No existe el hablar [T][28/O2/2O11][OneShot]
4 participantes
NARUTO{♥}COUPLES :: :: Parejas principales :: NaruSaku :: Fanfics
Página 1 de 1.
No existe el hablar [T][28/O2/2O11][OneShot]
Este fic lo escribí hace dos semanas~ Me sentía con inspiración, Moon se sentía con inspiración.
Las lágrimas habían comenzado a bajar por su rostro.
Le producía cólera, pero más dolor por verlo en ese estado.
Le dolía ver aquella herida que tenía en su estómago.
Ella se encontraba curando a un pequeño rubio, cuyo se encontraba echado en una camilla del hospital. El niño demostraba se encontraba con los ojos cerrados, pero se observaba que el color de su piel había cambiado a un estado de mayor palidez por perder mucha sangre gracias a la herida que yacía en su estómago. Le preocupaba que esté así, no más era un pequeñito de cinco años que había sido lastimado cruelmente. Con cuidado aplicaba el chakra curativo en el cuerpo de él, pero aún así no dejaba de derramar lágrimas por ver su estado y por que la sangre no paraba.
‘‘Ciérrate, maldita herida…’’ –susurraba aquellas palabras para que nadie la escuchara–
La puerta se abrió dejando ver a un muchacho de cabello rubio mostrando una expresión de tristeza en su rostro. Se encaminó para ver al niño. Le dolía ver a ese pequeño en ese estado tan terrible; pasó su brazo alrededor del cuello de la muchacha y se agachó para no interrumpirla en lo que estaba haciendo, su mirada se dirigió nuevamente donde él y comenzó a mirar aquella herida.
– Me estoy quedando…sin… chakra… –decía suspirando la muchacha tratando de mantener fuerza en su voz, ya que habían dos cosas que no la hacían hablar: 1. El nudo en la garganta y 2. La debilidad–
– Te ayudaré… –deshizo el agarre con suavidad, luego puso las manos encima de las de ella y en sus manos comenzó a rodearle un chakra azul.
– Gracias, Naruto… –se apegó un poco más a él; él solo asintió–Te lo… agradezco, no sé qué… haría sin ti.
Naruto Uzumaki, así era su nombre. Él es el Hokage actual de la aldea de Konoha, y mucha gente lo felicitó cuando lo nombraron para ese puesto. Hace pocos años se había casado con Sakura Haruno, su esposa, cuyo a los dieciséis habían comenzado a salir como ‘’amigos’’ después de la cuarta guerra ninja. Se habían oído rumores de que ellos ya estaban formando una relación amorosa, pero no se confirmó si era cierto ó no.
Cuando ellos cumplieron diecisiete años, él le propuso para ser enamorados, cosa que ella lo aceptó con gusto y formaron un nueva vida –si es que se podría decir así–
Él no podía hacer nada, pero sabía que tenía esperanza de que Sakura lo podía hacer, podía curar a su preciado hijo Minato Uzumaki, que se encontraba echado en la camilla.
– Porque… porque… tuvieron que dañarlo… así… –negaba con la cabeza dejando a vista sus lágrimas–Mi pequeño… no…debió… escaparse…
– No era tu culpa, Sakura-chan… –trataba de animarla un poco–Fue mi culpa por ser un distraído, no pensé que llegaría a esa forma.
FLASH BACK.
– ¡Papi, mira ahí hay un lago! –gritaba el niño señalando el lugar con su dedo. Su padre alzó la mirada viendo, pero negó con la cabeza– ¿Vamos a ir, verdad?
– Minato no estamos de paseo, estamos para recoger un pedido que tu madre había mandado hacer –respondió Naruto mirando al más allá–Te prometo que mañana vamos a ir, ¿te parece?
– Pero…yo…quiero… ¡hoy, hoy, hoy! –amenazaba con llorar como todo un niñito caprichoso–
– Minato… –hablo seriamente, dado finalizando la conversación–
Tanto como padre e hijo seguían caminando rumbo a un tienda que quedaba a las afueras de Konoha. En ese momento Minato no le había dirigido la palabra a Naruto, tan sólo se escuchaba lloriqueos por parte de él, pero el rubio sólo los ignoraba para tener un poco de tranquilidad en su ambiente. Le dolía verlo así, pero no siempre se tiene que recibir un ‘‘sí’’ en toda la vida. Cuando llegaron a la tienda, Naruto comenzó a conversar con el vendedor que tenía el pedido de Sakura y por distraído había soltado la mano de su hijo, cuyo este se había dado cuenta y salió corriendo de la tienda.
– A ver… etto… lago....lago… –no recordaba por cual camino tomar, así que tomó por el de arriba, pero el correcto era el de abajo– ¡Laguito, aquí vamos!
El pequeño Uzumaki comenzó a correr dejando ver una gran sonrisa, por confusión había tomado caminos que supuestamente lo llevaban aquel ‘‘laguito hermoso’’. Por el camino se encontraba con varios ninjas que estaban armados, pero no le dio importancia ya que sólo quería ir hasta ese lugar tan bonito que había visto. De repente, un ninja apareció enfrente de él amenazándolo con un espada.
– ¿Quién eres tú, pequeño? –al ninja no le daba pena al ver al niño tan solitario–
– ¡Sal de mi camino feo, voy a ver mi laguito! –el ninja frunció el ceño soltando a la vez una gran carcajada– ¿¡De que te ríes!?
– No sabes con quien te metes pequeño…
– ¡Cómo si te tuviera miedo! –decía haciéndolo enojar más– ¡Yo soy Min…–
Ya no había marcha atrás, el ninja había sacado la espada para clavársela en su estómago profundamente. La sangre comenzó a salir de su estómago al igual que su boca y al sentir el dolor de que se la sacaban se arrodilló profundamente, mientras comenzaba a llorar a gritos. El ninja se retiró empujando al pequeño al suelo para hacerse más profunda la herida. El suelo comenzaba a llenarse de sangre al igual que las gotas de lágrimas que bajaban por el rostro de él.
Por otra parte, Naruto había finalizado con recoger el objeto. Se volteó para tomar de la mano a su hijo. Levantó una ceja tratando de localizarlo, pensaba que estaba jugando a las escondidas. Salió de la tienda girando su cabeza por todos los lados gritando su nombre a cada rato, pero no respondía al llamado.
