Y así empezó todo
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NARUTO{♥}COUPLES :: :: Parejas principales :: SasuNaru :: Fanfics
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Y así empezó todo
La biblioteca está vacía y la bibliotecaria mira atentamente una vieja computadora, de esas que casi nadie usa ya, o eso es lo que hacía la última vez que la vi. Naruto y yo estamos en la parte trasera de la biblioteca, no parece haber ni un alma alrededor.
Está lloviendo torrencialmente y el sol parece haberse ido para ya no volver. Lamentablemente me ha tocado buscar información acerca de los países miembros de Commonwealth con Naruto. No digo que este idiota me caiga mal, pero tampoco digo que me caiga bien. Es ruidoso, inquieto, súper enérgico, no puede estar tranquilo. En la mesa de madera en la que estamos ambos sentados hay libros y libros, algunos abiertos, otros cerrados. Estamos sentados en cada punta de la mesa, Naruto tiene a sus espaldas una gran ventana de madera, que muestra a la perfección el horrible clima. El parece entretenido con un videojuego que no sé de dónde ha sacado.
—Hey, dobe, ¿no vas a ayudarme?—le pregunto entre dientes.
Ese usuratonkachi…
—No—dice sin siquiera mirarme, aún ensimismado en el mundo ficticio de su videojuego.
Siento un tic en mi ojo derecho y me paro ruidosamente, acompañado del chirrido que hacen las patas de la silla de madera contra el piso de mármol. Camino hacia él, cada paso que doy es completamente ignorado por el usuratonkachi. Naruto me ve de reojo, con su cara de idiota usual, y entiende que estoy a punto de quitarle su tan preciado jueguito. Él se para rápidamente y camina hacia atrás, poniendo su videojuego en alto, detrás de su cabeza.
—Te prometo, te prometo que lo dejaré mañana—me dice, entre risas.
Así que se hace el gracioso…
Me acerco a él con la intención de quitarle el juego, y él se ríe nerviosamente, viendo que no me tomé con humor su broma.
—Vamos, Sasuke. Nadie va a hacer el trabajo—me dice—. En lugar de hacerlo podríamos salir a tomar algo, ¿qué te parece?—me ofrece, todavía sonriendo—. A los dieciocho es legal que dos chicos beban un poco.
Me acerco a él, ignorando sus palabras, le quito su videojuego de una, secamente y me doy media vuelta y me encamino hacia mi lugar. Me siento sin hacer ningún ruido, mientras que Naruto me habla acerca de invitar a Sakura y a Ino. Últimamente Naruto habla mucho con Ino.
—No estoy interesad…— empiezo a decir, interrumpido por Naruto, quien empieza a revisar los bolsillos de mi campera. ¿Cuándo se había acercado tanto?
Naruto está entre la mesa y yo, inclinado hacia adelante, ya que yo me encuentro sentado. Entonces caigo en la cuenta de que está buscando su videojuego. Se está acercando demasiado a mí. Empieza a hacerme cosquillas por alguna razón que no comprendo, preguntándome reiteradas veces dónde escondí su video juego. “En el bolsillo de mi pantalón, dobe”, me siento tentado a decirle, pero las ganas de reír que tengo me lo impiden.
— ¿Qué haces?—le pregunto cuando apoya su frente contra la mía.
El parece no escucharme, ya que se ríe como si yo fuera el que le hiciera las cosquillas. Me impulso hacia atrás, para alejarme de él, y entonces me doy cuenta de lo estúpido que fui al hacerlo. Siento como mi cuerpo se desequilibra y cae junto con la silla y junto con Naruto, del cual yo me había agarrado por puro instinto.
—Auch—se queja Naruto, encima de mí.
Me doy cuenta de lo comprometida que es la posición en la que estamos cuando siento el aliento de Naruto en mi cuello. Él no está intentando nada, sólo está respirando, no es su culpa que la gravedad llevase su cara hacia mi cuello. Me quedo mirando al techo, sintiendo como el efecto de hormonas descontroladas me hacen llegar a la conclusión menos coherente que jamás he tenido. Naruto, con la intención de pararse, apoya ambas manos en cada lado de mi cabeza y se impulsa hacia arriba lentamente.
