Concursos Navideños

El regalo de itachi
Era el dia de navidad, como ya era costumbre de deidara, preparaba una cena e invitaba a todos sus amigos, el estaba en la cocina preparando el pavo cuando escucha que alguien toca la puerta. Al abrir se da la sorpresa de ser itachi uchiha el que estaba afuera de esta con una sonrisa completamente seductora que hizo al rubio sonrojarse un momento, una vez recuperada la compostura le pregunto
-qué demonios quieres! La cena empieza en 3 horas! Y no tengo tiempo que gastar en ti
- lo sé, solo quería venir más temprano para ayudarte un poco… y de paso darte esto
Al decir eso itachi mostro una pequeña cajita forrada de amarillo con un listón rojo intenso muy bonito, de nuevo el sonrojo adornando sus mejillas, invito al pelinegro a pasar a la sala donde abrió su regalo, de la cajita levanto viendo curiosamente su regalo
-que esto no es un muer..
Fue callado por el repentino beso que el uchiha le dio, sorprendido deidara dejo caer el muérdago que tenía en sus manos, para después corresponder el beso de itachi, para que negarlo le gustaba y mucho inconscientemente llevo sus brazos al cuello del mayor para profundizar el beso, una vez separados por la falta de aire, itachi atino a decir
-y bien, en que te ayudo?
De repente pudieron oler que algo se quemaba de la cocina
-que te parece en volver a hacer el pavo que se quemo por tu maldita interrupción!?
-pero si bien que te gusto mi regalo o no
El rubio sonrojo, mientras le daba un golpe en la cabeza a su “querido amigo”
Paso el tiempo, ya era la hora en la que todos llegarían y se comprobó al escuchar que tocaban la puerta, deidara fue abrir ya arreglado mientras itachi preparaba la mesa
-valla que bien decorado esta aquí deidara
-sabes cómo soy danna
-y lo increíble es que mi hermano te ayudo sin que se mataran
-gracias sasuke-ototo
Aun notándose el sarcasmo en la voz de itachi, la cena transcurrió entre platicas amistosas y risas
-saben, todo les quedo delicioso!! Datebayo
-gracias, aunque admito que e parte fue itachi quien me ayudo un poco
-un poco? Tu me hiciste hacer todo el pavo solo!!
-bueno fue por tu culpa que se quemo el anterior!
-a si? Pero bien que te gusto mi regalo
-quieres callarte!!
Y así los dos siguieron discutiendo ante la mirada divertida de los demás presentes
-supongo que no nos dirán de que hablan
-pero es fácil adivinar o suponer de que se trata naruto
-no hay duda, son tal para cual
Todos asintieron a la declaración de kisame, mientras seguían viendo a la pareja discutir infantilmente
-esta cena navideña ha resultado ser fascinante…
-tu lo has dicho sasuke

CENA NAVIDEÑA
La cena navideña es pasarla en compañía de los seres queridos que tienes, disfrutar la compañía de ellos en esta fecha tan linda, es lo que se esperaría pero para Deidara no era así, él no tenía una familia a la cual invitar a compartir una amena cena en navidad ya que desde hace tres años que no tenía a nadie a quien llamarle familia. Ese día siempre lo ponía un poco mal desde perdió a su familia aunque a veces olvidaba por un momento que ahora no se encontraba completamente solo, ahora tenía a Itachi.
Ese día era navidad, por lo que se había quedado acostado en su cama mirando en la televisión todas las películas de navidad que pasaban hasta que la puerta de su departamento se abrió llamando la atención del rubio, un minuto después vio como por la puerta de su habitación aparecía el moreno con un gran abrigo negro.

-Veo que aún no estás listo – le dijo el moreno mientras se acercaba a besarlo.

-¿Listo? ¿Para qué uhm? – pregunto el rubio sentándose al costado del moreno.

-¿Leíste mi mensaje? – pregunto Itachi.

-No… no me había dado cuenta uhm – le respondió echándose a la cama buscando su celular, cuando lo encontró volvió a sentarse con su novio.

-Ehmmm…. No me había dado cuenta uhm… -le dijo mientras observaba su celular.

-Pues ya lo sabes así que cámbiate que mis padres nos esperan para cenar – le dijo Itachi con una sonrisa.

-Ahhh…. Si, iré a cambiarme uhm – dijo el rubio antes de levantarse y buscar ropa presentable en su armario.

Después de 15 minutos ya estaban listos así que salieron del departamento del rubio hacia la mansión Uchiha, al llegar fueron recibidos por Mikoto y Fugaku quienes le dieron la bienvenida al rubio.

