Kitsune no kokoro [Capitulo 2]
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Kitsune no kokoro [Capitulo 2]
Advertencias: AU y posible lime.
Disclaimer: Naruto y cía. pertenecen a Masashi Kishimoto. Yo solo tomo sus personajes para crear éste fanfic, sin ánimo de lucro.
Sus ojos negros observaron por enésima vez con gesto incrédulo al “chico” malherido e inconsciente recostado en el futón que se hallaba en su habitación. Hasta ahora, a sus dieciséis años, nunca había creído esas historias y leyendas que circulaban por la aldea desde que tenía memoria. Pero ahora podía constatar con sus propios ojos que era cierto y esas criaturas realmente existían.
Con algo de duda, acercó una mano a la cabeza del otro, rozando apenas con un dedo una de las peludas orejas que sobresalían de la rubia cabellera. Ese chico… realmente… tenía orejas de zorro.
Y ahora… ¿qué se supone que debía hacer con él?
Lo más razonable que se le pasó por la cabeza había sido llamar a una persona de confianza para que curara al chico. Una amiga de la infancia: Haruno Sakura. No debería tardar mucho más en llegar.
La segunda opción más razonable que le pasó por la cabeza, fue que nadie supiera que tenía en su casa a ese chico mitad zorro. Sabía que había gente que capturaba a estas criaturas, aunque no tenía muy claro para qué. Nunca le había interesado saber sobre eso, en realidad.
Unos suaves golpes en la puerta le sacaron de sus pensamientos. Seguro que era Sakura. Con tranquilidad se puso de pie y fue a abrir la puerta corrediza de la entrada.
-Hola, Sasuke-kun.- saludó alegre, con las manos en la espalda.
-Sakura.- dijo a modo de saludo, haciéndose a un lado para darle paso.
Cerró la puerta cuando ella ingresó, y caminando delante la guió hasta su habitación.
La chica soltó una muda exclamación de sorpresa al ver al rubio en el futón, o más bien, al ver las orejas anaranjadas del chico.
-Así que era cierto.-
-¿Para qué te mentiría?- preguntó serio.
Sakura se acercó hasta arrodillarse a un lado del futón, observando minuciosamente al chico.
-Se ve algo malherido.- comentó con preocupación. –Tiene quemaduras.-
-Por eso estás aquí.-
-¿Dónde lo has encontrado?- preguntó mientras procedía a curar algunas quemaduras.
-En el bosque. Cerca del templo de Inari kami-sama.-
-¡Oh! Por esa zona hubo un incendio esta mañana.-
-Hum.- asintió con un leve movimiento de cabeza. –El muy idiota parecía estar esperando pacientemente en medio de las llamas para ser quemado vivo. Estaba allí quieto, sin moverse.-
-¿Viste el incendio?- parpadeó sorprendida. -¿Y qué hacías en el bosque, Sasuke-kun?-
Uchiha tardó unos segundos en responder. No le agradaba mucho que le interrogaran, pero la chica no dejaba de observarle fijamente con curiosidad.
-Entrenar.- contestó con simpleza.
Sasuke esperó paciente a que ella terminara de curar al kitsune. En realidad no tenía tantas heridas, así que seguramente quedó inconsciente por demasiada inhalación de humo.
-Sakura…-
-Dime, Sasuke-kun.-
-¿Qué sabes de…?- señaló al rubio con cierto desgano. –De “ellos”.-
-Bueno, se varias cosas.- contestó con cierto aire de superioridad.
-Pues entonces abrevia.-
La chica esbozó una leve sonrisa nerviosa. Había querido sorprender a Sasuke al decirle que sabía mucho sobre ese tema, pero al parecer al chico le había molestado que presumiera de sus conocimientos.
Tosió un par de veces y se aclaró la garganta antes de empezar a hablar.
-Mn… no se por donde debería empezar exactamente.- habló pensativa, llevándose una mano a la barbilla. –Hay muchas creencias sobre estos animales… o personas…- empezó dubitativa. –Se dice que son mensajeros del Dios Shinto, Inari-sama, Dios zorro patrón de las cosechas, la fertilidad y los negocios. Se dice también que la misión de los kitsunes es proteger las aldeas y bosques, y sobre todo el templo de Inari kami-sama.-
-Yo he escuchado que los kitsunes no son de fiar.- comentó con seriedad.
-Sí, eso he escuchado yo también. Pero por otra parte se comenta todo lo contrario y se dice que son fieles, incluso que algunas familias los utilizaban como sirvientes, amantes, o hasta esposas y esposos.-
-¿Amantes? ¿Esposas?- alzó una ceja levemente con elegancia, en un gesto entre burlón e incrédulo. -¿Quién haría algo así? Lo de tomarlos como sirvientes ya me parece ridículo, y más lo demás.-
-En realidad se comentan muchas cosas, pero nadie sabe nada con seguridad. Ya ves, unos dicen que son de fiar… otros dicen que no lo son…- dejó la frase incompleta, haciendo un leve ademán con la mano.
-También escuché una vez que pueden transformarse… o algo así. Eso sí que no me lo creo.-
-¿Por qué no? No creías que “ellos” existieran, y ahora mismo hay un kitsune en tu habitación.-
El chico que yacía en el futón apretó levemente los parpados al escuchar unas voces desconocidas a su lado, y segundos después abrió despacio los ojos.
-¿…dónde estoy?- susurró con voz rasposa, sentía la garganta reseca.
-¡Mira, Sasuke-kun!- habló animada. -¡Ha despertado!-
El mencionado no dijo nada. Solo se limitó a ver como los ojos azules observaban todo a su alrededor con curiosidad.
-Tranquilo, aquí estas a salvo.- siguió hablando ella al ver que el pelinegro no decía nada.
-¿Eh?- musitó mirándola. -¿Quién…?-
-¡Que color de ojos más bonito tienes!- exclamó la pelirosa.
El rubio se sonrojó levemente, y como si tuviese un muelle en la espalda, en un segundo se irguió quedando sentado. Tomó las manos de la chica con una rapidez pasmosa.
-¡Que linda eres!- exclamó todavía con la voz algo ronca. –Tú me has salvado, ¿verdad?- movió sus orejas y su cola alegremente.
-¡Oye, tú…! ¡No me tengas tanta confianza tan rápido!- se liberó del agarre con cierta brusquedad. Después de todo no sabían como era ese kitsune, aunque a simple vista no parecía peligroso.
-¡Eres mi salvadora!- cerró los ojos con una sonrisa alegre. –Te compensaré por haber salvado mi vida. ¡Desde hoy seré tu sirviente si así lo deseas!-
-¿¡¡Eeh!!?- gritó sorprendida. –N-no… oye, pequeño…- agitó las manos mientras negaba con la cabeza con una mueca tensa que intentaba ser una sonrisa. –Para empezar, no tienes porque hacer eso. Y además, yo no te he salvado.-
-¿Qué?- preguntó algo decepcionado.
-Fue Sasuke-kun quien te salvó del fuego.-
-¿Sasuke… kun…?-
En ese momento el rubio recapacitó en que antes de despertar había escuchado dos voces. Una femenina, y otra masculina. Giró la cabeza al lado contrario, encontrando a un chico de cabellos y ojos negros arrodillado junto al futón, frente a la chica. Aquellos ojos negros le observaban fijamente, con seriedad.
La mirada de ese chico no le agradaba mucho, e inconscientemente frunció el ceño y sus orejas se agacharon un poco en una pose defensiva, como esperando que aquel pelinegro le atacara en cualquier momento.
-Deja esa mirada.- instruyó Sasuke bastante serio al darse cuenta de lo que hizo el rubio.
-Sasuke-kun dice que te encontró quieto en medio del fuego.- comenzó a hablar ella. -¿Por qué no huiste? Eso es peligroso, pequeño.-
El kitsune notó que la pelirosa le hablaba como si fuese un crío, y eso no le gustó mucho. Aunque no exteriorizó esa molestia.
-Estaba esperando que él llegara.- habló serio por primera vez.
-¿Él?- repitió ella.
-Ese asesino…- apretó el cobertor que le cubría de cintura para abajo con ambas manos. Eso pareció lograr que su enojo se esfumara de repente, y formando una mueca confundida observó donde se encontraba sentado. -¿Qué es esta cosa?- alzó un poco el cobertor y lo estrujó contra una de sus mejillas. –Es suave, calentito y huele bien.-
Sasuke arqueó una ceja al ver lo que hacía el chico de las marcas en las mejillas.
-¿No lo sabes?- la chica se rascó la mejilla algo aturdida. –Eso es un cobertor.-
-¡¡Oh!!- exclamó alegre. -¡Cobertor! ¡Cobertor!- aspiró el aroma que desprendía. –Me gusta.-
-Por cierto… ¿Tienes nombre?- volvió a hablar.
-¡Claro!- dejó su repentina obsesión por el cobertor un momento para observar a la chica. –Me llamo Uzumaki Naruto.- movió levemente su esponjosa cola anaranjada, con la punta de color blanco. -¿Y tú cómo te llamas?-
-Sakura. Haruno Sakura.-
-¡Ah, Sakura! Conozco una parte del bosque donde hay muchos árboles de sakura. Tienes nombre de flor, y además tu cabello tiene el color de esa flor.-
-Sí.- contestó sencillamente, con una leve sonrisa. Señaló al pelinegro arrodillado frente a ella en el otro lado del futón. –Y tu salvador es Sasuke-kun. ¿Eso significa que te vas a convertir en su sirviente, Naruto?-
-Ni hablar.- negó. –Yo no le pedí a Sasuke-kun que me salvara.- se excusó sin dignarse a mirar al de ojos negros.
Una gotita de sudor se deslizó por la sien de Sakura. Al parecer ese pequeño zorro era un convenenciero.
-No quiero ningún sirviente.- habló por fin el pelinegro, y después observó a Naruto. –Y tú, bola de pelos, no me llames Sasuke-kun. Para ti soy Sasuke.-
-Pero ella dijo que te llamas Sasuke-kun.- se excusó. -¡¡Y no me llames bola de pelos!!-
-Ah, etto…- comenzó a decir Sakura. –Sasuke-kun es una forma cariñosa que tengo de llamarle. Con que le llames solo Sasuke está bien, Naruto.-
-¡Vale!- asintió con una sonrisa, y al instante un corto ataque de tos le impidió seguir hablando.
-¿Estás bien?- se preocupó Sakura.
-Tengo la garganta reseca. Me pica.-
-Te traeré agua.- se puso de pie al instante. –Sasuke-kun…-
-Ya sabes dónde está la cocina. Ve.- le instó, haciendo un gesto desganado con una mano.
Cuando ella salió, todo quedó en silencio. Naruto observando todo lo que había en esa habitación, y Sasuke observando al rubio.
-¿A quién esperabas en medio del fuego?- quiso saber Sasuke, comenzando a hablar con seriedad.
El rubio le observó con cierta desconfianza nuevamente. Cabello negro… ojos negros… había algo que definitivamente no le gustaba de ese chico. Le recordaba a alguien, pero no sabía decir a quien exactamente. Además que era un desconocido.
-Al asesino de mis padres.- contestó con voz seca, sin mirarle.
-¿Es de Konoha?- preguntó algo sorprendido.
La aldea más cercana al lugar del incendio era Konoha, entonces, por lógica ese asesino sería probablemente de la aldea de la hoja.
-Sí.-
-¿Sabes su nombre?- no pudo evitar que algo de curiosidad se escuchara en sus palabras.
-No. Pero sí sé cómo es físicamente, y también su apellido. –
-¿Cómo es ese tipo?-
-Tiene el cabello y los ojos negros.- comenzó a explicar. –Y su piel era tan blanca como la tuya. Cuando ese tipo luchó contra mi padre, sus ojos se volvieron rojos.-
-¿Rojos?- repitió casi al instante.
-Sí. Cuando eso ocurrió yo era pequeño, pero lo recuerdo como si fuese ayer.-
-¿…y su apellido?- preguntó con cierta impaciencia disimulada. Tenía un mal presentimiento de todo eso.
-Uchiha.- soltó con acidez. –He tenido que esperar hasta ahora para poder vengarme. Cuando aquello sucedió, no tenía poder suficiente para matarle. Ni siquiera tenía dos colas, y no podía tomar correctamente mi apariencia humana. Y ese Uchiha es realmente fuerte. Pero ahora seguro que soy mucho más fuerte que él.- habló con seguridad. –He entrenado mucho todos estos años.-
El silencio inundó la habitación unos breves segundos. Sasuke intentaba procesar todo lo que el rubio había dicho, aunque era demasiada información importante en muy poco tiempo.
Le llamó la atención el tema de las colas. Según las historias de los ancianos de Konoha, los kitsunes iban ganando una cola cuanto más fuertes se volvían, hasta tener finalmente nueve colas. Los kyuubi eran tan fuertes, que podían ser considerados como dioses.
-No es que me interese mucho, pero…- Sasuke rompió aquel silencio.
-¿Qué?-
-¿Cuántas colas tienes ahora?-
-¡Siete!- exclamó con una sonrisa orgullosa.
-Hm… Realmente no lo aparentas. No te ves fuerte para nada.-
-¡¡Repite eso y probarás mi furia!!- lo fulminó con la mirada.
-¿Estás seguro de que… es un Uchiha el asesino de tus padres?- preguntó sin inmutarse con el enojo del kitsune.
-No lo olvidaría ni en un millón de años.-
-Ya veo.- murmuró serio.
-Ese hombre podía controlar el fuego. ¿¡Puedes creerlo!?-
-Seh… supongo que sí. Si tú lo dices…- intentó sonar desinteresado.
-¡Sí! Créelo.- insistió.
-¿Y sabes porque mató a tus padres?-
En otra situación, a Sasuke no le habría interesado lo más mínimo la situación del kitsune, pero… ¡Rayos! ¡Estaba diciendo que el asesino era un Uchiha! ¿Cómo no iba a sentir curiosidad?
-Sí.- frunció levemente el ceño. –Sí lo sé. Ese… Uchiha…- soltó el apellido de forma venenosa. –Una vez quedó atrapado en un incendio en el bosque, cuando practicaba con una de sus técnicas de fuego, y mi madre le salvó de morir. Desde ahí, ese tipo se encaprichó con mi madre y quiso convertirla en su sirviente, pero parece ser que después su capricho creció y quería convertirla en su esposa. Y entonces pensó que volviendo a estar en peligro, mi madre le volvería a salvar. Así que provocó un incendio con esa técnica suya y mi madre le salvó nuevamente, pero él aprovechó y la capturó. ¡El muy maldito…!- masculló.
-Siento haber tardado tanto.- sonrió apenada Sakura, entrando en la habitación con un vaso de agua en la mano.
-¡Hola, Sakura-kun!- sonrió Naruto.
-¿Sakura… kun?- sonrió ella con un tic en la comisura de la boca.
-Dijiste que a él le llamabas Sasuke-kun porque era una forma cariñosa de hacerlo. Así que como eres tan amable conmigo, serás Sakura-kun.-
-Sería mejor llamarla Sakura-chan.- opinó Sasuke sin mucho interés, cruzándose de brazos.
-¡Sakura-chan suena muy bien!- agitó levemente la cola, chocándola contra el futón. -¡Sakura-chan! ¡Sakura-chan!-
A Sasuke le llamó la atención como el rubio podía pasar en segundos de estar extremadamente feliz, a esa expresión tan seria. Si él estuviese en su lugar, ciertamente no tendría ni ganas de sonreír. A no ser… que las sonrisas de ese kitsune fuesen fingidas.
-Aquí tienes, Naruto.- se arrodilló junto al futón, alcanzándole el vaso de agua.
-¿Qué es esto?- preguntó cogiendo el vaso con duda.
-Agua.- contestó con simpleza, pero a la vez con tono obvio.
-El agua está dentro de esta cosa, y no puedo beberla.- formó una expresión de puchero sobreactuado, observando a la chica.
-¿Nunca has visto un vaso?- parpadeó sorprendida.
-En el bosque donde vivo, no hay de estas cosas.- se acercó el vaso a la boca y sacando la lengua empezó a lamer el agua, pero como él no solía beberla así, se cansó rápido. Aunque sirvió para aclararle un poco la garganta y que su voz sonara bien. –Sería más fácil beberla del río, cogiéndola con las manos. ¡Aunque últimamente los humanos lo han ensuciado mucho!- protestó frunciendo el ceño.
