Paraíso terrenal [Longfic]
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Paraíso terrenal [Longfic]
So .3. traigo un fanfic(?) Dah asjfk lo publico y me voy, porque tengo sueñito. Emm emmm me basé en la canción de Ailee "Heaven", bueno, me ayudó a inspirarme porque empecé este fic de la nada xD Anyway...
[Acotación: Texto en cursiva = Pensamientos.]
Y eso hoho :'D adiós :3
[Acotación: Texto en cursiva = Pensamientos.]
- Capítulo 1: Irrealidad:
- Sus palabras fueron al viento, sin embargo dirigidas a mí. El sonido de su voz atravesó mis oídos, seguido de su trayecto hacia mi cerebro, se posaron en mi conciencia que no quería asimilar. No, no lo podía asimilar. La sensación de escepticismo provocó un fuerte y amargo apretón en mi pecho, repercutiendo en mis pulmones, cortando mi respiración abruptamente por un segundo eterno, aunque imperceptible para quien lo viera de afuera. Mis ojos se expandieron y se aguaron al instante, mi garganta se retorcía con ganas, llamando a las lágrimas a salir. Mi pulso se aceleraba, mis sienes palpitaban con violencia, mi piel de gallina, mi cuerpo tembloroso quería desplomarse.
Negación, negación rotunda. Su anuncio creó en mí un efecto de desesperación entera. Mis puños se tensaron, los apreté fuertemente conteniendo toda mi ira, mi pena, mi… incredulidad.
No… No podía ser posible. No podía creerle…
Mentiroso. Mentiroso… Mentiroso, mentiroso, mentiroso…
- ¡Mentiroso! ¡Estás mintiendo! – cerré mis ojos y me desahogué en un grito. Él ni siquiera se inmutó. Sólo me miró de reojo, indiferente. Como si lo que hubiera dicho fuera lo más normal del mundo, algo tan común, tan sin importancia, tan… nada. Luego volvió su vista al horizonte.
- No, no miento. Te digo la verdad – se limitó a responderme.
- No te creo. No, no, ¡no! Simplemente no… - Negué con la cabeza, impetuoso. Una lágrima rebelde cayó por mi rostro empalidecido con naturalidad.
- Vamos, el escándalo no es necesario.
- ¿Escándalo dices? ¿Y qué esperas que haga?, ¿que me comporte apáticamente tal como tú? ¿Que pretenda que no me afecta en lo absoluto? ¿Cómo?... ¿Cómo puedes ser así? ¿Cómo puede importarte tan poco? ¡¿Cómo esperas que de lleno no me interese lo que te pase?! – agaché la cabeza y oprimí un sollozo inminente. No lo podía soportar. No soportaba este sentimiento.
- ¡Cállate ya! – Mi pecho se apretó nuevamente al oírle exclamar para llamar mi atención. Lo miré aturdido, caminaba hacia mí, irritado y firme como siempre lo ha sido. Se detuvo y sus ojos buscaron mi mirada humedecida por el llanto – Voy a morir y no hay nada que pueda hacerse al respecto. Enfréntalo y ya, al igual que yo. Sólo eso basta.
“Sólo eso basta”. Como si fuera tan fácil. Ni siquiera el hecho de pensarlo, pensar que… mi mejor amigo dejará este mundo para siempre. La persona más importante para mí en todo este vasto mundo, aunque nunca se lo haya dicho siquiera. Me parece imposible, tan incierto…
Me rehúso completamente a la idea de perderte.
- … Cállate tú… No quiero escucharte más decir cosas como esa…
- Aterriza, dobe. Pon los pies sobre la tierra, ¿quieres? Deja por un momento tu mundo de fantasía y vuelve a la realidad, que es esta. Lo quieras o no, lo quiera o no. Este es mi destino, nada ni nadie lo cambiará.
Mi entrecejo de pronto se relajó, dejando de lado mi marcada expresión de enfado, pasando a un gesto de tristeza y aún más incredulidad. Nos observamos en silencio. Un par de lágrimas más se hicieron presentes y recorrieron mis pómulos. No sabía que pensar ni que decir, ni mucho menos que hacer. Además ¿qué podría hacer?... Sólo me quedé ahí, inmóvil. Me encontré inerte como un objeto, esperando a que algo me motivara a realizar alguna acción. De a poco su mirada severa se desvaneció y se volvió condescendiente, comprendiendo lo que estaba sintiendo en ese momento. Suspiró.
- Naruto… - pronunció seguidamente a la vez que posaba su mano gélida sobre mi mejilla izquierda, con la intención de secarla. Mi corazón saltó con brusquedad en mi pecho, haciéndome reaccionar al fin.
Con el dorso de mi mano aparté rudamente la suya de mi rostro y retrocedí un paso, volviendo a instalarse mi anterior mueca de furia.
- ¡No quiero que me consueles!
Sasuke volvió a bufar, hastiado.
- ¿Así es como reaccionas? Sólo no quiero que llores, luces más patético de lo que comúnmente eres.
- ¿Y qué si lo hago? ¡Si lloro o no es cosa mía! ¡Yo decido como reacciono, y no me importa si luzco patético! ¡Me vale lo que pienses de mí! Además, no sé qué esperas que haga. ¿Qué me ría?, ¿qué te diga que me da igual? ¡Vete a la mierda, Sasuke!
- No importa si lloras o te lamentas. No importa lo que hagas, no cambiará nada. Ahora, ¿puedes dejar el alboroto e irnos a casa? Estoy agotado, sabes – inquirió aún más indolente, cruzándose de brazos.
