió estando sentado. Se sobó la mejilla mientras reía. Caminó hacia su armario y sin que la rubia se diera cuenta, el hombre la apuntó con un arma.
—Suelta eso, mocosa insolente.- le dijo el hombre mientras cargaba el revolver sin dejar de apuntarla. —Acuéstate en la cama ahora, o te disparo.
Temari había quedado paralizada. Había varias películas en dónde se mostraban las armas, pero por primera vez veía una de cerca y apuntándola directamente al rostro.
— ¡Apresúrate! – gritó dando un disparo al aire rompiendo parte del techo. La rubia reaccionó inmediatamente, sintió su corazón latir muy rápido. Hizo caso a las palabras del hombre y se recostó sobre la cama. El hombre se fue acercando lentamente, se subió a la cama quedando al frente de la menor. —Quítate la ropa…
—No…- contestó la rubia en voz baja mirándolo con miedo. —Por favor, no…- volvió a suplicar desviando la mirada horrorizada al saber que el hombre no reaccionaría de la mejor forma.
—Entonces, ¡deja tus manos detrás de tu espalda!- gritó dando otro disparo hacia el techo. Temari se largó a llorar mientras le hacía caso a la orden del adulto. —Quédate quieta- murmuró el hombre dejando el arma de lado y bajando el pantalón de la pre-adolescente. La rubia frunció el ceño mientras sentía que la despojaban de sus ropas. Sin pensar mucho si perdía la vida al hacer un intento de escapar, le dio un fuerte puñetazo al rostro de su padrastro. Luego tomó el arma que estaba en la cama y golpeó la entrepierna del mayor con ese objeto. Esto provocó que el hombre se quedara un buen rato retorciéndose de dolor. Temari se puso de pie y caminó hacia la ventana, pues la puerta la había cerrado con llave y no tendría tiempo de buscarla. Abrió la ventana y trató de escapar, pero el hombre se apresuró y la tomó de las piernas, impidiendo que se escapara.
— ¡¡¡Suéltame!!!- gritaba la rubia desesperadamente mientras daba patadas en el aire. — ¡¡¡Ayuda!!!- volvió a gritar ya que esa ventana daba hacia la calle. La rubia lanzó el arma al patio. No paraba de gritar pidiendo ayuda. Fue en ese entonces que apareció Gaara, corriendo lo más rápido posible para llegar a la casa, pues había oído los gritos y sabía que su hermana estaba en peligro.
El pequeño niño de cabello rojo, que a penas tendría unos 8 años cumplidos buscó un hacha en el patio trasero. Su mente se había puesto en blanco. No llamaría a la policía y tampoco lo pensó, ya que no sabía que podía hacer eso. Solo sabía que era el momento de tomar justicias por sus propias manos. Ya pondría término a los años de abusos. Su paciencia tenía un límite y si algo lo molestó más de la cuenta fue el hecho de que su propio padre intentara sobrepasarse con su hermana mayor, pues había visto a Temari semi desnuda cerca de la ventana de la habitación de su padre. Eso simplemente lo cegó. En esos momentos era todo o nada. Lo mataba o el moría.
Ya con el hacha en sus manos corrió rápidamente por los pasillos hasta llegar a la puerta de la habitación de su padre. Dio un fuerte grito mientras golpeaba la madera con esa afilada y peligrosa arma. En pocos segundos había logrado hacer un gran daño a esa puerta, tanto, que logró derribarla. El menor entró a la habitación respirando pesadamente.
—Ándate, maldito…- dijo el pelirrojo tomando con fuerza el arma con ambas manos. —Suéltala ahora.- volvió a exigir al mayor. El hombre rodeó con su brazo el cuello de Temari y amenazó con matarla por asfixia si no dejaba el arma guardada. Su padre no se hizo esperar, comenzó a presionar el cuello de la joven. El niño de ojos verdes asustado al escuchar los quejidos de su hermana, dejó el arma dentro del armario, y apretando sus puños se paró cerca de su padre sin dejar de mirarlo con odio.
—Tienes unos ojos parecidos a los de tu madre, mocoso…Por tu culpa, ella ya no está aquí.- comentó el hombre sin dejar libre a la rubia. Gaara sintió un escalofrío al escuchar esas palabras. Él había crecido sin su madre, por lo que no sabía qué culpa tendría él. —Cuando tú naciste, ella murió. Le dio una hemorragia durante el parto. Estaba planeado que nacieras en dos meses más, pero ella presentó mucho problemas así que tuvimos que sacarte de ahí. Solo estuvo viva un par de horas. ¡Por tu culpa ella murió y me dejó solo! – gritó enfurecido. —Es horrendo vivir con alguien como tú… Cada vez que te veo me dan ganas de matarte…Por tu culpa ella ya no está conmigo. Yo la amaba como a nadie, pensábamos casarnos e irnos a vivir a otro lado, pero tú lo arruinaste todo. Arruinaste mi felicidad. Y para empeorar toda la situación tengo que aguantar a esos mocosos sin familia. Son un total estorbo, siempre han interferido en mi vida, pero como son hijos de tu madre, tenía que soportarlos. Solo lo he hecho por ella.
El pelirrojo bajó la mirada. El odio a su padre había pasado a segundo plano, ya no sabía qué pensar. Tenía ocho años, era un niño. No sabía manejar este tipo de situaciones. No recordaba en qué momento su vida se había vuelto tan miserable.