Sakura le enseñó a Naruto a beber en un vaso, cosa que aprendió rápido ya que no tenía gran ciencia.
-Por cierto, Sakura-chan... ¿Dónde estoy?- observó a su alrededor nuevamente. -¿Esto es tu casa?-
-No. Estas en Konoha, en casa de Sasuke-kun.-
-¡¡Konoha!!-
Con una rapidez increíble, el kitsune se puso de pie provocando que Sasuke y Sakura se apartaran un poco para evitar que el cobertor les golpeara en la cara.
-¡Oye!- protestó ella por la efusividad del otro. -¿Se puede saber que te…?-
-¡Me tengo que ir!- apenas avanzó un par de pasos cuando se detuvo en seco al ver las ropas que llevaba. -¡¡Esta no es mi ropa!!- gritó como si fuese un detalle que nadie hubiese notado.
-Tu yukata estaba tan quemada que quedó inservible.- habló Uchiha sin inmutarse ante el escándalo del otro. –Te puse ropa mía.-
-¿¡Tú me desnudaste!?- se enfadó, señalándole de forma acusadora.
-No me señales.- ordenó ceñudo. –Y no hagas tanto drama, que yo debería ser quien esté enojado. Tuve que hacerle un agujero a mis pantalones en…- bufó de forma sonora. –“Ahí”, para que pudieras sacar tu cola. Así que han quedado inservibles para mí.-
Naruto miró con un mohín de disgusto sus nuevas ropas: Pantalón negro, y una camiseta del mismo color con unas espirales rojas cerca de los hombros. No le gustaba el color negro, le recordaba a los ojos del asesino de sus padres.
Se fijó en que Sasuke llevaba exactamente la misma ropa que él, solo que a Sasuke las mangas le quedaban un poco más arriba de las muñecas, mientras que a él casi le quedaba grande.
-No me gusta.- murmuró bajando un poco las orejas.
-Tsk…- fue todo lo que “dijo” Sasuke, rulando la mirada con aburrición.
-Naruto, ¿no pensarás salir así tal cual? No creo que sea bueno que la gente te vea. No sabemos como podrían reaccionar.-
-¡No te preocupes por mí, Sakura-chan!- sonrió feliz, alzando las orejas nuevamente. –Si alguien intenta lastimarme no podrá hacerlo. ¡Soy muy fuerte!- inspiró hondo, hinchando el pecho con orgullo mientras llevaba las manos a la cintura.
-¿En serio?- preguntó nada segura. –Ahí afuera hay ninjas realmente fuertes. ¿Cuántos años tienes? Aparentas ser más o menos de nuestra edad. No.- se contradijo al instante. –Seguro eres menor que nosotros.- afirmó.
-¿Cuántos años tienes tú?- le contestó con otra pregunta, sonriendo levemente.
-Sasuke-kun tiene dieciséis años, y yo diecisiete. Ambos somos chuunin. ¿Tú también tienes dieciséis? O tal vez… ¿Catorce?-
-No. Tengo un poquito más, je…- se rascó la nuca algo apenado.
-¿¡Eres mayor!?- se sorprendió. –No me lo creo.-
-Tengo ciento dieciséis años.- se animó a decir, sin dejar de rascarse la nuca. –Je, je…-
Un largo silencio quedó en la habitación después de que Naruto dijera aquello. Incluso Sasuke no pudo ocultar su expresión de sorpresa. Ambos observaban fijamente al rubio que no dejaba de sonreír, aunque ésta se volvió algo tensa al sentir las fijas miradas sorprendidas sobre su persona.
-Él dijo…- susurró Uchiha.
-¿Un poquito más?- añadió ella a la frase incompleta del otro.
-¡Na! ¡Na…!- unas gotitas de sudor se deslizaron por las sienes del rubio. Señaló a Sasuke antes de continuar hablando. –Pero si le quitamos el “ciento”, casualmente tengo la misma edad que él, ¿…no?-
-¡¡Ni de coña!!- gritó Sakura. -¡Eres un viejo decrépito con apariencia de niño!-
El rubio quedó en shock al escuchar eso, y con dramatismo se dejó caer al suelo, quedando a cuatro patas.
-Sa-Sakura-chan me llamó…- susurró con aire depresivo. –Es cruel… Aunque es normal, después de todo ella también es humana. Todos los humanos son crueles.-
-¿Naruto?- preguntó al escucharle susurrar cosas in entendibles.
-Y yo que te había elegido para formar mi familia...- la miró con falsos ojos llorosos, intentando enternecer el corazón de la chica con su actuación. –Aunque Inari Kami-sama me castigaría después por hacer eso.-
-¿¡Qué!?- gritó tan fuerte que hasta los cimientos de la casa retumbaron. -¡¡Ni hablar!! ¡Eres un viejo!-
-¡No soy un viejo!- sus falsas lágrimas desaparecieron al instante, formando una expresión de enojo. -¡Soy muy joven todavía!-
-¡Eso ni tú te lo crees!- le discutió. -¡Además, a mí me gusta Sasuke-kun…!- enmudeció al darse cuenta de que había hablado de más, y se ruborizó por completo.
-¿¡Aah!?- también gritó el rubio. –No puede ser.- dejó caer la cabeza hacia delante, deprimido nuevamente. Esta vez sus orejas y su cola también decayeron.
Sasuke cerró los ojos con un leve tic en la ceja por tanto grito. La “declaración” de Sakura no fue nada inesperado, la chica no era precisamente un as disimulando cuando estaba frente a él.
-Yo…- balbuceó Sakura poniéndose de pie. -¡Tengo que irme!- y caminando con cierta prisa salió de allí.
-¡Espera, Sakura-chan…!- estiró el brazo hacia ella, pero como respuesta recibió el portazo que dio ella al salir. –…llévame contigo.- finalizó la frase casi en un susurro. -¿Por qué los humanos son tan…?- masculló ceñudo.
-¿Tan… como?- preguntó el pelinegro abriendo los ojos.
-¡¡Así!! ¡Ha salido corriendo sin razón!-
El pelinegro suspiró hondo y se llevó una mano a la frente, negando con la cabeza levemente.
-Por eso no me gusta tratar con humanos.- se cruzó de brazos.
-¡Oe, tú…!- le miró serio.
-Los humanos no son buenos.- desde su lugar, cerca de la puerta, observó a Sasuke nuevamente con desconfianza. –Yo… apenas he tratado con humanos, casi nada. Pero nosotros os salvamos cuando estáis en problemas, o a punto de morir, y vosotros nos lo agradecéis capturándonos o matándonos. Y en el peor de los casos, las dos cosas.-
-No todos los humanos somos malos.- le discutió con voz neutra, obviamente incluyéndose él.
-¡Claro que sí! En toda mi vida he tratado con menos de cinco humanos, y ninguno de ellos me ha parecido bueno.-
-¿En ciento dieciséis años has tratado a tan pocos humanos?- se desconcertó.
-Evito tratarlos. No puedo dejar que ningún humano me mate hasta vengar la muerte de mis padres. Hace años… cuando tenía que salvar a algún humano en el bosque, intentaba hacerlo de forma que no me vieran, y me fue bien. Pero hace mucho que dejé de salvarlos. Hace más o menos cien años, los humanos eran buenos, ¡incluso nos agradecían dejándonos comida en el bosque! Y a veces los niños iban allí para jugar con nosotros. Pero con el paso del tiempo se han vuelto seres oscuros y no me gustan. ¡Solo buscan poder!-
-O sea, que ahora mismo, ¿piensas que quiero matarte?- aseguró en una pregunta.
-Si hubieses querido matarme, no me habrías salvado del fuego. ¡Eso es ridículo!-
-¿Y si te he salvado porque quería matarte yo mismo?- con un gesto tranquilo, apoyó el codo en una de sus rodillas y recargó la mejilla en su puño cerrado, observando fijamente al otro. –He escuchado que si bebes la sangre de un kitsune, te vuelves increíblemente poderoso.-
Los ojos azules temblaron levemente. Naruto no supo identificar el tono de la pregunta de Sasuke, pero lo que sí hizo fue poner una pose defensiva al tiempo que gruñía levemente.
-¡Lo sabía!- afiló su azulada mirada. –Eres igual que él… ¡También eres un asesino! ¡Lo supe desde que te vi nada más despertar! ¡Si incluso tienes el mismo color de pelo y ojos que ese Uchiha!-
Sasuke parpadeó al escuchar eso. Naruto le estaba comparando con el asesino de sus padres, que casualmente también era un Uchiha, sin conocerle siquiera. Eso le molestó, aunque reconocía que él se lo había buscado al decir aquello.
-Solo bromeaba, dobe.- dijo finalmente, sin moverse.
-¡Odio a los humanos!- casi gritó, sin abandonar su pose defensiva.
-Y yo odio a los dobes, así que creo que es mutuo.- se encogió de hombros.
-Quiero salir de aquí. ¡Sácame!- le ordenó.
-…que yo no quiera matarte, no significa que los que están ahí afuera no lo vayan a hacer al verte.-
-¡Ya dije que soy fuerte! ¡Y además… puedo esconder mis orejas y mi cola si quiero!-
-Aja…- murmuró sarcástico.
El rubio frunció el ceño y cerró los ojos fuerza, concentrándose, y aunque tardó varios segundos, sus orejas desaparecieron, dejando paso a unas orejas humanas en su lugar. Y la cola también desapareció.
Sasuke parpadeó sorprendido, sin decir nada.
-¿Ves?- se pasó el brazo por la frente. Aquello le había costado mucho esfuerzo. –Ahora sácame.-
-Mn…-
-¿Y ahora qué?- se impacientó.
-Tus orejas y tu cola están ahí de nuevo.- señaló con un movimiento de cabeza.
-¡No puede ser!- se tocó las peludas orejas para confirmarlo. -¡Maldición! No estoy acostumbrado a hacer esto. Es la primera vez que lo hago.- se excusó.
-Cuéntale tus excusas a quien le interese.-
Naruto frunció el ceño y decidió que lo mejor era ignorar a ese idiota y largarse de ahí. Hacía tantos años que no trataba con un humano, que ya había olvidado lo desagradables que eran. Se encaminó hacia la ventana abierta y se subió al alfeizar. Sin decir nada, ni mirar atrás, saltó.
Cayó con agilidad al suelo. Volvió a cerrar los ojos, concentrándose para volver a ocultar sus orejas y cola. No podía andar por la aldea así, lo que menos quería era llamar más la atención. Se palpó la cabeza, sonriendo alegre al comprobar que habían desaparecido.
-¡Perfecto! No ha sido tan difícil después de todo. Me voy a casa.-
-¿Quién eres?-
Naruto se tensó un segundo al escuchar la inesperada voz tan cerca de él. ¿Y si le había visto esconder sus rasgos zorrunos? A unos pasos frente a él, se hallaba un chico alto, de ojos y cabello negro y largo recogido en una coleta baja. Tenía unas curiosas marcas bajo los ojos, algo así como unas ojeras.
-Estas en mi propiedad.- volvió a hablar el desconocido. -¿Qué haces aquí?-
El otro no contestó, sino que optó por ponerse en una pose defensiva. Ese chico tampoco le agradaba. También tenía los ojos y el cabello negro, se parecía mucho a Sasuke y al asesino de sus padres. ¿¡Es que todos en Konoha tenían el cabello y los ojos negros, o qué!?
-No voy a hacerte daño.- avisó al ver lo que hacía el rubio. -¿Eres de Konoha?- arqueó una ceja, ya que aunque llevaba ropas de la aldea, no encontraba el protector por ningún lado. Ese chico aparentaba tener más o menos unos trece años, así que debería de ser un shinobi. Además que el rubio iba descalzo y ese era otro detalle que le llamó la atención.
El kitsune pensó que aquel tipo le quería engañar al decir que estaba en su propiedad. Seguramente sí quería hacerle daño.
-Esta casa es de Sasuke. ¡Mentiroso!-
-Ya veo…- pareció no ofenderse. –Eres amigo de Sasuke. Eso lo explica todo.-
-¿Le conoces?- por un segundo olvidó su pose defensiva.
El pelinegro asintió con un suave movimiento de cabeza. Naruto permaneció en silencio, aunque rápido reaccionó y pensó que lo mejor sería irse de allí. No sabía por cuánto tiempo más podría ocultar sus orejas y cola.
Sin decir nada, esquivó corriendo al otro. Itachi volteó para seguir al chico con la mirada, pero cuál fue su enorme sorpresa al ver una esponjosa cola anaranjada y blanca contornearse mientras aquel rubio corría.
No podía creer lo que veía. ¡Un kitsune!
-¡Detente!- ordenó siguiéndole.
Naruto, al notar que aquel chico le seguía, aceleró el paso. Agradeció que pudiese correr mucho más rápido. Pero a pesar de ir corriendo tan rápido, se percató de que todo el mundo le miraba a su paso y pensó que sería porque nunca le habían visto en la aldea. Pero la realidad era que todo el mundo le observaba por sus llamativas orejas y cola zorruna, además de que era perseguido por Uchiha Itachi.
No se detuvo hasta que llegó al bosque, allí se sentía seguro. Se escondió dentro de unos arbustos, a pesar de que era incómodo. Permaneció en total silencio unos segundos, hasta que sintió un fuerte tirón en su cola que le obligó a salir de los arbustos, chocando su espalda bruscamente contra el suelo.
-¡Auch! Mi cola.- se sentó con pesadez y llevó la cola hacia el frente, abrazándosela. -¿Qué rayos fue eso?-
-Así que esa cola es de verdad.-
-¡No puede ser!- masculló tensándose al escuchar esa voz a su espalda. Volteó, encontrando al chico pelinegro otra vez. -¿Cómo me has encontrado?-
-Era imposible que pasaras desapercibido con esa cola sobresaliendo del matorral.- permaneció en silencio unos segundos, escaneando al rubio con la mirada. –Realmente existen los kitsunes.- comentó.
Naruto se palpó con cierta pereza la cabeza, tocando sus peludas orejas. No sabía en qué momento habían decidido salir, pero era molesto que tres humanos ya le hubiesen descubierto en un mismo día.
-No me gustas.- le dijo poniéndose de pie con el ceño fruncido. –Déjame en paz. ¡No me sigas más!- apenas avanzó unos pasos corriendo, se tuvo que detener en seco cuando un kunai le pasó rozando la frente con velocidad hasta clavarse en la corteza del árbol junto a él. Algunos rubios cabellos del flequillo danzaron un poco en el aire hasta descender al suelo. Observó con cierto estupor al desconocido, sin atreverse a pestañear siquiera. –“Quiere matarme.”- pensó asustado.
-¿Tienes nombre?-
-Na… ruto.- balbuceó estático en su lugar. –Naruto.- repitió de forma audible para el otro.
-¿Estas asustado, Naruto-kun?- preguntó calmado.
El rubio negó moviendo apenas la cabeza. Aun así, para Itachi era obvio que aquel kitsune estaba asustado, ya que sus orejas estaban tan gachas que casi quedaban ocultas por el rubio cabello, y su cola estaba levemente metida entre las piernas.
-Bien. Entonces no tendrías problema en pelear conmigo, ¿verdad, Naruto-kun?-
-¿Pelear?- le miró sorprendido. –“Si me mata, no podré encontrar al asesino de mis padres.”- pensó tragando saliva con dificultad. –Los kitsunes no peleamos con los humanos. Los ayudamos cuando están en problemas, y protegemos las aldeas y bosques. Tenemos prohibido dañar a los humanos.-
Él siempre había presumido de ser fuerte, pero nunca había tenido una batalla real. Siempre había entrenado sólo, usando blancos inmóviles como árboles, rocas, y cosas así. Y siempre pensó y se aseguró que el único humano con el que lucharía, y que mataría, sería al asesino de sus padres.
-Vamos a pelear, Naruto-kun.-
-¡No me llames así! ¡Y no puedo pelear contigo!-
-¿No puedes? ¿O no quieres?- se llevó las manos a la cintura en un gesto tranquilo, pero algo presumido. –Vamos, te doy la oportunidad de atacar primero.-
Naruto apartó la mirada del otro. No pensaba pelear con él por nada del mundo. Él tenía que seguir vivo, y ese chico se veía bastante fuerte, al menos eso aparentaba.
