siempre me pertenecerás

Naruto.- suspiro contra sus labios.
Sus manos se paseaban por aquel delgado cuerpo, sus labios se consumían en besos furtivos y apasionados, sus cuerpos se pegaban en una danza erótica, en un baile prohibido…por que aquello en realidad era prohibido.
Sus ojos se miraron por unos pequeños segundos, ella comenzó a besarlo en el cuello dando mordiscos suaves que dejaban salir gruñidos desesperados, él había ladeado su cabeza para darle un mejor acceso; sus ojo azules se abrieron al sentir un pequeño destello, obligándolo a mirar la pequeña mesilla de noche, fijándolos en aquella perla enorme y el zorro arriba de ella, posesivo, como si se tratase del tesoro de un rey y él lo había robado, solo para él; Se sintió asqueado por un momento y unas tremendas ganas de vomitar lo golpearon de pronto.
¿Naruto?- sonó la voz de su amante ligeramente distorsionada y con un aire de excitación tan palpable como su pequeño cuerpo caliente, sus manos estaba apunto de quitarle el pantalón, volvió su ojos azules a los verdes de ella, brillaban, brillaban de lujuria y nada más.
Ella volvió a lo suyo, tirando de su pantalón y del bóxer amarillo, su masculinidad se alzó triunfante, imponente, orgullosa y ella se relamió los labios al ver semejante poderío. Gruñó, de una manera anormal al sentir su pequeña boca en su miembro, sus manos se enredaron en el cabello rosado y la guio, su cabeza subía y bajaba, y él se aferraba a ella como si su vida se estuviera consumiendo, el mismo destello le pego en los ojos obligándolo abrirlos y regresar la mirada de nuevo a la figurilla del zorro y la perla, nuevamente las ganas de vomitar se presentaban y un recuerdo invadió su mente.
Te amo.- confeso sonrojada hasta las orejas y sus ojos brillaban de una forma magnifica y misteriosa.
Yo también te amo Hinata-chan.- se acercó y la tomo de las mejillas planto un tierno beso.
Hinata se paro de puntilla quería mas, quería demostrarle cuanto lo amaba, cuanto lo adora….cuanto poder tenia sobre ella, sus brazos delgados se enredaron en su cuello, mientras sus dedos se hundían en los cabellos rubios, el esbelto cuerpo se amoldo al trabajado de él, la respiración paso a segundo termino, se ansiaban, se ansiaban tanto.
Tuvo que contenerse y alejarla un poco, sus mejillas estaban encendidas de un hermoso rojo, sus labios estaban hinchados y su ojos con esas abundantes y largas pestañas seguían cerrados esperando por más- erótico- pensó él; hacia más de dos años que eran novios, dos hermosos años en donde él había aprendido amarla, jurando amor eterno, jurándole que su vida le pertenecía, prometiendo que jamás le haría daño, por que él la amaba, se metió la mano a su sudadera y del saco un paquete.
Toma- le estiró la mano, un regalo envuelto en un papel azul metálico con un enorme moño de color rosa palo, se sonrojo al ver la sonrisa radiante que tenía en su pulcro rostro.
Hinata lo tomo con sus delicadas manos, sus dedos tomaron el inicio del grande moño y lo jalaron para poder ver como lentamente se desasía, el listón cayó y con cuidado fue quitando el papel azul metálico, dejando al descubierto una caja de cartón; por un momento dudo en abrirla, su corazón palpitaba y sus rostro se alzó para mirarlo a él, con aquella sonrisa espectacular, cálida y amorosa.
-¡Vamos, ábrelo!- hizo ademanes con las manos para que continuara con la labor.
Hinata pasó saliva y con sumo cuidado fue quitando la cinta adhesiva que tenía la tapa, sus ojos se llenaron de lágrimas mientras tocaba aquella hermosa escultura, un pequeño zorro sobre una enorme perla.
-Naruto…- susurró mientras ahogaba un gemido.
Sé que te lo prometí hace mucho, pero…- Hinata se le había echado en brazos, aún con la caja rodeo su cuerpo dejando que su mano libre se aferrara a la chamarra naranja que siempre traía, Naruto la recibió contento, y la abrazó dejando que ella se desahogara.