—Perdón…- susurró el menor de ojos verdes sin despegar la vista del suelo. El hombre lo miró sin sentir pena por el niño. Parecía que su ira se apoderaba de él con tan solo ver a pelirrojo que le arrebató a su esposa. Dejó a un lado a Temari, y caminó rápidamente hasta donde estaba el menor. Lo agarró de la ropa y lo amarró contra una silla. El pelirrojo no puso resistencia, estaba tan confundido que no sabía cómo reaccionar. Pies y manos las tenía sujeta improvisadamente con corbatas. La rubia observaba con terror lo que se venía. Con el miedo, no se atrevía ni a mover un dedo. Gaara se quejaba del dolor por la presión que tenía en sus muñecas. También miraba con atención a su padre como se movía de un lado a otro buscando diversos elementos en la habitación. De pronto, se detuvo a pasos del menor, y abrió un maletín. Sacó una navaja muy pequeña y filuda. El pelirrojo logró aflojarse un poco las ataduras, pero le sería imposible escapar sin ayuda. Siguió con la mirada a su padre que se le acercaba con una sonrisa en sus labios.
— ¿Te sientes solo, verdad?
El menor miró el suelo y asintió con la cabeza. Ni si quiera se detuvo a pensar en la respuesta. Se sentía solo. Era infeliz. Necesitaba afecto.
— ¿Qué es lo que realmente quieres?- preguntó el hombre nuevamente mientras sacaba un encendedor.
—A-amor…- respondió el pequeño justo en el momento en que sus ojos se nublaban.
—Eso es algo simple, pero imposible para mí. Tú me quitaste el amor de mi vida. ¿Por qué tendría que darte amor?- preguntó el hombre pasando el fuego del encendedor por su navaja. —Aunque puedo hacer algo por ti…Cierra los ojos.
Gaara miró la navaja con miedo, cerró sus ojos con fuerza y comenzó a sollozar.
—Si te mueves, podría sacarte un ojo.- dijo el hombre acercando la navaja a la frente del menor. —Temari, un paso que des, y le corto toda la cara a tu hermano…
— ¡¿Qué le vas a hacer, maldito?! – gritó la rubia totalmente asustada.
El hombre sonrió, y dejó la punta del cuchillo en la frente del niño. Gaara sintió el contacto del metal, mordió sus labios y se quedó inmóvil. De apoco, el padre del menor, comenzó a cortar la piel. La sangre brotaba de la herida y pasaba por los párpados del pelirrojo. Se mezclaban con las lágrimas y recorrían las blancas mejillas del pequeño. Sus gritos tenía que reprimirlos. Si abría la boca, de seguro el hombre sería capaz de cortarle un ojo. Temari llevó sus manos a sus ojos, ella también se puso a llorar.
El hombre estuvo un buen rato pasando su navaja por la frente del niño de ojos verdes. Ya a esas alturas toda la cara del menor estaba manchada con sangre.
—Está listo…Ya no necesitas amor. Ahí lo tienes.- dijo el hombre riendo mientras pasaba un pañuelo en su navaja para limpiarla. — Maldición, me dio sed. Iré a comprar algo de cerveza, no se muevan o los mataré a ambos.
Eso fue lo último que escucharon del hombre. Cuando se sintió un portazo de la puerta principal Temari fue a liberar a su hermano. No podía sentirse peor al verlo tan herido y ensangrentado.
—Gaara, tenemos que salir de aquí.- dijo la rubia mientras se ponía sus pantalones e iba a buscar una toalla para limpiar al pelirrojo.
—No Temari, no iré. Mejor vete.- dijo el pequeño al ver que su hermana se acercaba con la toalla. —Ya no aguantaré más. No voy a irme de aquí. No quiero esconderme. Ese hombre tendrá que pagar por todo. Desde ahora, no dejaré que nadie se burle de mí…Debí matarlo cuando llegué a casa, pero no tuve la oportunidad, ahora cuando llegue, volveré a intentarlo, sé que no fallaré.
— ¡Claro que no!- gritó la joven. —Gaara, tenemos que irnos antes de que regrese. Tú solo tienes ocho años, no podrás hacer mucho. Mejor llamaremos a la policía. ¡Mira! Solo mira lo que te hizo…- dijo la joven tapándose la boca con la palma de su mano y cerrando sus ojos. El pelirrojo le quitó la toalla a su hermana y comenzó a limpiarse.
—El arma está en el patio. Al menos anda a esconderla…- dijo Gaara con la mirada perdida. Para el menor no existían palabras que lo convencieran de no matar a su padre. Esa era su decisión y tarde o temprano lo terminaría haciendo. Más ahora, que la ira había vuelto a su ser.
—Hermano, no te quedes aquí, al menos yo escaparé, pero tú escóndete. Iré a la casa de al lado para llamar a la policía. Pero por favor, prométeme que te vas a esconder bien.
—Lo prometo…- dijo el pelirrojo sonriendo algo desanimado. Temari apretó su puño y salió corriendo de la casa para buscar el arma y hacer la llamada. Gaara se quedó sentado en la silla. Pensativo. Estaba cansado de llorar. Nunca se había imaginado que su padre se atrevería a hacerle algo así. Sentía el ardor en su herida. Aunque todavía no estaba muy seguro qué era lo que tenía escrito en su frente. Al surgir esa curiosidad, se puso de pie y caminó al baño. Su herida seguía sangrando. Se puso un poco de agua en la frente y claramente se notaba que la herida formaba un kanji con la palabra “amor”. Fue en ese instante que recordó cuando su padre le dijo que su nombre significaba “el demonio que solo se ama a sí mismo.” Gaara no era malvado para referirse a él como un demonio, pero en estos momentos de su vida, parecía convertirse en uno.
Caminó por los pasillos de su casa con los ojos sin vida. Llevaba en sus manos un hacha. Esperó a que llegara su padre pacientemente.
El hombre venía más borracho que antes, andaba con una botella de whisky en la mano y en la otra sujetaba una bolsa que tenía en su interior varias latas de cerveza. Tocó la puerta. Esta se abrió. El hombre entró lentamente cuando recibió un hachazo en el pie. Cayó al suelo gritando de dolor. Gaara volvió a darle otro golpe, con el cual terminaría matándolo. Justo en esos momentos, llegaba la policía.