-¿No quieres?- afirmó en una pregunta. –Oh, qué falta de educación la mía. No te he dicho mi nombre, Naruto-kun.-
-No me interesa.- le dijo sin mirarle todavía.
-Me llamo Itachi. Uchiha Itachi.-
El ceño de Naruto se frunció al instante, clavando una mirada afilada en el pelinegro. Sus pupilas se rasgaron levemente debido al enojo.
-“¡Uchiha...!”-
-No sabía que mi tonto hermano menor tuviese por amigo un kitsune. Eso sí que es una sorpresa. Se suponía que él nunca ha creído en estas cosas.-
-“¡¡Sasuke es un Uchiha también!!”-
Dejándose llevar por la rabia que sentía, Naruto cogió el kunai clavado en el árbol junto a él y corrió hacia Uchiha.
Itachi se apartó con elegancia a un lado, sin darle demasiada importancia al ataque, pero no contó con que el otro sería bastante veloz y giraría sobre sus pies, rasgándole con el kunai la bolsa trasera donde llevaba su equipamiento ninja. Todas sus armas, bombas de humo, pergaminos y demás cosas, fueron a parar al suelo.
-“Es rápido.”- pensó el pelinegro. Se alejó un poco del rubio al tiempo en que activaba su sharingan.
-Esos ojos…- susurró el kitsune deteniéndose en seco, algo asustado, pero intentó no dejarse amedrentar. –Eres tú… ¡Tú eres quien he estado buscando!-
-¿Mn?- arqueó una ceja sin entender que quería decir el otro.
El kitsune volvió al ataque. Sus ojos también se volvieron rojos al tiempo que corría hacia Itachi, pero éste consiguió desarmarle rápidamente con pocos y certeros movimientos.
-¿Dónde están los otros kitsunes?- preguntó evitando los golpes que intentaba propinarle el más pequeño. De momento no atacaría, primero quería probar que fuerza tenía aquel kitsune, que estaba seguro que sería mucho más que eso.
-¡¡No hay más kitsunes aquí!!- saltó, intentando arañarle la cara con sus largas uñas, pero el otro le esquivó. -¡Todos se fueron por tu culpa! ¡¡Asesino!!-
-¿Asesino…?- repitió casi en voz baja.
Uchiha notó que la fuerza de Naruto crecía a cada instante en sus ataques, pero se sentía tan rabioso que no era capaz de atacar con precisión y desperdiciaba la energía empleada en sus ataques. Aquel kitsune se estaba enojando, y él ni siquiera entendía porque.
-¿Esto es todo lo que tienes?- preguntó con cierta decepción.
Naruto tembló al aumentar su rabia y coraje. Para ese Itachi, él no era más que un entretenimiento. A pesar de todo lo que había entrenado, no estaba a la altura de ese tipo, así que tendría que liberar más colas.
-¿Cuántas colas tienes, Naruto-kun?- preguntó, como si supiese lo que estaba pensando el otro. -¿Eres un kyuubi?- en su voz se notó bastante interés.
-Todavía no.- contestó solo la última pregunta. -¡Pero aun así te venceré!-
Al escuchar eso, Itachi pareció perder completamente el interés por pelear con el rubio, ya que dejó de lado su actitud defensiva y dejó caer sus brazos tranquilamente a ambos lados de su cuerpo.
-Entonces, no estoy interesado en pelear contigo.-
-¿¡Qué!?- gritó.
No recibió respuesta, pero vio incrédulo como Uchiha se daba la vuelta dispuesto a irse. Gruñó de forma audible, al tiempo en que poco a poco aparecían dos nuevas colas. Sus colmillos crecieron un poco y las marcas de sus mejillas se acentuaron. ¡¡Ese asesino le estaba subestimando porque no era un kyuubi!! Pues él le demostraría que siendo un sanbi, le derrotaría sin problemas.
CONTINUARÁ…
¡¡Hola!! ¡Uf…! Hace muchísimo tiempo que no publicaba nada, esto me trae recuerdos, jeje…
Lo dejo hasta aquí, no quiero alargarlo demasiado y que la lectura se vuelva tediosa.
En la advertencia al inicio del capitulo, puse “posible lime” porque realmente el fanfic no está finalizado, aunque me falta poco, así que no se todavía si escribiré lime, lemon, o simplemente ninguno de los dos. Personalmente, pienso que se pueden escribir buenos fanfics sin lemon.
¡Se agradecerán reviews! Cualquier pregunta que tengáis, no dudéis en decírmelo. ¡Nos vemos en el siguiente capitulo!
Disclaimer: Naruto y cía. pertenecen a Masashi Kishimoto. Yo solo tomo sus personajes para crear éste fanfic, sin ánimo de lucro.
KITSUNE NO KOKORO:
Takaita Hiwatari
Capitulo 1: “La leyenda era cierta”:
Takaita Hiwatari
Capitulo 1: “La leyenda era cierta”:
Sus ojos negros observaron por enésima vez con gesto incrédulo al “chico” malherido e inconsciente recostado en el futón que se hallaba en su habitación. Hasta ahora, a sus dieciséis años, nunca había creído esas historias y leyendas que circulaban por la aldea desde que tenía memoria. Pero ahora podía constatar con sus propios ojos que era cierto y esas criaturas realmente existían.
Con algo de duda, acercó una mano a la cabeza del otro, rozando apenas con un dedo una de las peludas orejas que sobresalían de la rubia cabellera. Ese chico… realmente… tenía orejas de zorro.
Y ahora… ¿qué se supone que debía hacer con él?
Lo más razonable que se le pasó por la cabeza había sido llamar a una persona de confianza para que curara al chico. Una amiga de la infancia: Haruno Sakura. No debería tardar mucho más en llegar.
La segunda opción más razonable que le pasó por la cabeza, fue que nadie supiera que tenía en su casa a ese chico mitad zorro. Sabía que había gente que capturaba a estas criaturas, aunque no tenía muy claro para qué. Nunca le había interesado saber sobre eso, en realidad.
Unos suaves golpes en la puerta le sacaron de sus pensamientos. Seguro que era Sakura. Con tranquilidad se puso de pie y fue a abrir la puerta corrediza de la entrada.
-Hola, Sasuke-kun.- saludó alegre, con las manos en la espalda.
-Sakura.- dijo a modo de saludo, haciéndose a un lado para darle paso.
Cerró la puerta cuando ella ingresó, y caminando delante la guió hasta su habitación.
La chica soltó una muda exclamación de sorpresa al ver al rubio en el futón, o más bien, al ver las orejas anaranjadas del chico.
-Así que era cierto.-
-¿Para qué te mentiría?- preguntó serio.
Sakura se acercó hasta arrodillarse a un lado del futón, observando minuciosamente al chico.
-Se ve algo malherido.- comentó con preocupación. –Tiene quemaduras.-
-Por eso estás aquí.-
-¿Dónde lo has encontrado?- preguntó mientras procedía a curar algunas quemaduras.
-En el bosque. Cerca del templo de Inari kami-sama.-
-¡Oh! Por esa zona hubo un incendio esta mañana.-
-Hum.- asintió con un leve movimiento de cabeza. –El muy idiota parecía estar esperando pacientemente en medio de las llamas para ser quemado vivo. Estaba allí quieto, sin moverse.-
-¿Viste el incendio?- parpadeó sorprendida. -¿Y qué hacías en el bosque, Sasuke-kun?-
Uchiha tardó unos segundos en responder. No le agradaba mucho que le interrogaran, pero la chica no dejaba de observarle fijamente con curiosidad.
-Entrenar.- contestó con simpleza.
Sasuke esperó paciente a que ella terminara de curar al kitsune. En realidad no tenía tantas heridas, así que seguramente quedó inconsciente por demasiada inhalación de humo.
-Sakura…-
-Dime, Sasuke-kun.-
-¿Qué sabes de…?- señaló al rubio con cierto desgano. –De “ellos”.-
-Bueno, se varias cosas.- contestó con cierto aire de superioridad.
-Pues entonces abrevia.-
La chica esbozó una leve sonrisa nerviosa. Había querido sorprender a Sasuke al decirle que sabía mucho sobre ese tema, pero al parecer al chico le había molestado que presumiera de sus conocimientos.
Tosió un par de veces y se aclaró la garganta antes de empezar a hablar.
-Mn… no se por donde debería empezar exactamente.- habló pensativa, llevándose una mano a la barbilla. –Hay muchas creencias sobre estos animales… o personas…- empezó dubitativa. –Se dice que son mensajeros del Dios Shinto, Inari-sama, Dios zorro patrón de las cosechas, la fertilidad y los negocios. Se dice también que la misión de los kitsunes es proteger las aldeas y bosques, y sobre todo el templo de Inari kami-sama.-
-Yo he escuchado que los kitsunes no son de fiar.- comentó con seriedad.
-Sí, eso he escuchado yo también. Pero por otra parte se comenta todo lo contrario y se dice que son fieles, incluso que algunas familias los utilizaban como sirvientes, amantes, o hasta esposas y esposos.-
-¿Amantes? ¿Esposas?- alzó una ceja levemente con elegancia, en un gesto entre burlón e incrédulo. -¿Quién haría algo así? Lo de tomarlos como sirvientes ya me parece ridículo, y más lo demás.-
-En realidad se comentan muchas cosas, pero nadie sabe nada con seguridad. Ya ves, unos dicen que son de fiar… otros dicen que no lo son…- dejó la frase incompleta, haciendo un leve ademán con la mano.
-También escuché una vez que pueden transformarse… o algo así. Eso sí que no me lo creo.-
-¿Por qué no? No creías que “ellos” existieran, y ahora mismo hay un kitsune en tu habitación.-
El chico que yacía en el futón apretó levemente los parpados al escuchar unas voces desconocidas a su lado, y segundos después abrió despacio los ojos.
-¿…dónde estoy?- susurró con voz rasposa, sentía la garganta reseca.
-¡Mira, Sasuke-kun!- habló animada. -¡Ha despertado!-
El mencionado no dijo nada. Solo se limitó a ver como los ojos azules observaban todo a su alrededor con curiosidad.
-Tranquilo, aquí estas a salvo.- siguió hablando ella al ver que el pelinegro no decía nada.
-¿Eh?- musitó mirándola. -¿Quién…?-
-¡Que color de ojos más bonito tienes!- exclamó la pelirosa.
El rubio se sonrojó levemente, y como si tuviese un muelle en la espalda, en un segundo se irguió quedando sentado. Tomó las manos de la chica con una rapidez pasmosa.
-¡Que linda eres!- exclamó todavía con la voz algo ronca. –Tú me has salvado, ¿verdad?- movió sus orejas y su cola alegremente.
-¡Oye, tú…! ¡No me tengas tanta confianza tan rápido!- se liberó del agarre con cierta brusquedad. Después de todo no sabían como era ese kitsune, aunque a simple vista no parecía peligroso.
-¡Eres mi salvadora!- cerró los ojos con una sonrisa alegre. –Te compensaré por haber salvado mi vida. ¡Desde hoy seré tu sirviente si así lo deseas!-
-¿¡¡Eeh!!?- gritó sorprendida. –N-no… oye, pequeño…- agitó las manos mientras negaba con la cabeza con una mueca tensa que intentaba ser una sonrisa. –Para empezar, no tienes porque hacer eso. Y además, yo no te he salvado.-
-¿Qué?- preguntó algo decepcionado.
-Fue Sasuke-kun quien te salvó del fuego.-
-¿Sasuke… kun…?-
En ese momento el rubio recapacitó en que antes de despertar había escuchado dos voces. Una femenina, y otra masculina. Giró la cabeza al lado contrario, encontrando a un chico de cabellos y ojos negros arrodillado junto al futón, frente a la chica. Aquellos ojos negros le observaban fijamente, con seriedad.
La mirada de ese chico no le agradaba mucho, e inconscientemente frunció el ceño y sus orejas se agacharon un poco en una pose defensiva, como esperando que aquel pelinegro le atacara en cualquier momento.
-Deja esa mirada.- instruyó Sasuke bastante serio al darse cuenta de lo que hizo el rubio.
-Sasuke-kun dice que te encontró quieto en medio del fuego.- comenzó a hablar ella. -¿Por qué no huiste? Eso es peligroso, pequeño.-
El kitsune notó que la pelirosa le hablaba como si fuese un crío, y eso no le gustó mucho. Aunque no exteriorizó esa molestia.
-Estaba esperando que él llegara.- habló serio por primera vez.
-¿Él?- repitió ella.
-Ese asesino…- apretó el cobertor que le cubría de cintura para abajo con ambas manos. Eso pareció lograr que su enojo se esfumara de repente, y formando una mueca confundida observó donde se encontraba sentado. -¿Qué es esta cosa?- alzó un poco el cobertor y lo estrujó contra una de sus mejillas. –Es suave, calentito y huele bien.-
Sasuke arqueó una ceja al ver lo que hacía el chico de las marcas en las mejillas.
-¿No lo sabes?- la chica se rascó la mejilla algo aturdida. –Eso es un cobertor.-
-¡¡Oh!!- exclamó alegre. -¡Cobertor! ¡Cobertor!- aspiró el aroma que desprendía. –Me gusta.-
-Por cierto… ¿Tienes nombre?- volvió a hablar.
-¡Claro!- dejó su repentina obsesión por el cobertor un momento para observar a la chica. –Me llamo Uzumaki Naruto.- movió levemente su esponjosa cola anaranjada, con la punta de color blanco. -¿Y tú cómo te llamas?-
-Sakura. Haruno Sakura.-
-¡Ah, Sakura! Conozco una parte del bosque donde hay muchos árboles de sakura. Tienes nombre de flor, y además tu cabello tiene el color de esa flor.-
-Sí.- contestó sencillamente, con una leve sonrisa. Señaló al pelinegro arrodillado frente a ella en el otro lado del futón. –Y tu salvador es Sasuke-kun. ¿Eso significa que te vas a convertir en su sirviente, Naruto?-
-Ni hablar.- negó. –Yo no le pedí a Sasuke-kun que me salvara.- se excusó sin dignarse a mirar al de ojos negros.
Una gotita de sudor se deslizó por la sien de Sakura. Al parecer ese pequeño zorro era un convenenciero.
-No quiero ningún sirviente.- habló por fin el pelinegro, y después observó a Naruto. –Y tú, bola de pelos, no me llames Sasuke-kun. Para ti soy Sasuke.-
-Pero ella dijo que te llamas Sasuke-kun.- se excusó. -¡¡Y no me llames bola de pelos!!-
-Ah, etto…- comenzó a decir Sakura. –Sasuke-kun es una forma cariñosa que tengo de llamarle. Con que le llames solo Sasuke está bien, Naruto.-
-¡Vale!- asintió con una sonrisa, y al instante un corto ataque de tos le impidió seguir hablando.
-¿Estás bien?- se preocupó Sakura.
-Tengo la garganta reseca. Me pica.-
-Te traeré agua.- se puso de pie al instante. –Sasuke-kun…-
-Ya sabes dónde está la cocina. Ve.- le instó, haciendo un gesto desganado con una mano.
Cuando ella salió, todo quedó en silencio. Naruto observando todo lo que había en esa habitación, y Sasuke observando al rubio.
-¿A quién esperabas en medio del fuego?- quiso saber Sasuke, comenzando a hablar con seriedad.
El rubio le observó con cierta desconfianza nuevamente. Cabello negro… ojos negros… había algo que definitivamente no le gustaba de ese chico. Le recordaba a alguien, pero no sabía decir a quien exactamente. Además que era un desconocido.
-Al asesino de mis padres.- contestó con voz seca, sin mirarle.
-¿Es de Konoha?- preguntó algo sorprendido.
La aldea más cercana al lugar del incendio era Konoha, entonces, por lógica ese asesino sería probablemente de la aldea de la hoja.
-Sí.-
-¿Sabes su nombre?- no pudo evitar que algo de curiosidad se escuchara en sus palabras.
-No. Pero sí sé cómo es físicamente, y también su apellido. –
-¿Cómo es ese tipo?-
-Tiene el cabello y los ojos negros.- comenzó a explicar. –Y su piel era tan blanca como la tuya. Cuando ese tipo luchó contra mi padre, sus ojos se volvieron rojos.-
-¿Rojos?- repitió casi al instante.
-Sí. Cuando eso ocurrió yo era pequeño, pero lo recuerdo como si fuese ayer.-
-¿…y su apellido?- preguntó con cierta impaciencia disimulada. Tenía un mal presentimiento de todo eso.
