Sólo un beso

Tipo:Song-fic
Advertencias: mención de Violación, ligero OoC.
Género: Drama-Friendship-Romance.
Nota: Publicado en otros foros bajo el nick de Kurama Seiren (UFF) y Kurama Renji (FFL)




¿No entiendo por qué en la universidad lo tienen clasificado como un chico de muy mala reputación al llamarlo gamberro, a él y a sus amigos? Por fortuna tuve la oportunidad de conocerle mejor, sé que no es así, que no son así y ahora más que nunca durante estos últimos cuatro días lo confirmó aun más…




Quiero poder apreciar cada gesto, cada sonido, cualquier cosa que provenga de él. Le siento rosar mi mano quieta, escucharle hablar, gritar estruendosamente mientras discute con Sasuke y Kiba. Las risas del resto de nuestros amigos no se hace esperar pues como es de esperarse, mi querido “amigo” llevó las de perder contra ese par.

—Ne, Sakura-chan el idiota de Kiba y el teme de Sasuke no saben apreciar mis gustos —susurras solo para mí al momento que me sonríes, no puedo evitar sonreír también, siempre me contagias tu vivacidad y entusiasmo. Las miradas de todos se posan sobre mí, más ninguno de ellos se atreve a acercárseme…




Preguntas y más preguntas son las que constantemente invaden mis oídos, no entienden que no responderé nada, no tengo la más mínima intención de decirles nada. Deben de aprender que ellos no son él y jamás lo serán por lo que no puedo decir nada de lo que “esa noche” sucedió; esa horrible realidad lastimeramente forjada al cruel tacto de tres pares de manos sobre mi piel hace cuatro noches atrás…




—¡No se acerquen, no me toquen, déjenme…! —me aferró con mis manos temblorosas a las sabanas que me cubren, pero no me hacen caso, siento un piquete en mi brazo…

—¡Déjenla ya! —grita la persona que a entrado abruptamente en la habitación, con respiración agitada. Me giro bruscamente al sonido de su voz, saltó de mi cama, corrí y me aferre a su cuerpo como si fuera un salvavidas en medio de una enorme marejada de dolor y crueldad. Él entrelaza sus manos alrededor de mi cuerpo con extremo cuidado, como si fuera una muñeca de porcelana que al menor apretón se fuera a romper. Más que la verdad así estoy en estos momentos, pues solo él es a quien admito tenerme en aquel confortante tacto— ¡Largo todos de aquí! —ordena enfadado, los aludidos sin decir nada se van. Cruza su mano derecha detrás de mi espalda, se inclina un poco y cruza la izquierda a la altura de mis rodillas, cargándome, solo puedo aferrar mis manos a su camisa y ocultar mi rostro en su pecho, con las lágrimas rodando aún por mis mejillas.




Camina hasta mi cama, me recuesta con sutileza y me cubre con la fina manta, ya que mi cuerpo apenas es tapado con una diminuta bata de hospital. Esta por alejarse de mí, rápidamente aferro mi mano a su brazo, me mira y le miró, tan solo verme reflejada en sus orbes zafiro me hace recordar del por qué solo admito el contacto de sus manos.

Esa noche realmente creí que moriría y pensé…

“Si tan sólo tuviera más tiempo”

Sus ojos son tan puros, carentes de malicia, tan radiantes de ternura y sinceridad que aquella noche que me encontró en aquel callejón rodeada de aquellos mal nacidos; completamente desnuda y lastimada. Yo a él lo consideraba mi amigo, al verlo despojarse de su camisa le miré con terror, cerré los ojos esperando aterrada y sin embargo con sutileza me cubrió en vez de ser otro más que me “marcara y matara una vez más el alma”; se enfrento a aquellos infelices que ahora están tras las rejas. Y como hace unos momentos, en brazos me trajo hasta aquí.