Yo, por tentación del diablo, dirijo mi mano hacia su rostro, paso la palma de mi mano sobre su mejilla derecha, su sien, su oreja. Cuando llego a la coronilla de su cabello, veo su cara de dobe, él me observa sin comprender. Nunca dije que no me gustara su cara de dobe.
Acerco finalmente su rostro hacia el mío, él no pone resistencia alguna. Uno nuestros labios en un dulce y extenso beso. Sus labios son cálidos, dulces, suaves.
Y así empezó todo.
Soy un idiota.
¿Y por qué eres un idiota, Sasuke?, se preguntaran.
Naruto respondió más que bien a mi beso, pero cuando volvió a la realidad todo empeoró. Bueno, mejoró, pero digamos que no de la manera que yo estaba esperando. Digamos que Naruto tiene un amigo que se levanta de una, ¿me entienden, no? ¿No? Bueno, digamos que Naruto no se satisfizo con un simple beso, lo que era mi única intención. ¿Aún no me entienden? Bueno, digamos que en el momento en el que comenzó a lamerme el cuello y acariciar mi pecho debajo de mi remera, dirigiéndose hacia un lugar en específico (un lugar pellizcable, si es que me entienden—y si es que “pellizcable” es una palabra—), la cosa se puso complicada. Digamos que yo, en un momento de locura, decidí que quería besarlo, pero, cuando él quiso más, yo decidí parar.
¿Y por qué decidiste parar Sasuke? ¡Porque estábamos en una biblioteca!
En el momento en el que tomé la mano con la que él me acariciaba, él paró de besarme, me miró a los ojos, totalmente rojo, y pronunció unas palabras de disculpas y se fue de la biblioteca a la velocidad en la que me como una hamburguesa de Mc Donalds, las cuales no parecen jamás saciarme. Perdón, me desvié del tema principal.
Ahora me encuentro en mi habitación, me estoy bañando, tratando de matar a la inquietud, sin poder creer que es la segunda vez que pienso en lo que sucedió en la biblioteca y la segunda vez en el día que me baño con agua fría.
Llamé a Naruto un par de veces mientras que iba camino a casa, pero ni rastro de vida hay de él. Ya es de noche, ya han pasado varias horas desde que nos vimos.
Hoy es domingo, mañana, lunes. No sé qué es lo que voy a hacer con el trabajo del Commonwealth. Ay, no importa, lo de Naruto es más importante.
Okey, nos besamos. Anotado. Y casi… ¿casi qué? Sólo me dio unos inocentes besos en el cuello, con la lengua, y unas caricias totalmente pulcras de malas intenciones en mi pecho.
—No fue nada—me digo entre risas nerviosas, con un par de rayitas de rubor en las mejillas.
Debo olvidarlo, debo olvidarlo, olvidarlo…
—Sasuke—escucho a mi mamá llamarme en un tono de voz más alto del que usa normalmente, del otro lado de la puerta—. Naruto vino a verte. Apresúrate.
Mierda. No puedo evitar abrir mis ojos y quedarme tieso, pasmado, en medio de la ducha. Sasuke, vamos, apresúrate.
—Sasuke, ¿está bien si me quedo en tu cuarto?—me pregunta Naruto.
Asiento, como si él pudiera verme.
—Sí, Naruto, está bien, ahora salgo—le digo, sonando tranquilo.
—Chicos, voy a comprar al centro y ahora vuelvo—anuncia mi mamá.
No tengo por qué preocuparme, no ha sido nada lo de la biblioteca. Y, en todo caso, si pasara algo entre Naruto y yo, ¿estaría mal? No, ¿verdad?, no lo estaría. Suspiro, diciéndome que tengo que dejar de actuar como un estúpido.