-Uchiha.- soltó con acidez. –He tenido que esperar hasta ahora para poder vengarme. Cuando aquello sucedió, no tenía poder suficiente para matarle. Ni siquiera tenía dos colas, y no podía tomar correctamente mi apariencia humana. Y ese Uchiha es realmente fuerte. Pero ahora seguro que soy mucho más fuerte que él.- habló con seguridad. –He entrenado mucho todos estos años.-
El silencio inundó la habitación unos breves segundos. Sasuke intentaba procesar todo lo que el rubio había dicho, aunque era demasiada información importante en muy poco tiempo.
Le llamó la atención el tema de las colas. Según las historias de los ancianos de Konoha, los kitsunes iban ganando una cola cuanto más fuertes se volvían, hasta tener finalmente nueve colas. Los kyuubi eran tan fuertes, que podían ser considerados como dioses.
-No es que me interese mucho, pero…- Sasuke rompió aquel silencio.
-¿Qué?-
-¿Cuántas colas tienes ahora?-
-¡Siete!- exclamó con una sonrisa orgullosa.
-Hm… Realmente no lo aparentas. No te ves fuerte para nada.-
-¡¡Repite eso y probarás mi furia!!- lo fulminó con la mirada.
-¿Estás seguro de que… es un Uchiha el asesino de tus padres?- preguntó sin inmutarse con el enojo del kitsune.
-No lo olvidaría ni en un millón de años.-
-Ya veo.- murmuró serio.
-Ese hombre podía controlar el fuego. ¿¡Puedes creerlo!?-
-Seh… supongo que sí. Si tú lo dices…- intentó sonar desinteresado.
-¡Sí! Créelo.- insistió.
-¿Y sabes porque mató a tus padres?-
En otra situación, a Sasuke no le habría interesado lo más mínimo la situación del kitsune, pero… ¡Rayos! ¡Estaba diciendo que el asesino era un Uchiha! ¿Cómo no iba a sentir curiosidad?
-Sí.- frunció levemente el ceño. –Sí lo sé. Ese… Uchiha…- soltó el apellido de forma venenosa. –Una vez quedó atrapado en un incendio en el bosque, cuando practicaba con una de sus técnicas de fuego, y mi madre le salvó de morir. Desde ahí, ese tipo se encaprichó con mi madre y quiso convertirla en su sirviente, pero parece ser que después su capricho creció y quería convertirla en su esposa. Y entonces pensó que volviendo a estar en peligro, mi madre le volvería a salvar. Así que provocó un incendio con esa técnica suya y mi madre le salvó nuevamente, pero él aprovechó y la capturó. ¡El muy maldito…!- masculló.
-Siento haber tardado tanto.- sonrió apenada Sakura, entrando en la habitación con un vaso de agua en la mano.
-¡Hola, Sakura-kun!- sonrió Naruto.
-¿Sakura… kun?- sonrió ella con un tic en la comisura de la boca.
-Dijiste que a él le llamabas Sasuke-kun porque era una forma cariñosa de hacerlo. Así que como eres tan amable conmigo, serás Sakura-kun.-
-Sería mejor llamarla Sakura-chan.- opinó Sasuke sin mucho interés, cruzándose de brazos.
-¡Sakura-chan suena muy bien!- agitó levemente la cola, chocándola contra el futón. -¡Sakura-chan! ¡Sakura-chan!-
A Sasuke le llamó la atención como el rubio podía pasar en segundos de estar extremadamente feliz, a esa expresión tan seria. Si él estuviese en su lugar, ciertamente no tendría ni ganas de sonreír. A no ser… que las sonrisas de ese kitsune fuesen fingidas.
-Aquí tienes, Naruto.- se arrodilló junto al futón, alcanzándole el vaso de agua.
-¿Qué es esto?- preguntó cogiendo el vaso con duda.
-Agua.- contestó con simpleza, pero a la vez con tono obvio.
-El agua está dentro de esta cosa, y no puedo beberla.- formó una expresión de puchero sobreactuado, observando a la chica.
-¿Nunca has visto un vaso?- parpadeó sorprendida.
-En el bosque donde vivo, no hay de estas cosas.- se acercó el vaso a la boca y sacando la lengua empezó a lamer el agua, pero como él no solía beberla así, se cansó rápido. Aunque sirvió para aclararle un poco la garganta y que su voz sonara bien. –Sería más fácil beberla del río, cogiéndola con las manos. ¡Aunque últimamente los humanos lo han ensuciado mucho!- protestó frunciendo el ceño.
Sakura le enseñó a Naruto a beber en un vaso, cosa que aprendió rápido ya que no tenía gran ciencia.
-Por cierto, Sakura-chan... ¿Dónde estoy?- observó a su alrededor nuevamente. -¿Esto es tu casa?-
-No. Estas en Konoha, en casa de Sasuke-kun.-
-¡¡Konoha!!-
Con una rapidez increíble, el kitsune se puso de pie provocando que Sasuke y Sakura se apartaran un poco para evitar que el cobertor les golpeara en la cara.
-¡Oye!- protestó ella por la efusividad del otro. -¿Se puede saber que te…?-
-¡Me tengo que ir!- apenas avanzó un par de pasos cuando se detuvo en seco al ver las ropas que llevaba. -¡¡Esta no es mi ropa!!- gritó como si fuese un detalle que nadie hubiese notado.
-Tu yukata estaba tan quemada que quedó inservible.- habló Uchiha sin inmutarse ante el escándalo del otro. –Te puse ropa mía.-
-¿¡Tú me desnudaste!?- se enfadó, señalándole de forma acusadora.
-No me señales.- ordenó ceñudo. –Y no hagas tanto drama, que yo debería ser quien esté enojado. Tuve que hacerle un agujero a mis pantalones en…- bufó de forma sonora. –“Ahí”, para que pudieras sacar tu cola. Así que han quedado inservibles para mí.-
Naruto miró con un mohín de disgusto sus nuevas ropas: Pantalón negro, y una camiseta del mismo color con unas espirales rojas cerca de los hombros. No le gustaba el color negro, le recordaba a los ojos del asesino de sus padres.
Se fijó en que Sasuke llevaba exactamente la misma ropa que él, solo que a Sasuke las mangas le quedaban un poco más arriba de las muñecas, mientras que a él casi le quedaba grande.
-No me gusta.- murmuró bajando un poco las orejas.
-Tsk…- fue todo lo que “dijo” Sasuke, rulando la mirada con aburrición.
-Naruto, ¿no pensarás salir así tal cual? No creo que sea bueno que la gente te vea. No sabemos como podrían reaccionar.-
-¡No te preocupes por mí, Sakura-chan!- sonrió feliz, alzando las orejas nuevamente. –Si alguien intenta lastimarme no podrá hacerlo. ¡Soy muy fuerte!- inspiró hondo, hinchando el pecho con orgullo mientras llevaba las manos a la cintura.
-¿En serio?- preguntó nada segura. –Ahí afuera hay ninjas realmente fuertes. ¿Cuántos años tienes? Aparentas ser más o menos de nuestra edad. No.- se contradijo al instante. –Seguro eres menor que nosotros.- afirmó.
-¿Cuántos años tienes tú?- le contestó con otra pregunta, sonriendo levemente.
-Sasuke-kun tiene dieciséis años, y yo diecisiete. Ambos somos chuunin. ¿Tú también tienes dieciséis? O tal vez… ¿Catorce?-
-No. Tengo un poquito más, je…- se rascó la nuca algo apenado.
-¿¡Eres mayor!?- se sorprendió. –No me lo creo.-
-Tengo ciento dieciséis años.- se animó a decir, sin dejar de rascarse la nuca. –Je, je…-
Un largo silencio quedó en la habitación después de que Naruto dijera aquello. Incluso Sasuke no pudo ocultar su expresión de sorpresa. Ambos observaban fijamente al rubio que no dejaba de sonreír, aunque ésta se volvió algo tensa al sentir las fijas miradas sorprendidas sobre su persona.
-Él dijo…- susurró Uchiha.
-¿Un poquito más?- añadió ella a la frase incompleta del otro.
-¡Na! ¡Na…!- unas gotitas de sudor se deslizaron por las sienes del rubio. Señaló a Sasuke antes de continuar hablando. –Pero si le quitamos el “ciento”, casualmente tengo la misma edad que él, ¿…no?-
-¡¡Ni de coña!!- gritó Sakura. -¡Eres un viejo decrépito con apariencia de niño!-
El rubio quedó en shock al escuchar eso, y con dramatismo se dejó caer al suelo, quedando a cuatro patas.
-Sa-Sakura-chan me llamó…- susurró con aire depresivo. –Es cruel… Aunque es normal, después de todo ella también es humana. Todos los humanos son crueles.-
-¿Naruto?- preguntó al escucharle susurrar cosas in entendibles.
-Y yo que te había elegido para formar mi familia...- la miró con falsos ojos llorosos, intentando enternecer el corazón de la chica con su actuación. –Aunque Inari Kami-sama me castigaría después por hacer eso.-
-¿¡Qué!?- gritó tan fuerte que hasta los cimientos de la casa retumbaron. -¡¡Ni hablar!! ¡Eres un viejo!-
-¡No soy un viejo!- sus falsas lágrimas desaparecieron al instante, formando una expresión de enojo. -¡Soy muy joven todavía!-
-¡Eso ni tú te lo crees!- le discutió. -¡Además, a mí me gusta Sasuke-kun…!- enmudeció al darse cuenta de que había hablado de más, y se ruborizó por completo.
-¿¡Aah!?- también gritó el rubio. –No puede ser.- dejó caer la cabeza hacia delante, deprimido nuevamente. Esta vez sus orejas y su cola también decayeron.
Sasuke cerró los ojos con un leve tic en la ceja por tanto grito. La “declaración” de Sakura no fue nada inesperado, la chica no era precisamente un as disimulando cuando estaba frente a él.
-Yo…- balbuceó Sakura poniéndose de pie. -¡Tengo que irme!- y caminando con cierta prisa salió de allí.
-¡Espera, Sakura-chan…!- estiró el brazo hacia ella, pero como respuesta recibió el portazo que dio ella al salir. –…llévame contigo.- finalizó la frase casi en un susurro. -¿Por qué los humanos son tan…?- masculló ceñudo.
-¿Tan… como?- preguntó el pelinegro abriendo los ojos.
-¡¡Así!! ¡Ha salido corriendo sin razón!-
El pelinegro suspiró hondo y se llevó una mano a la frente, negando con la cabeza levemente.
-Por eso no me gusta tratar con humanos.- se cruzó de brazos.
-¡Oe, tú…!- le miró serio.
-Los humanos no son buenos.- desde su lugar, cerca de la puerta, observó a Sasuke nuevamente con desconfianza. –Yo… apenas he tratado con humanos, casi nada. Pero nosotros os salvamos cuando estáis en problemas, o a punto de morir, y vosotros nos lo agradecéis capturándonos o matándonos. Y en el peor de los casos, las dos cosas.-
-No todos los humanos somos malos.- le discutió con voz neutra, obviamente incluyéndose él.
-¡Claro que sí! En toda mi vida he tratado con menos de cinco humanos, y ninguno de ellos me ha parecido bueno.-
-¿En ciento dieciséis años has tratado a tan pocos humanos?- se desconcertó.
-Evito tratarlos. No puedo dejar que ningún humano me mate hasta vengar la muerte de mis padres. Hace años… cuando tenía que salvar a algún humano en el bosque, intentaba hacerlo de forma que no me vieran, y me fue bien. Pero hace mucho que dejé de salvarlos. Hace más o menos cien años, los humanos eran buenos, ¡incluso nos agradecían dejándonos comida en el bosque! Y a veces los niños iban allí para jugar con nosotros. Pero con el paso del tiempo se han vuelto seres oscuros y no me gustan. ¡Solo buscan poder!-
-O sea, que ahora mismo, ¿piensas que quiero matarte?- aseguró en una pregunta.
-Si hubieses querido matarme, no me habrías salvado del fuego. ¡Eso es ridículo!-
-¿Y si te he salvado porque quería matarte yo mismo?- con un gesto tranquilo, apoyó el codo en una de sus rodillas y recargó la mejilla en su puño cerrado, observando fijamente al otro. –He escuchado que si bebes la sangre de un kitsune, te vuelves increíblemente poderoso.-
Los ojos azules temblaron levemente. Naruto no supo identificar el tono de la pregunta de Sasuke, pero lo que sí hizo fue poner una pose defensiva al tiempo que gruñía levemente.
-¡Lo sabía!- afiló su azulada mirada. –Eres igual que él… ¡También eres un asesino! ¡Lo supe desde que te vi nada más despertar! ¡Si incluso tienes el mismo color de pelo y ojos que ese Uchiha!-
Sasuke parpadeó al escuchar eso. Naruto le estaba comparando con el asesino de sus padres, que casualmente también era un Uchiha, sin conocerle siquiera. Eso le molestó, aunque reconocía que él se lo había buscado al decir aquello.
-Solo bromeaba, dobe.- dijo finalmente, sin moverse.
-¡Odio a los humanos!- casi gritó, sin abandonar su pose defensiva.
-Y yo odio a los dobes, así que creo que es mutuo.- se encogió de hombros.
-Quiero salir de aquí. ¡Sácame!- le ordenó.
-…que yo no quiera matarte, no significa que los que están ahí afuera no lo vayan a hacer al verte.-
-¡Ya dije que soy fuerte! ¡Y además… puedo esconder mis orejas y mi cola si quiero!-
-Aja…- murmuró sarcástico.
El rubio frunció el ceño y cerró los ojos fuerza, concentrándose, y aunque tardó varios segundos, sus orejas desaparecieron, dejando paso a unas orejas humanas en su lugar. Y la cola también desapareció.
Sasuke parpadeó sorprendido, sin decir nada.
-¿Ves?- se pasó el brazo por la frente. Aquello le había costado mucho esfuerzo. –Ahora sácame.-
-Mn…-
-¿Y ahora qué?- se impacientó.
-Tus orejas y tu cola están ahí de nuevo.- señaló con un movimiento de cabeza.
-¡No puede ser!- se tocó las peludas orejas para confirmarlo. -¡Maldición! No estoy acostumbrado a hacer esto. Es la primera vez que lo hago.- se excusó.
-Cuéntale tus excusas a quien le interese.-
Naruto frunció el ceño y decidió que lo mejor era ignorar a ese idiota y largarse de ahí. Hacía tantos años que no trataba con un humano, que ya había olvidado lo desagradables que eran. Se encaminó hacia la ventana abierta y se subió al alfeizar. Sin decir nada, ni mirar atrás, saltó.
Cayó con agilidad al suelo. Volvió a cerrar los ojos, concentrándose para volver a ocultar sus orejas y cola. No podía andar por la aldea así, lo que menos quería era llamar más la atención. Se palpó la cabeza, sonriendo alegre al comprobar que habían desaparecido.
-¡Perfecto! No ha sido tan difícil después de todo. Me voy a casa.-
-¿Quién eres?-
Naruto se tensó un segundo al escuchar la inesperada voz tan cerca de él. ¿Y si le había visto esconder sus rasgos zorrunos? A unos pasos frente a él, se hallaba un chico alto, de ojos y cabello negro y largo recogido en una coleta baja. Tenía unas curiosas marcas bajo los ojos, algo así como unas ojeras.
-Estas en mi propiedad.- volvió a hablar el desconocido. -¿Qué haces aquí?-
El otro no contestó, sino que optó por ponerse en una pose defensiva. Ese chico tampoco le agradaba. También tenía los ojos y el cabello negro, se parecía mucho a Sasuke y al asesino de sus padres. ¿¡Es que todos en Konoha tenían el cabello y los ojos negros, o qué!?
-No voy a hacerte daño.- avisó al ver lo que hacía el rubio. -¿Eres de Konoha?- arqueó una ceja, ya que aunque llevaba ropas de la aldea, no encontraba el protector por ningún lado. Ese chico aparentaba tener más o menos unos trece años, así que debería de ser un shinobi. Además que el rubio iba descalzo y ese era otro detalle que le llamó la atención.
El kitsune pensó que aquel tipo le quería engañar al decir que estaba en su propiedad. Seguramente sí quería hacerle daño.
-Esta casa es de Sasuke. ¡Mentiroso!-
-Ya veo…- pareció no ofenderse. –Eres amigo de Sasuke. Eso lo explica todo.-
-¿Le conoces?- por un segundo olvidó su pose defensiva.