—Tranquila, volveré por la mañana —acerca su rostro al mío, y con su mano libre acaricia mi mejilla pero en ningún momento dejo de mirarle, siento su cálido aliento chocar en mi frente en la que deposita un tierno beso— Buenas noches, Sakura-chan —lo suelto de mi agarre porque confío en él ciegamente, siento mis parpados sumamente pesados, ¡maldigo al enfermero que me aplico el sedante! La última imagen que observo es al rubio sonriéndome cariñosamente…




Al fin cuando me dieron de alta, la novia de Kiba-kun, Ino. Karin novia de Suigetsu-kun y Tenten la novia de Sasuke-kun propusieron que me fuera a vivir con ellas, yo no quería pero él insistió y no me pude negar…

—“Yo confió en ellas, sé que estarás bien. Acepta Sakura-chan, solo así me sentiré tranquilo cuando no este contigo” —habían sido sus palabras.

Gradualmente he ido mejorando con respecto al contacto con otras personas, al menos ya puedo saludar de mano y beso en la mejilla a mis amigos, pero fuera de ellos seis y Naruto-kun no soporto la cercanía de nadie más. Creo que esto nos llevara más tiempo de lo que pensamos…

Ya llevamos más de dos años viviendo las cuatro juntas.

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Hoy es el tercer aniversario de Tenten y Sasuke-kun por eso estamos todos reunidos en “nuestra casa”; ya me he acostumbrado a llamarla así.

Todos están felices, yo he podido sonreír de nuevo gracias a todos ellos y sobre todo por él, quien en este momento esta haciendo enfadar a Uchiha. Nunca antes de que me sucediera aquello, pasó por mi cabeza el hecho de fijarme en él como hombre, para mí era un amigo más entre muchos otros, ¡que equivocada estaba! Pues, solo los que estamos aquí me han demostrado lo que es una verdadera amistad.

Me siento tranquila al escucharles hablar, reír, bromear… puedo sonreír con sinceridad. Las horas se nos hacer demasiado cortas cuando estamos todos juntos…

—Chicos es hora de irnos, mañana tenemos el último examen de fin de curso —no puedo evitar carcajearme al ver los rostros del resto ante las palabras de Sasuke-kun y sobre todos ellos, el gracioso puchero de mi querido rubio.

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—Que manía la tuya de arruinarnos siempre la diversión, teme —deja escapar un suspiro de fastidio, y aun refunfuñando se acerca a las chicas y se despide de ellas con un beso en la mejilla, mientras yo hago lo mismo con los chicos desde la puerta.



Siento las cálidas manos aferrarse a mi cintura, su barbilla apoyada en mi hombro, el sonrojo agolparse en mis mejillas y mi corazón latir con fuerza al susurro de su voz en mi oído.

—Ya falta menos tiempo, tres meses más y te convertiré en mi mujer ante la ley—una sonrisa se plasma en mis labios —nos vemos mañana en el instituto… —iba a responderle cuando siento que muerde el lóbulo de mi oreja, me gire gritándole…

—¡Naruto, baka… ! —y soy silenciada de la forma más dulce, la única que él aplica a cada uno de mis berrinches. Siento el aire faltarle a mis pulmones y mi corazón latir desbocado… abro los ojos y puedo verme reflejada en sus zafiros, esos que no han cambiado en nada su brillo…

—Sueña conmigo… —susurra dejándome sin palabras, solo puedo verlo marchar con el resto de los chicos con los que va bromeando de algo, pues escucho hasta donde estoy las carcajadas de Kiba, Suigetsu, Naruto y a Sasuke-kun mover la cabeza negativamente.

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Sí, tres meses más y las cuatro parejas nos casaremos. Suena raro, pero así lo decidimos todas cuando nos “platicamos de que nuestro novio” nos propuso matrimonio.

Mientras la anhelada fecha llega, solo puedo soñar con él, con su amor, por que gracias a él recupere las ganas de vivir y confiar de nuevo en “alguien” más.