– ¡¡¡Minato!!! –alzaba su voz lo más fuerte que podía– ¡¡¡Hijo esto no es broma, por favor sal de donde estés!!!
Exclamaba, pero aún así no escuchaba la voz de su hijo.
Pensó en un rato y se para el camino en donde le dirigía al lago, era el primer lugar que se le ocurría. Ese niño sí que era un todo un travieso, lo más gracioso es que había heredado la personalidad de él, y la inteligencia e habilidad de su madre, eso le alegraba. En menos de diez segundos había llegado al lago, gracias al Hiraishin no Jutsu. Comenzó a buscarlo por todas partes, por los arbustos, detrás de los árboles e incluso se lanzó al agua para ver si estaba por ahí.
‘‘Minato… ¿en dónde estás?’’
Salió todo empapado sacudiéndose y salió del lugar. Nuevamente uso la técnica para teletransportarse a dichos lugares. Sin saber había elegido el camino por donde su hijo había ido, paró el Jutsu caminando tranquilamente siendo vigilado por ninjas armados por otra aldea. De repente a lo lejos comenzaba a ver una figura a lo lejos echada. Se temió lo peor e comenzó a correr lo más rápido que le dio sus piernas.
Cada vez la figura se le hacía más conocida…
Era rubio…
Muy pequeño…
Escuchaba los lloriqueos de aquel…
– ¡¡¡¡¡¡MINATO!!!!!!! –se agachó para verlo, una herida yacía en su estómago que lo hacían llorar– ¡Mierda, Mierda!
– Papito… –Naruto lo abrazó fuerte e inmediatamente lo cargó en sus brazos. Vio como el rostro de su padre se había entristecido y como lágrimas bajaban por su rostro. –No…papito…no…llores…
– No lo vuelvas… a...hacer… –lo apretaba contra sí–
END FLASH BACK.
El rubio quitó sus manos, luego comenzó acariciar los cabellos de su pequeño con suavidad. Se sentía con el alma partida verlo así, le daba ganas de abrazarlo y decirle muchas palabras que lo harían animarlo. Tenía la esperanza de que él abriera su pequeños ojos diciendo «Papi, Mami…» y estirando sus brazos para que ellos lo abrazaran. Sonrió entre sí mirando a la pelirosa, quien se encontraba seriamente curando la herida. Varias gotas de sudor bajaban por su rostro cuidadosamente, y caían en el colchón.
La puerta se abrió inmediatamente dejando ver una figura alta, cabello rubio largo e una mirada de superioridad. Esa persona cerró la puerta, y caminó para ver lo que pasaba. Miró a la pareja, luego al niño y con tan sólo mirar lo que estaba en su estómago se asustó un poco por ver lo grande que era y porque no dejaba de sangrar.
– Yo lo voy a curar, ustedes esperen en la sala de espera… –ordenó–
– Tsunade-sama, pero… usted… ¿seguro que puede? –preguntó la pelirosa mirando seriamente a la rubia. Ella asintió mirándola sonriendo– Muchas..gracias…
– No te preocupes, él va a estar con vida… –sonrió la mujer aplicando chakra curativo en el estómago de Minato– ‘‘Esta herida tiene que cerrar definitivamente…’’
Sakura se apartó y se fue junto con Naruto. Abrieron la puerta de la habitación yéndose a la sala de espera. Mientras que ellos caminaban tan sólo se escuchaba como la gente rumoreaba a cerca de lo que había pasado. El rubio se encontraba mal, sentía que todo era su culpa y si no se hubiera distraído esto no habría ocurrido. Por su culpa, ella estaba llorando, lagrimeaba, se sentía débil por falta de chakra y eso le hacía sentir peor que nunca en su vida, ¡todo por su maldita culpa! Lo que más le molestaba es que le hayan hecho eso a su querido hijo y no podía hacer nada, bueno en verdad sí, sólo que ahorita estaba más atento a lo que pasaba con Minato.
Llegaron a la sala de espera y la pelirosa se paró en la entrada agachando su rostro.
– Joder...
Su labio inferior comenzó a temblar, ya que nuevamente había comenzado a lagrimear. Sólo que esas lágrimas ya no eran detenidas, ni eran silenciosas, esta vez había alzado el rostro para mostrar cuanta tristeza habitaba en ella y porque quería que todo el mundo la viera en ese estado deprimente. Naruto se acercó dándole un gran abrazo, mientras que apoyaba su rostro en el hombro de él y comenzaba a gritar desesperada porque no podía hacer nada, ya no tenía ni chakra para curarlo, y tan sólo quería demostrar que su madre era la mejor ninja médico.
El rubio le acariciaba su espalda tratando de tranquilizarla, nuevamente sentía como su alma se partía en más pedazos. Primero su hijo que estaba en un estado grave, luego Sakura quien se encontraba llorando como nunca en su vida. Él también sentía las ganas de llorar, pero llorando no solucionaba nada, tan sólo empeoraría la cosas y la gente de la aldea armaría muchos rumores.
Ambos no querían perderlo, recién acababa de cumplir sus cinco añitos y no querían que esto se acabe ahí. Querían verlo crecer, verlo en la academia, verlo entrenar con el sensei que le tocara, verlo hablar con la niñita que le gustaba y sobre todo verlo sonreír.
No existía el hablar por ahora, tan sólo se escuchaba gritos y lágrimas.
No existía el hablar por aquella situación grave.
No existía el hablar porque ellos querían estar solos por un momento
No existía el hablar, porque ya ni daban fuerzas para hablar.
Por más triste que estén, sentían que lo que más necesitaban era que su hijo les diera un pequeño «Hola» con una de esas sonrisas.
El 18 de Junio era el cumpleaños de Minato.
FLASH BACK.
Eran las once de la noche, y tanto como Naruto e Sakura se encontraban dormidos abrazados en plena cama. El día había sido bastante duros para ellos dos, ya que el rubio había tenido que sellar continuamente papeles, papeles y más papeles. Por otra parte, Sakura ha estado con pequeñas contracciones todo el día y eso le hacía tener una furia tremenda ya que le afectaban mucho al carácter que tenía.
