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Shikamaru había tenido que ir a la aldea de la Arena el día de Halloween ya que Tsunade lo había mandado y como ni Chouji ni Ino habían querido ir primero, llegando él de su misión sin siquiera poder descansar la rubia lo mando sin dejar que dijera no una sola replica.

“Gaara-sama, ¿Ya tiene los papeles que Tsunade-sama necesita?” – pregunto con poca gana Shikamaru

“Mi hermano no está, pero yo tengo los papeles que necesitas” – comento Temari acomodando el escritorio de Gaara

“Ok, gracias pero también necesito que me firme otros papeles que a Tsunade se le olvido mandarle con Kankuro” – respondió con algo de sueño

“Que informalidad la tuya de decirle “Tsunade” a tu Hokage” – Temari con voz seria

“No le diré Hokage porque vengo muy cansado de la misión, y no me dejo ni cambiarme la mochila por una más liviana” – Shikamaru ya harto

“Si quieres vamos a mi habitación para que descanses, mis hermanos no deben de tardar ya que van a dar la fiesta de Halloween hoy, puedes descansar hasta que lleguen y te vas mañana por la tarde, le pones de pretexto a Tsunade que Gaara se tardó mucho en llegar y hasta en la mañana te firmo los papeles” – Temari explicando las cosas, para que el chico no la malinterpretara

“Está bien” – fue lo único que contesto, ya con un sueño tremendo

Llegaron al cuarto, Shikamaru ni lo pensó dos veces y se quedó dormido, ya por la tarde este despertó, pero vio que Temari se estaba riendo en un rincón y al lado de ella la botella de Sake que su padre le había encargado de la aldea del arroz

“¿Te tomaste todo?” – pregunto el chico aunque de sobra sabia la respuesta

“NO, bueno SI pero no le vayas a decir a Shikamaru, lo saque de su mochila y puede enojarse” – Temari mas que borracha

“Soy Shikamaru, pero no te preocupes no me enoje por eso” – le contesto de todo corazón, pero un súbito beso de parte de la chica lo hizo irse ligeramente hacia atrás, que con ese movimiento hizo que perdiera el equilibrio y cayera seguido por Temari que le cayó encima

“Tonto, no estoy borracha, mis hermanos fueron los que se tomaron el sake. Pero quiero aprovechar este día y este momento para decir que me gustas, aunque seas un fastidio, me encantas” – le dijo tomando el valor que tuvo que reunir por casi años

“También me gustas” – fue lo que contesto, para luego tener una noche especial, bajo las estrellas y una que otra bruja que pasaba por el lugar, disfrazados nada más que como Dios los trajo al mundo

Fin