Te amo, te amo, te amo tanto- repetía mientras sorbía su nariz y enterraba su rostro en el pecho de su novio.
Hinata- interrumpió con voz seria mientras, poco a poco la obligaba alejarse a escasos centímetros, puso sus manos en los hombros delgados y con un carraspeo de su garganta ella se limito a verlo, lucia sonrojado, y nervioso.
Hinata- volvió a pronunciar con un nudo en la garganta- sé que llevábamos dos años, no es mucho o bueno si…- se rasco la nuca y rio nerviosamente, ella seguía callada y el suspirando continuo- nos conocemos desde hace cinco años y me preguntaba si….- no sabía como continuar, lo había ensayado tantas veces, que palabras utilizar para que ella no se asustara, en el espejo, en la calle, con su amigo Shikamaru… pero ahora, ahora no tenia ni idea de como decírselo.
¿Naruto?- le llamo con voz preocupada, sacándolo de sus pensamientos, expectante y con un rastro de las lágrimas que habían tocado su perfecto rostro, sus mejillas encendidas y sus labios rosas temblaban.
¡Quiero que vivamos juntos!- le soltó de golpe y con voz fuerte, había cerrado los ojos y no sabia por que los apretaba fuerte, pensaba que ella podría rechazarlo, porque era una locura, apenas habían entrado a la universidad, llevaban un año de carrera y a él se le ocurría la grandiosa idea de que vivieran juntos.
Hinata por poco deja caer la caja de la sorpresa mas lagrimas se aglomeraron en sus ojos perlas y con voz quebradiza le dijo que si.
Naruto abrió los suyos de forma brusca-si-le había dicho que si, sitio como sus hombros temblaban y escucho los gimoteos de ella, preocupado alzo su cabeza y pudo ver como ella con su antebrazo se limpiaba las escandalosas lagrimas y una sonrisa radiante se asomaba.
Si quiero- decía mientras continuaba tallándose sus ojos- si quiero, si quiero, quiero vivir contigo- grito de repente y callo al suelo dejando a un lado la caja y con sus dos brazos comenzó a tallarse los ojos queriendo detener las lagrimas, Naruto la miro con ternura, ella siempre era así y eso le encantaba, su novia era sentimental, no lloraba por cualquier cosa, también reconocía que era una mujer fuerte cuando se le necesitaba, pero cuando se trataba de estos asuntos ella lloraba de felicidad, se arrodillo quedando a la altura de ella y con cuidado le sostuvo sus brazos, quería ver su rostro y sonrió, ella sonreía, sonreía de una manera mágica y magnifica mientras las lagrimas seguían cayendo empapando su pantalón capri, bajo sus brazos con cuidado y con sus enormes manos le limpio las lagrimas que continuaban saliendo, sus mejillas estaban calientes y sus labios se movían como si quisieran decir mas cosas pero lo único que salía de ellos eran mas gimoteos y palabras mal articuladas, el volvió a sonreír y le beso la mejilla, ella calló y abrió sus hermoso ojos perlas, irritados por tanto llorar.
Tonta- le dijo con sumo cariño y suavidad- te amo.- y acabo plantándole un suave y tierno beso en sus dulces y delicados labios.
Ese era su regalo de aniversario.
¡Oh Naruto!- exclamo Sakura al momento en que él la tumbo boca arriba en un rápido movimiento, su boca recorrió cada rincón de aquel pecaminoso cuerpo, las ganas de poseerla eran tantas que le dolía su erección, alargo su fuerte mano a la cómoda y abrió con rapidez el cajón, saco de el un pequeño paquete metálico, lo abrió con los dientes y deslizo el condón en su rígido miembro, Sakura abrió sus piernas como una ramera y levanto sus manos para enredarlas en el cuello como una serpiente, Naruto se acomodó y la embistió de manera furiosa.