Desde ese día, tendría una culpa por el resto de su vida. Pues bien sabía que él no era nadie para quitar la vida de otra persona. Solo en el momento que vio los vidriosos ojos de su padre, fue que se dio cuenta de que había cometido un crimen que no tenía vuelta atrás. Se sintió mal, pero al mismo tiempo aliviado.
Este hecho macabro fue muy confidencial. Solo los policías conocían el caso y para proteger a los menores, prefirieron no hablar con la prensa.
Kankuro se enteraría unas horas después que el pelirrojo mató a su padrastro, Temari también, solo que ninguno sabría cómo tratar a su hermano menor desde ese momento. Se volvieron distantes por el miedo. El castaño por su parte, se volvió prepotente, pero en el fondo se sentía culpable de que sus hermanos tuvieron que sufrir sin que él pudiera haber hecho algo. La rubia se convirtió en una mujer seria y con carácter muy fuerte, ya lo era de pequeña, pero esta vez no dejaría que nadie la pase a llevar.
Gaara estuvo por años en un tratamiento psicológico, pero se había vuelto tan violento con todas las personas que querían ayudarlo, que lo dejaron estar bajo el cuidado de sus hermanos durante su infancia, quienes eran las únicas personas con las cuales hablaba de una manera más normal.
El pelirrojo que seguía acostado en su cama recordando ciertos hechos que marcaron su vida, se tocó la frente con las yemas de sus dedos. Esa cicatriz era algo que tal vez lo tendría de por vida. Luego de varios minutos se quedó dormido. Su vida no había cambiado nada desde el momento en que mató a su padre. No era feliz, no tenía el amor que tanto quiso alguna vez y que sigue esperando que llegue para aliviar su soledad. Su personalidad ha sido y es tan agresiva que le sería muy complicado conseguir una persona que le diera afecto.
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Continuará...
Última edición por Alluka el Dom Ene 06, 2013 4:36 pm, editado 1 vez
RasputinSin vida social - It's JJ Style!
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05/06/2011
Viktuuri
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Ocio, ven a mí
Re: [En Proceso] Mundo corrompido
aver, kontinuo leyedo... me quedé en el 3 cap!
más despues edito este mensaje para dejar komentario d verdad XD
sigo...
más despues edito este mensaje para dejar komentario d verdad XD
sigo...
Re: [En Proceso] Mundo corrompido
Llegué , pff~ me hice una pausa de mi dorama para venir a leer *A*, desde ayer que había visto que subiste el capitulo, pero me hicieron apagar la lap XD.
Well *-*~ , auh ahora se sabe el porque del comportamiento de Gaara, si que es demasiado fuerte y traumatizante.
Tan delicado de tratar ;A; . Wiih ItaDei -partyhard- okay Palomitils, yoh seré paciente *_*~.
Espero la actualización C: .
Well *-*~ , auh ahora se sabe el porque del comportamiento de Gaara, si que es demasiado fuerte y traumatizante.
Tan delicado de tratar ;A; . Wiih ItaDei -partyhard- okay Palomitils, yoh seré paciente *_*~.
Espero la actualización C: .
Re: [En Proceso] Mundo corrompido
sinceramente casi lloro con el pasado de Gaara. Me conmovio mucho.
Creo que Sai va a tener que hacer mucho para llegar al corazon del pelirojo.
Espero el siguiente cap!
Creo que Sai va a tener que hacer mucho para llegar al corazon del pelirojo.
Espero el siguiente cap!
Ale WalkerObseso - 26 487
27
30/04/2011
Yullen
D18, HiroMido, AleIta, NezuShion
D-gray Man
Togainu no Chi, [K], MAGI
12.670 円
Regalo
Re: [En Proceso] Mundo corrompido
- Spoiler:
- narugaaxever: Al final nunca editaste y no comentaste el capítulo tres ;_;
Kamui_Bronik: Bueno Bronik, tendrás que seguir esperando. El ItaDei llegará en el próximo capítulo (no en este) Y se te hará algo familiar si es que leíste mi one-shot navideño x'D Gracias por pasarte. *u* Saludines
Ale Walker: Sai tendrá que hacer casi todo. Gaara no está ni ahí con él, no quiere verlo ni en pintura. O sea, ni si quiera le importa tanto como para odiarlo. No quiere nada con él, pero Sai seguirá insistiendo ;w; él hará muchas cosas para acercarse a él. º3º Gracias por comentar. Saludos
Espero que cada día hayan más fans de esta pareja ;w; (y de mi historia x'D )
Capítulo 7: Cambio inesperado
- Spoiler:
Sai había dormido bien esa noche que Gaara estuvo en su cuarto inconsciente. Unos momentos antes de lo ocurrido le había hecho entender al pelirrojo que no lo molestaría más, que no insistiría en verlo ni nada por el estilo. Pero ese momento que estuvo contemplándolo a la luz de la luna, lo hizo cuestionarse sus palabras. Sonrió algo atontado recordando ese hecho, luego cerró con fuerza sus ojos y agitó su cabeza hacia ambos lados. Se dirigió al baño para lavarse la cara y a darse una corta ducha. Tenía que asistir a clases, y si quería ser puntual, debía ocupar su tiempo preparándose en vez de pensar estando acostado en su cama.
Al llegar al baño se quitó su camiseta de dormir y la arrojó en una canasta. Luego se bajó sus pantalones de una tela muy suave. Ya cuando estaba desnudo, se miró al espejo e inspeccionó su cuerpo, algo que solía hacer con frecuencia, pues, se preocupaba mucho por su salud.
