Promesas Rotas~ [MinaKushiNaru]

¿Promesas rotas?

Día tras noche, el silencio abarca todo con su fino sonido proveniente del viento. Una melodía suave confrontaba las calles de la hermosa aldea de Konoha, en la cual la gente paseaba tranquila sin alguna preocupación en los rostros de estos. Sin duda a la actual época no preocupa a nadie, ya que todo era casa de sosiego gracias al actual Hokage que los protegía de todo daño de mal que los molestara.

Tranquilas eran las palabras que salían de los labios de un hermoso hombre de una cabellera rubia, su sonrisa irradiaba gran seguridad e innata armonía a quien lo viese. Sus bellos ojos azules señalaban lo intenso que era al llevar su gran cargo alrededor de todo su entorno. Sin duda alguien como él, era de fiarse siempre y no habría palabra alguna que no cumpliese, ese hombre tenía un nombre; Minato Namikaze, actual 4° Hokage de Konoha.

-Claramente sabes que en eso no le puedes fallar a Kushina, ¿verdad Minato?- Voz sabia era la que salían de los labios de cierto pelinegro, su postura dura hacia que aquel rubio se sintiese algo arrebatado.

-Pues... si lo se, y sobretodo por Naruto que es lo más importante- Respondía aún con la vista en miles de papeleo que habían en su escritorio, ya que a pesar de todo debía cumplir con su deber de Hokage.- Pero tengo tanto trabajo que creo que llegare muy tarde, Fugaku- Esta vez su voz sonaba algo melancólica, provocando algo de silencio ante aquellas palabras.

-Minato, tu único hijo debe ser lo más importante para ti- Finalizo el pelinegro dejando solo al Namikaze quien se quedo en completo silencio al sentir como aquellas palabras retumbaban en sus oídos.

-Naruto...- Susurro por lo bajo, llevando su rostro sobre la mesa, mientras recordaba aquella promesa que le había hecho al pequeño Naruto de tan solo 4 años hace un par de meses, en donde se estaba celebrando el cumpleaños nº 5 del pequeño Sasuke.

~Flash Back~

Niños jugando de hay para allá, gente en armonía platicando; aquella celebración era enormemente conocida en la aldea, puesto que uno de los hijos del jefe de aquella Elegante familia cumplía un año más de vida.

Paso a paso el pequeño Naruto veía como su padre lo llevaba de la mano, mientras notaba como de alegre estaba este. Al llegar dentro de la residencia de los Uchihas, se soltó de aquella mano protectora corriendo velozmente donde su mejor amigo, Sasuke, quién se veía bastante complacido.

-Naruto no corras que Sasuke no se ira- Mencionaba con una tierna sonrisa aquella pelirroja, quién es la madre de aquel niño rubio, la cual iba tomada al brazo del respetable Hokage.

-Kushina ya conoces a Naruto, apenas ve a Sasuke, nadie lo desvía de si mismo- Comento aquel rubio riendo bastante divertido en como el pequeño Naruto abraza enormemente a aquel azabache.

Al pasar un rato el tiempo, ambos niños comenzaron a jugar cerca de sus padres cuando al cabo de un rato, sin darse cuenta Naruto no diviso una piedra y tropezó torpemente al suelo. En socorro sus amados padres se dieron cuenta, ya que Naruto comenzó a llorar y en total preocupación Kushina iba a ir a auxiliarlo, pero la cálida mano de Minato lo detuvo.

-Kushina, yo voy- Alcanzo a decirle el ojiazul mientras se acercaba al Uzumaki menor y lograba ver una pequeña herida en la rodilla de su hijo. Al llegar a su lado, logro agacharse y quedar a su altura en donde lentamente examino su herida y noto que esta no era grave, solo era un raspón, pero inevitablemente el niño aún votaba lágrimas cristalinas de sus ojos.

-Naruto, solo es un rasponcito, no llores hijo ¿si?- La tierna mirada de Minato hizo que el niño calmara su llanto y limpiase su rostro refregándose con sus brazos las lágrimas que se le habían logrado salir.

-Si… pa… papá- Tartamudeaba el rubio menor, mientras bajaba sus brazos y trataba de sonreírle a su padre.

