Difícil de decir (EdWin Drabble)

Buenas usuarios
Abro tema para publicar un Drabble que escribí hace tiempo para un concurso de Edward x Winry FC. De esta manera aporto algo a la sección de esta bonita pareja, ya que no he visto ningún escrito sobre ellos, y también hago un poco de promoción para el Fan Club.

Este es un escrito al que le tengo especial aprecio por dos cosas: la primera, con él participe en mi primer concurso en este foro; y la segunda, porque fue el primer Drabble que escribí en mi vida. Espero que les guste y si tienen tiempo dejen algún comentario. Acepto las críticas constructivas.

Título: Difícil de decir
Tipo: Drabble
Género: comedia/romance
Clasificación: todas las edades
Personajes: Edward Elric, Winry Rockbell y Den


Aspiro aire con fuerza, levantó la vista y con un tono absolutamente solemne pregunto:

-¡Intercambio equivalente, yo seré tú marido y tú serás mi mujer!

Pero en lugar de una respuesta, lo que consiguió fue ver el reflejo de su propia cara en el espejo del lavabo: un chico rubio, de unos 25 años, muy sonrojada y con expresión de bobalicón le devolvió la mirada. Suspiró de forma resignada al comprobar que practicar ante un espejo no es algo tan útil como cuentan. Allí estaba Edward Elric, un alquimista reconocido que había ayudado a salvar al país…pero que era incapaz de pedir matrimonio a su novia.

Había comprado el anillo en uno de sus viajes y lo llevaba a todas partes desde hacía semanas, esperando el momento propicio para hacer su petición. Pero nunca le parecía el momento propicio, ni las palabras adecuadas, ni el lugar perfecto, ni, ni, ni… una larga lista de “ni” que lo único que hacían era poner pegas a sus planes. Definitivamente, las declaraciones de amor no se le daban bien.

De repente, un ladrido a su espalda le sacó de sus lúgubres pensamientos. Den, el perro de Winry, le observaba con curiosidad moviendo la cola, seguramente a la espera de unos mimos. Ed le acaricio la cabeza cariñosamente con la mano que le quedaba libre, pues en la otra todavía sostenía el anillo, objeto que Den olisqueó intrigado. El chico no le dio importancia, pero para su sorpresa, el perro agarró el preciado objeto entre sus dientes y salió pitando del baño. Aquella actitud cogió al alquimista de acero completamente desprevenido, tanto que le costó un par de segundos reaccionar y salir a toda velocidad tras el animal. Pero por muy rápido que quiera ser uno, eran dos piernas contra cuatro patas y pronto el perro le saco ventaja. El animal era mucho más rápido incluso teniendo en cuenta que ambos tenían una pierna de automail. Pero eso a Ed le importaba muy poco ¡tenía que recuperar ese anillo!

La persecución siguió hasta el jardín de la casa donde Den doblo una esquina derrapando, logrando dar esquinazo al chico. Este estaba casi sin aliento y no le quedo más remedio que detenerse para coger aire. Sin embargo una nueva sorpresa corto de golpe su toma de oxigeno: una voz de mujer que reconoció como la de su novia, Winry.

-Hola chico-la oyó decir alegremente- ¿Qué es lo que llevas en la boca?

Edward no necesitó oír nada más para cruzar aquella esquina más rápido que el pensamiento. Winry estaba allí de pie, quieta, completamente pasmada. Cuando ella se percato de la presencia del otro, lo miró muy sonrojada y preguntó:

-Ed…esto…esto… ¿quiere decir lo que creó que quiere decir?

Ambos seguían mirándose sin decir nada. Ed había estado mucho tiempo tratando de encontrar las palabras adecuadas, pero en aquel instante se dio cuenta que no era algo tan importante. Si de verdad era sincero con sus sentimientos, no necesitaba preparar ningún discurso sino solo escuchar a su corazón. Así que sonriendo a la que era la dueña de esos sentimientos le dio la respuesta a su pregunta:

-Completamente. Winry ¿quieres casarte conmigo?

La susodicha no presento ni el más mínimo atisbo de duda. Gritando con todas sus fuerzas un “¡Sí!” que debió de oírse en toda la región, salto a los brazos de su actual prometido. Den, que había sido el responsable del nuevo paso de su relación, se unió a los vítores de sus amos ladrando y correteando a su alrededor. Y es que resulta irónico que lo que más queramos decir sea justamente lo que encontramos más difícil. Pero sin embargo no hay felicidad más grande que ver que eso que tanto nos ha costado expresar ha llegado al corazón de la persona que nos importa.

Fin