Gemía tan alto, a cada estocada que daba Naruto, Sakura gemía de una manera tan alta que sentía que la estaba maltratando, sus piernas delgadas se enrollaron en las caderas del rubio invitándolo a que profundizara mas, por que ella era egoísta y siempre le pedía mas; los gemidos y el ritmo de las embestidas eran cada vez mas escandalosos, mas rápidos, mas furiosos, el clímax estaba tan cerca, unas embestidas mas y pudo sentir como Sakura con un sonoro grito se estremecía bajo el, tal acto le hiso pensar en una víbora enroscándose en busca de calor.
Se retiro con cuidado de la joven que a duras penas podía normalizar su respiración, se quito el condón y lo tiro en el pequeño bote de basura situado en una esquina de la habitación, se paso la mano por el rostro y el cabello; jamás terminaba, llevaban menos de un mes teniendo estos encuentros y el jamás había terminado, no se derramaba en ella, no llegaba al orgasmo, no tenia una sensación de alivio al concluir tal acto, al contrario, siempre, cada vez que ella lograba el orgasmo, él se alejaba y tenia unas incesantes ganas de meterse a bañar y vomitar.
Siguiendo el ritual, tomo una toalla y se la enrollo en la cintura, se voltio a ver a la chica que intentaba sentar en la orilla de la cama, nuevamente las sensaciones de devolver se hicieron presentes, tomo el pomo de la puerta, lo giro y sin dirigir una palabra se metió en el baño azotando la puerta tras el; apenas había entrado sintió un golpe en el estomago, olía a violetas, frutas silvestres y un toque de canela con vainilla, las ganas de vomitar se hicieron incontrolables, a horcajadas en el excusado devolvió todo, sus manos se aferraban al rim con fuerza y unas lagrimas mancharon su rostro, lloraba, lloraba por que era un hijo de puta que llevaba dos semanas engañando a su novia…lloraba y solo eso podía hacer, se limpio la comisura de sus labios con su ante brazo, enderezando al completo se quito la toalla y se metió en la regadera, el agua caía fría pero él no la sentía, tomo la esponja la lleno de jabón y se la paso por todo su cuerpo, se tallo con frenesí de una manera desquiciante, se sentía tan sucio quería con aquella cruel forma castigarse, castigar a su cuerpo por sentir semejante atracción así aquella mujer que no era su novia.
Cerro el agua y escurriendo salió de la regadera, tomo una toalla y se la enrollo de nueva cuenta a la cintura, tomo otra mas pequeña del perchero y con ella se seco su lacio y alborotado cabello al terminar se la enrollo en el cuello, con un suspiro giro el pomo de la puerta e inspecciono su cuarto, todo estaba ordenado, la cama estaba hecha y Sakura ya no estaba por ningún lado, volvió a soltar otro suspiro mas pesado que el anterior, en esas dos semanas que llevaban de amantes era lo mismo, él se metía al baño vomitaba, se bañaba y al salir Sakura ya no estaba, agradecía eso en silencio ya que si por algún motivo ella decidiera quedarse no sabría que hacer, con pasos pesados se dirigió hacia el closet deslizo la puerta de madera y busco entre los cajones unos pantalones y unos bóxer limpios, se cambio y se tumbo en la cama, aun después de haber hecho aquel acto que no podía llamarse “amor”, la cama olía a ella, a su Hinata, a violetas con frutas silvestres y un ligero toque de canela con vainilla, agradecía a dios que el olor de Sakura jamás en esas dos semanas quedara impreso, poso su brazo derecho enzima de sus ojos y se los tallo con presión intentaba detener las lagrimas pero le eran imposibles, llorar no solucionaba nada se decía a si mismo, pero como evitarlo, no sabia que hacer cuando Sakura le manda aquellos mensajes de texto, cuando se citaban en su departamento, departamento que también era de Hinata, se besaban apenas cerraban la puerta y se metían en la cama, cama que también compartía con su dulce Hinata, todo era tan confuso amaba con todo su corazón a Hinata, pero sentía una extraña conexión con Sakura, no entendía nada, no sabia por que su cerebro se negaba a responden a sus preguntas, no tenia respuesta a ninguna por que por muy doloroso que fuera, siempre que Sakura le pedía que se vieran, traicionaba a Hinata en un abrir y cerrar de ojos, y seguía sin saber el por que, ya que el sabia perfectamente que cuando le hacia el amor a Hinata él llegaba con ella al clímax, tenia un orgasmo de lo mas maravilloso al igual que su dulce y tierna Hinata, entonces ¿Por qué se acostaba con Sakura? No sabia….no tenia respuesta para ello.
