Hermoso Desastre : Capitulo 1 ( 14-04-2013)

Todo en la habitación gritaba que no yo no pertenecía aquí. Las escaleras estaban en ruinas, la gente estaba apretada hombro contra hombro, y el aire era una mezcla de sudor, sangre y moho. Las voces se arremolinaban mientras gritaban números y nombres una y otra vez, los brazos se agitaban y se hacían gestos para intercambiar dinero y comunicarse a través del ruido. Me sumergí entre la multitud, siguiendo de cerca a mi mejor amiga.
— ¡Guarda bien tu dinero en tu billetera, Sakura! —Me gritó Ino. Su amplia sonrisa brillaba aún en la penumbra.
— ¡Quédate cerca! ¡Empeorará una vez que comience! —gritó Shikamaru por encima del ruido. Ino tomó su mano y después la mía mientras Shikamaru nos dirigía a través del mar de gente.
El balido agudo de un cuerno de toro sonó en el aire lleno de humo. El ruido me sobresaltó, haciendo que saltara, buscando el origen de estallido. Un hombre estaba parado en una silla de madera, sosteniendo un fajo de billetes en la mano, el cuerno en la otra. Él mantenía el plástico en los labios.
— ¡Bienvenidos al baño de sangre! Si estás buscando Economía 101… ¡Estás en el jodido lugar equivocado, mi amigo! Si buscas el Círculo, ¡Esto es Meca! Mi nombre es Iruka, yo hago las reglas y dirijo la pelea. Las apuestas terminan una vez que los oponentes estén en el suelo. No se permite tocar a los combatientes, no ayudarlos, no cambios de apuestas, y no entrar en el cuadrilátero. ¡Si rompen estas reglas, se les partirá la madre y serán retirados de aquí sin su dinero! ¡Eso las incluye a ustedes, señoritas! ¡Así que no utilicen sus puterías para estafar al sistema, muchachos!
Shikamaru negó con la cabeza. — ¡Jesús, Iruka! —gritó al maestro de ceremonias sobre el ruido, claramente desaprobando la elección de palabras de su amigo.
Mi corazón latía en mi pecho. Con un suéter de cachemir color rosa y unos pendientes de perlas, me sentí como una maestra de escuela en las playas de Normandía. Le prometí a Ino que podía enfrentar todo lo que se nos pusiera enfrente, pero en la zona cero sentí la necesidad de agarrar sus delgados brazos con ambas manos. Ella no me pondría en peligro, pero estar en un sótano con cincuenta o más chicos universitarios borrachos, no estaba exactamente segura de nuestras posibilidades de salir ilesas.
Después de que Ino conociera a Shikamaru en la clase de orientación de primer año, ella con frecuencia lo acompañaba a las luchas secretas en los sótanos diferentes de la Universidad de Eastern. Cada evento se llevaba a cabo en un lugar diferente, y se mantenía en secreto hasta una hora antes de la pelea.
Debido a que yo pertenecía a un círculo un poco más tranquilo, me sorprendió saber de un mundo subterráneo en Eastern; pero Shikamaru lo sabía aún antes de haberse matriculado. Naruto, el compañero de cuarto y primo de Shikamaru, entró en su primera pelea siete meses antes. Como estudiante de primer año, se rumoreaba que él era el competidor más letal que Iruka había visto en los tres años desde que creó El Círculo. Comenzando su segundo año, Naruto era invencible. Juntos, Naruto y Shikamaru fácilmente pagaban el alquiler y las facturas con las ganancias.
Iruka llevó el cuerno de toro nuevamente a sus labios, y los gritos y el movimiento escaldaron a un ritmo febril.
— ¡Esta noche tenemos un nuevo retador! ¡El luchador estelar universitario de Eastern, Mizuki!
Los gritos siguieron, y la multitud se apartó como el mar rojo cuando Mizuki entró en la habitación. Un espacio circular fue formado, y la multitud silbó, abucheó y se burló del rival. Él saltaba, sacudía el cuello hacia atrás y adelante; su rostro severo y concentrado. La multitud se calmó y luego mis manos se alzaron a mis oídos cuando la música sonó por los grandes altavoces en el otro lado de la habitación.
— ¡Nuestro siguiente combatiente no necesita presentación, pero porque me asusta hasta la mierda, lo haré de todos modos! ¡Sacudan sus botas, chicos, y quítense sus bragas, señoritas! ¡Les presento a Naruto ―Zorro endemoniado!

El volumen explotó cuando Naruto apareció en una puerta de la habitación. Él hizo su entrada, sin camisa, relajado y natural. Echó a andar hacia el centro del círculo, como si se estuviera presentado a otro día en el trabajo. Los músculos se extendían bajo su piel bronceada mientras él chocó sus puños contra los nudillos de Mizuki. Naruto se inclinó y le susurró algo al oído a Mizuki, y el luchador luchó por mantener su expresión severa. Mizuki se puso cara a cara con Naruto y lo miró directamente a los ojos. La expresión de Mizuki era asesina; Naruto se veía ligeramente divertido.
Los hombres tomaron unos pasos hacia atrás, y Iruka sonó el cuerno. Mizuki tomó una posición defensiva y atacó a Naruto. Me paré sobre la punta de mis pies cuando perdí mi línea de visión, apoyándome de lado a lado y los hombros se estrellaban contra mí, rebotándome de un lado a otro como pelota de ping pong. La parte superior de la cabeza de Mizuki y Naruto se hizo visible, por lo que continúe abriéndome camino hacia adelante.
Cuando finalmente llegué al frente, Mizuki cogió a Naruto con sus gruesos brazos y trató de tirarlo al suelo. Cuando Mizuki se inclinó con el movimiento, Naruto estrelló su rodilla contra la cara de Mizuki. Antes de que Mizuki pudiera evitar el golpe, Naruto lo atacó; sus puños hicieron contacto con la cara ensangrentada de Mizuki una y otra vez.
Cinco dedos se hundieron en mi brazo y me eché hacia atrás.
— ¿Qué demonios estás haciendo, Sakura? —dijo Shikamaru.
— ¡No podía ver desde allí! —grité.
Me volví justo a tiempo para ver a Mizuki tirar un puñetazo. Naruto se giró, y por un momento pensé que había evitado otro golpe, pero hizo un círculo completo, estrellando su codo derecho en el centro de la nariz de Mizuki. Sangre roció mi cara y salpicó la parte superior de mi suéter. Mizuki cayó al suelo de cemento con un ruido sordo y en un breve instante la habitación estuvo en completo silencio.
Iruka lanzó una tela roja cuadrada sobre el cuerpo quieto de Mizuki y la multitud estalló. El dinero cambió de manos una vez más y las expresiones se dividían entre petulantes y frustradas.
Me empujaron un poco con el movimiento de ida y venida. Ino llamó mi nombre en algún lugar de la parte de atrás, pero yo estaba fascinada por el camino rojo de mi pecho a la cintura.
Un par de pesadas botas negras se pararon frente a mí, desviando mi atención hacia el suelo. Mis ojos viajaron hacia arriba; pantalones manchados de sangre, un par de cincelados abdominales, un desnudo, un tatuado abdomen y un pecho empapado de sudor y, finalmente, un par de ojos cálidos color azul. Alguien me empujó por detrás y Naruto me tomó por el brazo antes de caer hacia adelante.
— ¡Hey! ¡Aléjate de ella! —gruñó Naruto, empujando a cualquiera que se me acercara. Su expresión severa se convirtió en una sonrisa al ver mi camisa, y luego secó mi cara con una toalla—. Lo siento mucho, cerezo.