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La más molesta de mis casualidades

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Mensaje por Agleam Dom Dic 21, 2014 2:44 am

Esta obra es un Long-fic, ya qué constará de más de tres o cuatro capítulos.
Se desarrolla entorno a la pareja SasuSaku, y se orienta en un Universo Alternativo con un OCC en los personajes.
Disclaimer/Advertencia: Los personajes utilizados no me pertenecen si no que, son propiedad del mangaka Masashi Kishimoto; yo sólo los tomé prestados para narrar lo que viene a continuación.
Me gustaría que comentaran cualquier error que vean o simplemente que dieran la opinión subra esta historia y el giro que podría llegar a dar. Ojalá les guste mucho.


LA MÁS MOLESTA DE MIS CASUALIDADES



Capítulo 1:
—¿Vendrás hoy no, teme?—preguntó mi amigo Naruto. Este es el gran dobe de la ciudad de Konoha; Konoha es una pequeña isla situada al este de Japón, con una población elevada y de gran prestigio social. Y este tonto que tengo al lado se llama Uzumaki Naruto, somos amigos desde pequeños y en realidad nos criamos juntos ya que nuestras madres son muy amigas; por lo visto, fueron de la misma promoción en la escuela universitaria. Sin duda es un chico muy especial; sus marquitas en los cachetes lo caracterizan junto con su pelo rubio, corto y escarpado y sus grandes ojos azules, al contrario que yo su tez es muy morena y somos casi de la misma altura; le gano por unos pocos centímetros.
—¡¿Cómo me has llamado?!—A veces se tornaba muy molesto; como ahora, y es la única persona que puede llegar a irritarme tanto, aunque a decir verdad tampoco es muy difícil—Repítelo si te atreves—Como de costumbre tenía mi mano dispuesta en el cuello de su camisa; esa era la señal de nuestro continuo desafío.
—Sasusakito el niñito mimado de mamá—Me intentaba imitar poniendo su típica posturita en la que se cogía de brazos y colocaba sus morritos como un besugo; me encantaba, me hacía mucha gracia y era perfecto para…
Naruto pegó un berrido por el dolor que le había causado mi gran puñetazo—¡Te lo merecías idiota!
Ambos nos reíamos, por muy pesado que fuera el cabeza hueca de mi amigo era increíblemente divertido burlarme de él—Bueno, ¿qué dijiste?—
—Que si vendrías hoy a la fiesta de máscaras que organiza la bruja de Karin—
—Hm—En realidad no sé si ir o no, son las típicas fiestas aburridas en las que no conoces a nadie y en mi caso no es por ser arrogante pero tendría a las estúpidas niñas encima mía; incluida la organizadora de aquella celebración pero por otro lado quizá sea una oportunidad de conocer gente nueva… Mi vida es muy aburrida y necesito cambios; necesito ilusiones—No sé… Puede que me anime. No lo tengo muy claro—
—¡Vamos Sasuke! A ti no te hará falta pero yo no ligo; me eclipsas aunque mi belleza siempre será irremplazable—como no, pronunció animándose mi querido “hermano” con su típico gesto colocándose las manos en la nuca—Paso a recogerte a las veintiuna horas ¿Qué te parece dattebayo? —Y tan feliz y motivado como siempre, una vez más me había convencido; siempre lo hacía… Tendría que aprender esa técnica.
—Está bien, te veo a esa hora debajo de mi casa. No tardes Naruto, no pienso esperarte más de diez minutos—
—¡Pero que estás diciendo Don Presumido, si soy yo el que me paso la vida esperándote!—El quejido de Naruto con esa voz chirriante ya era habitual y decidí no tomármelo a mal, llevaba razón así que le reī la gracieta—Por cierto teme, tengo que irme ya si no, no me dará tiempo a prepararme y esas cosas—
Habíamos salido de Konoha High School hará unos veinte minutos y estábamos andando hasta llegar a un cruce; aquí nos separábamos el dobe y yo. Él vivía justamente al finalizar esa estrecha calle; en una gran mansión. Como había mencionado en este poblado sólo había lugar para gente adinerada y teníamos la suerte de no ser menos.
—Es ridículo, son las tres menos diez. ¡Cómo no va a darte tiempo!—
—¡Qué tú tengas un hermano que te pueda dejar máscaras y ropa no significa que todos lo tengamos, idiota!—Me señalaba con su dedo marcando acusación—Tengo que ir con mi madre al centro comercial de las afueras para ver si encuentro algo adecuado para hoy, já—Naruto vino y me dio un cálido abrazo, de estos que con él nunca faltaban; me hacía sentir muy cómodo y a continuación venía nuestro choque de puñitos. Se giró y comenzó a tomar la bifurcación, por el contrario yo seguí recto, mi casa se encontraba dos calles más hacia arriba.