Una nueva contracción le vino en plena noche, sólo que esta vez comenzó a dolerle mucho y se había deshecho del abrazo que tenía con el rubio. Comenzó a sudar mostrando algunos quejidos, sólo que sin darse cuenta sentía que la cama estaba mojada.
– ¡¡Naruto… ya van a nacer!! –decía la pelirosa aferrándose de dolor. El muchacho despertó somnoliento dejando ver la expresión dolorosa–
– ¿Ah? ¿qué va a nacer? –no sabía ni lo que acababa de hablar. Sakura le agarró su cuello ahorcándolo con toda la fuerza–
– ¡¡¡¡YA VA A NACER, TU HIJO YA VA A NACER… IDIOTA!!!! –lo soltó inmediatamente ya que la contracción comenzaba a ser más fuerte.
Naruto reaccionó soltando un gran suspiro, necesitaba aire, mucho aire. Se levantó de la cama y cogió a Sakura en brazos. No le importó la ropa que llevaban, es más ni le importaba, lo que importaba es que su hijo ya iba a nacer y quería verlo. Sintió un jalón de cabellos, mientras miraba la mirada asesina de la pelirosa. Él sólo tragó saliva y con e Hiraishin no Jutsu se teletransportó al hospital en un abrir y cerrar de ojos.
Sakura estaba que transpiraba de dolor, Naruto sólo se ponía más nervioso por dentro.
– ¡¡Ya voy a nacer, digo… Mi hijo ya va a nacer!! –gritaba el muchacho con un aire de emoción. Las enfermeras que estaban ahí atendieron a la muchacha en una camilla–
– Naruto…
– Tranquila yo espero aquí, todo estará bien… –sonrió agarrándole la mano–
– ¡¡¿QUEEÉ?!! –le apretó la mano haciéndole gritar al pobre del rubio– ¡¡¡TU TE VIENES CONMIGO Y ESTARÁS CONMIGO, PORQUE YO SOY LA QUE ESTÁ SUFRIENDO!!!
Él asintió temblando mucho por aquella reacción tan tenebrosa, sólo sabía que iba a sufrir durante esos minutos ó horas.
Ambos pasaron a la habitación de parto, unas de las enfermeras le pasó un paño húmedo en la frente de la pelirosa para tranquilizarla un poco. Luego le colocó una sabana para protegerla. Naruto se encontraba a su lado, le acariciaba sus cabellos para tratar de olvidar el apretón de mano que le dolía mucho y tan sólo sentía que sus huesos se iban a romper ó eso es lo que pensaba con miedo.
– Muy bien Sakura-sama, usted va a pujar lo que más pueda, pero no se esfuerce mucho. –habló la enfermera tranquilamente– ¡A la cuenta… de… 1, 2… y 3!
Un grito alto, feroz se escuchó por toda la habitación asustando a los presentes que estaban.
La puerta se abrió dejando ver a Tsunade tapándose los oídos, mientras que Shizune tenía una ceja levantada. Ambas miraron a Naruto, quien se encontraba en un estado tan doloroso.
– Sakura-sama respire… –ella respiró– Nuevamente, ¡1, 2 y 3!
Esta vez ya no eran gritos, si no insultos e quejidos que iban para Naruto. El pobre ni siquiera tenía la culpa de que el parto sea tan doloroso, ¡es más no era su culpa que esté con un carácter de amargada!
Las horas pasaron y tan sólo se escuchó un lloriqueo de un bebe en la habitación. Él ya había nacido.
El muchacho se encontraba mirando a su pequeño hijo, cuyo se encontraba en los brazos de su madre que no dejaba de mirarlo con ternura. Estaba envuelto de una pequeña manta amarilla clara y tan sólo se podía observar como su pequeña boquita emitía los lloriqueos. Una lágrima bajó por el rostro del Uzumaki; no era por tristeza, si no por felicidad. Él ya era papá.
– ¿Cómo lo vamos a llamar? –preguntaba Sakura sin seguir mirándolo–
– Uhm… etto… –pensaba, en un momento se acordó de su padre– ¡Minato!
– Minato… ¿era el nombre de tu papá, verdad? –él asintió sonriendo, y la pelirosa cerró los ojos por cansancio. –Me gusta ese nombre, Minato Uzumaki Haruno.
FIN FLASH BACK.
Sakura había dejado de llorar, sólo que se mantenía abrazada de Naruto. Ambos se encontraban sentados en pleno sofá de la sala, mientras que las personas que pasaban por ahí los miraban tristemente. La muchacha se apoyó en el pecho de él, sus ojos los tenía cerrados y tan sólo se dejaba llevar por las caricias en la espalda que le daba el muchacho.
‘‘No ocultes tus sentimientos, déjalos que todo el mundo los vea, así sabrán cómo te sientes. No dejes que la vergüenza te apodere, sólo levanta tu rostro y llora’’.
– ¿Crees que va a estar bien, Naruto? –el muchacho no había respondido la pregunta que le había hecho su esposa– ¿Naruto?
– Lo siento… –susurró agachando su rostro dejando ver el color de sus ojos apagado– Lo siento… Sakura-chan…
– ¿Eh? ¿Por qué te estás…disculpando? –abrió los ojos, mientras que lo miraba–
– Si hubiera estado más atento, esto nunca hubiera pasado… –la pelirosa colocó sus manos en ambas mejillas y alzó su rostro un poco– ¿Sakura-chan?
– No es tu culpa… –sonrió sinceramente, lo miró por un rato y luego se sobó el ojo izquierdo. –Naruto, Minato te desobedeció y no debió irse así no más.
– Lo sé, pero soy despistado… –cruzó sus manos–Espero que Obaachan lo cure como pueda, tengo mucha Fe.
– Me hubiera gustado curar, pero ya había dado todo de mí… –una gota de sudor había bajado por su rostro. –No me imagino que me hubiera desmayado por falta de chakra, felizmente viniste rápido. Por cierto, ¿a dónde fuiste?
– Es sorpresa… –no se encontraba de ánimos, pero estar con ella lo animaba mucho. –Es algo para Minato.
La muchacha asintió dándole un gran abrazo que había sido correspondido por él.