El pelinegro asintió con un suave movimiento de cabeza. Naruto permaneció en silencio, aunque rápido reaccionó y pensó que lo mejor sería irse de allí. No sabía por cuánto tiempo más podría ocultar sus orejas y cola.
Sin decir nada, esquivó corriendo al otro. Itachi volteó para seguir al chico con la mirada, pero cuál fue su enorme sorpresa al ver una esponjosa cola anaranjada y blanca contornearse mientras aquel rubio corría.
No podía creer lo que veía. ¡Un kitsune!
-¡Detente!- ordenó siguiéndole.
Naruto, al notar que aquel chico le seguía, aceleró el paso. Agradeció que pudiese correr mucho más rápido. Pero a pesar de ir corriendo tan rápido, se percató de que todo el mundo le miraba a su paso y pensó que sería porque nunca le habían visto en la aldea. Pero la realidad era que todo el mundo le observaba por sus llamativas orejas y cola zorruna, además de que era perseguido por Uchiha Itachi.
No se detuvo hasta que llegó al bosque, allí se sentía seguro. Se escondió dentro de unos arbustos, a pesar de que era incómodo. Permaneció en total silencio unos segundos, hasta que sintió un fuerte tirón en su cola que le obligó a salir de los arbustos, chocando su espalda bruscamente contra el suelo.
-¡Auch! Mi cola.- se sentó con pesadez y llevó la cola hacia el frente, abrazándosela. -¿Qué rayos fue eso?-
-Así que esa cola es de verdad.-
-¡No puede ser!- masculló tensándose al escuchar esa voz a su espalda. Volteó, encontrando al chico pelinegro otra vez. -¿Cómo me has encontrado?-
-Era imposible que pasaras desapercibido con esa cola sobresaliendo del matorral.- permaneció en silencio unos segundos, escaneando al rubio con la mirada. –Realmente existen los kitsunes.- comentó.
Naruto se palpó con cierta pereza la cabeza, tocando sus peludas orejas. No sabía en qué momento habían decidido salir, pero era molesto que tres humanos ya le hubiesen descubierto en un mismo día.
-No me gustas.- le dijo poniéndose de pie con el ceño fruncido. –Déjame en paz. ¡No me sigas más!- apenas avanzó unos pasos corriendo, se tuvo que detener en seco cuando un kunai le pasó rozando la frente con velocidad hasta clavarse en la corteza del árbol junto a él. Algunos rubios cabellos del flequillo danzaron un poco en el aire hasta descender al suelo. Observó con cierto estupor al desconocido, sin atreverse a pestañear siquiera. –“Quiere matarme.”- pensó asustado.
-¿Tienes nombre?-
-Na… ruto.- balbuceó estático en su lugar. –Naruto.- repitió de forma audible para el otro.
-¿Estas asustado, Naruto-kun?- preguntó calmado.
El rubio negó moviendo apenas la cabeza. Aun así, para Itachi era obvio que aquel kitsune estaba asustado, ya que sus orejas estaban tan gachas que casi quedaban ocultas por el rubio cabello, y su cola estaba levemente metida entre las piernas.
-Bien. Entonces no tendrías problema en pelear conmigo, ¿verdad, Naruto-kun?-
-¿Pelear?- le miró sorprendido. –“Si me mata, no podré encontrar al asesino de mis padres.”- pensó tragando saliva con dificultad. –Los kitsunes no peleamos con los humanos. Los ayudamos cuando están en problemas, y protegemos las aldeas y bosques. Tenemos prohibido dañar a los humanos.-
Él siempre había presumido de ser fuerte, pero nunca había tenido una batalla real. Siempre había entrenado sólo, usando blancos inmóviles como árboles, rocas, y cosas así. Y siempre pensó y se aseguró que el único humano con el que lucharía, y que mataría, sería al asesino de sus padres.
-Vamos a pelear, Naruto-kun.-
-¡No me llames así! ¡Y no puedo pelear contigo!-
-¿No puedes? ¿O no quieres?- se llevó las manos a la cintura en un gesto tranquilo, pero algo presumido. –Vamos, te doy la oportunidad de atacar primero.-
Naruto apartó la mirada del otro. No pensaba pelear con él por nada del mundo. Él tenía que seguir vivo, y ese chico se veía bastante fuerte, al menos eso aparentaba.
-¿No quieres?- afirmó en una pregunta. –Oh, qué falta de educación la mía. No te he dicho mi nombre, Naruto-kun.-
-No me interesa.- le dijo sin mirarle todavía.
-Me llamo Itachi. Uchiha Itachi.-
El ceño de Naruto se frunció al instante, clavando una mirada afilada en el pelinegro. Sus pupilas se rasgaron levemente debido al enojo.
-“¡Uchiha...!”-
-No sabía que mi tonto hermano menor tuviese por amigo un kitsune. Eso sí que es una sorpresa. Se suponía que él nunca ha creído en estas cosas.-
-“¡¡Sasuke es un Uchiha también!!”-
Dejándose llevar por la rabia que sentía, Naruto cogió el kunai clavado en el árbol junto a él y corrió hacia Uchiha.
Itachi se apartó con elegancia a un lado, sin darle demasiada importancia al ataque, pero no contó con que el otro sería bastante veloz y giraría sobre sus pies, rasgándole con el kunai la bolsa trasera donde llevaba su equipamiento ninja. Todas sus armas, bombas de humo, pergaminos y demás cosas, fueron a parar al suelo.
-“Es rápido.”- pensó el pelinegro. Se alejó un poco del rubio al tiempo en que activaba su sharingan.
-Esos ojos…- susurró el kitsune deteniéndose en seco, algo asustado, pero intentó no dejarse amedrentar. –Eres tú… ¡Tú eres quien he estado buscando!-
-¿Mn?- arqueó una ceja sin entender que quería decir el otro.
El kitsune volvió al ataque. Sus ojos también se volvieron rojos al tiempo que corría hacia Itachi, pero éste consiguió desarmarle rápidamente con pocos y certeros movimientos.
-¿Dónde están los otros kitsunes?- preguntó evitando los golpes que intentaba propinarle el más pequeño. De momento no atacaría, primero quería probar que fuerza tenía aquel kitsune, que estaba seguro que sería mucho más que eso.
-¡¡No hay más kitsunes aquí!!- saltó, intentando arañarle la cara con sus largas uñas, pero el otro le esquivó. -¡Todos se fueron por tu culpa! ¡¡Asesino!!-
-¿Asesino…?- repitió casi en voz baja.
Uchiha notó que la fuerza de Naruto crecía a cada instante en sus ataques, pero se sentía tan rabioso que no era capaz de atacar con precisión y desperdiciaba la energía empleada en sus ataques. Aquel kitsune se estaba enojando, y él ni siquiera entendía porque.
-¿Esto es todo lo que tienes?- preguntó con cierta decepción.
Naruto tembló al aumentar su rabia y coraje. Para ese Itachi, él no era más que un entretenimiento. A pesar de todo lo que había entrenado, no estaba a la altura de ese tipo, así que tendría que liberar más colas.
-¿Cuántas colas tienes, Naruto-kun?- preguntó, como si supiese lo que estaba pensando el otro. -¿Eres un kyuubi?- en su voz se notó bastante interés.
-Todavía no.- contestó solo la última pregunta. -¡Pero aun así te venceré!-
Al escuchar eso, Itachi pareció perder completamente el interés por pelear con el rubio, ya que dejó de lado su actitud defensiva y dejó caer sus brazos tranquilamente a ambos lados de su cuerpo.
-Entonces, no estoy interesado en pelear contigo.-
-¿¡Qué!?- gritó.
No recibió respuesta, pero vio incrédulo como Uchiha se daba la vuelta dispuesto a irse. Gruñó de forma audible, al tiempo en que poco a poco aparecían dos nuevas colas. Sus colmillos crecieron un poco y las marcas de sus mejillas se acentuaron. ¡¡Ese asesino le estaba subestimando porque no era un kyuubi!! Pues él le demostraría que siendo un sanbi, le derrotaría sin problemas.
CONTINUARÁ…
¡¡Hola!! ¡Uf…! Hace muchísimo tiempo que no publicaba nada, esto me trae recuerdos, jeje…
Lo dejo hasta aquí, no quiero alargarlo demasiado y que la lectura se vuelva tediosa.
En la advertencia al inicio del capitulo, puse “posible lime” porque realmente el fanfic no está finalizado, aunque me falta poco, así que no se todavía si escribiré lime, lemon, o simplemente ninguno de los dos. Personalmente, pienso que se pueden escribir buenos fanfics sin lemon.
¡Se agradecerán reviews! Cualquier pregunta que tengáis, no dudéis en decírmelo. ¡Nos vemos en el siguiente capitulo!
Última edición por Takaita Hiwatari el Lun Jul 12, 2010 4:58 am, editado 1 vez
Takaita HiwatariNuev@ - En mi mundo imaginario y yaoi de Naruto
37 11
1
31/12/2009
SasukexNaruto
NarutoxSasuke
Naruto, Beyblade G-Revolution, Junjou Romantica, Inuyasha...
Naruto Shippuden
130 円
Emparejar a Sasuke con Naruto de cualquier forma posible
Re: Kitsune no kokoro [Capitulo 2]
vaya..... creia que a quien buscaba era a itachi, me ekivoke e.é al parecer busca a madara ¬¬ Neeee ya kiero contiii k pasara con sasu y naru? habra yaoi? seh? *w*!!
NaokoUchihaTemporal - 30 87
2
26/04/2010
-SasuNaru *0* <3 <-- preferida ante todas
-ItaSasu *w*
-NejiHina ^w^
-LeeSaku ^0^
-KakaIru *-*
-ItaDei *3*
-ItaSasuNaru *¬*
Naruto, Dragon Ball, Mermaid Melody, Boku no Pico *¬* Yu Yu Hakusho, Loveless, Gravitation *q*, Hayate no gotoku >w<
Happy~(L)
5 円
Re: Kitsune no kokoro [Capitulo 2]
Muy buen fic..me encanto espero la conti haber si pasara algo con saskue & naruto..salu2!
Hibari KyoyaObseso - J O D E T E =DD
27 584
63
14/01/2010
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360 円
-
Re: Kitsune no kokoro [Capitulo 2]
oooooooo k padre esta el fic!!!!!!!!!
Gracias!!!!! Ya kiero la continuacion me muero de curiosidad por saber que sigue!!!
Nos leemos!!!
Pobre naru pero kien fue ese Uchiha????
Gracias!!!!! Ya kiero la continuacion me muero de curiosidad por saber que sigue!!!
Nos leemos!!!
Pobre naru pero kien fue ese Uchiha????
marizu194Temporal - En mi casita jajaja!!!
30 125
17
12/05/2010
sasunaru, Itadei, Shiokiba , kakairu
Naruto!!!
700 円
Mmmm leer sasunaru y molestar a mi aniki!!!
Re: Kitsune no kokoro [Capitulo 2]
KITSUNE NO KOKORO:
Takaita Hiwatari
Capitulo 2: “El final de la venganza”:
Takaita Hiwatari
Capitulo 2: “El final de la venganza”:
El ojiazul no sabría explicar muy bien como ocurrió todo, pero cuando se quiso dar cuenta estaba tirado en el suelo boca arriba, con Itachi sujetándole firmemente el rostro para asegurarse de que le veía a los ojos. Al tener esos ojos rojos con tres pequeñas comas negras en un interior tan cerca, los odió mil veces más.
Alzó una mano al aire, deseando darle un zarpazo con todas sus fuerzas en los ojos. Tal vez no era lo bastante poderoso como para matarle, pero se aseguraría de dejarle lo suficientemente dañado.
Para su mala suerte, Uchiha reaccionó a tiempo y de un salto se apartó hacia atrás, quedando de pie frente a él.
-Te pido que no intentes dañar mis ojos de nuevo, Naruto-kun.- habló serio.
-¡¡Odio tus ojos!!- le gritó poniéndose de pie para volver a atacarle.
-¿Odiarlos?- preguntó con rostro inexpresivo, observando lo que hacía el otro. –No insistas. Ya te he dicho que no estoy interesado en pelear contra ti.-
-¡No te irás de aquí!- corrió hacia él. -¡¡Te mataré, Uchiha!!-
El pelinegro frunció levemente el ceño. Junto a sus pies halló una de sus bombas de humo. Rápidamente tomó una y la lanzó cuando Naruto estaba a unos pasos de él.
-¿Q-qué…?- balbuceó sorprendido, deteniéndose en medio de la nube de humo. Sus tres colas se movían de forma errática debido al desconcierto. Se cubrió la boca con un brazo cuando empezó a toser. -¿Qué es éste humo? No hay fuego. ¿De dónde ha salido?-
Naruto no pudo reaccionar cuando de entre el espeso humo vio aparecer a Itachi con gran velocidad. Sintió una de las manos del más alto sujetarle por la nuca y atraerle hacia él, quedando su rostro a escasos centímetros del otro. Nuevamente tenía esos ojos odiados tan cerca.
Pero no tuvo tiempo de pensar nada más cuando vio los ojos de Itachi cambiar de forma.
-¡Mangekyou Sharingan!-
Naruto abrió la boca, incapaz de emitir sonido alguno. Cerró los ojos con fuerza y se llevó las manos a la cabeza al sentir un terrible e intenso dolor.
El kitsune abrió los ojos, percibiendo que se encontraba en una parte del bosque que hacía más de cien años no había visitado. Había una cueva frente a él. En esa cueva vivió con sus padres.
-Yo… ¿Qué hago aquí?- se susurró desconcertado.
-Deja libre… a Kushina…-
Las orejas peludas de Naruto se alzaron al instante cuando reconoció aquella voz que en ese momento se escuchó débil.
-Papá…- susurró emocionado.
Al voltear, un grito quedó ahogado en su garganta al ver a su padre bastante malherido, y a unos pasos de ahí, dándole la espalda, vio a su madre siendo retenida por los brazos de aquel Uchiha que tanto odiaba.
-Ella ahora es mía.- habló el pelinegro. –Y si para que dejes de molestar tengo que matarte, lo haré. Además, me parece interesante matar a un kyuubi.- sonrió burlón, sabiendo que el rubio no atacaría mientras utilizara a la mujer como escudo. Sus ojos rojos emitieron un leve brillo de diversión y malicia. Con rapidez liberó a la pelirroja al tiempo en que desenvainaba una espada y saltaba sobre el otro. -¡¡Muere!!-
Minato se preparó para recibir el ataque y poder contraatacar, ahora que no utilizaba a Kushina como escudo tal vez podría darle algún golpe certero. Aunque ese Uchiha era fuerte.
-Cualquier cosa que quieras hacer, es inútil. El kyuubi es débil frente a un Uchiha.-
-¡¡No…!!- gritó Naruto con desesperación, pero nadie parecía escucharle. -¡¡Papá!! ¡¡Mamá!!- se cubrió el rostro con ambas manos, sabiendo que pasaría después, y él no quería volver a ver aquello.
Uchiha se preparó para atravesarle el pecho con su espada a Minato, pero no contaba con que Kushina se abrazaría al rubio, protegiéndole con su cuerpo. El pelinegro no pudo detenerse a tiempo aunque hubiese querido, y acabó atravesando el pecho de ambos con la espada, aunque solo perforó el corazón del rubio. A la pelirroja le dañó la parte derecha del pecho.
Naruto sintió un líquido caliente manchar sus manos y la parte de su rostro que quedaba descubierta. Y él lo sabía, era la sangre de sus padres.
-¿¡Así que prefieres morir antes que quedarte conmigo!?- se escuchó furiosa la voz del pelinegro. -¡Pues entonces muere tú también!-
El pequeño kitsune se encogió levemente al escuchar el desgarrador grito de dolor de su madre acompañado del sonido de la espada clavándose en su carne nuevamente. Separó levemente los dedos para observar entre ellos de forma temblorosa, hallando los cuerpos de sus progenitores sin vida tirados en el suelo sobre un charco de sangre.
-¿Po-porque estoy viendo esto otra vez?- susurró de forma inaudible, sintiendo las lágrimas agolparse en sus ojos con rapidez. -¿Porqué?-
-¡Hum…!- sonrió con sorna el Uchiha, volviendo a coger su espada. La sacudió una vez, con fuerza, para retirar el exceso de sangre de la hoja. -Después de todo no me has servido de nada.- comentó, mirando a la pelirroja.