Subí las dos aceras restantes y se distinguía una gran morada característica por una pequeña pala blanca y roja en el muro que lo rodeaba, justo debajo de esta se podía leer claramente “Uchiha Fugaku y Mikoto”. Introduje mi llave en la cerradura y se abrió de forma inmediata la puerta que llevaba al jardín, encontrándome con mi hermano en casa.
—Bienvenido Sasuke—Anunció con su tan característica sonrisa, mi hermano se parecía un poco a mí, tenía el cabello más largo y recogido siempre en una coleta, y dos arruguitas muy graciosas debajo de los ojos pues a la altura de la nariz, y eso sí poseía la seña de identidad familiar; unos ojos más negros que el mismísimo carbón, aunque su tez un poco más bronceada que la mía era una replica a la de mi padre. Él estaba en la universidad en el tercer año y se había tomado una semana sabática que terminaba dentro de tres días—¿Qué tal el día de hoy?—
—Pues nada novedoso Itachi, como siempre tengo que estudiar y tarea, aunque estoy en primero de la preparatoria, supongo que es algo normal—Le respondí no muy animado, por si no era evidente mis sentimientos eran sólo míos, sacarlos hacía fuera no era mi especialidad, ni pretendía y tampoco era algo que se me diera realmente bien—Aunque a decir verdad Itachi, esta noche tengo una fiestecilla de máscaras, así que te cogeré alguna prestada—
—Que buenos tiempos en los que yo estaba en la preparatoria…—con su tenue melancolía, caracterizado por llevar siempre las cosas al extremo; ese era Uchiha Itachi—¿Te dejarán papá y mamá ir a una “fiestecilla” un jueves?
—Claro, las cosas cambiaron mucho desde que te fuiste—Aún no se lo había comentado a mis padres pero estaba seguro de que me dejarían. Entramos los dos juntos a nuestro hogar abriendo la puerta principal, se escuchaba a mi madre hablar con alguien, supongo que por teléfono ya que mi padre no había llegado aún; se encontraba trabajando en la empresa familiar.
—Buenas tardes hijo—me dijo alegremente bajando las escaleras rápidamente para darme un abrazo. Ella era muy guapa a mi parecer, tenía una tez blanquita como la mía y un pelo largo muy bonito, además estaba muy cuidada para sus llevaderos cuarenta y dos años—Estoy hablando con Kushina, me acaba de comentar que tú y Naruto pretendíais ir a una fiesta hoy por la noche, a casa de una tal ¿Kirum?—preguntó confundida al no haber oído el nombre en su vida; debería estar loco para hablar de una chica como Karin en casa, ella es… todo lo opuesto a lo que quiero como mujer. Kushina era la madre de Naruto; y se parecían muchísimo, tenían el mismo carácter efusivo y cabezota pero era una muy buena persona y como mi segunda madre, al contrario que Naruto es peliroja y poseía un cabello más largo que el de mi madre, ella tenía los ojos oscuros y es realmente jovial.
—Karin querrás decir. Sí, se lo estaba comentando a Itachi ahora mismo, se trata de un baile de máscaras o algo así. Naruto pasará por mí a las nueve—Tras dejar las llaves en la entradilla fui dirigiéndome tranquilamente a las escaleras para subir a mi cuarto.
—¡Sasuke! No sé si eres consciente de que hoy es jueves y mañana ¡tienes clase!—Sabía que diría eso, las madres eran tan pesadas con eso de estudiar que el tema me ponía nervioso y tenso—Haremos una excepción…y no quiero que llegues tarde a casa, que después no nos podemos levantar por la mañana—Yo seguí avanzando hasta el segundo piso como si no me hablara nadie, y cuando llegué a mi tan ansiado cuarto tenía la comida en el escritorio—Sí Kushina, al final siempre nos ablandamos… Menudas somos—
Como suponía ignoró mi último gesto y siguió hablando con su compañera. Yo me limité a comer el plato de sushi y arroz que me habían dejado y me recosté en la cama para dormir una pequeña siesta.
·
·
·
—¿Sasuke?—Sentía como si alguien me estuviera zarandeando, y quien iba a ser si no era Itachi.
—¡¿Qué te sucede?!—dije alterado—¡Me has interrumpido mi siesta joder!—le cogí las manos en el intento de que parara de tocarme.
—Son las ocho y media, ¿no venían a recogerte a las nueve?—ahora le estaba agradecido, y una gotita de sudor calló por el lado izquierdo de mi rostro.
—¿Tanto he dormido? Imposible—Miré el reloj que estaba enmarcado detrás de mi cama y efectivamente marcaban las veinte y treinta horas—Realmente, se me ha hecho tarde durmiendo pero… no tenías que golpearme así, ¡idiota! —Le propiné un pequeño golpe en la cabeza.