Cierro el grifo y tomo la toalla blanca ubicada sobre un tubo de mármol, me seco como puedo mi cabello y parte de mi cuerpo. Rodeo mi cintura con la toalla y me decido a abrir la puerta. Cuando salgo del baño me encuentro con que mi mamá ya no está y que Naruto está sentado sobre mi cama, mirándome.
—Considerando lo que pasó hoy en la biblioteca—me dice con los ojos cerrados—, que estés frente a mí sólo en toalla hace parecer esto una situación muy comprometedora.
Camino tranquilamente hacia uno de mis cajones y saco mi ropa interior.
—Calla, usuratonkachi—digo, sin prestarle mucha atención.
Aunque no lo veo, sé que él está sonriendo inocentemente, tontamente, dobemente.
Quedamos en silencio durante unos considerables segundos, en los cuales Naruto se dedicó a mirarme y yo a observarlo a él.
—Sasuke—me dice mientras que se pone en pie y camina hacia mí.
Yo lo observo mientras que reduce la distancia entre nosotros. Siento que se acerca más de lo que debería. No me alejo. ¿Por qué no? Porque en el fondo sé que no quiero moverme. Naruto hace lo mismo que yo hice esa misma mañana en la biblioteca, pasa su mano por mi mejilla derecha, mi sien, mi oreja y para en mi coronilla. Utiliza su mano para acercarme a él, y hacer que nuestra distancia sea nula.
El beso es dulce, tierno, mis labios con los de él, sus labios con los míos. Estiró su labio inferior, utilizando levemente los dientes. Él suelta un leve gemido. Eso me gusta. Tomo su cara entre mis manos y nos vuelvo a unir. Ahora el beso es más profundo, más apasionado, empiezo a jadear sin poder evitarlo cuando él mete su lengua en mi boca. Enredo mi lengua con la suya, lamo su boca con desesperación.
Él me guía hacia mi cama y suavemente nos acostamos sobre ella, con besos cada vez más presentes. Él encima de mí, en cuatro patas, con su cabeza hundida en mi cuello. Empieza a repartir tiernos besos a lo largo de mi cuello, y hasta ahí, entonces para.
Mi respiración empieza a normalizarse, al igual que la de Naruto, y eso no me gusta.
—Sabes, Naruto—le susurro, mientras que mi mano empieza a bajar de su cabeza—. Hoy te detuve porque no me pareció correcto estar a los besos en un lugar público—le digo, mientras que mi mano derecha se desliza sobre su estómago—. Pero ahora— le digo al oído, mientras que mi mano empieza a acariciar su miembro sobre el pantalón—, es diferente.
De arriba abajo, de abajo a arriba y cada vez más rápido y más fuerte. Siento como su pene se empieza a endurecer y a calentar rápidamente.
La respiración de Naruto es desigual, jadea y suspira. Abro el cierre de su pantalón y meto mi mano dentro de sus bóxers. Saco su miembro y lo recorro con mi mano. Me concentro en el rostro de Naruto, está rojo, sudado, respirando con fuerza por la boca. Abre levemente sus ojos y nota que lo observo.
—No me mires—me dice mientras que se me acerca y empieza a besarme con lujuria.
Aumento la velocidad de mi mano y Naruto se empieza a estremecer mientras que introduce su lengua en mi boca. Siento como se arquea y su pene empieza expulsar líquido tibio.
Aprovecho a sacarle la remera y dejar su pecho al descubierto, cuando se la saco.
Naruto hunde su rostro en mi cuello y empieza lamerlo, a chuparlo, a morderlo. Miro el techo, sintiendo como algo crece debajo de mi toalla. Subo mi mano y miro los restos del líquido que Naruto expulsó. Acerco mi mano a mi boca y empiezo a lamerla. Sabe a victoria.
Naruto baja sus besos y lengüetazos por mi pecho, pasa por mi ombligo y para en el lugar en el que empieza mi toalla. Me la saca lentamente. Yo no puedo mirar, pongo mi brazo derecho sobre mis ojos, y cuando siento su aliento sobre mi erección, no puedo evitar gemir. Naruto lame la punta lentamente y engulle mi miembro con delicadeza. Empieza a moverse de atrás para adelante, y yo empiezo a gemir más fuerte. Me tapo la boca con mi mano derecha, y termino mirando al techo.