Tsunade se encontraba concentrada curando, miraba como la sangre comenzaba a secarse y poco a poco veía como se cerraba lentamente la herida. Aún así el niño no se encontraba en buen estado, su piel seguía pálida, y sin darse cuenta tenía moretones en los brazos. Le daba tanta pena que esté así el pobre, no tenía ni la culpa de cruzarse con ese ninja bandido.
‘‘ ¡Obaachan, Obaachan!’’ así es como le decía el pequeño Minato a Tsunade, pero para su mala suerte Naruto el gran Hokage se lo había enseñado.
FLASH BACK.
Una mujer de cabellos rubios se encontraba paseando por la aldea, a lo lejos veía como un niñito pequeño corría a mucha velocidad, y tan sólo escuchaba como una muchacha gritaba « ¡Minato ten cuidado, te puedes chocar con las personas!» El pequeño ni había escuchado ese grito y a los pocos segundos se había tropezado en el suelo provocándose un severo golpe en la rodilla.
– Etto… –se levantó del suelo limpiándose el polvo. Miró el golpecito que se había hecho, tan sólo era un raspón– ¡Mamita me hice un raspón!
Inmediatamente la pelirosa había llegado para checar, pero no había sido nada grave.
– Cuantas veces te he dicho que NO te sueltes de mi mano, la próxima vez te voy a castigar… –contestó enojada, mientras que él sólo gruñía e miraba a otra parte. – ‘‘Porque habrás heredado la actitud de tu padre…’’
– ¡Obaachan! –el niñito gritó yéndose corriendo hacia Tsunade quien se encontraba con los brazos abiertos. – ¡Obaachan!
Ella había abrazo al pequeño con muchísima fuerza, pero al escuchar ‘‘Obaachan’’ se separó de él. Lo miró con la ceja levantada, para luego reaccionar.
– ‘‘Ese idiota de Naruto le ha dicho... ¡¡¡LO VOY A MATAR!!’’ –se despidió dándose media vuelta para dirigirse a la torre del Hokage–
FIN FLASH BACK.
Vio como la mano del rubiecito comenzaba a moverse, ella dejó curarlo por un momento. Lo miró y los ojos de él se habrían despacio, mientras mostraba una sonrisita débil. Con emoción la mujer lo abrazó suavemente, luego abrió la puerta de la habitación para llamar a sus padres. Tuvo que gritar lo más fuerte que pudo, porque sabía que los nombrados iban a estar distraído por la depresión.
A cada rato volteaba su mirada, para vigilarlo, tenía miedo de que le pasara algo. Sin embargo, todavía escuchaba sus quejidos por aquel dolor.
– No te preocupes, querido. Ahorita van a venir… –sonrió tiernamente. Al ver que ellos corrían lo más rápido posible, se hizo a un lado para dejarles el paso.
Cuando Naruto y Sakura entraron a la habitación, miraban a su hijo quien se encontraba despierto moviendo su mano derecha para saludarlos. La pelirosa no pudo evitar que las lágrimas se le cayeran, se sentía feliz de que él estuviera bien, con vida y sobre todo que esté sano. Ella corrió abrazándolo fuertemente, Minato quien se encontraba débil comenzó a llorar en los brazos de su madre. El rubio caminó mostrando una gran sonrisa, y a la vez sacaba algo que estaba en su bolsillo. Se colocó al otro lado para observarlo.
– No vuelvas… a escaparte… ¿vale? –él asintió débilmente tomándole ambas manos a sus padres–No quiero que estés herido nuevamente, tanto como tu madre y yo queremos que estés bien. No lo hacemos porque no queremos, lo hacemos porque queremos protegerte de todos los peligros que hay este mundo.
– Perdóname…Papito… –se disculpó. –Perdóname…Mamita…
– No tienes que disculparte, Minato. Sólo que… esta vez..hazle caso a papá, tanto como a mí. La próxima vez no seas tan cabeza hueca… –sonrió Sakura dejando ver a vista sus lágrimas. –Yo los amo mucho, te amo a ti, y amo a tu padre con todo mi corazón. Si algo les pasara no se qué haría…
– Gracias… –finalizó abrazando a su familia. –Los quiero mucho…
Naruto sacó un collar que le pertenecía él, bueno hace años le pertenecía a Tsunade, pero justamente se lo había ganado. Se lo colocó detrás del cuello de su hijo con cuidado, mientras que él miraba con curiosidad.
– Quiero que lo tengas… –el rubio se encontraba más feliz que nunca, su hijo había despertado. –Nunca te lo quites, nunca en tu vida-ttebayo.
La mujer que estaba en la puerta, la cerró por un momento para dejar a la familia a solas. Aún así ella había hecho el trabajo, se sentía feliz, muy feliz. Acababa de terminar de curar a Minato y él había despertado.
FIN.
Comentario mio: Aw, no saben como he llorado al escribir este Oneshot. Escuchaba un OST de Fairy Tail que te hacía sentir más deprimente que nunca, pero a la vez feliz. Espero que les guste muchísimo
Saludos
No existe el hablar
Las lágrimas habían comenzado a bajar por su rostro.
Le producía cólera, pero más dolor por verlo en ese estado.
Le dolía ver aquella herida que tenía en su estómago.
Ella se encontraba curando a un pequeño rubio, cuyo se encontraba echado en una camilla del hospital. El niño demostraba se encontraba con los ojos cerrados, pero se observaba que el color de su piel había cambiado a un estado de mayor palidez por perder mucha sangre gracias a la herida que yacía en su estómago. Le preocupaba que esté así, no más era un pequeñito de cinco años que había sido lastimado cruelmente. Con cuidado aplicaba el chakra curativo en el cuerpo de él, pero aún así no dejaba de derramar lágrimas por ver su estado y por que la sangre no paraba.
‘‘Ciérrate, maldita herida…’’ –susurraba aquellas palabras para que nadie la escuchara–
La puerta se abrió dejando ver a un muchacho de cabello rubio mostrando una expresión de tristeza en su rostro. Se encaminó para ver al niño. Le dolía ver a ese pequeño en ese estado tan terrible; pasó su brazo alrededor del cuello de la muchacha y se agachó para no interrumpirla en lo que estaba haciendo, su mirada se dirigió nuevamente donde él y comenzó a mirar aquella herida.