—Ten respeto por tu hermano mayor, hombre—se quejó frotándose donde había sido golpeado, justo después con dos de sus dedos; el corazón y el índice me dio un toquecito en la frente diciendo—Lo siento Sasuke, la próxima vez no sucederá—
—No es nada, ahora iré a por las máscaras a tu cuarto Itachi. Voy a ducharme sal de mi habitación—Le ordené mientras me incorporaba de mi querida cama, me dirigí al armario para coger unos calzoncillos y un par de toallas para cuando saliera de la ducha.
—No te hará falta, te las coloqué todas en el primer cajón—Respondió ya sujetando el pomo de la puerta—De nada hermanito—me guiñó un ojo y acto seguido se fue a su rinconcito del hogar.
—Hn—me dí cuenta de algo y reaccioné en seguida—¡Itachi, hermano!—Alcé un poco la voz para que pudiera oírme con facilidad—Tengo que ducharme voy un poco apurado, recógeme los restos de la comida por favor—Se me había olvidado por completo, y si no quería soportar una de las broncas de Naruto sería mejor que me diera prisa.
—¡¿Qué?!—Chilló indignado—Esta será la última vez en, nos vamos a ir dejando de caprichitos—
Salí del cuarto atropelladamente para correr a la izquierda del largo pasillo, encendí la luz del baño, dejé las toallas, activé la ducha; me quité la ropa agilmente y me metí dentro para hacer todo lo más rápido posible.
Al final entre una cosa y otra, me demoré y cuando fui a coger el móvil eran las nueve y diez y tenía dos llamadas perdidas del dobe, decidí no devolverle las llamadas puesto que ya estaba listo, apenas tenía que elegir mi máscara que iba a juego con mi vestimenta, me había puesto un pantalón beige largo, estaban cerca las Navidades y ya empezaba a hacer frío, lo combiné con una camisa azul marino y unos náuticos que comprendían ambos colores de la ropa; nada más abrir rebusqué con prisa el cajón y observe una máscara azul marina con tonos dorados que hacían una serie de dibujos; no cubría la cara completa solo hasta que me terminaba la nariz, me la coloqué, cogí mis llaves, mi móvil y sin olvidarme de mi más simbólico perfume que no podía faltar, y salí apurada para encontrarme con Naruto. En el primer piso toqué un botón que abrió la puerta exterior y dejó ver a un histérico rubio apoyado en la pared de la calle; iba con una camisa blanca y al igual que yo unos pantalones largos pero azules oscuros casi como el tono de mi camisa, además llevaba unos Ralph Lauren azules, la máscara que llevaba en mano era blanca y le cubría los ojos y la nariz aunque se veía que en uno de sus lados era más larga cubriéndole la parte izquierda de la cara entera y la derecha hasta la nariz, su clara máscara dejaba ver unos brillos que lo adornaban del tono de su pantalón.
—¡Las veintiuno y quince minutos teme!—Me señaló con el dedo índice—¡Te dije tonto, qué no llegaras tarde!—
—Se me hizo un poco tarde—Le comenté quitándole importancia al asunto y caminando hacia él para poder irnos al baile ese por fin. Cerré la puerta que quedó detrás de mí y agarré a Naruto del brazo para que siguiéramos andando. Este no hizo ningún comentario más al respecto y se puso su máscara con enfado, dejando ver el detalle que antes mencioné de la forma de la careta.
—Vayamos pronto, tengo ganas de llegar Sasuke. Creo que la casa de esa tipa está a unos diez minutos de aquí—No tenía ni idea de donde estaba, por eso saqué mi Iphone de mi bolsillo derecho trasero y al desbloquearlo encontré sin más el contacto que estaba buscando. —¿A quién llamas?—
Al tercer pitido la voz grave del chico sonó—¿Neji? Sí, ¿Cómo podemos llegar a la casa de Karin directamente desde la mía? —
Tras mantener una conversación de unos cinco minutos; bastante larga para mí persona, colgué y le dije a Naruto que girara a la izquierda que en tres callejones más llegaríamos a nuestro destino. Y con un camino tedioso y eterno por las protestas de mi compañero llegamos a la lujosa residencia. Esta estaba repleta de gente, me quedé alucinado, no esperaba ni en mis sueños más lejanos que hubiera tanta gente en una celebración como la de ahora.
—¡A-lu-ci-nan-te!—exclamó el de máscara blanca—¿Estás viendo eso Sasuke? ¡Vaya exitazo ha tenido la bruja de Karin!—
—¿Entramos?—Le propuse desafiante con mi sonrisita de medio lado que tanto me gustaba.