Cuando las lágrimas descendieron por sus mejillas, dejándole la visión más clara, ya no estaba frente la cueva. Ahora estaba donde había peleado contra Uchiha Itachi. Nuevamente le dolía la cabeza, y apenas podía mantener los ojos abiertos. Lágrimas corrían sin control por su rostro. Intentó levantarse del suelo, pero no tenía fuerzas suficientes para hacerlo.
¿Qué había sido todo eso? ¿Un sueño? No. Más bien una pesadilla muy nítida.
Su cuerpo tembló levemente, totalmente agotado, sintiéndose incapaz de seguir con su apariencia semihumana por más tiempo. Volvió a cerrar los ojos con pesadez, esta vez siendo un pequeño zorro de pelaje naranja claro, con las puntas de las orejas y la cola de color blanco.
.:KITSUNE no KOKORO SasukexNaruto KITSUNE no KOKORO:.
Cuando Itachi llegó a su casa, lo primero que hizo fue dirigirse a la habitación de Sasuke. Como la puerta estaba abierta, ingresó sin más, pero su hermano no estaba allí. En cambio vio un futón extendido junto a la cama de Sasuke, con el cobertor bastante lejos de éste.
Se arrodilló junto al futón, observándolo minuciosamente, como esperando encontrar algo. Y efectivamente, algo halló: un corto pelo de color rubio.
-Es de Naruto-kun, sin duda.- se susurró, incorporándose.
-Nii-san, ¿cuándo has llegado?- preguntó Sasuke desde la puerta de su habitación. Llevaba ropa más cómoda, una toalla colgada sobre los hombros y tenía el cabello algo húmedo después de su reciente baño.
-Ahora mismo.- contestó mirándole.
-Te esperaba desde hace horas. Antes de marcharte a la misión, dijiste que regresarías al décimo día por la mañana, y ya casi es de noche.- se revolvió los cabellos con una mano por detrás, queriendo despeinarlos un poco. -¿Ha habido algún problema en la misión?- preguntó con aire casual, adentrándose en la habitación.
-Ninguno.- fue toda su respuesta. –Sasuke… ¿Quién ha dormido aquí en mi ausencia?-
-Nadie.- respondió sereno.
-¿Y qué hace ahí ese futón?-
-Lo saqué… para poder buscar una cosa en el armario.-
-¿Una cosa?- repitió.
-…unos kunais que guardé ahí hace tiempo.- dijo finalmente.
-Un armario no me parece el lugar indicado para guardar las armas, Sasuke.-
-Ya… Ya…- ruló la mirada con aburrición mientras se aceraba y empezaba a enrollar el futón con cierta prisa para después guardarlo en el armario junto con el cobertor.
-Sasuke…-
-¿Y ahora qué?-
-¿Recuerdas cuando eras pequeño y te hablaba sobre los kitsunes de Inari-sama?-
El menor se detuvo unos segundos antes de cerrar el armario. Volteó a ver al mayor con cierto aire de intriga y desconfianza a la vez.
-Más o menos… ¿Por qué?-
-Recuerdo que por aquel entonces me dijiste que no creías que los kitsunes existieran. Pero ahora… ¿Lo crees?-
-No. Sigo pensando que son cuentos fantasiosos para niños que no quieren dormir.-
Itachi observó con fijeza a su hermano al escuchar esa respuesta. Sasuke mentía.
-Sasuke…- le llamó. –Si alguna vez, por casualidad vieras un kitsune…-
-Ya te he dicho que no creo en…- interrumpió, pero él también fue interrumpido por su hermano.
-Me lo dirías, ¿verdad? Sabes que desde hace años deseo encontrar a un kyuubi para medir mi capacidad.-
-No te lo diría porque nunca voy a ver un estúpido kitsune, porque… no existen.- recalcó.
-Claro, Sasuke… Como digas.- le observó unos segundos antes de salir de allí.
El menor frunció el ceño. Todo aquello había sido muy raro. De la nada Itachi llega hablando sobre kitsunes y kyuubis. Pero era imposible que él supiera algo sobre lo ocurrido en su casa esa tarde si él acababa de llegar ahora después de haber estado fuera diez días en una misión… ¿Verdad?
.:KITSUNE no KOKORO SasukexNaruto KITSUNE no KOKORO:.
A la tarde siguiente, Sakura y Sasuke caminaban por las calles de Konoha con tranquilidad. Hacía unos minutos se habían despedido de Sai y Kakashi sensei. Acababan de llegar de una misión.
-Ne… Sasuke-kun.- le llamó dubitativa, observándole de soslayo con cierta timidez. Todavía se sentía algo avergonzada por lo ocurrido la tarde anterior en la casa del pelinegro. -¿Te apetece que salgamos esta noche? Mn… ya sabes… una cita.- se atrevió a decir. Después de todo Sasuke ya sabía sobre sus sentimientos.
-No.- fue todo lo que dijo, sin dejar de mirar al frente.
La chica se quedó de piedra un instante, pero rápido reaccionó.
-Oh, entiendo. Hoy estas ocupado. ¿Entonces salimos mañana?- preguntó con una sonrisita forzada.
-Tsk…-
Estaba por contestar con otra negativa, cuando una pareja de ancianos se detuvieron frente a él, cortándole el paso.
-Sasuke-kun, ¿es cierto lo de Itachi?- preguntó la anciana.
-¿Mn?- arqueó una ceja, sin entender la pregunta.
-Dicen que ayer capturó un kyuubi.- habló esta vez el hombre de voz algo ronca.
-¡No era un kyuubi!- le discutió su mujer. –Yo solo le vi una cola cuando pasó corriendo junto a mí. Era un ichibi.-
-¿Qué?- logró articular Sasuke.
-El caso es que… Sasuke-kun…- volvió a hablar la anciana. –Este año estamos teniendo mala cosecha, y como dicen que los kitsunes atraen las buenas cosechas, nos preguntábamos si Itachi nos prestaría por un tiempo a su kitsune.-
-Sasuke-kun, ¿qué está pasando?- preguntó Sakura sin entender.
-…no.- le contestó Uchiha a la mujer.
-¿Qué?- respondió ésta.
-Quiero decir… que Itachi no capturó a ningún kyuubi, ni kitsune… ¡Ni nada de eso! Esas criaturas no existen.- quiso zanjar el tema con esa afirmación rotunda.
-¡Claro que existen! Cuando yo era niña, un kitsune me salvó de morir ahogada en un río porque no sabía nadar.- se llevó una mano a la barbilla, pensativa. -Aunque… pensaba que ahora estaban extintos.-
-“¡Genial…!”- pensó el pelinegro con un marcado sarcasmo, rulando la mirada.
-¡Pero ayer vi uno corriendo con una velocidad increíble, y tú hermano le estaba siguiendo!- agregó.
Uchiha mostró una expresión seria ante esas palabras. Itachi había visto a Naruto. Ahora entendía porque le hizo aquellas preguntas.
-Itachi no logró capturarlo al final.- fue todo lo que dijo.
-¿Cómo era ese kitsune, señora?- preguntó Sakura con amabilidad.
-Tenía el cabello rubio, y vestía ropas de la aldea. Mmn… y no puedo decir más. Ya os digo que corría demasiado rápido. No pude verle bien la cara. ¡Ah, sí! Iba descalzo.-
-Muchos aldeanos se han adentrado hoy en el bosque para buscar al kitsune.- está vez fue el anciano quien habló. –Si yo fuese más joven, también habría ido a capturarlo, pero a mi edad no hay mucho que yo pueda hacer.-
-Sasuke-kun…- susurró la pelirosa preocupada, observando al mencionado.
Uchiha frunció el ceño al escuchar aquello. Sin decir nada, y dejándose llevar por un impulso aunque fuera extraño en él, salió a correr en dirección al bosque, perdiéndose de vista en unos segundos. Todavía llevaba colgada la mochila que había llevado a la misión, pero no pensaba perder tiempo en pasar primero por su casa y dejarla allí.
¿Y que era esa historia de que Itachi perseguía a un kitsune? Sin duda era Naruto, y pudo asegurarlo con aquella mala descripción que dio la anciana. Había contestado que Itachi no capturó al kitsune para que le dejaran en paz, pero no sabía siquiera si ese usuratonkachi seguía en el bosque.
En los primeros tramos del bosque se encontró con alguna que otra persona poniendo trampas, buscando por los matorrales y árboles, y a otros simplemente observando mientras caminaban. Cuando se aseguraba de que nadie le veía, retiraba algunas trampas, aunque su mayor urgencia era encontrar a Naruto.
Pensó en buscar por la zona del incendio del día anterior, ya que allí fue donde le encontró, pero rápido descartó la idea ya que con todo carbonizado el kitsune no tendría lugar donde esconderse de la gente ahí.
Se adentró mucho más en el bosque, hasta tal punto que dejó de encontrar gente, aunque todavía había alguna que otra trampa. Era como si toda Konoha hubiese sembrado el bosque de trampas.
-Tsk… El muy idiota se dejó ver ayer así como así y mira lo que ha provocado. ¡Ese kitsune es estúpido!- masculló.
Caminó un poco más, pero se detuvo al sentirse observado.
-¿Naruto?- pero solo escuchó el trinar lejano de algunos pájaros como respuesta. -¡Oi, dobe! ¡Si estás aquí, contesta!- ordenó.
El leve crujido de una rama al romperse le alertó a tiempo para poder darse la vuelta y ver un kunai que se dirigía directamente a su rostro. Se movió un poco para esquivarlo, pero éste le acabó haciendo un corte largo y leve en la mejilla izquierda.
Al instante llevó una mirada ceñuda hacia el lugar proveniente del arma, encontrando a Naruto de pie en una alta rama del árbol frente a él. No sabía si era su imaginación, o culpa de la luz del sol, pero juraría que el día anterior Naruto no era tan pálido y no tenía esas feas ojeras bajo los ojos.
-¿¡Se puede saber porque me atacas!?-
-No he podido darte en el ojo. Que lastima.- fue todo lo que dijo el rubio con una voz totalmente sincera, sacando otro kunai de entre sus ropas. –Esta vez no fallaré.-
-¡¡Usuratonkachi!!- le gritó irritado, apretando los dientes después. -¿¡Qué pretendes!?-
-¿Por qué no me sorprende que tú también hayas venido a intentar cazarme?- preguntó antes de lanzar el kunai.
Sasuke dio un ágil salto hacia atrás, y el arma quedó clavada en la hierba.
-¡No vengo a cazarte!-
-Entonces vienes a pelear.- afirmó sujetándose del tronco del árbol. Todavía se sentía débil por lo que le hizo Itachi el día anterior, y a ratos tenía que adoptar su apariencia de zorro para recuperar energía.
-¡No! Yo…-
-Ah…- interrumpió. -Ahora resulta que tú tampoco estás interesado en mí.-
-Escucha, dobe… No sé qué demonios estás pensado. Pero yo solo he venido a…-
Sasuke enmudeció. No sabía exactamente porque había ido allí con esa desesperación. Simplemente cuando escuchó que ese kitsune idiota estaba en peligro, su cuerpo se movió solo, pensando únicamente en ver que Naruto estuviera bien.
-No quieres cazarme… No quieres pelear conmigo…-
-¿Y si te he salvado porque quería matarte yo mismo?-
-Quieres matarme.- afirmó tranquilo tras recordar las palabras de Sasuke el día anterior.
-Lo que tú digas, bola de pelos.- contestó dándose por vencido. No tenía caso pelear con ese kitsune tan terco.
Naruto saltó de la rama, cayendo al suelo con algo de torpeza y tambaleándose un breve instante antes de erguirse.
Uchiha observó con preocupación disimulada al rubio. Obviamente no estaba bien. Frunció levemente el ceño cuando un desagradable olor le llegó a la nariz. Unos pasos a su derecha, había una trampa: una cuerda preparada para que si alguien la pisaba, le atrapara el pie y le dejara colgando boca abajo, y como cebo había un considerable trozo de carne en bastante mal estado.
-Cada día pienso con más firmeza que los humanos son idiotas. ¿De verdad creen que me voy a comer eso? ¿O qué voy a caer en alguna de sus trampas? Ni siquiera un zorro ordinario lo haría.-
El pelinegro cogió el kunai clavado en la hierba y se acercó a la trampa, cortando la cuerda.
-Si haces eso, la trampa no funcionará.- comentó Naruto como si solo él supiese eso.
-Gracias por decírmelo.- contestó serio, pero con un leve tinte de sarcasmo.
Naruto nuevamente no entendió ese tono, así que ladeó un poco la cabeza. Observó como Sasuke cortaba la cuerda de otra trampa.
-¿Por qué haces eso?-
-Me gusta cortar cuerdas.-
-…eres un humano algo extraño.- arqueó una ceja, confundido.
Revisó con la mirada que no hubiese más trampas a su alrededor. Ese kitsune se veía tan débil que era capaz de caer en la trampa más absurda.
-¿Porqué te dejaste ver ayer en la aldea, usuratonkachi?- preguntó volteándole a ver. –Mira lo que… provocas.-
Finalizó la frase en un susurro cuando al girar no encontró a Naruto tras él. ¿Se había marchado? Había sido muy silencioso. Afiló la mirada al ver a un pequeño zorro de tamaño más o menos mediano sentado donde hace un momento se encontraba Naruto. Estaba por ignorarlo, pero se percató de que su pelaje era anaranjado claro, y las puntas de sus orejas y cola era blanca. Igual que las de ese dobe.
-¿Naruto…?- preguntó inseguro, agachándose.
El animal le gruñó levemente antes de salir corriendo y perderse de vista tras unos matorrales.
Sasuke no dudó en seguirle. Estuvo un rato corriendo en línea recta hasta llegar a un claro donde había un río. Allí encontró al rubio arrodillado en la orilla, nuevamente con su apariencia semihumana, tomando agua con ambas manos y bebiéndola con cierta desesperación.
-Deja de seguirme.- giró la cabeza para verle al tiempo que se retiraba el agua de los labios con el dorso de la mano.
-Dobe… ¿estás bien?- preguntó serio, agachándose a su lado. -¿Alguien te ha atacado?-
Los ojos azules observaron fijamente al otro, intentando disimular su enojo. Tomó un poco de agua con ambas manos e inclinándose levemente se empapó el rostro, secándoselo después con la camiseta.
-Ayer…- empezó a decir, observando su reflejo en el agua. –encontré al asesino de mis padres.-
-¿¡De verdad!?- no pudo esconder su sorpresa.
-… Uchiha… Itachi…- observó al pelinegro, esperando su reacción. –Tu hermano. Pensabas que no lo descubriría nunca, ¿verdad?- esbozó un intento de sonrisa, haciendo que sus ojeras se marcaran más. –No debiste de haberme salvado del fuego. Mataré a Uchiha Itachi, y después a ti.-
Sasuke abrió los ojos de par en par al escuchar todo eso. Él sabía que su hermano tenía una estúpida obsesión con los kitsunes. Itachi siempre había querido encontrar uno, en específico un kyuubi, y pelear con él para comprobar su capacidad. Pero de ahí a matar solo por un capricho… No, se negaba a creer eso.
-¡Mi hermano no es un asesino!-
-¡¡Sí lo es!! Incluso ayer casi me mata a mí. ¡No tuvo suficiente con la muerte de mis padres! No sé qué fue lo que me hizo con esos ojos rojos, pero todavía no me recupero del todo.-
-¿Qué…?-
-No puedo utilizar mis poderes todavía. Apenas y puedo mantener mi apariencia humana. Así que…- todavía de rodillas, se giró para quedar frente al pelinegro. –Ahora es tu oportunidad para matarme, porque te aseguro que cuando me recupere no tendré piedad con vosotros. Si vas a matarme, hazlo ahora. Supongo que conoces mi único punto débil, ¿no?-
-¿Punto… débil…?-
Naruto tomó a Sasuke de la muñeca y colocó la pálida mano sobre su pecho, a la altura del corazón. Esperó a que Uchiha hiciera algo para terminar con su vida, pero éste parecía haberse quedado pasmado sintiendo el latido de su corazón golpear contra la palma de su mano.