—Gn. Ah, ah. Más rápido—le digo, poniendo mi mano sobre su cabeza, impulsándolo a que se la meta toda en su boca—. Te deseo tanto que no puedo soportarlo—le digo, rápidamente, entre jadeos.
Naruto va más rápido, como yo le pedí, metiéndosela toda y sacándosela completamente. Arqueo mi espalda y me corro en su cálida boca. Estoy totalmente rojo y agitado. Veo a Naruto entre mis piernas bebiendo mi semen lentamente. Cuando se acerca a mí rostro, veo que se escapa un poco por la comisura de sus labios, él me sonríe, mientras que se acerca a mí para besarme. Yo lamo la gota que se cae por la comisura de sus labios.
—Sasuke—me dice—, quiero estar dentro de ti.
Sonrío y tomo su mano derecha, y empiezo a lamerle tres dedos ( el índice, el mayor y el anular). Cuando termino, le digo.
—Pues, bien.
Naruto me sonríe y abre mis piernas.
Ahí vamos.
Mete el primer dedo, y la verdad es que no me dolió la intromisión como pensé que me dolería. Suspiro mientras que el mueve el dedo en círculos. Cuando mete el segundo, decido que lo mejor para apaciguar el dolor es besar a mi dobe. Lo acerco a mí e introduzco mi lengua en su boca. Me éxito con rapidez, a tal manera que me duele. Cuando introduce el tercero, empieza a masturbarme con rapidez. Saca y mete los tres dedos, los mete y los saca. Empiezo a gemir, de nuevo, entre sus besos se me escapan jadeos. Con mis pies empiezo a bajar sus pantalones junto con sus bóxers, indicándole que estoy listo.
Naruto saca sus dedos y coloca mis piernas sobre sus hombros. Mi respiración es apaciguada, estoy nervioso. El apoya la punta de su miembro en mi entrada y el nerviosismo se transforma en excitación. Naruto se acerca a mi boca y empieza a besarme, yo meto mi lengua en su boca. Naruto mete su miembro lentamente, cierro mis ojos, mientras que se me escapa un gemido mitad placer, mitad dolor. Cuando la mete completamente, yo empiezo a mover mis caderas, para que él empiece a moverse.
Primero la sacó completamente, y después la metió con fuerza. Un grito de éxtasis se escapa por mis labios. Empieza a ir de adentro para afuera, una y otra vez cada vez más rápido. Mis jadeos aumentan. Siento a todo mi cuerpo arder.
Quiero más. Más rápido. Más hondo. Más hondo.
—Ah, Ah. N-Naruto. Hn—cierro los ojos fuertemente cuando me corro, manchándonos a ambos. Cuando él se corre dentro de mí, me vuelvo a excitar.
Es nuestra primera vez.
Naruto gime lentamente. Suspira, me toca el miembro, no quiere parar.
—Mañana—le digo, jadeante—Mañana lo haremos en tu casa.
Él se despega de mi cuello, donde dejó una marca. Me mira y me sonríe.
—Te amo, teme.
—Te amo, dobe.
_______Está lloviendo torrencialmente y el sol parece haberse ido para ya no volver. Lamentablemente me ha tocado buscar información acerca de los países miembros de Commonwealth con Naruto. No digo que este idiota me caiga mal, pero tampoco digo que me caiga bien. Es ruidoso, inquieto, súper enérgico, no puede estar tranquilo. En la mesa de madera en la que estamos ambos sentados hay libros y libros, algunos abiertos, otros cerrados. Estamos sentados en cada punta de la mesa, Naruto tiene a sus espaldas una gran ventana de madera, que muestra a la perfección el horrible clima. El parece entretenido con un videojuego que no sé de dónde ha sacado.
—Hey, dobe, ¿no vas a ayudarme?—le pregunto entre dientes.