Lentamente el Namikaze pasaba su mano por el cabello rubio de su hijo, en que al rato fue interrumpido al notar como fuertes impactos se estremecían en el cielo.

-Oh papá, ¿qué es eso?- Cuestionaba completamente sorprendido y emocionado, al ver como brillantes luces explotaban y jugaban en el profundo cielo negro que caía en Konoha.

-Esos son fuegos artificiales Naruto, son para demostrar que el infinito amor de las personas hacia sus ejemplares estallan en miles de cosas brillantes y hermosas que se reflejan en el gran cielo que nos rodea- Decía animadamente el Hokage viendo también al cielo como aún caían cientos de fuegos rodeándolo y mostrando tal belleza que parecía magia. Naruto solo mostraba gran emoción al ver el hermoso paisaje que demostraba el cielo, su esplendor enorme jugaba con cada extensión de aquel sombrío cielo que resguardaba cada parte de él, a pesar de que brillantes estrellas luminosas hacían juego con ella.

-Papá… cuando yo este de cumpleaños también quiero algo así, que el cielo estalle solo para mi y tú me lleves a ellos - Decía tanto tiernamente como divertidamente el pequeño niño a su padre, quien le sonreía con sus ojos completamente cerrados.

-Claro hijo, te prometo que para tu cumpleaños, el cielo estallara solo para ti- Finalizaba Minato llevando en sus brazos a su preciado hijo, quién reía alegremente mientras aquella pelirroja de nombre Kushina se acercaba a ellos sigilosamente, siendo observaba por ambos rubios.

-¿Escuchaste mamá?, papá hará que el cielo haga boom, cuando yo este de cumpleaños- Mencionaba Naruto en brazos de su padre, él cual le sonreía a su esposa, quién tiernamente sonreía con sus ojos cerrados apreciando el bello momento, mientras que el niño levantaba las manos en señal de querer atrapar aquellos fuegos pirotécnicos.

-Si Naruto, si lo escuche, ustedes dos vengan conmigo, que Mikoto~san nos llama dentro para cantarle el feliz cumpleaños a Sasuke~kun- Aquellas palabras al ser escuchadas tanto por padre e hijo que aquella familia pequeña pero enormemente feliz, se dirigieron dentro de aquella enorme mansión a llevar a cabo aquella la gran celebración de cumpleaños de Sasuke.

~Fin Flash Back~

Todo se avecinaba en aquella mansión Namikaze Uzumaki, en la realización final del cumpleaños de Naruto, quien finalmente cumplía sus 5 años. Aquel niño corría de aquí para allá, viendo con sus pequeños e inocentes ojos todo arreglo de aquel festín, pero lo que más esperaba era la llegada de la noche y su padre que aún estaba en el trabajo.

-Mami… ¿cuanto falta para que Papi llegue? Ya quiero que los señores fuegos artificiales vengan por mi cumpleaños- Decía el ojiazul mientras saltaba de emoción al lado de su madre, quién se veía un poco preocupada y triste.

-Ya vendrá mi bebe, este es tu día y todo lo mereces- mencionaba Kushina abrazando a su hijo y besándole tiernamente las mejillas, a pesar de que aquella confrontación aún vagaba por su mente, pero la escondía de su pequeño totalmente para que este no lo notara.- Minato… ¿porqué tardas tanto? Se lo prometiste a Naruto y aún no llegas…- Pensaba la pelirroja bastante preocupada mientras miraba al cielo y una de sus manos inconscientemente se bajaba a su panza y la sostenía delicadamente.

Al pasar de unas horas mucha gente de la aldea se encontraba en aquella celebración, pasándola bien, divirtiéndose y muchas otras cosas, pero habían dos personas que no estaban algo alegres a pesar del hermoso entorno en donde estaban ahí: Kushina y Naruto, ya que aquel jefe de familia aún no llegaba, al momento en que solo faltaban minutos para que los fuegos artificiales comenzaran.

-Mami… parece que mi papi no va a llegar, ¿verdad?- Increíblemente el habitual tono de voz del pequeño Uzumaki por primera vez era diferente, su cálida voz se escucho completamente triste y destrozada, era pequeño pero entendía cuando algo no iba en su lugar y notar como su madre bajaba la mirada se abrazo inconscientemente a las piernas de ella.