– Me estoy quedando…sin… chakra… –decía suspirando la muchacha tratando de mantener fuerza en su voz, ya que habían dos cosas que no la hacían hablar: 1. El nudo en la garganta y 2. La debilidad–
– Te ayudaré… –deshizo el agarre con suavidad, luego puso las manos encima de las de ella y en sus manos comenzó a rodearle un chakra azul.
– Gracias, Naruto… –se apegó un poco más a él; él solo asintió–Te lo… agradezco, no sé qué… haría sin ti.
Naruto Uzumaki, así era su nombre. Él es el Hokage actual de la aldea de Konoha, y mucha gente lo felicitó cuando lo nombraron para ese puesto. Hace pocos años se había casado con Sakura Haruno, su esposa, cuyo a los dieciséis habían comenzado a salir como ‘’amigos’’ después de la cuarta guerra ninja. Se habían oído rumores de que ellos ya estaban formando una relación amorosa, pero no se confirmó si era cierto ó no.
Cuando ellos cumplieron diecisiete años, él le propuso para ser enamorados, cosa que ella lo aceptó con gusto y formaron un nueva vida –si es que se podría decir así–
Él no podía hacer nada, pero sabía que tenía esperanza de que Sakura lo podía hacer, podía curar a su preciado hijo Minato Uzumaki, que se encontraba echado en la camilla.
– Porque… porque… tuvieron que dañarlo… así… –negaba con la cabeza dejando a vista sus lágrimas–Mi pequeño… no…debió… escaparse…
– No era tu culpa, Sakura-chan… –trataba de animarla un poco–Fue mi culpa por ser un distraído, no pensé que llegaría a esa forma.
FLASH BACK.
– ¡Papi, mira ahí hay un lago! –gritaba el niño señalando el lugar con su dedo. Su padre alzó la mirada viendo, pero negó con la cabeza– ¿Vamos a ir, verdad?
– Minato no estamos de paseo, estamos para recoger un pedido que tu madre había mandado hacer –respondió Naruto mirando al más allá–Te prometo que mañana vamos a ir, ¿te parece?
– Pero…yo…quiero… ¡hoy, hoy, hoy! –amenazaba con llorar como todo un niñito caprichoso–
– Minato… –hablo seriamente, dado finalizando la conversación–
Tanto como padre e hijo seguían caminando rumbo a un tienda que quedaba a las afueras de Konoha. En ese momento Minato no le había dirigido la palabra a Naruto, tan sólo se escuchaba lloriqueos por parte de él, pero el rubio sólo los ignoraba para tener un poco de tranquilidad en su ambiente. Le dolía verlo así, pero no siempre se tiene que recibir un ‘‘sí’’ en toda la vida. Cuando llegaron a la tienda, Naruto comenzó a conversar con el vendedor que tenía el pedido de Sakura y por distraído había soltado la mano de su hijo, cuyo este se había dado cuenta y salió corriendo de la tienda.
– A ver… etto… lago....lago… –no recordaba por cual camino tomar, así que tomó por el de arriba, pero el correcto era el de abajo– ¡Laguito, aquí vamos!
El pequeño Uzumaki comenzó a correr dejando ver una gran sonrisa, por confusión había tomado caminos que supuestamente lo llevaban aquel ‘‘laguito hermoso’’. Por el camino se encontraba con varios ninjas que estaban armados, pero no le dio importancia ya que sólo quería ir hasta ese lugar tan bonito que había visto. De repente, un ninja apareció enfrente de él amenazándolo con un espada.
– ¿Quién eres tú, pequeño? –al ninja no le daba pena al ver al niño tan solitario–
– ¡Sal de mi camino feo, voy a ver mi laguito! –el ninja frunció el ceño soltando a la vez una gran carcajada– ¿¡De que te ríes!?
– No sabes con quien te metes pequeño…
– ¡Cómo si te tuviera miedo! –decía haciéndolo enojar más– ¡Yo soy Min…–
Ya no había marcha atrás, el ninja había sacado la espada para clavársela en su estómago profundamente. La sangre comenzó a salir de su estómago al igual que su boca y al sentir el dolor de que se la sacaban se arrodilló profundamente, mientras comenzaba a llorar a gritos. El ninja se retiró empujando al pequeño al suelo para hacerse más profunda la herida. El suelo comenzaba a llenarse de sangre al igual que las gotas de lágrimas que bajaban por el rostro de él.
Por otra parte, Naruto había finalizado con recoger el objeto. Se volteó para tomar de la mano a su hijo. Levantó una ceja tratando de localizarlo, pensaba que estaba jugando a las escondidas. Salió de la tienda girando su cabeza por todos los lados gritando su nombre a cada rato, pero no respondía al llamado.
– ¡¡¡Minato!!! –alzaba su voz lo más fuerte que podía– ¡¡¡Hijo esto no es broma, por favor sal de donde estés!!!
Exclamaba, pero aún así no escuchaba la voz de su hijo.
Pensó en un rato y se para el camino en donde le dirigía al lago, era el primer lugar que se le ocurría. Ese niño sí que era un todo un travieso, lo más gracioso es que había heredado la personalidad de él, y la inteligencia e habilidad de su madre, eso le alegraba. En menos de diez segundos había llegado al lago, gracias al Hiraishin no Jutsu. Comenzó a buscarlo por todas partes, por los arbustos, detrás de los árboles e incluso se lanzó al agua para ver si estaba por ahí.
‘‘Minato… ¿en dónde estás?’’
Salió todo empapado sacudiéndose y salió del lugar. Nuevamente uso la técnica para teletransportarse a dichos lugares. Sin saber había elegido el camino por donde su hijo había ido, paró el Jutsu caminando tranquilamente siendo vigilado por ninjas armados por otra aldea. De repente a lo lejos comenzaba a ver una figura a lo lejos echada. Se temió lo peor e comenzó a correr lo más rápido que le dio sus piernas.
Cada vez la figura se le hacía más conocida…
Era rubio…
Muy pequeño…
Escuchaba los lloriqueos de aquel…
– ¡¡¡¡¡¡MINATO!!!!!!! –se agachó para verlo, una herida yacía en su estómago que lo hacían llorar– ¡Mierda, Mierda!