Lo primero que miró fue su piel. Su pálida y tersa piel. No tenía mucho vello. Su abdomen estaba bien tonificado. Sus brazos y piernas también. Sus glúteos los tenía en forma. Se sorprendió de tener un cuerpo tan atractivo a la vista. Fue en ese instante que dio gracias a los continuos ejercicios que su Instituto le obligaba a tomar. Sonrió un poco avergonzado y luego, fijó su vista hacia debajo de su ombligo. Se hizo muchas preguntas al ver esa parte de su cuerpo que identificaba a cualquier hombre. Sabía que lo tradicional en su ciudad, país y en el mundo, era que un hombre se casara con una mujer y que, después tuvieran hijos. Pero parecía que su situación sería totalmente distinta a lo acostumbrado. Jamás le había llamado la atención una mujer. Y eso que en el Instituto había una cantidad considerable. Solo cuando salió de su Instituto conoció “de cerca” a dos mujeres, Kushina y Sakura. El problema estaba en que tampoco sintió una atracción por más encantos que tuviera cada una.
Con el pasar de los minutos, comenzó a recordar sus clases de Educación Sexual dónde se les explicaba que el coito entre una mujer y un hombre daban origen a un bebé. Se sintió extraño al pensar en eso, y después, recordar sus sentimientos de atracción por Gaara. Nadie le había dicho si estar con un hombre era normal o anormal. Para él simplemente era posible. Si él se sentía atraído no lo consideraba ni bueno, ni malo, tan solo extraño porque nunca antes había sentido eso con alguien. Y si, se avergonzaba de reconocerlo era tan solo porque no quería que alguien lo molestara con esas cosas. Para él era extremadamente raro demostrar ese tipo de sentimientos y hacerlo por primera vez era algo que de seguro sería una novedad. Y lo que menos quería; era publicar su vida. Danzou lo había acostumbrado a tener una vida de bajo perfil. Sobre todo por ser artista.
Sin pensar más a fondo, y con toda esa nube de ideas que entorpecían su rutina, se metió a la bañera. Movió la llave que daba el paso al agua tibia e inclinó su cuello hacia atrás. Cerró los ojos y suspiró. El agua tocaba su piel, era como una suave lluvia tibia que se deslizaba por su cuerpo. Estiró su mano por un poco de jabón y se lo pasó por su pálida piel. Luego tomó un poco de shampoo y se enjuagó el cabello. No estuvo más de cinco minutos enjuagándose. Cuando salió de la ducha se sintió muy relajado. Se amarró una toalla a la cintura, no sin antes secarse algunas partes de su cuerpo. Luego sacó otra toalla que se encontraba sobre un mueble del baño y la dejó rodeada en su cuello. Su negro cabello aplastado destilaba agua por las puntas, mojando el suelo. Ahora, abrió puerta para entrar a su habitación. Caminó lentamente por la alfombra mientras sonreía pensando en el chico de cabello rojo.
Por otro lado, en casa de Gaara, para ser exacto, se encontraba Danzou con dos guardaespaldas. Parecían esperar que alguien saliera de la mencionada casa, pero no hicieron ningún movimiento al ver a Kankuro saliendo sin preocupaciones con un bolso apoyado en su hombro. Vestía un uniforme de colegio.
Por la reacción de los hombres que se encontraban a metros del domicilio, se podía deducir que el chico de cabello castaño no era la persona que andaban esperando. Luego de cinco minutos más, Temari salió con su bolso, estaba por cerrar la puerta cuando perdió el equilibrio y se sujetó de la perilla. Parecía agitada y cansada. De hecho estaba pálida. Abrió la puerta y entró a su casa rápidamente.
Finalmente salió Gaara. Era difícil de suponer qué había pasado con la joven viendo la expresión del pelirrojo. No tenía expresión de preocupación, ni de tristeza. Así solía permanecer su semblante. Serio. Por otra parte, su uniforme iba desarmado. Pantalones negros y chaqueta burdeos. La camisa estaba por fuera del pantalón. La corbata verde estaba mal hecha. Su cabello alborotado.
Dio unos pasos cuando se percató del auto negro que había al frente de su casa y, de los tres hombres que estaban observándolo. Hizo un sonido con los dientes en señal de enojo. Dejó su bolso de lado y caminó a encararlos.
— ¿Qué quieren?- preguntó el joven de ojos verdes desafiándolos con la mirada.
—Sabaku no Gaara. Por favor no tengas un trato tan hostil. No pensamos hacerte daño y tampoco queremos molestarte.- comentó el anciano sonriendo forzosamente. Sus arrugas eran tantas como las arrugas de sus ropas. Gaara inspeccionó a los tres hombres. Los miraba de arriba a abajo con total desconfianza. —Mi nombre es Danzou. Soy el director del Instituto ANBU. Y si vengo personalmente a tu casa es porque, quiero hacer un trato contigo...
—No me interesa hacer tratos...- dijo el pelirrojo retrocediendo y tomando su bolso. Estaba dispuesto a marcharse para seguir su camino.
—Vamos Gaara, no seas así.- interrumpió Danzou haciendo que el joven se diera vuelta y lo mirara con odio. —No te tomará más de dos minutos. Seré breve.- agregó haciendo que el adolescente le pusiera atención. Cuando Danzou supo que Gaara había tomado una actitud de “escucha” prosiguió. —Sé que estudias en el Instituto público de Konoha y como estudiante en ese recinto no recibes ingresos. Te aceptaré en mi Instituto y te pagaré para que permanezcas ahí. Te podrá parecer raro que le diga esto a alguien como tú. Un chico que es conocido en todo el pueblo como alguien conflictivo. Pero sé que puedo potenciar esa fuerza tan brutal que tienes. Todos sabemos que tu fuerza es comparable con la de un luchador profesional. Esas habilidades se desarrollan con el tiempo, pero parece que tú, aparte de desarrollarlas, naciste con una gran fuerza. Si vienes a mi Instituto, te pagaré dinero cada mes para tus gastos y los de tus hermanos. Claro, con la condición de que tengas un buen rendimiento en tu especialidad…
Gaara parecía tener interés en seguir escuchando. Por un momento pensó en aceptar sin escuchar más, pero su desconfianza hacia las personas era tal que le era difícil aceptar propuestas de gente desconocida.