-¿Y si te he salvado porque quería matarte yo mismo? He escuchado que si bebes la sangre de un kitsune, te vuelves increíblemente poderoso.-
-Y… ¿qué harás cuando me mates? ¿Beberás mi sangre para volverte más poderoso?-
Al escuchar la pregunta sin rastro de sarcasmo, pareció reaccionar, observando a Naruto con el ceño fruncido. Se sintió asqueado de solo imaginarse bebiendo sangre.
-¡No quiero matarte, kitsune estúpido!- apartó la mano con cierta brusquedad. -¿No se supone que los kitsunes sois criaturas bondadosas? Todo el mundo dice que vuestra misión es proteger las aldeas, bosques y las personas que estén en peligro. ¡¡Pero tú solo piensas en odio y muerte!!- finalizó con exasperación.
-Sí… Inari kami-sama debe de estar muy enojado conmigo.- habló algo ausente, apartando la mirada. –Pero no me importa, aceptaré el castigo de Inari kami-sama cuando muera después de mataros a vosotros. Mis cien años de entrenamiento no habrán sido en vano. Itachi parece ser fuerte, pero tú te ves bastante normalito.-
Sasuke habría mandado a Naruto al agua de un puñetazo en su bocaza, pero no lo hizo porque en todo lo que dijo, hubo algo que le llamó la atención completamente. Naruto había dicho: “Mis cien años de entrenamiento.” Y entonces recordó algo más:
-Sí. Cuando eso ocurrió yo era pequeño, pero lo recuerdo como si fuese ayer.-
-Tengo ciento dieciséis años.-
Si ese dobe llevaba cien años entrenando para vengar la muerte de sus padres, quería decir que hacía más de cien años que sus progenitores fueron asesinados. Se llevó una mano a la frente, pensando que realmente ese kitsune sí que era estúpido, pero con mayúsculas.
-Usuratonkachi…- se apartó la mano de la frente, observando con el último resquicio de paciencia que le quedaba al chico frente a él. –Tus padres… ¿Fueron asesinados hace más de cien años?- quiso asegurarse.
-No te hagas el tonto. ¡Sabes que sí!-
Una venita palpitante apareció en la frente de Sasuke, pero habló lo más calmado que podía.
-Oi, dobe. Por casualidad… ¿sabes cuanto tiempo solemos vivir los humanos?-
-En realidad no se.- se encogió de hombros. -¿Siglos?- preguntó inocente.
-¡Jum! Para un humano, llegar a los cien años es un milagro.-
-¿¿Tan poco??-
Uchiha esperó paciente para ver si Naruto llegaba a la misma deducción que él, pero al parecer el kitsune era lento, o tal vez sería que se encontraba tan mal que ni podía pensar bien.
-Bueno… ¿y a mí que me importa cuánto viven los humanos?-
-Debería importarte. El asesino de tus padres ya está muerto.-
-Claro que no. ¡Quieres engañarme!-
-Si era un hombre maduro cuando asesinó a tus padres, probablemente haya muerto hace más de cincuenta años.- insistió con mirada seria.
-¡¡No!!- gritó.
-¡¡Solo piensa un poco, dobe!! ¡Utiliza la cabeza para pensar en algo que no sea matar!- tomó el rostro del rubio con ambas manos, obligándole a que le prestara atención viéndole a los ojos. -Si ya llevas cien años entrenando, es imposible que ese Uchiha siga vivo. ¡Entiéndelo!-
El rubio permaneció en silencio, procesando todo lo que había dicho Sasuke. Se negaba a creerlo, pero… ¡No quería que eso fuera cierto! ¡No podía estar muerto, y menos desde hace tanto tiempo! Todo su esfuerzo… y entrenamiento, había servido para nada. ¿Y ahora como vengaría a sus padres? Abandonó a los demás kitsunes cuando se marcharon del bosque únicamente por eso. Y ahora…
Sasuke notó como el rostro del otro se volvió algo serio, y eso le hizo suspirar al pensar que por fin lo había entendido. Pero se preocupó al ver como esa seriedad se iba transformando en una expresión triste y angustiada al tiempo en que las anaranjadas orejas caían hacia delante, acentuando su tristeza. Se arrepintió por un momento fugaz de haberle abierto los ojos a Naruto, pero tampoco iba a permitir que les asesinaran a su hermano y a él, siendo ellos inocentes.
-Naruto…- apenas le llamó, pareció hacer reaccionar al otro y fue interrumpido.
El rubio alzó la mirada al tiempo en que sus ojos se volvían rojos y mostraba sus afilados colmillos, gruñendo bajito.
-¡¡Te odio!!-
El grito llegó acompañado de una mordida en uno de los brazos de Sasuke. Clavó los dientes a conciencia hasta que se separó asqueado al notar un leve sabor metálico de sangre en su boca. Escupió un par de veces. En un segundo sus ojos volvieron a su color azul, y también tomó su apariencia de zorro, agotado física y mentalmente.
Sasuke ahogó una queja de dolor, llevándose al instante una mano a la zona que empezaba a sangrar levemente. No esperaba que Naruto reaccionara así. No tuvo tiempo para hacer, o decir algo, ya que el zorro nuevamente salió a correr.
El pelinegro tan solo le observó marchar. Ésta vez no le iba a seguir. No tenía motivos para preocuparse por él, ya le había abierto los ojos, aunque hubiese sido doloroso, y ya no había nada más que él pudiera hacer. Por lo menos ya no tendría que preocuparse de que le quisieran matar sin razón.
Se lavó un poco la herida del brazo y la mejilla en el río, y emprendió el camino de regreso a Konoha. No le sorprendió seguir encontrando todavía gente por el lugar, y evitaba preguntarse con que intenciones querían cada uno de los aldeanos cazar a Naruto.
-¡Ya te tengo!-
Otro impulso. Nada más escuchar aquello, Uchiha corrió en la dirección de esa voz masculina que estaba bastante cerca. Atravesó unos bajos matorrales, encontrando a un adulto con un zorro entre sus manos.
-Ah, Sasuke, ¿tú también buscas al kitsune?- afirmó en una pregunta el otro shinobi. –Pues lo siento por ti, pero yo lo he encontrado.- alzó un brazo, sujetando a un zorro por el pelaje de la parte de atrás del cuello. -¿Me pregunto que poderes tendrá…?- no pudo terminar de formular la pregunta, ya que un kunai pasó a toda velocidad, haciéndole un buen corte en la muñeca que provocó que soltara al animal. -¡¡Uchiha!! ¿¡Qué demonios te pasa!?- le gritó, pero el aludido ya se iba corriendo detrás del zorro. -¡¡Sasuke, maldito niñato!!-
Sasuke estuvo un buen rato corriendo tras el zorro, y le extrañó el hecho de que corriera tan rápido cuando era obvio que Naruto se sentía bastante débil.
-¡Dobe, detente!- le gritó, pero fue ignorado.
Unos minutos más corriendo, y no muy lejos pudo divisar un cachorro de zorro junto a la salida de una madriguera. El zorro al que estaba persiguiendo tomó al cachorro con la boca por el pelaje de la parte de atrás del cuello y entró en la madriguera rápidamente.
Sasuke se detuvo tan repentinamente que levantó algo de polvo con los pies. El zorro al que perseguía…
-¡Tsk…! He estado persiguiendo a un zorro ordinario.- masculló con los dientes apretados.
Y ahora que recapacitaba, aquel animal tenía el pelaje rojizo y Naruto lo tenía anaranjado claro. Y además… que él supiera, Naruto no tenía hijos. Se llevó una mano a la cara, murmurando una maldición por su estupidez y sus impulsos del demonio.
Ahora que estaba completamente en silencio, volvió a escuchar algo lejano el rumor del agua del río. De nuevo estaba allí. Dio un salto y se subió a la rama de un árbol, sentándose en ella para descansar y pensar un poco. Pronto anochecería, pero si regresaba corriendo no se le haría de noche en el bosque. Paseó la mirada a su alrededor con cierta pereza, observando el paisaje: árboles, más árboles, el río, montañas, una cueva al pie de una de las montañas, Naruto…
-¡Naruto!- susurró.
Sí, no había duda. Aquel zorro sentado en la hierba y que observaba la cueva frente a él con fijeza tenía que ser Naruto. Esa cueva tal vez era su hogar. La verdad, no se imaginaba a Naruto viviendo en un agujero bajo tierra como un zorro ordinario.
Con sigilo saltó al suelo y caminó hacia él intentando no hacer ruido. Pero cuando vio las decaídas orejas alzarse levemente en señal de alerta, supo que había sido descubierto a pesar de que Naruto estuviera dándole la espalda. Suspiró hondo y empezó a caminar con normalidad hasta arrodillarse a su lado.
-Así que aquí es donde… vives.- afirmó, casi convirtiéndolo en una pregunta al final.
Como respuesta, los ojos azules le observaron un par de segundos, antes de volver a fijar toda su atención en aquella cueva.
-Naruto… puedo entender como te sientes.- llevó también la mirada a la cueva, como si tuviese algo especial. -Tampoco tengo padres, murieron cuando tenía siete años.-
Sasuke se sintió realmente raro empatizando con alguien, y más con un… zorro, o lo que sea que fuese Naruto. Nunca antes había hecho algo así.
-¿…entonces también te sientes sólo?- preguntó casi en un susurro.
Uchiha parpadeó, viendo ahora al rubio con su apariencia semihumana agachado y con las manos apoyadas en la hierba.
-Bueno… tengo a mi hermano.-
-¡Que bien!- intentó esbozar una sonrisa que no consiguió mostrar.
-¿Tú tienes hermanos?-
Naruto negó lentamente con la cabeza, observando la hierba que sobresalía entre los dedos de sus manos.
-Entonces tendrás a amigos de tu especie.- supuso.
El otro permaneció en silencio unos largos segundos en los que Sasuke pensó que no le respondería.
-No tengo…- ladeó el rostro hacia el pelinegro, cerrando los ojos e intentando nuevamente esbozar una sonrisa entre dientes. –No tengo a nadie.-
-“¿¡Está completamente sólo!?”- se preguntó sorprendido.
-Deberías regresar. Está anocheciendo.-
Uchiha se puso de pie dispuesto a marcharse. Por un momento se había olvidado de que el sol ya estaba ocultándose. Aun así, todavía podía llegar a tiempo a Konoha.
-El bosque está lleno de trampas.- le dijo, disfrazando su preocupación por el kitsune.
-Ah, sí...- habló desganado. –Seguro hay muchas cuerdas que podrás cortar, antes dijiste que te gusta hacer eso. Ten cuidado entonces.-
-¡No lo digo por mí, usuratonkachi! ¡Lo digo por ti!- al dejar al descubierto su preocupación por accidente, bajo notablemente su tono de voz. -Eres tan idiota que seguro caes en alguna.-
Como toda respuesta vio a Naruto inclinar el rostro al tiempo en que se encogía de hombros. Como si le diera exactamente igual si caía o no en alguna de esas trampas. ¿Qué ya acaso le daba igual si le capturaban, mataban, o lo que sea?
Sasuke prácticamente podía palpar con las manos el aura de soledad que rodeaba a Naruto. ¡¡Maldición!! ¡Así no podía marcharse tranquilo!
Sin decir nada, dirigió sus pasos hacia la cueva.
-¿Eh…?- preguntó el otro, confuso. –La aldea está por allí.- señaló en un gesto inocente el camino correcto.
-Ya no tengo tiempo de regresar sin que se me haga de noche en el bosque.- mintió, volteándole a ver serio. –Es tu culpa, bola de pelos, me has hecho perder mucho tiempo. Tendré que dormir en esa cueva.-
El ojiazul se puso de pie y alcanzó a Sasuke, parándose a su lado.
-¿En serio? ¿Se te haría de noche en el bosque? Entonces debes de correr muy lento, ¿no?-
-Seeh…- contestó serio, con una gota de sudor resbalándole por la sien. –Después de todo soy bastante normalito, como tú dijiste.-
-¡A mí me daría tiempo de ir a Konoha corriendo y regresar sin que se me haga de noche!- presumió con una sonrisa sincera.
-¡Te felicito!- exclamó sarcástico, retomando su camino a la cueva.
-Na, tú… ¿Por qué a veces utilizas ese tono tan raro?- preguntó siguiéndole. –No lo entiendo.-
-¿Qué tono?-
-Ese tono en el que dijiste: “¡Te felicito!”- imitó la voz del otro bastante mal. –Esa felicitación no sonaba sincera.- le miró con un mohín de disgusto.
-Porque no lo era. Estaba siendo sarcástico, dobe.- explicó, tomando asiento en el suelo mientras se quitaba la mochila.
-¿Y que es eso?- preguntó sentándose a su lado, aunque no muy cerca.
-Es cuando…- de solo pensar que tendría que hablar demasiado, perdió las ganas de explicarlo. –Olvídalo.-
El ojiazul apoyó la espalda en la pared rocosa, pensando que Sasuke era muy raro, pero no dijo nada. Se encontraba muy cansado.
Observó la cueva con detenimiento, ese lugar le traía muchos recuerdos alegres y otros dolorosos. El último recuerdo que tenía de esa cueva, fue cuando todos los kitsunes decidieron irse después de que asesinaran a sus padres.
-Aquí…- comenzó a decir Naruto. –Hace cien años que no venía a éste lugar, y apenas ha cambiado.-
-¿No vives aquí?-
-Vivía…- le corrigió. -con mis padres, y los demás kitsunes. Ahora no tengo un hogar fijo. Cualquier parte del bosque está bien.-
-¿Y donde están los otros kitsunes?-
-No lo se.- dejó escapar un suspiro lánguido. –Todos huyeron cuando Uchiha asesinó a mis padres. Mi padre era el más fuerte de todos nosotros, era un kyuubi, y con su muerte supongo que todos se sintieron desprotegidos y huyeron. Pero yo no podía huir, tenía que quedarme aquí para… Para nada.- finalizó en un susurro entristecido.
.:Flash Back:.
-¿Estas seguro de querer quedarte aquí, Naruto?- preguntó una mujer kitsune de expresión amable, pero preocupada a la vez. –Deberías venir con nosotros.-
-¡No puedo irme! Tengo que vengar la muerte de mis padres.-
Todos los kitsunes reunidos en aquella cueva, observaban con preocupación al rubio, y algunos otros con cierta admiración.
-Pero ese Uchiha es muy fuerte.- comentó un hombre. –Si pudo matar a Minato, podría con todos nosotros en un instante.-
-Naruto, ven con nosotros.- habló otra mujer.
-¡No! ¡No me iré!- negó rotundo.
-¡No tienes poder suficiente!- le riñó otra voz femenina. –Apenas y puedes mantener tu apariencia humana. ¡Eres un ichibi todavía! Vendrás con nosotros.- sentenció.
-¡Ni hablar! Entrenaré duro y os buscaré cuando le asesine.- asintió, dando por hecho que sin duda cumpliría su objetivo. -¿Hacía donde iréis? ¿Hacia el norte?- tanteó.
-Es lo más probable. Pero no se si para cuando mates al Uchiha, si es que lo logras, seguiremos en el norte.-
Naruto frunció el ceño al escuchar ese “si es que lo logras” ¿¡Porque nadie creía en que él podría matarle!? Era consciente de que tendría que entrenar muy duro para al menos lograr estar al mismo nivel de aquel humano tan fuerte, pero entrenar era algo que haría cada día hasta que su cuerpo no lo soportara más.
Y sus pensamientos le hicieron recordar algo. ¿Quién le enseñaría nuevas técnicas, y como controlar su nuevo poder cada vez que consiguiera adquirir una nueva cola? Si todos se marchaban, no tendría a nadie que le enseñase todo aquello.
-¿Todos… os marcháis?- hizo una breve pausa. -¿Todos?- reiteró.
Varios asentimientos de cabeza y algunas afirmaciones fueron su respuesta.
-Pero si todos os marcháis…- balbuceó. –Necesito que al menos uno de vosotros se quede para ayudarme con mi entrenamiento.-
El ojiazul observó con frustración como varios de los presentes desviaban la mirada a cualquier punto que no fuera él, como si el asunto no fuera con ellos.
-¿Y quedarme más tiempo cerca de esa aldea de la hoja?- se escuchó una voz varonil en un claro tono despectivo. -¡Ni de broma! No pienso proteger más éste lugar. Esos aldeanos no lo merecen.-
-¡Cierto!- secundó otra voz al fondo.
-Además, está ese clan Uchiha.- comentó una mujer, temerosa.