– Papito… –Naruto lo abrazó fuerte e inmediatamente lo cargó en sus brazos. Vio como el rostro de su padre se había entristecido y como lágrimas bajaban por su rostro. –No…papito…no…llores…
– No lo vuelvas… a...hacer… –lo apretaba contra sí–
END FLASH BACK.
El rubio quitó sus manos, luego comenzó acariciar los cabellos de su pequeño con suavidad. Se sentía con el alma partida verlo así, le daba ganas de abrazarlo y decirle muchas palabras que lo harían animarlo. Tenía la esperanza de que él abriera su pequeños ojos diciendo «Papi, Mami…» y estirando sus brazos para que ellos lo abrazaran. Sonrió entre sí mirando a la pelirosa, quien se encontraba seriamente curando la herida. Varias gotas de sudor bajaban por su rostro cuidadosamente, y caían en el colchón.
La puerta se abrió inmediatamente dejando ver una figura alta, cabello rubio largo e una mirada de superioridad. Esa persona cerró la puerta, y caminó para ver lo que pasaba. Miró a la pareja, luego al niño y con tan sólo mirar lo que estaba en su estómago se asustó un poco por ver lo grande que era y porque no dejaba de sangrar.
– Yo lo voy a curar, ustedes esperen en la sala de espera… –ordenó–
– Tsunade-sama, pero… usted… ¿seguro que puede? –preguntó la pelirosa mirando seriamente a la rubia. Ella asintió mirándola sonriendo– Muchas..gracias…
– No te preocupes, él va a estar con vida… –sonrió la mujer aplicando chakra curativo en el estómago de Minato– ‘‘Esta herida tiene que cerrar definitivamente…’’
Sakura se apartó y se fue junto con Naruto. Abrieron la puerta de la habitación yéndose a la sala de espera. Mientras que ellos caminaban tan sólo se escuchaba como la gente rumoreaba a cerca de lo que había pasado. El rubio se encontraba mal, sentía que todo era su culpa y si no se hubiera distraído esto no habría ocurrido. Por su culpa, ella estaba llorando, lagrimeaba, se sentía débil por falta de chakra y eso le hacía sentir peor que nunca en su vida, ¡todo por su maldita culpa! Lo que más le molestaba es que le hayan hecho eso a su querido hijo y no podía hacer nada, bueno en verdad sí, sólo que ahorita estaba más atento a lo que pasaba con Minato.
Llegaron a la sala de espera y la pelirosa se paró en la entrada agachando su rostro.
– Joder...
Su labio inferior comenzó a temblar, ya que nuevamente había comenzado a lagrimear. Sólo que esas lágrimas ya no eran detenidas, ni eran silenciosas, esta vez había alzado el rostro para mostrar cuanta tristeza habitaba en ella y porque quería que todo el mundo la viera en ese estado deprimente. Naruto se acercó dándole un gran abrazo, mientras que apoyaba su rostro en el hombro de él y comenzaba a gritar desesperada porque no podía hacer nada, ya no tenía ni chakra para curarlo, y tan sólo quería demostrar que su madre era la mejor ninja médico.
El rubio le acariciaba su espalda tratando de tranquilizarla, nuevamente sentía como su alma se partía en más pedazos. Primero su hijo que estaba en un estado grave, luego Sakura quien se encontraba llorando como nunca en su vida. Él también sentía las ganas de llorar, pero llorando no solucionaba nada, tan sólo empeoraría la cosas y la gente de la aldea armaría muchos rumores.
Ambos no querían perderlo, recién acababa de cumplir sus cinco añitos y no querían que esto se acabe ahí. Querían verlo crecer, verlo en la academia, verlo entrenar con el sensei que le tocara, verlo hablar con la niñita que le gustaba y sobre todo verlo sonreír.
No existía el hablar por ahora, tan sólo se escuchaba gritos y lágrimas.
No existía el hablar por aquella situación grave.
No existía el hablar porque ellos querían estar solos por un momento
No existía el hablar, porque ya ni daban fuerzas para hablar.
Por más triste que estén, sentían que lo que más necesitaban era que su hijo les diera un pequeño «Hola» con una de esas sonrisas.
El 18 de Junio era el cumpleaños de Minato.
FLASH BACK.
Eran las once de la noche, y tanto como Naruto e Sakura se encontraban dormidos abrazados en plena cama. El día había sido bastante duros para ellos dos, ya que el rubio había tenido que sellar continuamente papeles, papeles y más papeles. Por otra parte, Sakura ha estado con pequeñas contracciones todo el día y eso le hacía tener una furia tremenda ya que le afectaban mucho al carácter que tenía.
Una nueva contracción le vino en plena noche, sólo que esta vez comenzó a dolerle mucho y se había deshecho del abrazo que tenía con el rubio. Comenzó a sudar mostrando algunos quejidos, sólo que sin darse cuenta sentía que la cama estaba mojada.
– ¡¡Naruto… ya van a nacer!! –decía la pelirosa aferrándose de dolor. El muchacho despertó somnoliento dejando ver la expresión dolorosa–
– ¿Ah? ¿qué va a nacer? –no sabía ni lo que acababa de hablar. Sakura le agarró su cuello ahorcándolo con toda la fuerza–
– ¡¡¡¡YA VA A NACER, TU HIJO YA VA A NACER… IDIOTA!!!! –lo soltó inmediatamente ya que la contracción comenzaba a ser más fuerte.
Naruto reaccionó soltando un gran suspiro, necesitaba aire, mucho aire. Se levantó de la cama y cogió a Sakura en brazos. No le importó la ropa que llevaban, es más ni le importaba, lo que importaba es que su hijo ya iba a nacer y quería verlo. Sintió un jalón de cabellos, mientras miraba la mirada asesina de la pelirosa. Él sólo tragó saliva y con e Hiraishin no Jutsu se teletransportó al hospital en un abrir y cerrar de ojos.
Sakura estaba que transpiraba de dolor, Naruto sólo se ponía más nervioso por dentro.
– ¡¡Ya voy a nacer, digo… Mi hijo ya va a nacer!! –gritaba el muchacho con un aire de emoción. Las enfermeras que estaban ahí atendieron a la muchacha en una camilla–
– Naruto…
– Tranquila yo espero aquí, todo estará bien… –sonrió agarrándole la mano–
– ¡¡¿QUEEÉ?!! –le apretó la mano haciéndole gritar al pobre del rubio– ¡¡¡TU TE VIENES CONMIGO Y ESTARÁS CONMIGO, PORQUE YO SOY LA QUE ESTÁ SUFRIENDO!!!