Ese usuratonkachi…
—No—dice sin siquiera mirarme, aún ensimismado en el mundo ficticio de su videojuego.
Siento un tic en mi ojo derecho y me paro ruidosamente, acompañado del chirrido que hacen las patas de la silla de madera contra el piso de mármol. Camino hacia él, cada paso que doy es completamente ignorado por el usuratonkachi. Naruto me ve de reojo, con su cara de idiota usual, y entiende que estoy a punto de quitarle su tan preciado jueguito. Él se para rápidamente y camina hacia atrás, poniendo su videojuego en alto, detrás de su cabeza.
—Te prometo, te prometo que lo dejaré mañana—me dice, entre risas.
Así que se hace el gracioso…
Me acerco a él con la intención de quitarle el juego, y él se ríe nerviosamente, viendo que no me tomé con humor su broma.
—Vamos, Sasuke. Nadie va a hacer el trabajo—me dice—. En lugar de hacerlo podríamos salir a tomar algo, ¿qué te parece?—me ofrece, todavía sonriendo—. A los dieciocho es legal que dos chicos beban un poco.
Me acerco a él, ignorando sus palabras, le quito su videojuego de una, secamente y me doy media vuelta y me encamino hacia mi lugar. Me siento sin hacer ningún ruido, mientras que Naruto me habla acerca de invitar a Sakura y a Ino. Últimamente Naruto habla mucho con Ino.
—No estoy interesad…— empiezo a decir, interrumpido por Naruto, quien empieza a revisar los bolsillos de mi campera. ¿Cuándo se había acercado tanto?
Naruto está entre la mesa y yo, inclinado hacia adelante, ya que yo me encuentro sentado. Entonces caigo en la cuenta de que está buscando su videojuego. Se está acercando demasiado a mí. Empieza a hacerme cosquillas por alguna razón que no comprendo, preguntándome reiteradas veces dónde escondí su video juego. “En el bolsillo de mi pantalón, dobe”, me siento tentado a decirle, pero las ganas de reír que tengo me lo impiden.
— ¿Qué haces?—le pregunto cuando apoya su frente contra la mía.
El parece no escucharme, ya que se ríe como si yo fuera el que le hiciera las cosquillas. Me impulso hacia atrás, para alejarme de él, y entonces me doy cuenta de lo estúpido que fui al hacerlo. Siento como mi cuerpo se desequilibra y cae junto con la silla y junto con Naruto, del cual yo me había agarrado por puro instinto.
—Auch—se queja Naruto, encima de mí.
Me doy cuenta de lo comprometida que es la posición en la que estamos cuando siento el aliento de Naruto en mi cuello. Él no está intentando nada, sólo está respirando, no es su culpa que la gravedad llevase su cara hacia mi cuello. Me quedo mirando al techo, sintiendo como el efecto de hormonas descontroladas me hacen llegar a la conclusión menos coherente que jamás he tenido. Naruto, con la intención de pararse, apoya ambas manos en cada lado de mi cabeza y se impulsa hacia arriba lentamente.
Yo, por tentación del diablo, dirijo mi mano hacia su rostro, paso la palma de mi mano sobre su mejilla derecha, su sien, su oreja. Cuando llego a la coronilla de su cabello, veo su cara de dobe, él me observa sin comprender. Nunca dije que no me gustara su cara de dobe.
Acerco finalmente su rostro hacia el mío, él no pone resistencia alguna. Uno nuestros labios en un dulce y extenso beso. Sus labios son cálidos, dulces, suaves.
Y así empezó todo.
Soy un idiota.
¿Y por qué eres un idiota, Sasuke?, se preguntaran.
Naruto respondió más que bien a mi beso, pero cuando volvió a la realidad todo empeoró. Bueno, mejoró, pero digamos que no de la manera que yo estaba esperando. Digamos que Naruto tiene un amigo que se levanta de una, ¿me entienden, no? ¿No? Bueno, digamos que Naruto no se satisfizo con un simple beso, lo que era mi única intención. ¿Aún no me entienden? Bueno, digamos que en el momento en el que comenzó a lamerme el cuello y acariciar mi pecho debajo de mi remera, dirigiéndose hacia un lugar en específico (un lugar pellizcable, si es que me entienden—y si es que “pellizcable” es una palabra—), la cosa se puso complicada. Digamos que yo, en un momento de locura, decidí que quería besarlo, pero, cuando él quiso más, yo decidí parar.