—Todos necesitamos dinero. A ti no te contratarán en ninguna parte. Ya estás catalogado como una persona agresiva.- seguía insistiendo el anciano. —Aparentas como si no te interesara y eso que tienes necesidades muy fuertes. Tu hermana mayor ya está esperando un bebé y eso implica muchos gastos. Antes, durante y después del nacimiento. Deberías pens--
El viejo seguía hablando cuando el pelirrojo se le lanzó encima, lo agarró con fuerza de sus ropas y lo miró fijamente a los ojos. Los guardaespaldas estaban a punto de golpear al joven, pero Danzou hizo una señal para que se detuvieran.
— ¿Por qué mierda sabes eso?- preguntó el menor con ira.
—Eso es algo que se comenta en el pueblo. Ya sabes, hay pocos habitantes...Y tú eres bastante conocido, por lo que tus hermanos también tienen cierta fama en el pueblo tan solo por compartir lazos de sangre contigo.
Gaara lo soltó con fuerza. Casi botó al mayor, pero poco le importó. Suspiró con enojo y se sacó la corbata.
— ¿Dónde está mi nuevo uniforme?- preguntó apresurado. —No pienso pagarlo. Y quiero que me den un adelanto.- exigió el pelirrojo. Danzou sonrió discretamente e hizo una señal para que subiera al auto. Temari había tomado un poco de agua antes de volver a salir de su casa. Cuando llegó a su patio delantero, vio que la corbata de su hermano estaba tirada en el pasto. La recogió algo confundida y, siguió su camino a la universidad.
El pelirrojo que estaba sentado rodeado de los dos guardaespaldas de Danzou; parecía muy tranquilo. El anciano se encontraba en el asiento del copiloto y un hombre un poco más joven que Danzou, manejaba el auto.
—Tendrás tu propia habitación y tu propio baño.- decía el director pausadamente. —El horario está en una hoja que encontrarás en tu escritorio. Tu armario estará repleto de todos los uniformes que ocuparás durante el tiempo que estés en el Instituto ANBU. Tienes que cuidarlo. Todo lo que rompas se te será descontado de tu paga. No hables con nadie de tu clase ni con ningún alumno sin mi permiso. Respeta a tus profesores y a los trabajadores. Sé responsable y puntual. Tendrás permiso los fines de semana para ir a tu casa. También tendrás que someterte a un chequeo médico cada mes sin excusas. Hoy conocerás el lugar y te volverán a repetir las instrucciones básicas durante tu visita. Mañana vendrás con tus cosas. Acuérdate que pasarás la mayor parte del tiempo en mi prestigioso Instituto, así que debes traer todo lo que creas conveniente. Ten en cuenta que se te confiscará todos los elementos que puedan considerarse peligrosos.
—Cómo sé que no me mienten.- dijo el pelirrojo un poco extrañado por las palabras del mayor. —Dice todo eso como si estuviera preparado desde hace tiempo.
—Sabaku no Gaara, en mi Instituto estamos preparados para recibir alumnos nuevos todo el año. No te sientas privilegiado. Podrías ser tú u otra persona. Pero esta vez eres tú, porque tus habilidades necesitas explotarlas en algún deporte que genere alguna ganancia. Además le hago un favor a la sociedad. Nadie necesita un niño rebelde cerca.- comentó el viejo riendo despacio al terminar la frase. El automóvil se detuvo y fue el primero en salir. El joven de ojos verdes apretó sus dientes y murmuró algo que ni si quiera los guardaespaldas lograron comprender.
Por otro lado. Sai, que seguía su rutina, pasó por el pasillo. Caminando lentamente y mirando disimuladamente hacia un lado. Específicamente hacia la ventana que daba al otro edificio, esperaba ver a Gaara como todas las mañanas. Eran unos cuantos segundos que veía al joven mientras caminaba y entraba a su salón. Al no verlo, se detuvo para arreglarse su uniforme que estaba en perfectas condiciones tan solo para ganar tiempo. Habría estado más de cinco minutos de esa forma cuando bajó la mirada. El timbre sonaba de fondo. Había que estar ya dentro del salón sentado y esperando al profesor. Pero Sai, estaba a mitad del pasillo. No le importó llegar tarde. Sintió preocupación a los pocos segundos. ¿Qué pasa si Gaara nunca llegó sano y salvo a su casa? Se preguntaba el joven de ojos negros. No podía darse el lujo de llamarlo a su casa ya que, en primer lugar, no tenía teléfono ni celular a su disposición. Y segundo, tampoco tenía el número de ese chico. Por un momento pensó en ir directamente a la oficina de su director y encararlo, pero sabía que por el momento no tendría el valor para ir a verlo. Danzou parecía ser el único que sabía que le atraía Gaara. Se sonrojó un poco y siguió su camino. Algo desanimado y triste.
Al llegar a su salón, el profesor hizo un comentario sobre la tardanza del azabache. Nada cruel y nada para ofenderse, pero en seguida el resto de la clase comenzó a murmurar algunas palabras hirientes y groseras al joven de cabello negro. Sai no hizo caso, tan solo caminó y se sentó en su lugar.
Las horas pasaban y mientras en el salón se impartían clases de álgebra avanzada, el azabache tomaba apuntes como todos sus compañeros. Todo ese ambiente de concentración fue interrumpido por un sutil golpe en la puerta de madera. El profesor dejó su tiza de lado y de mala gana dio permiso para que la persona entrara a su clase.