-Naruto, de seguro le salió mucho trabajo, ven que ya comenzaran los fuegos artificiales- La ojiazul trataba incondicionalmente de alegrar al pequeño Naruto, aunque también se sentía dolida por lo que estaba ocurriendo.

Al pasar los minutos estos comenzaron su espectáculo en el cielo, de cierta forma, Naruto se sentía alegre por que estos eran más grande de los que habían en el de su amigo Sasuke, pero al paso de un rato sintió la gran falta de su padre que se fue rápidamente a los brazos de su madre a llorar, por que Minato no había cumplido completamente su promesa.

-Escucha Naruto- Acallo el llanto de Naruto aquella pelirroja pasando delicadamente su mano por las mejillas enrojecidas de su hijo, quién aún sollozaba- Sabes que papá es un gran hombre, que la aldea ama y quiere, pero debes entiende que debe tener una gran excusa por no llegar- Sus palabras no fueron terminadas porque fue interrumpida por alguien detrás de ella.

-Kushina, Naruto lo siento…- Lentamente sus pasos se dirigieron donde su esposa e hijo quienes lo veían con dolencia, sobretodo Naruto quien escondía su rostro en el pecho de su madre y no quería mostrarse a su padre.- Escucha Naruto… siento de verdad no estar a tiempo, pero hubo muchos problemas en la torre Hokage y debía como de a lugar solucionarlos hoy- Su voz sonaba completamente quebrada, sus ojos azules estaban totalmente cristalizados debido a las lagrimas que querían caer de ellos- Me siento mal porque te falle hijo, solo te pido perdón y que esto nunca más se repetirá ¿si? Y Kushina siento que todo lo hayas hecho sola, Naruto en nuestro hijo y yo les falle a los dos, así que también te pido disculpas por mi irresponsabilidad - Sin duda sus palabras ya no daban más para que el mismo callera a un abismo. Sus lágrimas brotaban desde sus ojos saliendo a la vista de esos dos pares de ojos que siempre radiaban su vida. Sus rodillas se posaban lentamente en el suelo de lugar mientras su rostro bajo seguía botando lagrimas al suelo, pero este se detuvo al sentir como unas manitas pequeñas lo abrazaban.

-Esta bien papi, no pasa nada- Esta vez aquel niño por primera vez sonreía como nunca, sus ojos cerrados y esa enorme expresión de alegría hacia que Minato rápidamente tomara a su hijo en un enorme abrazo lleno de emoción, sus lagrimas salían pero ya no eran dolidas si no de orgullo, al darse cuenta de que su hijo era alguien que nadie podría reemplazar nunca, se daba cuenta de lo valioso que era su existencia.

-Por lo visto ese niño saco tus extraños cambios de ánimo, Minato- Reía enormemente Kushina, quién se acercaba a ellos y su expresión iluminaba más el entorno.- Y por eso es que los amo cada vez más y les tengo una sorpresa a los dos, sobretodo a ti Naruto- Sin duda aquello dicho no paso desapercibido por los dos rubios, quienes veían algo curiosos a la bella pelirroja.

-¿Qué es mami?- Preguntaba inocentemente el Uzumaki menor, mientras su madre se acercaba a él y lo mirada felizmente.

-¿Recuerdas lo que me pediste la otra vez, Naruto?- Pregunto la Uzumaki al frente del pequeño, quien negó con la cabeza al instante, luego una de las manos de Kushina tomo una manito de Naruto y la llevo a su vientre- Naruto tendrás una hermanita muy pronto- Finalizo su sorpresa la mujer cerrando sus ojos y dejando a los rubios con sus ojos muy abiertos.

-¿Qué dijiste Kushina?- Sin duda alguna, aquella enorme noticia dejo a un muy boquiabierto Hokage, quien al instante solo atrapo a su esposa en un gran abrazo y la beso como nunca, Naruto corrió a ellos y se abrazo a estos, quienes lo tomaron en brazos y lo alzaron con una enorme felicidad como nunca antes habían tenido.

Sin duda alguna las promesas son algo importantes, pero cuando hay un deber importante dentro de ella, todo vale si tu familia o los que te quieran, entienden de principio a fin lo que es mejor para todos y para ti mismo…~