¿Y por qué decidiste parar Sasuke? ¡Porque estábamos en una biblioteca!
En el momento en el que tomé la mano con la que él me acariciaba, él paró de besarme, me miró a los ojos, totalmente rojo, y pronunció unas palabras de disculpas y se fue de la biblioteca a la velocidad en la que me como una hamburguesa de Mc Donalds, las cuales no parecen jamás saciarme. Perdón, me desvié del tema principal.
Ahora me encuentro en mi habitación, me estoy bañando, tratando de matar a la inquietud, sin poder creer que es la segunda vez que pienso en lo que sucedió en la biblioteca y la segunda vez en el día que me baño con agua fría.
Llamé a Naruto un par de veces mientras que iba camino a casa, pero ni rastro de vida hay de él. Ya es de noche, ya han pasado varias horas desde que nos vimos.
Hoy es domingo, mañana, lunes. No sé qué es lo que voy a hacer con el trabajo del Commonwealth. Ay, no importa, lo de Naruto es más importante.
Okey, nos besamos. Anotado. Y casi… ¿casi qué? Sólo me dio unos inocentes besos en el cuello, con la lengua, y unas caricias totalmente pulcras de malas intenciones en mi pecho.
—No fue nada—me digo entre risas nerviosas, con un par de rayitas de rubor en las mejillas.
Debo olvidarlo, debo olvidarlo, olvidarlo…
—Sasuke—escucho a mi mamá llamarme en un tono de voz más alto del que usa normalmente, del otro lado de la puerta—. Naruto vino a verte. Apresúrate.
Mierda. No puedo evitar abrir mis ojos y quedarme tieso, pasmado, en medio de la ducha. Sasuke, vamos, apresúrate.
—Sasuke, ¿está bien si me quedo en tu cuarto?—me pregunta Naruto.
Asiento, como si él pudiera verme.
—Sí, Naruto, está bien, ahora salgo—le digo, sonando tranquilo.
—Chicos, voy a comprar al centro y ahora vuelvo—anuncia mi mamá.
No tengo por qué preocuparme, no ha sido nada lo de la biblioteca. Y, en todo caso, si pasara algo entre Naruto y yo, ¿estaría mal? No, ¿verdad?, no lo estaría. Suspiro, diciéndome que tengo que dejar de actuar como un estúpido.
Cierro el grifo y tomo la toalla blanca ubicada sobre un tubo de mármol, me seco como puedo mi cabello y parte de mi cuerpo. Rodeo mi cintura con la toalla y me decido a abrir la puerta. Cuando salgo del baño me encuentro con que mi mamá ya no está y que Naruto está sentado sobre mi cama, mirándome.
—Considerando lo que pasó hoy en la biblioteca—me dice con los ojos cerrados—, que estés frente a mí sólo en toalla hace parecer esto una situación muy comprometedora.
Camino tranquilamente hacia uno de mis cajones y saco mi ropa interior.
—Calla, usuratonkachi—digo, sin prestarle mucha atención.
Aunque no lo veo, sé que él está sonriendo inocentemente, tontamente, dobemente.
Quedamos en silencio durante unos considerables segundos, en los cuales Naruto se dedicó a mirarme y yo a observarlo a él.
—Sasuke—me dice mientras que se pone en pie y camina hacia mí.
Yo lo observo mientras que reduce la distancia entre nosotros. Siento que se acerca más de lo que debería. No me alejo. ¿Por qué no? Porque en el fondo sé que no quiero moverme. Naruto hace lo mismo que yo hice esa misma mañana en la biblioteca, pasa su mano por mi mejilla derecha, mi sien, mi oreja y para en mi coronilla. Utiliza su mano para acercarme a él, y hacer que nuestra distancia sea nula.
