Notte di ripresa

En las noches escuchando el canto del mar chocando contra los riscos, las gotas se intensifican cuando sales al balcón...
Te bañas con la luna. Mojandote con la lluvia. Me miras fijamente.

-"Quiero que me acompañes a verla."

Exclamo un ¿ver qué?

-"Solo ven, dobe."

Sin rechistar te hago caso. Puesto a tu lado alzas tu mirada al cielo, me rodeas con tus brazos y susurras a mi oído.

-"Observa fijamente la estrella de allá."

-"¿Para qué..."

-"Le ilumina en medio de la oscuridad, de su soledad, la luna de esta noche, a la pequeña y solitaria estrella de allá."

Y era cierto. La pequeña y solitaria estrella era la única que era visible en aquel gran manto de azul oscurecido. Se movía inútilmente en dirección a la luna. Intentando alcanzarla.
Y aunque no le fuera fácil lo seguiría intentando. Recordé el pasado. Cuando eras inalcanzable para mí.

Parecía una basura a tu lado. Sobraba.

Tus labios me estremecieron al hacer contacto con mi cuello. Había olvidado por un momento que me tenías atrapado entre el barandal y tu.

-"¿Quien sería la pequeña estrella?."

Volteé a ver tu rostro y tus ojos tan negros como el cielo nocturno me inundaron. La intensidad me acongojo haciéndome soltar una risilla nerviosa. Confundido preguntaste.

-"¿Acaso dije algo gracioso?."

-"No pero... no creo que yo sea el indicado para contestar a esa pregunta."

Sentí la rigidez de tus brazos.

-"La razón..."

Razón. Algo en lo que nunca he sido bueno. Sonreí. Como siempre hago para evitar los problemas o simplemente el pasar de ellos. Tu impasible mirada hace que desvíe la mía.

-"Yo sería la estrella."

Tu sonrisa me hizo entender que tenía una expresión de desconcierto.

-"Porque desde siempre has sido la luz que me ha alumbrado. Por tí esoty aqui. Feliz de estar vivo."- juntaste tu frente contra la mía.-Feliz de estar contigo.

Sin pensarlo me abalancé y estrellé mis labios contra los tuyos.

Al terminar por la necesidad de respirar volviste a juntar nuestros labios en un beso más hambriento.
Me cargaste dentro de la habitación recostandome en la cama de sabanas blancas. Seguido te posaste encima mío en cuatro patas mientras decías las mismas palabras que confesaste en tu regreso.

-"Te amo."

En un abrazo te pege más a mí. Con miedo a que te fueras. A que me dejarás solo de nuevo.

Uniste tu mano derecha cruzando los dedos con la mía.

-"Yo también."

Y así demostramos nuestro amor durante el resto de la noche.