Él asintió temblando mucho por aquella reacción tan tenebrosa, sólo sabía que iba a sufrir durante esos minutos ó horas.
Ambos pasaron a la habitación de parto, unas de las enfermeras le pasó un paño húmedo en la frente de la pelirosa para tranquilizarla un poco. Luego le colocó una sabana para protegerla. Naruto se encontraba a su lado, le acariciaba sus cabellos para tratar de olvidar el apretón de mano que le dolía mucho y tan sólo sentía que sus huesos se iban a romper ó eso es lo que pensaba con miedo.
– Muy bien Sakura-sama, usted va a pujar lo que más pueda, pero no se esfuerce mucho. –habló la enfermera tranquilamente– ¡A la cuenta… de… 1, 2… y 3!
Un grito alto, feroz se escuchó por toda la habitación asustando a los presentes que estaban.
La puerta se abrió dejando ver a Tsunade tapándose los oídos, mientras que Shizune tenía una ceja levantada. Ambas miraron a Naruto, quien se encontraba en un estado tan doloroso.
– Sakura-sama respire… –ella respiró– Nuevamente, ¡1, 2 y 3!
Esta vez ya no eran gritos, si no insultos e quejidos que iban para Naruto. El pobre ni siquiera tenía la culpa de que el parto sea tan doloroso, ¡es más no era su culpa que esté con un carácter de amargada!
Las horas pasaron y tan sólo se escuchó un lloriqueo de un bebe en la habitación. Él ya había nacido.
El muchacho se encontraba mirando a su pequeño hijo, cuyo se encontraba en los brazos de su madre que no dejaba de mirarlo con ternura. Estaba envuelto de una pequeña manta amarilla clara y tan sólo se podía observar como su pequeña boquita emitía los lloriqueos. Una lágrima bajó por el rostro del Uzumaki; no era por tristeza, si no por felicidad. Él ya era papá.
– ¿Cómo lo vamos a llamar? –preguntaba Sakura sin seguir mirándolo–
– Uhm… etto… –pensaba, en un momento se acordó de su padre– ¡Minato!
– Minato… ¿era el nombre de tu papá, verdad? –él asintió sonriendo, y la pelirosa cerró los ojos por cansancio. –Me gusta ese nombre, Minato Uzumaki Haruno.
FIN FLASH BACK.
Sakura había dejado de llorar, sólo que se mantenía abrazada de Naruto. Ambos se encontraban sentados en pleno sofá de la sala, mientras que las personas que pasaban por ahí los miraban tristemente. La muchacha se apoyó en el pecho de él, sus ojos los tenía cerrados y tan sólo se dejaba llevar por las caricias en la espalda que le daba el muchacho.
‘‘No ocultes tus sentimientos, déjalos que todo el mundo los vea, así sabrán cómo te sientes. No dejes que la vergüenza te apodere, sólo levanta tu rostro y llora’’.
– ¿Crees que va a estar bien, Naruto? –el muchacho no había respondido la pregunta que le había hecho su esposa– ¿Naruto?
– Lo siento… –susurró agachando su rostro dejando ver el color de sus ojos apagado– Lo siento… Sakura-chan…
– ¿Eh? ¿Por qué te estás…disculpando? –abrió los ojos, mientras que lo miraba–
– Si hubiera estado más atento, esto nunca hubiera pasado… –la pelirosa colocó sus manos en ambas mejillas y alzó su rostro un poco– ¿Sakura-chan?
– No es tu culpa… –sonrió sinceramente, lo miró por un rato y luego se sobó el ojo izquierdo. –Naruto, Minato te desobedeció y no debió irse así no más.
– Lo sé, pero soy despistado… –cruzó sus manos–Espero que Obaachan lo cure como pueda, tengo mucha Fe.
– Me hubiera gustado curar, pero ya había dado todo de mí… –una gota de sudor había bajado por su rostro. –No me imagino que me hubiera desmayado por falta de chakra, felizmente viniste rápido. Por cierto, ¿a dónde fuiste?
– Es sorpresa… –no se encontraba de ánimos, pero estar con ella lo animaba mucho. –Es algo para Minato.
La muchacha asintió dándole un gran abrazo que había sido correspondido por él.
***
Tsunade se encontraba concentrada curando, miraba como la sangre comenzaba a secarse y poco a poco veía como se cerraba lentamente la herida. Aún así el niño no se encontraba en buen estado, su piel seguía pálida, y sin darse cuenta tenía moretones en los brazos. Le daba tanta pena que esté así el pobre, no tenía ni la culpa de cruzarse con ese ninja bandido.
‘‘ ¡Obaachan, Obaachan!’’ así es como le decía el pequeño Minato a Tsunade, pero para su mala suerte Naruto el gran Hokage se lo había enseñado.
FLASH BACK.
Una mujer de cabellos rubios se encontraba paseando por la aldea, a lo lejos veía como un niñito pequeño corría a mucha velocidad, y tan sólo escuchaba como una muchacha gritaba « ¡Minato ten cuidado, te puedes chocar con las personas!» El pequeño ni había escuchado ese grito y a los pocos segundos se había tropezado en el suelo provocándose un severo golpe en la rodilla.
– Etto… –se levantó del suelo limpiándose el polvo. Miró el golpecito que se había hecho, tan sólo era un raspón– ¡Mamita me hice un raspón!
Inmediatamente la pelirosa había llegado para checar, pero no había sido nada grave.
– Cuantas veces te he dicho que NO te sueltes de mi mano, la próxima vez te voy a castigar… –contestó enojada, mientras que él sólo gruñía e miraba a otra parte. – ‘‘Porque habrás heredado la actitud de tu padre…’’
– ¡Obaachan! –el niñito gritó yéndose corriendo hacia Tsunade quien se encontraba con los brazos abiertos. – ¡Obaachan!
Ella había abrazo al pequeño con muchísima fuerza, pero al escuchar ‘‘Obaachan’’ se separó de él. Lo miró con la ceja levantada, para luego reaccionar.