El beso es dulce, tierno, mis labios con los de él, sus labios con los míos. Estiró su labio inferior, utilizando levemente los dientes. Él suelta un leve gemido. Eso me gusta. Tomo su cara entre mis manos y nos vuelvo a unir. Ahora el beso es más profundo, más apasionado, empiezo a jadear sin poder evitarlo cuando él mete su lengua en mi boca. Enredo mi lengua con la suya, lamo su boca con desesperación.
Él me guía hacia mi cama y suavemente nos acostamos sobre ella, con besos cada vez más presentes. Él encima de mí, en cuatro patas, con su cabeza hundida en mi cuello. Empieza a repartir tiernos besos a lo largo de mi cuello, y hasta ahí, entonces para.
Mi respiración empieza a normalizarse, al igual que la de Naruto, y eso no me gusta.
—Sabes, Naruto—le susurro, mientras que mi mano empieza a bajar de su cabeza—. Hoy te detuve porque no me pareció correcto estar a los besos en un lugar público—le digo, mientras que mi mano derecha se desliza sobre su estómago—. Pero ahora— le digo al oído, mientras que mi mano empieza a acariciar su miembro sobre el pantalón—, es diferente.
De arriba abajo, de abajo a arriba y cada vez más rápido y más fuerte. Siento como su pene se empieza a endurecer y a calentar rápidamente.
La respiración de Naruto es desigual, jadea y suspira. Abro el cierre de su pantalón y meto mi mano dentro de sus bóxers. Saco su miembro y lo recorro con mi mano. Me concentro en el rostro de Naruto, está rojo, sudado, respirando con fuerza por la boca. Abre levemente sus ojos y nota que lo observo.
—No me mires—me dice mientras que se me acerca y empieza a besarme con lujuria.
Aumento la velocidad de mi mano y Naruto se empieza a estremecer mientras que introduce su lengua en mi boca. Siento como se arquea y su pene empieza expulsar líquido tibio.
Aprovecho a sacarle la remera y dejar su pecho al descubierto, cuando se la saco.
Naruto hunde su rostro en mi cuello y empieza lamerlo, a chuparlo, a morderlo. Miro el techo, sintiendo como algo crece debajo de mi toalla. Subo mi mano y miro los restos del líquido que Naruto expulsó. Acerco mi mano a mi boca y empiezo a lamerla. Sabe a victoria.
Naruto baja sus besos y lengüetazos por mi pecho, pasa por mi ombligo y para en el lugar en el que empieza mi toalla. Me la saca lentamente. Yo no puedo mirar, pongo mi brazo derecho sobre mis ojos, y cuando siento su aliento sobre mi erección, no puedo evitar gemir. Naruto lame la punta lentamente y engulle mi miembro con delicadeza. Empieza a moverse de atrás para adelante, y yo empiezo a gemir más fuerte. Me tapo la boca con mi mano derecha, y termino mirando al techo.
—Gn. Ah, ah. Más rápido—le digo, poniendo mi mano sobre su cabeza, impulsándolo a que se la meta toda en su boca—. Te deseo tanto que no puedo soportarlo—le digo, rápidamente, entre jadeos.
Naruto va más rápido, como yo le pedí, metiéndosela toda y sacándosela completamente. Arqueo mi espalda y me corro en su cálida boca. Estoy totalmente rojo y agitado. Veo a Naruto entre mis piernas bebiendo mi semen lentamente. Cuando se acerca a mí rostro, veo que se escapa un poco por la comisura de sus labios, él me sonríe, mientras que se acerca a mí para besarme. Yo lamo la gota que se cae por la comisura de sus labios.
—Sasuke—me dice—, quiero estar dentro de ti.
Sonrío y tomo su mano derecha, y empiezo a lamerle tres dedos ( el índice, el mayor y el anular). Cuando termino, le digo.
—Pues, bien.
Naruto me sonríe y abre mis piernas.
Ahí vamos.