—¡Por supuesto! Allá vamos Uchiha—
Naruto y yo nos aventuramos entre la multitud, intentando abrirnos paso para poder permanecer en el interior donde había una barra con un camarero que por lo visto atendía bebidas tanto no alcohólicas como el ponche, como alcohólicas como tequila, vodka, ron…
Al final conseguí llegar al mostrador pero cuando me dí la vuelta no estaba el rubio cabeza hueca, ¡se había perdido! Y definitivamente era obvio que podía haber alrededor de unas ¿doscientas personas? Ya no lo volvería a encontrar.
—Maldito dobe—resoplé, como ya había dicho en más de una ocasión era realmente molesto. Observé la variedad que abarcaban las botellas situadas a espaldas del hombre que las atendía y decidí optar por un cubata—Perdone, póngame un cubata de ron Barceló con coca-cola—
—En un momentito se lo traigo señorito—El hombre estaba apurado había un gran alboroto por aquí, la gente empujaba ansiosa por un chupito o bien por una jarra de cerveza—Aquí tiene—Parece que el empleado se disponía a avisarnos de algo—¡Por favor!—Anunció alzando la voz—Los que hayan obtenido su consumición que despejen la barra—
Cogí mi largo vaso y dándole un enorme trago me aparté un poco del lugar con cuidado, para que los locos y las locas que se abalanzaban para pedir no hicieran que se derramara nada. Cuando levanté la mirada del vaso conseguí observar una figura que me llamó mucho la atención, tenía un cubata pero este era de tequila, y también poseía un cigarro en la mano, vestía con un vestido azul eléctrico de palabra de honor con un escote seductor, era abierto hasta pasado el canalillo pero no le hacía un pecho vulgar; si no fino, este era como de una tela parecida a la seda pero un poco más gruesa, corto y de vuelo, además llevaba unos elevados tacones que le hacían parecer muy sofisticada, eran de color plata que le hacían juego con el collar de pequeñas perlas plateadas que llevaba, su máscara plateada con toques azules sólo le tapaba los ojos dejando ver su pálida tez, y su tan distinguido cabello; no sabía bien si ese era su color o es que ya el ron había empezado a hacer su efecto, la chica de figura y nombre desconocido se dirigía hacia la salida de la puertecilla que daba al jardín que estaba justo al lado del ocupado mostrador y enfrente de por la que yo y mi anhelado amigo habíamos entrado. Aligeré mi paso no vaya a ser que se me perdiera mi doncella pero entonces mi carrera se vio interrumpida por una mujer de pelo rojo y un extravagante aspecto; no hacía falta ser un genio para saber que se trataba de mi fan y admiradora número uno; Karin.
—¡Sasukito!—Además de su aguda y molesta voz no tenía ni idea de cómo podía mirarse al espejo con esas pintas y salir de su cuarto, iba con un vestido de plumas rojo que parecía un pavo real, además le llegaba por los tobillos y cada vez que andaba iba soltando plumas como los gatos sueltan pelo. No era habilidosa con los tacones dorados pues los que llevaba no eran de gran altura pero hizo un par de veces el ademán de sujetarse en mi hombro, ella llevaba una máscara con forma de gafas también dorada así que no era un misterio saber su identidad; a diferencia de mi antigua visión—¿Sasuke?¿Eres tú?—Definitivamente había bebido más de una copa ya que por el contrario no hubiera dudado ni por un instante si era él o no, así que aproveché su “incapacidad”.
—¿Buscas a Uchiha Sasuke?—dije adoptando una voz más aguda que la mía, intenté imitar la de Kiba; un niño muy simpático que salía de vez en cuando con nosotros.
—¡Si!¡Si!¡Si! Busco a mi amorcito Uchiha Sasuke—Ahora sí se iba tambaleando y cayéndose encima mía, la sujete hábilmente.
—Salió a la puerta principal, se encontraba mareado—contesté.
Justo después bebí otro buen sorbo del vaso y empujé levemente a la chica para que se desorientara entre la muchedumbre, y salí corriendo hasta el jardín, donde tras un ancho árbol la vi, vi como el humo salía de su boca haciendo una perfecta “o” con sus carnosos labios. Caminé hasta donde se encontraba y seguí bebiendo a medida que avanzaba llegando hasta un poco más de la mitad del cubata, me detuve ante aquella preciosa dama y volví a acudir al alcohol como solución a mi inseguridad, aunque no sé porque la tengo… Soy ¿Sasuke Uchiha, no? Entonces agarré el vaso con fuerza y solté:
—Hola bonita, ¿tienes un cigarrito para mí? —

¡¡¡Gracias a los que dediquen su tiempo en leerlo ♥!!!
Nos leemos en el próximo capítulo jeje​
Agleam
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