-¿¡Pero entonces como podré hacerme más fuerte para asesinar a ese Uchiha!?- preguntó el rubio algo acelerado.
-Para empezar, Naruto…- comenzó a hablar con seriedad una mujer de negros cabellos lacios. –Los kitsunes tenemos terminantemente prohibido dañar a los humanos.- se cruzó de brazos. –Inari kami-sama se enojaría muchísimo con nosotros, y no quiero ni imaginar que clase de castigo recibiría quien le desobedezca. Nuestro deber es proteger.- le recordó. -Proteger las aldeas, los bosques y sobre todo a los humanos. Tenemos que utilizar nuestro poder para hacer cosas buenas.-
-¡No me importa!- negó Naruto. -¡No es justo que los humanos puedan dañarnos todo cuanto quieran, y nosotros no podamos hacer nada!-
-Así son las cosas, Naruto.- volvió a hablar ella. –Por eso es mejor que vengas con nosotros. La gente de ésta aldea se ha vuelto peligrosa y sedienta de nuestro poder.-
El rubio apretó los puños con rabia, observando a todos los presentes. Todos y cada uno de ellos era un cobarde. ¡Si unían sus fuerzas nadie podría contra ellos! Pero claro… por miedo a recibir un castigo de Inari kami-sama, lo mejor para ellos era huir y buscar un lugar más pacífico.
-¡Esta bien! ¿¡Queréis marcharos!? ¡¡Por mi perfecto!!- les gritó encorajado. –Yo me quedo. No me importa desobedecer a Inari kami-sama. ¡Mataré a ese Uchiha pase lo que pase!-
Se sentía tan enojado que apenas y podía seguir manteniendo su apariencia humana. Después de todo, estaba aprendiendo todavía a hacerlo. Respiró jadeante, intentando tranquilizarse, pero no podía. Ellos tenían razón, esos aldeanos no merecían ser protegidos, así que desde ese momento no lo haría. Es más… empezaba a sentir un irrefrenable odio hacia los humanos.-
.:Fin Flash Back:.
-Ahora los extraño a todos.- casi susurró el rubio. –Me gustaría saber donde están en éste momento.-
Nunca, ni siquiera en el momento en que todos los kitsunes se fueron, Naruto se sintió sólo. Pero ahora que no estaba cegado por su odio y venganza, se daba cuenta de su soledad. Y por primera vez también, se preguntó que clase de castigo le pondría Inari kami-sama cuando muriera por haberle desobedecido tan tercamente en todo. Aun así, sus ganas de proteger a los aldeanos de Konoha seguía siendo nula después de ver como todos intentaban darle caza de esa forma tan insistente.
-¿…iras a buscarlos?- habló Sasuke varios segundos después.
-Me gustaría. Pero me temo que estaré vagando sin rumbo y no los encontraré.-
-Pero si no hay kitsunes aquí, ¿entonces quien protegerá…?-
-Konoha solo necesita ser protegida de ella misma.- interrumpió. –Y ahí yo no puedo hacer nada.-
-¿Qué insinúas?- preguntó serio.
-Esas personas están sedientas de poder. ¡De mí poder!- enfatizó señalándose a sí mismo. –No pienso, ni quiero, proteger a unos humanos que serían más felices viéndome muerto para robarme mi poder. ¡Apenas me vieron ayer unos segundos, y mira como han dejado el bosque!- exclamó señalando el exterior de la cueva. –Nadie en esa aldea merece ser protegido.-
-¿Nadie?- reiteró con el ceño levemente fruncido. -¿Ni siquiera Sakura? Ella te curó de las quemaduras que estúpidamente te hiciste.-
-¿Sakura-chan me curó?- arqueó las cejas en un gesto de sorpresa. –Yo pensaba que mis heridas se habían curado solas con mi poder de sanación.-
-¿Poder de sanación?- repitió con cierta aburrición.
-¡Sí! Mis heridas sanan solas en un santiamén.- sonrió orgulloso. –Lo que me sorprende es que los humanos también tengan un poder de sanación.-
-Eh… algo así. Solo los ninjas médicos pueden hacer algo como eso.-
-¿Aja?- ladeó levemente la cabeza, sin entender demasiado.
-Oye… ¿es que no sabes nada de los humanos?- masculló.
-No. Nunca me habéis interesado.- se sinceró, encogiéndose de hombros.
-¡Jum! Esto es reciproco. Los kitsunes nunca me han interesado, es más, aseguraba hasta el cansancio que no existíais.-
-Que mentiroso.- murmuró observándole de soslayo, pero fue escuchado por el otro que le fulminó con la mirada. –Dices que nunca te han interesado los kitsunes, pero habías venido a cazarme, como todos los demás.-
-¡No insistas con eso, bola de pelos!- exclamó exasperado. -¡Ya te dije que no venía a eso!-
-¿Entonces que hacías en el bosque?- le observó con desconfianza. Recordaba haber escuchado a Sasuke llamándole antes de lanzarle aquel kunai que le cortó en la mejilla.
El pelinegro abrió la boca para contestar, pero enseguida la volvió a cerrar, desviando la mirada. No le iba a decir la verdad.
-“Eso me pregunto yo también. ¿¡Qué demonios estoy haciendo aquí!?”-
Se sentía idiota preocupándose por una criatura que apenas había visto unos minutos el día anterior. Y él nunca se preocupaba por nadie, sólo por sí mismo y tal vez un poco por su hermano mayor. ¡Nadie más! Ese dobe no había hecho nada para ganarse su preocupación. ¿Entonces porque le preocupaba?
-Eso es asunto mío.- contestó serio.
-¡Claro! ¡Ahora lo entiendo!- casi gritó, provocando que Sasuke le mirara. –Tu plan era bueno, ¡pero te he descubierto!-
-¿…plan?- arqueó una ceja.
Con rapidez, Naruto tomó un kunai que sobresalía del estuche en la pierna del pelinegro y lo blandió, apuntando finalmente el pálido rostro.
-Por eso te has quedado aquí, conmigo. En realidad tenías tiempo de sobra para regresar a tu aldea.-
Sasuke abrió los ojos de par en par. ¿De verdad había sido descubierto? Tal vez ese kitsune no era tan idiota como aparentaba. Lo que no entendía, es porque le estaba apuntando con el kunai, aunque no puso ninguna pose defensiva.
-Me matarás cuando me quede dormido, ¿cierto? ¡Vamos, no lo niegues! Te he descubierto, Uchiha bastardo.-
-¿Y si te he salvado porque quería matarte yo mismo? He escuchado que si bebes la sangre de un kitsune, te vuelves increíblemente poderoso.-
-Quieres beberte mi sangre.- continuó hablando, sin dejar de apuntarle con el arma. –Pero no te culpo por desear poder, después de todo eres un humano, y peor aun, un Uchiha.-
En un segundo, varias venitas palpitantes le aparecieron a Sasuke al tiempo en que fruncía el ceño. Le llamaba “Uchiha bastardo”, y encima hablaba como si ser humano y un Uchiha fuese peor que una maldición.
Sin levantarse, alzó una pierna con rapidez, golpeando de forma certera la muñeca de Naruto y haciendo que soltara el kunai. Sin darle tiempo al otro de reaccionar, le dio un fuerte puñetazo en la mejilla. ¿¡Qué demonios pasaba con ese kitsune!? ¡Estaba obsesionado con la idea de que quería matarle, y que él recordara, no le había dado motivos para que pensara eso! ¡El preocupándose como un idiota, y…!
-¡¡Ya deja esa estúpida obsesión!! ¡No quiero tu poder, no me interesa!- respiró agitado por el enojo, viendo como Naruto permanecía con el rostro ladeado por el golpe y se sujetaba la mejilla con una mano. –Es más… desde mi punto de vista te ves bastante débil.-
Uchiha vio claramente como un estremecimiento recorrió el cuerpo del rubio tras sus últimas palabras y después inclinaba más el rostro. Sin duda escuchar aquello le había dolido, pero no le importaba, y mucho menos se iba a disculpar.
-Ya, bola de pelos, entiende de una vez que no…-
-Cállate…- masculló con voz algo ronca.
Lentamente giró el rostro para encarar al pelinegro, dejando ver sus ojos rojos con las pupilas rasgadas. Alzó una mano entrecerrada, mostrando sus uñas afiladas que habían crecido un poco al igual que sus colmillos. Lanzó un zarpazo hacia el rostro de Sasuke, pero éste se hizo hacia un lado con rapidez y sus uñas quedaron clavadas en la pared rocosa.
El pelinegro observó con sorpresa mal disimulada aquello. Si ese ataque llega a alcanzarle, le habría destrozado la cara. Vio a Naruto forcejear por desincrustar sus uñas de las rocas, y como en un arranque de desesperación, lanzó un zarpazo con su mano libre, tomándole ésta vez desprevenido. Apenas le dio tiempo de retirarse, pero por suerte solo recibió un arañazo en el protector de la frente.
-¡Naruto, cálmate!- ordenó, poniéndose de pie de un salto para guardar distancia.
El aludido también se puso de pie cuando consiguió liberar su mano, dejando ver dos ondeantes colas a su espalda mientras gruñía quedo. Con rapidez saltó hacia el pelinegro, tirándole al suelo con él.
Uchiha se quejó levemente por el brusco golpe en su espalda, pero al instante tomó un kunai de su estuche para poder defenderse. Le extrañó que Naruto no hiciera nada, solo permanecía tirado sobre él, quieto. Ya ni siquiera gruñía.
-¿Dobe…?- se atrevió a decir.
El estómago de Naruto rugió, rompiendo el silencio. El kitsune alzó levemente el rostro, dejando ver sus ojos azules brillando de cansancio. Todavía no había recuperado sus poderes completamente.
-Tengo hambre.- susurró tranquilo, como si hace un momento no hubiese intentado despedazar a Sasuke con sus propias manos.
El otro no supo como reaccionar durante unos segundos, hasta que finalmente optó por volver a guardar su kunai.
-¿No has comido?-
-Je… No desde ésta mañana. ¿Cómo hacerlo con más de media Konoha buscándome? Apenas y pude beber agua del río.- con pereza se movió hasta levantarse y quedar arrodillado en el suelo, sobándose el estómago con ambas manos. Observó el exterior de la cueva y comprobó que ya había anochecido. –Tendré que esperar a que amanezca para buscar algo.- se lamentó.
Algo dubitativo, Sasuke se incorporó y se acercó a su mochila para sacar algo envuelto en papel que le mostró al rubio.
-Es todo lo que tengo.- fue lo único que dijo, desenvolviendo lo que tenía en las manos que resultó ser una bola de arroz que le había sobrado en su comida durante la misión de la que había regresado aquel día.
A Naruto le brillaron los ojos de emoción al ver la comida que Sasuke le ofrecía. Agitó levemente su cola con felicidad. Tomó aquella bola de arroz y con unos pocos bocados se la comió. No era suficiente, pero le ayudaría a saciar un poco su hambre hasta que amaneciera.
-¿Tú no tienes hambre?- preguntó antes de empezar a chuparse los dedos en un intento de saborear hasta el ultimo rastro de arroz.
-Estoy bien así.-
El kitsune se acomodó en el suelo, preparándose para dormir, pero sin quitarle la mirada de encima a Sasuke.
-Eres un humano raro. Pensaba que los humanos también comíais de noche.-
-Y lo hacemos, baka.-
-Entonces debes tener hambre. ¿Por qué me has dado tu comida?-
Sasuke no dijo nada. Colocó su mochila en el suelo y se recostó, apoyando la cabeza en ella a modo de almohada.
-Insisto en que eres raro. Hace un momento quería arrancarte los ojos, y tú me das toda tu comida.-
-¿Qué problema tienes con mis ojos?- le observó ceñudo, desviando de paso el tema de la comida.
-No me gustan. Son iguales que los de ese Uchiha asesino.-
-Tsk… Eso es porque soy un Uchiha.- masculló.
-¿Entonces tú también tienes esos ojos rojos?- preguntó algo temeroso.
-¿Te refieres al sharingan?- afirmó en una seria pregunta.
-Supongo.-
-Sí. Y ahora duérmete.- instruyó, zanjando cualquier tema de conversación.
Cerró los ojos después de decir aquello, pero sentía la fija mirada de Naruto sobre él, y era realmente incómodo. Entreabrió los ojos con molestia, viendo como el otro le observaba fijamente con una expresión que delataba nerviosismo y con los labios apretados.
-¿Y ahora que te pasa, bola de pelos?- preguntó hastiado.
-Hace años que no he dormido con alguien.- ondeó levemente la cola. –Creo que me siento nervioso.-
-¡Solo cierra los ojos!- fue lo ultimo que “amablemente” dijo antes de darle la espalda y cerrar los ojos.
CONTINUARÁ…
¡Hola de nuevo!
Bueno, quería publicar hoy también un dibujo que he hecho correspondiente a éste capitulo, pero no me ha dado tiempo *suspiro*
Aunque sí tengo un dibujo correspondiente a éste fic que dibujé hace mil siglos, pero publiqué hace no mucho. Aunque hay varias diferencias, como la ropa, por ejemplo:
http:/takaita.deviantart.com/?loggedin=1&loggedin=1#/d2p7nu7
No quedó muy decente, pero bueno, jaja…
¡Se agradecerán reviews! Cualquier pregunta que tengáis, no dudéis en decírmelo. ¡Nos vemos en el siguiente capitulo!
Takaita HiwatariNuev@ - En mi mundo imaginario y yaoi de Naruto
37 11
1
31/12/2009
SasukexNaruto
NarutoxSasuke
Naruto, Beyblade G-Revolution, Junjou Romantica, Inuyasha...
Naruto Shippuden
130 円
Emparejar a Sasuke con Naruto de cualquier forma posible
Re: Kitsune no kokoro [Capitulo 2]
Kyaa k lindo!!! El dibujo tambien esta muy lindo jejejejee!!!
Gracias por la continuacion!!! Nos leemos!!!
PObre Naru enterarse de la verdad asi pero bueno!!!
K lindo es Sasuke kuando kiere jajajaja aunk no sepa ni pork jajaja!!!
Gracias por la continuacion!!! Nos leemos!!!
PObre Naru enterarse de la verdad asi pero bueno!!!
K lindo es Sasuke kuando kiere jajajaja aunk no sepa ni pork jajaja!!!
marizu194Temporal - En mi casita jajaja!!!
30 125
17
12/05/2010
sasunaru, Itadei, Shiokiba , kakairu
Naruto!!!
700 円
Mmmm leer sasunaru y molestar a mi aniki!!!
Re: Kitsune no kokoro [Capitulo 2]
dale contii por fiis TToTT
sasunaru_fangirl_^¬^Frecuente - 2 años siendo su loba <3
28 221
6
06/11/2010
Kaworu/Shinji. Naruto/Sasuke Nezumi/Sion Kageyama/Hinata
Naruto, Evangelion y No. 6
Haikyuu!!
1.070 円
idk
Re: Kitsune no kokoro [Capitulo 2]
conti plis esta interesanteeeeee
sakuriita1234Temporal - Ves ese edificio? pues ahí no vivo..-.-
26 72
0
18/11/2010
NaruSaku, SasuNaru, KibaHina, RyuuTai
Naruto, Naruto Shippuden, ToraDora!, Seto no Hanayome
hehe...quisiera ser el 5to teletubbie....pero no lo soy...xD
5 円
Ver animes y mangas...xD...NADAR*aunque me grite mi entrenadora*
Re: Kitsune no kokoro [Capitulo 2]
Me encanta.
Te sigo también en AY, entonces estoy más adelantada. Aún me gusta.
Te sigo también en AY, entonces estoy más adelantada. Aún me gusta.
Re: Kitsune no kokoro [Capitulo 2]
¿He dicho ya que amo este fic? *w* Lo tengo en favoritos!!! Es tan... kawaii *^* Quiero que lo continues pronto!! onegai!! *w*
NaokoUchihaTemporal - 30 87
2
26/04/2010
-SasuNaru *0* <3 <-- preferida ante todas
-ItaSasu *w*
-NejiHina ^w^
-LeeSaku ^0^
-KakaIru *-*
-ItaDei *3*
-ItaSasuNaru *¬*
Naruto, Dragon Ball, Mermaid Melody, Boku no Pico *¬* Yu Yu Hakusho, Loveless, Gravitation *q*, Hayate no gotoku >w<
Happy~(L)
5 円
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