Mete el primer dedo, y la verdad es que no me dolió la intromisión como pensé que me dolería. Suspiro mientras que el mueve el dedo en círculos. Cuando mete el segundo, decido que lo mejor para apaciguar el dolor es besar a mi dobe. Lo acerco a mí e introduzco mi lengua en su boca. Me éxito con rapidez, a tal manera que me duele. Cuando introduce el tercero, empieza a masturbarme con rapidez. Saca y mete los tres dedos, los mete y los saca. Empiezo a gemir, de nuevo, entre sus besos se me escapan jadeos. Con mis pies empiezo a bajar sus pantalones junto con sus bóxers, indicándole que estoy listo.
Naruto saca sus dedos y coloca mis piernas sobre sus hombros. Mi respiración es apaciguada, estoy nervioso. El apoya la punta de su miembro en mi entrada y el nerviosismo se transforma en excitación. Naruto se acerca a mi boca y empieza a besarme, yo meto mi lengua en su boca. Naruto mete su miembro lentamente, cierro mis ojos, mientras que se me escapa un gemido mitad placer, mitad dolor. Cuando la mete completamente, yo empiezo a mover mis caderas, para que él empiece a moverse.
Primero la sacó completamente, y después la metió con fuerza. Un grito de éxtasis se escapa por mis labios. Empieza a ir de adentro para afuera, una y otra vez cada vez más rápido. Mis jadeos aumentan. Siento a todo mi cuerpo arder.
Quiero más. Más rápido. Más hondo. Más hondo.
—Ah, Ah. N-Naruto. Hn—cierro los ojos fuertemente cuando me corro, manchándonos a ambos. Cuando él se corre dentro de mí, me vuelvo a excitar.
Es nuestra primera vez.
Naruto gime lentamente. Suspira, me toca el miembro, no quiere parar.
—Mañana—le digo, jadeante—Mañana lo haremos en tu casa.
Él se despega de mi cuello, donde dejó una marca. Me mira y me sonríe.
—Te amo, teme.
—Te amo, dobe.
[i]Lo que dice Sasuke, eso de te deseo tanto que no puedo soportarlo, ¡lo pueden escuchar( en japonés, obvio)! ¡con la voz real de Sasuke en youtube. "Sasuke being uke"
_______
es mi primer fanfic es oneshot. Ojalá les haya gustado. Mi nombre es Megan y mi inner es HikaryOtame.
besos
HikaryOtameNuev@ - 32 5
0
25/04/2011
Narusasu
5 円
Re: Y así empezó todo
Wow, por que siempre lo bueno nunca lo veo u.U?. Por que esoto si es un FANFIC LEMONIACO WAJAJAJAJAJAJA, etto o.0, cof, cof u-u. Estubo muy interesante y muy bueeno, deveras. Que bueno que me pase por aqui, es muy interesante la trama al principio, hasta me dejaste con las ganas que terminaran en la biblioteca, pero lo 2º estubo mejor ;P. Kyaaaa, adoro tu forma de describir el lemon, deveras¡¡, ciao y te redomendare .
Hikari&IzaRutinario - Citas!!, muchas rutas y poca bateria en el PFP
27 375
19
01/04/2010
SasuNaru
KakaIruka
SasuSaku
NaruHina
Shugo Chara| Sakura Card Captor | Princess Pirncess | KHR | Kuroshitsuki | Teggen Toppa Gurren Lagan |
6.795 円
Re: Y así empezó todo
wouu eso es lo mejor que e
leido en mi vida por que e leido y visto todos
los sasunaru pero este el megor te felicito
estubo hermoso
adios besos
leido en mi vida por que e leido y visto todos
los sasunaru pero este el megor te felicito
estubo hermoso
adios besos
fonikitaNuev@ - genial
26 4
1
20/05/2011
sasunaru, sasodei, itadei, itanaru, itasasu, tobidei
inuyasha, sakura card captor, ranma, naruto,seto no hanayome,sero no tsukaima,nyan kio, sailor moon, mew mew power,super once, sora no otoshima
inspector - es por ti
5 円
escritora
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