– ‘‘Ese idiota de Naruto le ha dicho... ¡¡¡LO VOY A MATAR!!’’ –se despidió dándose media vuelta para dirigirse a la torre del Hokage–
FIN FLASH BACK.
Vio como la mano del rubiecito comenzaba a moverse, ella dejó curarlo por un momento. Lo miró y los ojos de él se habrían despacio, mientras mostraba una sonrisita débil. Con emoción la mujer lo abrazó suavemente, luego abrió la puerta de la habitación para llamar a sus padres. Tuvo que gritar lo más fuerte que pudo, porque sabía que los nombrados iban a estar distraído por la depresión.
A cada rato volteaba su mirada, para vigilarlo, tenía miedo de que le pasara algo. Sin embargo, todavía escuchaba sus quejidos por aquel dolor.
– No te preocupes, querido. Ahorita van a venir… –sonrió tiernamente. Al ver que ellos corrían lo más rápido posible, se hizo a un lado para dejarles el paso.
Cuando Naruto y Sakura entraron a la habitación, miraban a su hijo quien se encontraba despierto moviendo su mano derecha para saludarlos. La pelirosa no pudo evitar que las lágrimas se le cayeran, se sentía feliz de que él estuviera bien, con vida y sobre todo que esté sano. Ella corrió abrazándolo fuertemente, Minato quien se encontraba débil comenzó a llorar en los brazos de su madre. El rubio caminó mostrando una gran sonrisa, y a la vez sacaba algo que estaba en su bolsillo. Se colocó al otro lado para observarlo.
– No vuelvas… a escaparte… ¿vale? –él asintió débilmente tomándole ambas manos a sus padres–No quiero que estés herido nuevamente, tanto como tu madre y yo queremos que estés bien. No lo hacemos porque no queremos, lo hacemos porque queremos protegerte de todos los peligros que hay este mundo.
– Perdóname…Papito… –se disculpó. –Perdóname…Mamita…
– No tienes que disculparte, Minato. Sólo que… esta vez..hazle caso a papá, tanto como a mí. La próxima vez no seas tan cabeza hueca… –sonrió Sakura dejando ver a vista sus lágrimas. –Yo los amo mucho, te amo a ti, y amo a tu padre con todo mi corazón. Si algo les pasara no se qué haría…
– Gracias… –finalizó abrazando a su familia. –Los quiero mucho…
Naruto sacó un collar que le pertenecía él, bueno hace años le pertenecía a Tsunade, pero justamente se lo había ganado. Se lo colocó detrás del cuello de su hijo con cuidado, mientras que él miraba con curiosidad.
– Quiero que lo tengas… –el rubio se encontraba más feliz que nunca, su hijo había despertado. –Nunca te lo quites, nunca en tu vida-ttebayo.
La mujer que estaba en la puerta, la cerró por un momento para dejar a la familia a solas. Aún así ella había hecho el trabajo, se sentía feliz, muy feliz. Acababa de terminar de curar a Minato y él había despertado.
FIN.
Comentario mio: Aw, no saben como he llorado al escribir este Oneshot. Escuchaba un OST de Fairy Tail que te hacía sentir más deprimente que nunca, pero a la vez feliz. Espero que les guste muchísimo
Saludos
MomoiPsicópata del foro - Ju-chan <333
28 704
158
24/01/2010
NaLu • RR • BoHi • GerZa • GaziLevy • SeiHaru • OgaSaku • Aomine x Momoi
The New Prince of Tennis l Fairy Tail l Gintama l Kuroko no Basuke l Magi
Cuticle Tantei Inaba l Gintama (2012) l Magi l Maoyu Mao Yuusha l Hakkenden l Tamako Market l Hunter x Hunter 2011 l Ixion Saga DT
24.725 円
Re: No existe el hablar [T][28/O2/2O11][OneShot]
Owww quee minitto :3
siguee escribiendoo erees muybuenaa
esperoo ver mas fics tuyoos (;
siguee escribiendoo erees muybuenaa
esperoo ver mas fics tuyoos (;
Sakurame-chanRutinario - Esto es hallowen,esto es hallowen(8)
28 356
18
13/08/2010
ITASAKU!, NejiTen, SuiKa, NaruSaku, KibaHina <3
-NARUTO-DEATH NOTE :B-DBZ-Inuyasha-
Sumomomo momomo-CODE LYOKO- Shugo Chara
2.660 円
Dulce espera-MinaKushi
Re: No existe el hablar [T][28/O2/2O11][OneShot]
Esta muy bueno!, me encanta tu manera de escribir
Y me encanto que el hijo de ellos tuviera el nombre de su abuelo
Y me encanto que el hijo de ellos tuviera el nombre de su abuelo
CeltyNaruSaku Club - Sacudo, sacudo, sacudo
32 4083
405
03/06/2009
Miharu x Yoite
NaruSasu/NaruSaku
KakaSaku - KankuTen
Shizaya - 339
HoriKashi
GSN - Kuroshitsuji - Orange
7.670 円
Regalos
NS - After the war
Re: No existe el hablar [T][28/O2/2O11][OneShot]
¡Eres muy buena escribiendo Moon!
Me gusto el shot, es muy lindo y el hijo~ aw♥
El NS siempre me parece tierno a su manera (:.
Y muchos se las arreglan para hacer de las historias algo muy bueno :v
Me gusto el shot, es muy lindo y el hijo~ aw♥
El NS siempre me parece tierno a su manera (:.
Y muchos se las arreglan para hacer de las historias algo muy bueno :v
DarcySin vida social - when we were young
27 1035
114
05/06/2011
♡♤
1.695 円
E♡H
;; t o t o r o
Temas similares
» Si van hablar de japon... Ke sea Akihabara!!!
» El Sasunaru Si Existe por: Nicoyasha
» Abecedario NC
» Existe en ItaSasuIta en el anime
» 70 Razones de porque el Sasunaru Existe
» El Sasunaru Si Existe por: Nicoyasha
» Abecedario NC
» Existe en ItaSasuIta en el anime
» 70 Razones de porque el Sasunaru Existe
NARUTO{♥}COUPLES :: :: Parejas principales :: NaruSaku :: Fanfics
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.