Ese día, esa noche en específico, Deidara volvió a sentir la calidez de una cena navideña que hace años que no sentía debido a ese fatal accidente pero ahora sabía que al tener a Itachi ya no se sentiría solo nunca más. Él y su familia ahora eran su nueva familia y esperaba tenerla por mucho tiempo más para así recordar siempre que una cena navideña  no es cena navideña si no se comparte con las personas que te quieren y aprecian.

Pelea por un Pavo

Itachi se sentía de lo peor ya que por su culpa el pavo que Deidara había preparado con tanto esfuerzo se había quemado al utilizar el amaterazu para que estuviera más rápido, cosa que puso furioso al rubio que por poco utilizaba el C-4 con él.

“Ahora ¿Cómo consigo un nuevo pavo?” – se preguntó el Uchiha mayor y recordó que alguien podía ayudarlo.

“Vamos, Naruto yo te ayude con mi nii-san” – insistía el mayor para que el rubio menor le ayudara con el problema del pavo.

“Van veinte mil veces que te dijo que no me ayudaste, pero con tal de que te calles te hare el dichoso pavo, para que mi hermano no siga enojado contigo” – le contesto el menor, que rápido se puso a preparar el pavo que Itachi le había llevado.

Cuando termino el menor, Itachi no pudo abrazarlo lo cual hiso que Sasuke, quien apenas llegaba se pusiera celoso, con el malentendido se pelearon los hermanos hasta que el rubio intervino para separarlos. Al llegar a la casa con el nuevo pavo, Deidara solo sonrío y le dijo al oído “Lo que haces por complacerme es tan tierno”.

Se olvidaron del pavo y de la pelea que habían tenido porque se fueron directo a su cuarto a festejar a su singular modo la navidad.

Fin

Desastre a la orden

Era navidad, y se encontraban juntos un grupo de amigos que hace tiempo no se veía, aunque cabe decir que no todo transcurrió tranquilamente, algunos se encontraban alborotados y discutiendo, como era de esperarse en amigos de la infancia.

— ¿Cómo esta todo chicos?— preguntó la única chica presente para calmar el ambiente.

— E-esta deliciosa la comida Konan.— alago forzosamente Hidan sudando frio, al igual que todos los demas lo secundaron con un asentimiento de cabeza.

— Mentira.— susurro bajo Kakuzu para no ser oído, no quería ser el primero al que le dieran muerte en navidad por molestar a Konan.

Todos pasaban la comida con esfuerzo, era obvio que ya todos sabían que regalarle a su amiga para navidad... unas clases de cocina.

— Vale, pidamos pizza.— se rindió finalmente Deidara, causando una expresión de alivio en sus amigos que estuvierón de acuerdo.

— Tocara que alguno de nosotros vaya por las ellas. No estan haciendo entregas ahora.– aviso Zetsu.

— Yo voy.— se ofreció Deidara haciendo que algunos se mirarán entre si dudando.

— Te acompaño.— comento Itachi, ya que sabía el por qué de las miradas de sus amigos, Deidara fácilmente podría distraerse con lo que sea.

Ambos subieron al auto del rubio y emprendieron camino en completo silencio, hasta que llegarón por fin a la pizzería. Al entrar notaron que había bastante actividad allí a pesar de la fecha que era, lo cual les sorprendió un poco.

Estuvierón esperando para recibir sus órdenes pero alrededor de media hora más todavia no tenían noticias. Cuando preguntaron por sus pedidos algo enojados les dijerón que solo tenían a una persona en la cocina, por eso estaban tardando más de lo debido.

— Sígueme.— dijo en un susurro Deidara después de un rato, adentrandose al interior de la cocina del establecimiento.

— ¿Qué haces?— preguntó confundido Itachi, y como respuesta solo obtuvo una sonrisa divertida de su amigo.

No entendía que planeaba su amigo, pero algo le decía que no sería nada bueno, de eso podía estar seguro. Deidara se acercó a lo que parecía el lugar de trabajo de varias personas pero por alguna razón que desconocía estaba completamente solo. Sin entender aún nada de lo que pasaba, Itachi vio como su amigo tomaba una masa que estaba en la mesa y comenzó a jugar con ella.

— Deidara, deja de jugar con eso y mejor vámonos.— hablo el azabache.

Y así como comenzó todo, termino también. Ambos sin darse cuenta se dejarón llevar por un juego, en donde ambos eran los cocineros y terminarón cubiertos de harina, tomate y quien sabe que era esa cosa verde que tenían en la cabeza. Sus risas se escucharon después de un rato divertidos, pero terminarón siendo sacados del lugar. No les importó nada de lo que sucedió, pero luego vinierón a sus cabezas la imagen de unos amigos muy enojados que los estaban esperando aún, así que mejor decidierón seguir con su cena navideña ellos dos en otra parte.