Todos los alumnos miraron hacia la puerta. Esta se abría lentamente. Un hombre, de cabello castaño oscuro, y ojos relativamente verdes, entraba al lugar junto a una persona que era baja estatura y que tenía un cabello muy llamativo. Era Gaara.
Sai quedó paralizado. No podía creer lo que veía. Su corazón que latía con normalidad comenzó a acelerarse. Tragó saliva y sonrió de la alegría al ver que se encontraba en buenas condiciones . El pelirrojo no parecía tener ninguna lesión. A lo más tenía unas pequeñas cicatrices que habían sido ocasionadas por la golpiza del día anterior. Apenas se notaban a lo lejos.
—Él es Sabaku no Gaara. Un estudiante nuevo. Más bien de intercambio. Viene del Instituto público de Konoha. - dicho eso, algunos alumnos miraron al joven de ojos verdes y murmuraron un par de cosas. — ¡Silencio!- gritó el hombre que acompañaba al menor. —Solo está conociendo el lugar. Obviamente no irá a las mismas clases que ustedes, apenas tiene 14 años. Solo lo verán en los pasillos, en la hora de almuerzo y tal vez en alguna clase optativa. Quiero que lo traten con respeto. El director Danzou no trae a cualquiera a este Instituto, así que no deberían subestimarlo. Es muy hábil en kickboxing... En fin, era solo eso, profesor. Lamento haber interrumpido su clase.- finalizó el hombre. Hecho una corta reverencia se fue del salón con Gaara.
Justo cuando la puerta se cerró, el timbre comenzó a sonar. Ya era hora de almorzar, y justamente los lunes las clases terminaban a medio día. Sai arregló sus útiles muy animado y, salió rápidamente de su salón. Caminó apresurado por los pasillos. Si había algo que quería hacer, era ver nuevamente a Gaara. En su trayecto se topó con el director. Lo saludó algo temeroso mientras el anciano le daba unas palmadas en el hombro.
—Buenas tardes Sai, no es necesario que tengas esa actitud. Ayer andabas algo alterado, todos tenemos malos días, creo que te entiendo.- dijo el viejo con un tono muy amable mientras seguía dando unas cuantas palmaditas más en el hombro. —Relájate. Ve tranquilo a comer...- fue lo último que dijo para retirarse y desaparecer entre los pasillos de la escuela.
Sai levantó la mirada una vez que su director se fue. Se sorprendió bastante y no tenía la menor idea a qué se debía ese cambio. Hasta parecía que Danzou había olvidado el tema de la atracción que él tenía hacia Gaara. Simplemente eso lo dejó atónito.
Cuando recién volvió en sí, se acordó que estaba tratando de seguir al pelirrojo. Ya a estas alturas lo había perdido, pero tenía la esperanza de empezar a verlo con normalidad durante los próximos días.
Ya entrada la noche, Gaara se encontraba cenando solo en su casa. Su ropa y objetos de aseo los tenía guardados en una gran maleta con llave. Parecía muy tranquilo pues todo lo había arreglado con anticipación. Era cosa de esperar a la mañana siguiente para partir. Mientras el joven de ojos verdes revolvía su sopa con una cuchara metálica, llegaba Temari con Kankuro agotados después de una larga jornada de estudios, trabajos entre otras cosas.
—Gaara, ¡ya volvimos! - gritó sin escuchar respuesta. No esperó por una, pues sabía que nunca llegaría. —Por Dios, Temari, pensé que demorarías más en la ecografía. Menos mal que solo es uno. Creí que serían dos porque te notaba un poco gorda.- se quejaba el castaño que vestía su uniforme escolar. Ya era su último año en la escuela y próximamente entraría a la Universidad al igual que su hermana.
— ¿A quién le dices gorda, maldito pendejo?- gritó la rubia jalando de la oreja a su hermano menor.
—Ay, Ay, Ay duele.... ¡Hey! ¡Suéltame!- le suplicaba el joven en tanto la presión en su oreja se hacía menos dolorosa. —Perdón… Pero esos antojos que te dan deben ser los culpables. Deberías cuidarte de no comer tanto dulce o tu hijo podría nacer enfermo. Puede darle diabetes y eso es bastante peligroso.
—Ya entendí, pero no vuelvas a decir que estoy gorda. Solo son cuatro meses y el bebé está creciendo rápido. De seguro será alto como Shikamaru.- dijo la rubia soltando finalmente a su hermano y caminando hacia la sala de su casa para echarse en el sillón. Se desabrochó su chaleco y suspiró mientras veía el techo. —Lo lamento, Kankuro. Sé que tienes que trabajar y estudiar al mismo tiempo para mantenernos, no debería regañarte y tampoco debería pedirte que me acompañes al médico. Tengo a Shikamaru. Él me acompaña siempre. Además no quiero que dejes de lado tu vida por mí y mi hijo. Deberías descansar y tratar de estar más tiempo con Tenten.
—Claro, lo intentaré, solo que, ya sabes que quiero asegurarme que todo marche bien en tu embarazo. Y si tengo que conseguir otro trabajo para pagar los gastos, lo haré. Hasta ahora soy el único que puede hacer algo. Gaara es muy pequeño para trabajar, además nadie lo va a contratar si anda amenazando hasta a los desconocidos, sinceramente no sé qué hacer con él. Si no cambia, tendremos que echarlo de la casa cuando cumpla la mayoría de edad.
—Hey, habla bajo, debe estar en su habitación y ya sabes que las paredes son delgadas.- dijo Temari un poco nerviosa e intentando bajar el tono de voz. —La verdad es que, sobre eso, te encuentro toda la razón, si sigue como está tendremos que sacarlo. Me está costando muchas amistades... y prácticamente no puedo invitar a mi novio porque tengo miedo a que le haga algo.
—Lo sé, por eso mismo no invito a Tenten. Prefiero ahorrarme los problemas...
—Shhh, por favor, habla bajo...