Me calló completamente. Ninguna frase coherente podía emanar de mí, no era capaz de moverme siquiera, me quedé pasmado… Al cabo de los segundos sólo apreté mis labios con fuerza, tanto que temblaba. Agaché mi mirada y mis puños se tensaron de nueva cuenta. ¿Qué sucedía? ¡¿Qué carajo sucedía?! ¿Acaso era esta una clase de broma?
Claro, ahora todo tiene sentido… Quieres vengarte por todas las jugarretas que te he hecho, ¿no, Sasuke?
- Teme… - Lo siento, de verdad lo siento. Te lo compensaré como quieras, pero… - Por favor… - Por favor… Por nada del mundo digas esas cosas, te lo suplico. Sólo… - Dime que es mentira’ttebayo…
Silencio momentáneo…
- Naruto, ya te lo dije. No compliques más las cosas y vámonos a casa, ¿quieres?
No… No, Sasuke, ¡no!
Y me eché a correr simplemente. Pasando a llevar de manera destemplada parte del cuerpo de mi amigo en el acto, ya a lo lejos lo escuchaba vocear mi nombre para hacerme parar. Pero mi cuerpo actuaba por sí solo, mi mente nublada, mi corazón con una dolorosa punzada, mis pulmones querían estallar, mi garganta se oprimía con fuerza desmedida, el llanto en mis ojos no me dejaban ver nada. Nada…
Ni idea a donde iba, ni idea qué quería lograr. ¿Escapar? ¿Huir de la realidad, de su verdad? ¿Esconderme en un remoto lugar donde nadie me pueda ver ni escucharme gritar? Tal vez…
Sólo corría, empujando a quien se atravesara en mi camino, mientras lloraba. Inhalaba y exhalaba desorbitado, sollozando una que otra vez, lo que me hacía cansarme más y que mis pulmones y faringe hirvieran. Instintivamente decidí llevar mi antebrazo hacia mis ojos para acallar las lágrimas que no paraban de manifestarse, ahora sí bloqueando mi visión por completo, sin embargo aún así continuando con aquella disparatada carrera. Al no ver nada tropecé, yendo a parar en el duro pavimento. Pronto escuché los insistentes bocinazos de un auto aproximarse hacia mí y el fuerte frenazo premeditado. Observé atónito. El conductor, más que irritado, bajó del vehículo y se dirigió hacia mí al ver que no hacía nada para cederle el paso.
- ¡¿Estás loco, niño?! ¡Quítate de la maldita calle! ¡Vamos, muévete!
Me paré y le di un puñetazo en el rostro. No era consciente de mis acciones, estaba exaltado, apenado, furioso a más no poder. Actuaba sin pensar, sólo me dejaba llevar por las emociones que me embargaban en ese instante. Luego de eso lo agarré por el cuello de su camisa y lo estampé contra el capó de su auto. Sólo quería desquitarme, desahogarme de cualquier forma posible…
- ¡¿Por qué no seguiste, viejo?! ¡¿Por qué mierda no me mataste?! ¡No me quitaré de la puta calle hasta que me arrolles, maldita sea!
Si muriera todo sería más fácil…
Recibí un golpe de vuelta, seguido de un rodillazo en mi ingle, quitándome el aliento, dejándome incapaz de defenderme. Caí al suelo imposibilitado mientras reiterados golpes y patadas se me eran otorgados, al mismo tiempo un conjunto de improperios. Rápidamente la multitud se hizo a nuestro alrededor. La gente despavorida sólo observaba con temor la cruda escena, hasta que por la desesperada e insistente petición de una voz femenina, extrañamente conocida, un par de sujetos se nos acercaron para alejar a aquel tipo de mí, mientras yo me retorcía en el suelo por el dolor que me había causado aquella riña.
- ¡Naruto! – la escuché aproximarse hacia mí. Sakura-chan… - ¡¿Cómo ha pasado esto?! ¡Llamaré a una ambulancia en seguida!
- N-No… lo hagas… - apenas fui capaz de articular luego de toser sangre.
Sólo quiero morir…
- ¡¿Que no?! ¡Estás loco, Naruto, mírate!
- No quiero… Déjame…
- ¡Ni lo pienses!
Rápidamente sacó su celular para disponerse a marcar el número de emergencias, mientras yo, en el suelo aún, trataba de cavilar el embrollo en el que me había metido hace tan sólo segundos. ¿Cómo fui capaz de eso? ¿Cómo di a parar en esta situación? Entonces volvió a mí la imagen de Sasuke, mirándome a los ojos, entonando aquellas condenadas palabras, tan fríamente…
“Voy a morir y no hay nada que pueda hacerse al respecto. Enfréntalo y ya, al igual que yo. Sólo eso basta…”
Sasuke… No…
De pronto la imagen de Sakura se aborrascó, mis ojos habían vuelto a aguarse. El llanto volvía a hacerse presente de forma silenciosa.
- ¿Qué sucede, Naruto? Estás… llorando – Me interrogó una vez finalizada su acción. Sonaba preocupada por mi extraño comportamiento.
No puedo decirlo…
- S-Sasuke… - mencioné con un hilo de voz.
Su expresión de estupor al escucharme me dio a entender que comprendía a lo que me refería con sólo haber pronunciado su nombre. De inmediato sus ojos comenzaron a brillar.
Lo sabes, ¿no?
Es todo… tan irreal.
Y eso hoho :'D adiós :3
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