Cansado se levanto de la cama y miro el reloj de la pared, las seis y quince, Hinata pronto llegaría de sus clases extracurriculares, clases que impartía un profesor llamado Hatake Kakashi, el solo recordar su nombre le hacia hervir la sangre, ese profesor no le caía nada bien, no desde que Hinata se había embelesado con el, no había momento en que no platicaran o estuvieran juntos, en los recesos Kakashi la iba a buscar con el pretexto de que tenia que terminar su pintura o que necesitaba su ayuda con los nuevos ingresados o cualquier otra tontería que se le ocurriera, siempre que Naruto quería pasar un rato con ella el profesor llegaba y se la llevaba, estaba arto, mas que arto estaba al punto en que le dijera a Hinata que ya no iría a sus clases, ¿pero quien era el para decir tal brutalidad si la engañaba en su propio departamento? Sacudió su cabeza y bufo fastidiado, todos sus problemas habían comenzado por culpa de aquel estúpido y risueño profesor, él le había presentado a Sakura, una chica de intercambio en el área de medicina, área en donde Naruto estudiaba, por culpa suya Hinata llegaba siempre tarde al departamento casi siempre con las mejillas sonrojadas y el pelo enmarañado, cosa que le dio mal augurio a Naruto, y desde el primer día en que Hinata había llegado en ese estado todo con Sakura se había desatado, sabia que en parte era su culpa, no en parte, todo era su culpa, pero prefería echarle la culpa aquel profesor de pacotilla que tenia a la mitad del alumnado de artes y literatura a sus pies y eso incluía a Hinata o eso pensaba él.
Sumamente frustrado se volvió a recostar en la cama, tomo la almohada que usaba Hinata para dormir y la aspiro tan fuerte que siento que sus pulmones se rompería, le encantaba el olor que tenia Hinata, ese olor dulce y embriagador, que Sakura jamás poseería, tomo entre sus manos la almohada y la estrecho a su pecho como si de la misma Hinata se tratase, cerro los ojos y profirió una maldición hacia el estúpido y querido profesor de artes antes de quedarse dormido.
Si Naruto hubiera salido de la habitación se abría dado cuenta de la mochila posada en la puerta, si Sakura no hubiera gritado al momento que llegaba al orgasmo hubieran podido escuchar el desgarrador sollozo que se escucho tras esta y si él no hubiera azotado la puerta del baño, habría escuchado los presurosos pasos y la puerta principal azotarse; pero nadie se había dado cuenta de nada, nadie excepto ella, que corría por las calles de Tokio, chocando con la gente, con el corazón destrozado y un mar de lagrimas que dejaba a su paso.

tengo que decirlo... sin pensarlo mas de dos veces me aventure a leer asdasd xD, pero bueno, desde mi punto de vista e ignorancia en cuanto al lemon ya que jamas lo eh escrito asdasd y espero aun no hacerlo xD (?) pero bueno~~tu supiste relatarlo bien, "sin morbo"( pase a que ese era el objetivo de la escena), y eso me gusta en estas escenas xD, cuentas con migo para el próximo capitulo:)

nueva lectora

interesante fic
umm un lemon de Naruto y la pelo de chicle O_O no se como pude leerlo

Naruto traicionaste a Hinata, pobrecita
¿ahora que hara Hinata? espero que naruto sufra por haber hecho eso a hinata
continualo pronto

siguela 9.9

Ayy naruto como pudiste  mereces sufrir por lo que le hiciste a hinata    
Y ahora que hara hinata ?

Onegai   conti..