—No te preocupes, debe estar viendo televisión o algo así.- comentó Kankuro sentándose en un sillón cerca de su hermana y estirando sus brazos. Y de la nada, apareció el pelirrojo con un uniforme negro que parecía ser de otro Intituto. En sus manos tenía un plato de sopa a medio comer. Pasó caminando lentamente hasta llegar a la cocina. Tanto el castaño como la rubia se miraron preocupados. Gaara había oído esa pequeña conversación y además no se explicaban esas ropas que no eran del colegio que su hermano menor solía ir.
— ¡Hey, Gaara!- gritó Temari preocupada. —Ven.
El menor no tardo en aparecer. Tenía una expresión más fría que la acostumbrada.
—Gaara, no quisimos decir nada malo, solo que, en algún momento tendrás que cambiar para bien...Eso es todo.- dijo la rubia acomodándose en el sofá. —Hemos intentado de todo contigo, pero nada funciona. Tu comportamiento violento podría terminar muy mal y no queremos estar involucrados...Antes éramos niños y muy jóvenes, pero ahora que somos grandes nos puede afectar mucho en nuestra vida. De hecho ya nos ha afectado desde hace años…
—Lamento que tengas que escuchar eso, pero es la verdad. Sabes muy bien que llegará cierto tiempo en que no te podremos ayudar y tendrás que...
— ¿Solo era eso? -preguntó el pelirrojo tajantemente. Sus dos hermanos se sorprendieron por la pregunta. Se miraron por medio segundo y luego volvieron a fijar su mirada en Gaara. — ¿Acaso no me preguntarán por qué llevo este uniforme?
—B-bueno, ¿por qué lo llevas? ¿Acaso se cambió de repente el uniforme en la escuela? -preguntó Kankuro confundido.
—A partir de mañana asistiré al Instituto ANBU. Seré alumno regular.- respondió seriamente.
— ¿¡Eh!?- la rubia se había sorprendido más que antes. — ¿Por qué ahora? Hace varios años te enviaron una solicitud para entrar a ese Instituto y tú la rechazaste...No entiendo qué te hizo cambiar de opinión.
—Me pagarán por estudiar en esa escuela. Nada más. Con eso tendré dinero y podré mantenerme.- dijo el pelirrojo bajando la mirada. —Parece que llegó en el momento preciso…- añadió en voz baja. —También les puedo prestar dinero si necesitan.
—Vaya, gracias Gaara.- dijo Kankuro mirando hacia un lado y sonriendo demostrando su nerviosismo. — ¿Pero tú querías ir o te llamaron?
—Ellos me vinieron a buscar y dijeron que me pagarían.- respondió sin dar más detalle de lo sucedido.
— ¿Acaso no crees que todo eso suena sospechoso?- preguntó Temari abriendo un hermoso abanico de colores y echándose un poco de aire.
—Desconfío de todos...- dijo el pelirrojo mirando a sus hermanos con cierto rencor. Luego de eso, siguió su camino hacia la cocina. Lavó sus platos y fue a su habitación para asegurarse de que llevaba todo para su larga estadía en ese Instituto.
Esa noche le costó dormir. Aunque eso era costumbre. Padecía de insomnio desde hace varios años y eso, se debía al miedo que sintió cuando era pequeño en el momento que una persona trató de agredirlo en su propia casa. Todo empezó días después de ese terrible crimen que cometió por desesperación. Los familiares por parte del padre de Gaara, sabían que el menor había ocasionado la muerte del hombre. Más de alguno se alejó y perdió contacto para siempre con la familia conformada solo por tres menores de edad. Y más de uno quiso tomar venganza. Fue una tarde soleada en que sucedió el incidente. El pelirrojo dormía una siesta en su cama cuando unos fuertes portazos se escucharon en su enorme casa. — ¡Te mataré!- gritaba un hombre en reiteradas ocasiones. El menor se despertó atemorizado. Por un momento pensó que se trataba del alma de su padre que venía a quitarle la vida. Se escondió debajo de las sábanas y comenzó a temblar. Empezó a pedir perdón en voz baja y, a llorar. De pronto, el sonido de la puerta rompiéndose en trozos grandes hizo que llegara a saltar de la cama. Comenzó a gritar aun más aterrado. Llamó a sus hermanos que ya en esos días se habían vuelto distantes con él viviendo incluso bajo el mismo techo. No escuchó respuesta. Tan solo el sonido que hacían unas botas al golpear el suelo de madera. Eran pasos lentos y pesados que se acercaban a la habitación de Gaara. El menor no halló nada mejor que encerrarse en el baño para después intentar salir por la ventana. Lo que ocurrió después solo habría sido suerte. Lograron capturar a la persona misteriosa que había ingresado a la casa del niño. Era el tío de Gaara, estaba armado hasta los dientes, por lo que no dudaron en meterlo en la cárcel por largos años. Él había tomado un camino semejante al de su hermano. Tabaco, alcohol y drogas en exceso.
El pelirrojo se había salvado esa vez de ser brutalmente atacado. A partir de ese día, comenzó a desconfiar de toda persona, incluyendo a su propia familia.
En otro lado de la pequeña ciudad, Sai ordenaba su habitación. Sacó su caja que tenía escondida debajo de su cama y luego juntó sus dibujos del chico de ojos verdes con lo que tenía escondidos en otra parte. Sonreía y se emocionaba al verlos. Su felicidad comenzaba a estabilizarse. Su vida empezaba a cobrar sentido, su corazón latía con vitalidad, sus ojos tenían un brillo que antes no pudo imaginar que alguna vez lo tendría. Sentía unas inmensas ganas de verlo otra vez, cerca de él, compartiendo una actividad, juntos; los dos. Si había algo que empezaba a desear, era hacer que Gaara sonriera y se sintiera bien. Él lo había conseguido en poco tiempo estando en la casa de los Namikaze, por lo que tenía esperanzas de que el pelirrojo pudiera vivir una experiencia parecida a la suya.
