La Chica de la Luna **one shot**

Era luna llena la primera vez que la vi, nunca olvidare esa noche

Solía ir a ese lugar aquellos días en los que me sentía solo, he sido huérfano desde hace mucho tiempo, normalmente no me afectaba tanto pero aquellas noches de luna llena la melancolía me visitaba.

Cuando era pequeño encontré este lugar, estaba apartado de mis problemas era un lugar solo para mi, era hermoso lo más hermoso que había visto o eso creía yo; hasta esa noche.

Ese día era el aniversario de la muerte de mis padres, habían pasado ya 19 años desde que se fueron de mi lado y aun sentía que había un gran vacío dentro de mi, al caer la noche estaba en mi habitación solo viendo el cielo estrellado observando la luna, la hermosa luna parecía que me abrazaba aquellas noches de mi melancolía y soledad, realmente me gustaba ver a la luna hasta en ocasiones hablaba con ella, ja que tontería hablando solo que bueno que nadie me veía, si no creerían que estoy loco.

Algo dentro de mi esa noche me invito a ir a ese lugar especial, así que solo decidí ir como un impulso involuntario.

Aquel lugar era simplemente hermoso, un lago completamente cristalino en donde se podía ver reflejada mi hermosa luna, rodeado de frondosos árboles y tanta naturaleza vegetal, simplemente un edén dentro de este mundo.

Entre al lago como solía hacerlo, el agua era tan refrescante como me gusta estar rodeado de ella. Voltee a ver a esa hermosa luna, cerré los ojos y deje que la corriente del agua me llevara en un viaje hacia los alrededores, escuchando el viento, los grillos, las pequeñas olas que se hacían en las orillas estrellándose contra las rocas; dejando mis sentidos a merced de la noche.

Al abrir mis ojos no pude creer lo que veía, aquel reflejo sobre el agua comenzó a surgir una joven, no podía verla bien, la luz que emitía la chica cegaba mi visión. Simplemente era increíble lo que estaba frente a mi la joven más hermosa que en mi vida había visto estaba frente a mi, su piel era pálida como el reflejo de la noche, su cabello largo con destellos azulados y unos ojos en donde podía ver claramente a mi luna. Ella era una belleza que te hipnotiza, y te invita a hacerla tuya.

Me acerque lentamente hacia aquella joven que se cubría solo con aquellos delicados brazos mientras miraba aquellas perlas hipnotizantes en su rostro, no sabía que decir, me quede atónito ante tanta belleza, pero una voz angelical salió de aquellos labios delicados.

-había esperado este momento por mucho tiempo Naruto-kun – dijo la chica con una voz angelical al sonrojarse.

Fue impresionante el escuchar eso, ¿Quién era? ¿Cómo me conocía? ¿Cómo sabia mi nombre?; eran muchas preguntas que posiblemente no podría responder si no hacia algo en ese momento, pero no hubo tal, en ese momento la chica se acerco mas a mi, paralizándome ante su belleza no supe que hacer; pero ella si.

Puso delicadamente sus labios contra los míos, un escalofrió recorrió toda mi espalda hasta la cabeza, era la primera vez que sentía algo parecido. Mis labios actuaron en reflejo dejándose llevar por la pasión que emanaban esos dulces labios. La chica poso sus brazos sobre mis hombros a lo que los míos hicieron lo mismo, dejando caer unas cuantas gotas de agua sobre la espalda de aquella belleza en mármol. Lentamente aquel beso comenzó a ser más profundo y nuestros cuerpos desnudos se acercaban cada vez mas fundiéndose en un abrazo apasionado. Nuestros corazones se fundieron en un solo palpitar, nuestro respirar se volvió uno.

Entrando tan apasionadamente en el beso nos dimos cuenta que necesitábamos un poco de aire, tomamos una bocanada de aire profunda, en ese momento vi aquellos ojos que me hipnotizaron desde el momento que me vio. Deseaba preguntarle tantas cosas pero solo podía admirarla. Tomo mi rostro entre sus delicadas manos y en un susurro al oído me dijo:

-Gracias por darte cuenta que estoy ahi

En ese momento entendí todo, ella era mi luna, mi compañera en esas noches solitarias y llenas de dolor, mi consoladora. Y aunque era un poco complicado entender lo que estaba pasando era feliz al saber que ella estaba conmigo a mi lado consolándome todas las noches. La tome entre mis brazos, deseando que ese momento no terminara, deseando que ella estuviera a mi lado al amanecer.

Sabía que era la indicada, no había nadie como ella en el mundo, frágil y hermosa a la vez; pero el destino suele ser cruel con nosotros, el amanecer estaba en puerta y la luna poco a poco se despedía del lago, quería gritarle que no se fuera pero lentamente se fue desvaneciendo entre mis brazos, sin dame cuenta las lagrimas comenzaron a salir y antes de irse completamente en un hilo de voz escuche:

-estaré contigo cada vez que la luna acaricie tu ventana

En ese momento no pude mas, mis piernas de doblaron cayendo dentro del lago, mis lagrimas brotaban sin cesar; pero al mismo tiempo estaba feliz no volvería a estar solo en las noches, porque una bella joven estaría sentada a mi lado velando por mi.