Si alguna vez le había dicho que lo dejaría en paz, ahora no dejaba de pensar en cómo tratar con él para ser su amigo. Haría lo imposible. Lo que estuviera en su alcance para conseguir su confianza. Tenía que ganárselo. Parecía que el traslado de Gaara hacia el Instituto fue una señal para confirmar que su destino era estar junto a él. Por supuesto que solo como amigos. Sai parecía estar muy enamorado, pero trataba de no pensar mucho en eso. Primero quería conocerlo mejor y buscar razones para no quererlo como algo más tan aceleradamente. Los libros que leía sobre cómo relacionarse con las personas decía claramente que no era bueno sacar conclusiones apresuradas.
Continuará…
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Continuará...
Última edición por Alluka el Dom Ene 06, 2013 4:38 pm, editado 1 vez
RasputinSin vida social - It's JJ Style!
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05/06/2011
Viktuuri
Hunter x Hunter (2011) | Ping pong animation | Full Metal Alchemist | Yuri on ice
Pokemon Sol y Luna | All Out!! | Sangatsu no Lion | Super Horny 2
12.380 円
Ocio, ven a mí
Re: [En Proceso] Mundo corrompido
waaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa TTTT___TTT es injusto no podia quedar ahi!!! D:
el padre de gaara era un >.<
y ese Danzou!! lo odio como puede tratar asi a Sai, es un chico no un juguete >.< Arrrrrrrrgh! espero con ancieda el proximo cap *w* esta re buena, me trae como loca jajaja besos :* y estare al pendiente
el padre de gaara era un >.<
y ese Danzou!! lo odio como puede tratar asi a Sai, es un chico no un juguete >.< Arrrrrrrrgh! espero con ancieda el proximo cap *w* esta re buena, me trae como loca jajaja besos :* y estare al pendiente
Kuro-chanNuev@ - *---* ansiosa por más, más, más *-* SasuNaru &
30 5
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09/02/2012
SasuNaru - SaiGaa
5 円
Re: [En Proceso] Mundo corrompido
Dudeee~ por fin me pasp x3~ lolz, como sea dcfnrgjgrejn de verdad que no puedo entender la forma de pensar de Danzou Dx~
Pero well dckencfdre metistes más parejas *3*~ Temari embarazada que lindo~ ahora veremops como es que Sai se acerca a Gaara, genial x3.
Espero actualización Palomitils *3*.
Pero well dckencfdre metistes más parejas *3*~ Temari embarazada que lindo~ ahora veremops como es que Sai se acerca a Gaara, genial x3.
Espero actualización Palomitils *3*.
Re: [En Proceso] Mundo corrompido
Sugoi *0*
Me encanto el cap, ese Danzou...bueno al menos hizo algo bueno al meter a Gaara al instituto. Ya quiero leer el proximo para ver como le hace Sai.
Que tierno el embarazo, "alto como Shikamaru" eso me hizo sonreir .
Espero el proximo cap.
Me encanto el cap, ese Danzou...bueno al menos hizo algo bueno al meter a Gaara al instituto. Ya quiero leer el proximo para ver como le hace Sai.
Que tierno el embarazo, "alto como Shikamaru" eso me hizo sonreir .
Espero el proximo cap.
Ale WalkerObseso - 26 487
27
30/04/2011
Yullen
D18, HiroMido, AleIta, NezuShion
D-gray Man
Togainu no Chi, [K], MAGI
12.670 円
Regalo
Re: [En Proceso] Mundo corrompido
Siiiiiiiiiiiiiiii
lo maximoooooooooooo
siiiiiiiiiiii me encantooooooooo
quiero saber maaaaaaaaaaas
tambien te sigo en otro lugaaaaaaar
soy tu admiradoraaaaaaaaa!!
de mundo yaoi te vine a ver aquiiiii
siiiiiiiiiiii
lo maximoooooooooo
contyyyyyyyyyyy
lo maximoooooooooooo
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Re: [En Proceso] Mundo corrompido
Me encanta espero con ansias el proximo capitulo,esta superinteresante no sabia que me podia llegar a gustar tanto el SaiGaa!! Enserio sigue asi.
SheiraNuev@ - En busca de nuevos animes para ver!
26 10
0
19/03/2012
SasuNaru,Shizaya,SiZumi,FuruichixOga...
One piece, Sekaichi Hastukoi ,Jonjou romantica,Bakuman,Natsume Yuujiinn-chou,Belzebub,Naruto,Inazuma eleven,Gantz,Get Backers,Inuyasha,Ramma,Kaicho wa maid-sama,Star Driver,Baka to test Souhkanjuu,Durarara!!,Bus Gamer,Gravitation,D.Grayman y podria p
Natsume Yuujiin-Chou Shi,One piece,Inazuma eleven go,Fairy Tail,Beelzebub,Bakuman...
5 円
Re: [En Proceso] Mundo corrompido
Me encanto , está muy interesante, quiero ver que
pasa entre estos dos , definitivamente me gusta el
SaiGaa. Espero el próximo capitulo
pasa entre estos dos , definitivamente me gusta el
SaiGaa. Espero el próximo capitulo
CaffeineSin vida social - 샤이니 ♥//I'm back ♥.
24 1074
67
26/05/2012
Rin x Haru | Riku x Sora
Free
4.590 円
I'm Shawol
Re: [En Proceso] Mundo corrompido
Solo tengo una palabra para decir como describes la cual es MARAVILLOSO me encanto esta muy lindo xD
ღMoonchildღPsicópata del foro - ShinDing!! ♥
25 767
45
13/03/2012
...
...
Naruto Shippuden, Katekyo Hitman Reborn
2.490 円
Página 1 de 3. • 1, 2, 3
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